15/04/09: De la Politica y sus riesgos

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La política es un tema sobre el cual no me ha gustado hablar, seguramente lo he evadido de manera conciente, sin embargo como una especialista de marketing y enfrentada a la definición simple de “satisfacer las necesidades del cliente”, que significa lo mismo que satisfacer las necesidades del hombre, nos enfrentamos a un encargo social muy claro: primero el hombre.
Esta frase, primero el hombre, no es una afirmación de cajón, ya nos estamos cansando de ser el medio y no el fin, el medio para beneficios personales y no el fin de la política: el bienestar del hombre.
Si partimos de la definición (por extensión) de política (tomada del diccionario Larousse), política: “arte de conducir un asunto para alcanzar un fin”, nos encontramos de nuevo con el hombre como el fin, con el bienestar del hombre como el fin.
¿Y que hace el marketing por el bienestar del hombre? El marketing es el hombre, es el bienestar del hombre y este bienestar se refleja en los balances sociales que presentan las empresas. El objetivo el hombre esta consignado siempre de manera clara en la visión y misión de las empresas: “el desarrollo de sus colaboradores, su bienestar, el mejoramiento de su calidad de vida, el otorgamiento de una justa retribución por el trabajo, y el ofrecimiento de un ambiente laboral seguro y estable, será compromiso de la organización.” El marketing ecológico, el marketing ambiental y el marketing social, en el cual aparecen nuevos elementos que se deben combinar con los superobjetivos de toda organización (Sallenave): supervivencia, rentabilidad y crecimiento.
En esta nueva sociedad, en la cual la unidad es consecuencia de la diversidad (un equipo se forma con hombres excelentes de diferentes disciplinas, así funciona en una orquesta, un equipo de fútbol), el marketing y en general la empresa tiene que cumplir con un encargo social. La empresa del hombre y para el hombre.
También podemos mencionar aquí el marketing político, denominado por algunos como politing y definido como la aplicación de las técnicas del marketing a la política. Esto trata como producto al político y como producto es único, no existen dos iguales, así mismo como tal debe responder a las necesidades de los ciudadanos que lo eligieron y las de quienes no lo eligieron. En este concepto de marketing político y bajo la filosofía del marketing no caben conceptos como “clientelismo” y mucho menos “votos amarrados”.
Existen dos elementos claves en el marketing político, el político y el ciudadano y es entre estos dos que giran los objetivos que se plantearon para lograr su elección y que luego de ella debe mantenerse viva a través de la comunicación interactiva de doble vía, con retroalimentación permanente, desde la esquina del político y de la esquina del ciudadano. Lo que no debe olvidar el político como tampoco el marketing es que el hombre es el fin y no el medio y por lo tanto es la satisfacción del cliente la que se procura para mantenerse vigente como una propuesta política.

Gianna Tassara

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