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06/03/14: LENGUAJE CORPORAL Y PAREJA

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Lenguaje Corporal y Pareja

Dra. Gianna Tassara

Experta  LNV

Delegada para Peru

 Club Internacional LNV

 

 

El lenguaje del cuerpo  refleja nuestro eseo por

el otro el otro

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No hace falta ser un Einstein para saber que cuando nos atrae alguien “a primera vista” todo nuestro cuerpo cambia inmediatamente sin que nosotros podamos prácticamente disimular y si disimulamos, es peor, puesto que nuestro cuerpo revela un repertorio nuevo de conductas que pueden incluso delatar nuestra atracción de una manera mucho más explícita.

La investigación sobre el comportamiento de nuestro cuerpo ante los diferentes contextos, ha sido ampliamente investigado y detallado por  cinco disciplinas: la psicología, la psiquiatría, la antropología la sociología y la etología.

Ni que decir tiene, que el intento del ser humano por analizar, clasificar y estudiar el comportamiento del cuerpo del otro ante el deseo sexual, ha sido una obsesión desde que se irguió por primera vez hace millones de años.

Para analizar corporalmente el deseo sexual, tenemos que definir previamente qué mecanismos inconscientes se encuentran en el deseo. Así:

–  El deseo en el hombre: El hombre tiene un deseo de conquista, de asegurar la relación afectiva, de cazar para satisfacer su deseo sexual. Para el hombre, el simple deseo es medio para conseguir un fin, por eso es capaz de mantenerse en disposición para pasar a la acción incluso sin tener demasiadas garantías de éxito. El acto del deseo en el hombre, pasa por mirar únicamente a las mujeres que le interesan  y aunque le gusta ser mirado y admirado, es menor esa necesidad, que la que pueda tener la mujer.

 El deseo en la mujer: La mujer tiene dos deseos. Por un lado, al igual que el hombre tiene una necesidad de satisfacer su deseo sexual, pero por otro también tiene el  deseo de seducir por seducir, por conquistar el corazón del hombre. El disfrute es lograr despertar el deseo en el otro para seducir y saborear la conquista. Para la mujer la seducción es un fin en  sí mismo, no necesariamente un medio para conseguir plasmar su deseo sexual.

El repertorio de gestos y posturas en el hombre y en la mujer cuando se sienten atraídos por el otro pueden dividirse en innatos (reacciones fisiológicas del cuerpo para incrementar el atractivo frente al otro) y aprendidos (dependientes de la cultura y transmitidos). A continuación se detallará que dicen nuestros cuerpos cuando nos sentimos atraídos por el otro:

Gestos de coqueteo en hombres y en mujeres:

En hombres

–          Llevarse la mano al cuello, bien para arreglarse la corbata, para alisarse el cuello de la camisa o quitarse motita de polvo imaginaria.

–          Arreglarse la camisa, chaqueta o cualquier otra prenda.

–          Pasarse una mano por el cabello.

–          Recolocar las gafas para ver mejor.

–          Pasar sus dedos por sus labios.

–          Postura de pulgares en el cinturón, para poner de relieve la zona genita. Girar el cuerpo hacia la mujer y desplazar un pie hacia ella.

–          Entrecerrar los ojos para adoptar una mirada íntima y sostener la mirada durante una fracción de segundo más de lo normal.

–          Dilatación pupilar.

–          Aumento de volumen de los labios.

–          Mejillas se sonrojan. Postura de las manos en las caderas para destacar su dimensión física y demostrar que está listo para actuar.

–          Si está sentado o apoyado en una pared, apertura de piernas como símbolo de disposición genital.

En mujeres:

–          Tocarse el cabello. Alisar la ropa.

–          Colocar una o ambas manos en las caderas.

–          Dirigir el cuerpo y un pie hacia el hombre.

–          Largas miradas íntimas e intenso contacto visual.

–          Cruzar y descruzar las piernas con lentitud frente al hombre, indicando el deseo de ser acariciadas.

–          Emplear un tono de voz bajo o susurros para conseguir el acercamiento.

–          Postura con los pulgares en el cinturón. Dilatación pupilar.

–          Mejillas se enrojecen.

–          Sacudir la cabeza para echar el pelo hacia atrás o apartarlo de la cara.

–          Exhibir las muñecas.

 

Que dicen nuestros ojos

–  Pupilas dilatadas: ya se explicó el otro día la importancia de las pupilas cuando encontramos algo que nos gusta. En la seducción unas pupilas dilatadas, es indicativo de interés y atracción, por el contrario unas pupilas contraídas indican mentira, enfado y tristeza.

– Parpadeo: la frecuencia e intensidad del parpadeo también es muy relevante. Así, parpadear mucho es señal de nerviosismo e inquietud y cuando menos parpadeo, señal de tranquilidad y control.

– Las personas que no miran a su interlocutor cuando habla no causan buena impresión en la sociedad occidental. Significa que pueden  estar escondiendo algo o que son tímidos o reservados.

– Mirada de reojo o de soslayo: curiosidad, interés, seducción.

– Mirada a ambos lados: ansiedad, temor o no se sienten a gusto.

– Mirada seductora: ojos abiertos, dirigidos directamente al interlocutor, párpados inferiores ligeramente tensos, parpadeo intermitente (primero a conciencia y posteriormente más lento).

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Que dicen nuestras manos

Las manos son clave en el proceso de seducción. Las mujeres suelen fijarse más que los hombres en la proporción, textura, firmeza de unas manos varoniles. Es importante por tanto, mantener las manos adecuadamente cuidadas, limpias, hidratadas.  Igualmente importante a la hora de hablar del deseo y seducción es la postura que esas manos adopten:

–  Manos en reposo, descansando o con abandono: sosiego y tranquilidad.

– Manos activas y en continuo movimiento: impaciencia por comunicarse.

– Manos ocultas en bolsillos, espalda: Personas tímidas y preocupadas.

– Manos entrelazadas en la espalda mientras se camina: concentración y asuntos a solucionar que preocupan.

– Manos que ocultan el rostro: Necesidad de ocultar muchas cosas que ni las mismas personas saben explicar. Son propias de la huida hacia delante.

– Manos abiertas: síntoma de franqueza, ganas de tener, de conseguir, tanto material como espiritualmente.

– Manos cerradas: falta de comunicación con los demás, temor, ansiedad, agresividad y escondiendo los pulgares entre los dedos, de voluntad.

– Manos abiertas con las palmas hacia arriba: Seguridad y sinceridad.

– Juntar las manos y las yemas de los dedos: Mostrar seguridad y confianza.

– Apuntar con el dedo: agresividad o dominación.

– Apoyar la cabeza en las manos: cansancio y aburrimiento.

– Juguetear con un objeto pequeño, como un anillo, deslizar los dedos suavemente por el borde de la copa, tazo o vaso, tocarse distraídamente la rodilla, acariciarse el brazo o el pelo: Seducción.

 

Acercamiento y contacto físico:

–          caricias fogosas en el regazo: implica necesidad de intimidad contenida.

–          caricias en el cabello: indica un amor tierno y sincero

–          caricias en los labios. indica que la intimidad es lo más importante para esa persona.

–          caricias en las manos: solidaridad, complicidad, necesidad de ser entendido.

–          caricias en el rostro: el amor es un sentimiento profundo y limpio.

–          caricias en el cuello. invitar a la pareja a relajarse y disfrutar de una intimidad más intensa.

–          caricias en los muslos: si es en público es una evidente demostración de marcar territorio. En la intimidad es parte de la comunicación afectiva madura.

–          caricias en los pies: necesidad de un mayor contacto con esa persona.

 

Qué transmiten los colores

Los colores en el inconsciente de las personas transmiten una serie de emociones. Cuando observamos los colores, tienen el poder de estimular sentimientos y emociones, también en el hombre o la mujer que queremos conquistar.

 

–          blanco. virtud, posición, pulcritud.

–          negro: elegancia, autoridad, dignidad, sofisticación, seducción, misterio.

–          gris: inteligencia, clase, eficiencia sofisticación, confianza

–          rojo. proximidad, extraversión, agresividad, valentía

–          rosa: romanticismo, delicadeza, suavidad.

–          azul: amor propio, respeto, conocimiento, confianza, seriedad, responsabilidad, posición social, amabilidad, tranquilidad, intuición, inhonestidad, integridad, lealtad.

–          azul claro. pacificador, sincero, afectividad.

–          turquesa: refrescante, frio imaginativo, innovador, juvenil

–          verde: relajado, compasivo, prosperidad, prestigio, madurez, abundancia, armonía.

–          verde azulado: motivado, activo, dinámico, eficiencia, vitalidad.

–          indigo. conocimiento, poder integridad.

–          morado. espiritual, apasionado, respetado, visionario, realista, dignidad, lujuria

–          lavanda: romántico, imaginativo, fantasía

–          magenta: innovador imaginativo, terrible.

–          oro: iluminación, prestigio, caro, sabio

–          plata. prestigio, frio científico.

 

Todo lo que se ha escrito anteriormente, tiene relación con respuestas reflejas del deseo sexual del ser humano. Sin embargo, no todos es biología. La forma en la que yo me veo a mí mismo/a  y como me relaciono con los demás, puede hacerme atractivo/a. Así la fórmula de la atracción perfecta, no existe. La mejor forma de conseguir sentirme atractivo/a es transmitir a los demás quien soy yo realmente, pues la personalidad es la mayor fuente de atracción del ser humano. A continuación se dará unas disposiciones básicas:

o     algunas personas no son bellas, pero tienen un encanto especial. el secreto de esta clave reside en la percepción y la confianza que uno tiene de sí mismo. si una persona se siente segura de su atractivo, esa creencia poderosa le funcionará y le hará parecer atractiva ante los ojos de los demás.

o     cada uno es responsable de lo que comunica y de lo que otros ven en él/ella. si vamos pregonando por la vida soy feo/a, gordo7a… pues eso será lo que vean los demás. pero si somos capaces de destilar nuestros rasgos más atractivos (inteligencia, simpatía, amabilidad, sensualidad, espontaneidad…) incluso si somos feos, gordos y deformes, empezaremos a generar una energía positiva y atrayente que nos permitirá acceder a la mayoría de personas que deseemos.

o     lo que uno cree de sí mismo es lo que uno muestra a los demás. cuando uno tiene la creencia firme en su propio atractivo, esta creencia actúa sobre la percepción subjetiva de belleza de los demás.

o    el asunto de la belleza es subjetivo, y esto significa que si alguien cree que eres atractivo, lo eres para esa persona.

o     la belleza por sí misma no implica éxito en la seducción

o    si alguien cree firmemente en la belleza objetiva  y la belleza social por encima de su propia apreciación de belleza subjetiva, no es una persona que merezca estar contigo.

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