A continuación un aporte del Maestro de Maestros de la Psicologia Politica
Gianna
ELEGIR EL NOMBRE DEL GRUPO POLÍTICO
Daniel Eskibel
http://www.psicociudad.com/2010/01/maquiavelo-freud.html
Tal vez la historia te resulte conocida. La pareja va a tener su
primer hijo y piensa en el nombre que le pondrá. Más que piensa:
– analiza los significados de los nombres
– estudia la etimología de cada uno
– recorre el panorama familiar
– sopesa alternativas, pros y contras
– dialoga con familiares y amigos
– elabora listas y va tachando opciones
– se apasiona y discute
– considera las implicancias de cada nombre
Finalmente el niño nace. Los amigos preguntan:
– ¿Cómo le pusieron?
La pareja responde:
– Juan.
Y no falta quien piense: “¿y todo este lío para llamarle Juan?”
Mucha gente se complica con los nombres
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Claro que son muchos los resortes psicológicos en juego cuando se
elige el nombre de un hijo. Muchos. Y eso lleva a que muchos padres
se compliquen en extremo y conviertan la elección del nombre en un
pequeño vía crucis familiar.
En ésto se peca por exceso, por querer sobresaturar el nombre con
significados. Me viene a la cabeza el caso de aquellos padres
uruguayos que bautizaron a su hijo como “Cayó Maracaná” (luego que
Uruguay saliera Campeón Mundial de Fútbol en 1950 tras derrotar a
Brasil en su propio estadio Maracaná).
O el caso de mi propio abuelo materno, a quien obsequiaron 3
nombres 3 (Pablo Francisco Ponce) para finalmente nombrarlo toda su
vida como “Quito”.
Ni hablar de las ignotas fuentes de las que brotaban los nombres en
la rama paterna de mi familia: Lirio Neri, Dardo Aídes, Walter
Armín, Jacinto Servando, Adelina, Roy…hasta llegar al Daniel Nery
que escribe estos artículos. ¿Por qué es Nery el hijo de Neri?
Misterio insondable.
En fin: mucha gente se complica con los nombres.
Nuevo nombre para nuevo grupo político
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“La política es dinámica y cambiante”, decía un personaje político
al fundamentar su fulminante abandono de una posición política para
adoptar exactamente la contraria.
Tan dinámica y cambiante es que siempre hay alguna nueva
organización naciendo: partido, grupo político, movimiento,
plataforma, frente…Y junto con eso, siempre hay un conjunto de
dirigentes políticos en la ardua tarea de bautizar al nuevo
nucleamiento.
En la política pasa como en las familias: muchos se complican
demasiado con el nombre, generalmente pecando por tratar de
sobresaturarlo de significados. Entonces terminan con un nombre
extravagante e imposible de pronunciar. O le terminan llamando Juan.
¿Qué es lo mejor? La simplicidad. El sentido común. La practicidad.
Y tener en cuenta unos pocos criterios básicos.
Algunas características que debe tener el nombre
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1. Fácil de recordar y de pronunciar.
2. Bien diferenciado de los nombres de la competencia.
3. Si despierta algo de curiosidad, mejor.
4. Si evoca alguna imagen visual en la cabeza de gente, mejor.
5. Si ayuda a transmitir una idea valiosa, también mejor.
Ya lo sé: es muy difícil reunir las 5 cualidades en 1 solo nombre
(casi imposible). Pero son cualidades que ayudan a que el nombre se
abra camino.
Y luego la clave es la repetición. Repetir y repetir. Y asociar el
nombre con las acciones, con los valores, con las ideas que se
defienden.
Estaba visto. Después de tanto andar, le terminamos llamando Juan.