La crisis rusa puede presentar una oportunidad para otros países.
La diplomacia rusa, asediada por la caída del precio petrolero y el conflicto con la Unión Europea y Estados Unidos en torno a Ucrania, está diversificando sus alianzas planetarias.
Los países vecinos y China son los pilares de esta estrategia y posibles beneficiarios de la reorientación económica rusa por efecto de la nueva realidad geopolítica global. Algunos incluso sugieren que América Latina podría obtener algunos beneficios.
Según Paulo Botta, director del Departamento de Eurasia de la Universidad de la Plata en Argentina, se trata de una estrategia de largo aliento.
“Rusia se ve a sí misma como un actor global. De manera que quiere tener una presencia en distintas partes del planeta. Con la crisis esta estrategia le ha servido a Putin para mostrar que no están aislados internacionalmente”, indicó a BBC Mundo Botta.
Eurasia
Los países vecinos, ex miembros de la Unión Soviética, son el espacio natural.
Este primero de enero empezó a funcionar la Unión Económica Eurasiática (UEE), integrada por Bielorrusia, Kazajistán, Rusia y Armenia, al que podrían sumarse Kirguistán, Azerbaiján, Uzbekistán e incluso Vietnam.
Más en los márgenes, pero también pendientes de posibles alianzas, se encuentran Turquía, India e Israel.
La Unión Económica Eurasiática (UEE) anunciada a comienzos del año tiene más de 170 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de US$4 billones.
Los cuatro miembros – cinco cuando Kirguistán se añada en el curso del año – representan la quinta parte de las reservas de gas del mundo y un 15 por ciento del petróleo global.
El comercio entre sus miembros creció en un 50% desde que en 2011 se dio el primer paso para la UEE con la creación de una unión aduanera: el intercambio hoy asciende a unos $US60 mil millones.
Al mismo tiempo la asimetría entre Rusia y las otras naciones es muy fuerte.
Rusia tiene superavit comercial en todos los casos: el peligro para sus socios es terminar en una versión apenas disimulada de la vieja Unión Soviética.
Según Paulo Botta la mayor debilidad actual de Rusia puede favorecer una integración más equitativa.
“Rusia aporta a estos países la posibilidad de una economía de escala. No es lo mismo invertir en un país de unos pocos millones de personas que saber que esa inversión se puede expandir a toda la zona y llegar a Rusia. Dado que Rusia está más débil, ha tenido una posición más negociadora”, indicó a BBC Mundo.
Turquía
Turquía se ha beneficiado con la crisis, aseguran expertos.
La diplomacia rusa considera que esta nueva esfera de socios comerciales para la economía rusa se trata de un espacio abierto.
Entre los más optimistas se proclama la posible incorporación de países tan diversos como Turquía, Israel, Vietnam e India.
“No es realista pensar que esto va a ocurrir pronto. A lo sumo estos países verán como funciona la UEE para luego hacer su propia apuesta. Lo que no quiere decir que no haya habido movimiento. Turquía, por ejemplo, se ha beneficiado mucho con la crisis, sentando una fuerte presencia de sus subsidiarias en el mercado ruso y permitiendo que empresas occidentales aprovechen su inversión en Turquía para llegar al mercado ruso”, indicó a BBC Mundo Botta.
Por su parte India, aliado histórico desde la época soviética, firmó en noviembre una serie de acuerdos energéticos que incluyen la cooperación rusa en la construcción a unos 10 reactores nucleares.
Como confirmó en aquel momento el primer ministro de la India Narenda Modi, Rusia seguirá siendo su principal fuente de equipamiento militar.
China
El intercambio entre Rusia y China llegó a US$89.000 millones en 2013.
El crecimiento del comercio ruso con Eurasia empalidece cuando se compara con el intercambio bilateral con China, que alcanzó los US$89 mil millones en 2013.
En noviembre China y Rusia firmaron 16 acuerdos, entre ellos un gasoducto para transportar gas natural a China.
Pero además, la retirada de firmas occidentales como Exxon, Eni y Statoil del norte ruso y la estratégica zona ártica, que tiene un 13 por ciento del petróleo no descubierto mundial y un 30% del gas natural, deja un espacio abierto para China que ya ha manifestado su interés en la región.
Putin acusa a las naciones occidentales de ir contra los intereses de Rusia. “China fue el que mejor aprovechó la crisis rusa, sobre todo por el lado de la compra de gas, porque el gas, a diferencia del petróleo, es un precio mucho más político que se fija bilateralmente. A estos acuerdos se suma el interés estratégico de China en la zona ártica que, con el calentamiento global, se va derritiendo, abriendo al posibilidad de su explotación comercial”, indicó a BBC Mundo Botta.
La relación bilateral tiene sus sombras. El espacio de Eurasia choca con el interés de China por conformar la nueva ruta de la seda.
Según Jos Boonstra, jefe del programa de Eurasia de Fride, un centro de análisis de Relaciones Internacionales, la cooperación entre ambos países en este área será nula.
“Para los países de la Unión Económica Eurasiática, Rusia es económicamente menos importante que China. Es decir, que hay un nivel de competencia, aunque a ambos les interesa la estabilidad política de la zona”, indicó a BBC Mundo.
¿Y América Latina?
Rusia prohibió la importación de lácteos de Estados Unidos o la UE.
Algunos creen que América Latina podría cubrir parte de esa demanda.
En agosto, en represalaia por las sanciones de Occidente, el gobierno de Vladimir Putin prohibió la importación de carne, lácteos, frutas, verduras y pescado de Estados Unidos o la Unión Europea, importaciones que rondaban los US$18mil millones.
Esta prohibición generó una intensificación de la relación diplomática-comercial de la región con Rusia para intentar captar la ventaja competitiva que tienen algunos países de América Latina en esos productos.
A fin del año pasado la caída del precio petrolero y la fuerte devaluación del rublo pusieron paños fríos sobre este inicial optimismo.
Hoy la región va a tener que luchar contra un consumo a la baja y una competencia por el lado del precio con países vecinos de Rusia que tienen costos de transporte mucho más económicos.
Aún así, la región es potencialmente una de las ganadoras de este conflicto.
“El potencial existe, pero estamos en un momento de extemada fluidez. Para darle un ejemplo. Turqúia está aprovechando esta crisis rusa para posicionarse como alternativa en alimentos y otros rubros. ¿Compite o no con América Latina? No lo hace en las frutas porque son productos estacionales: Turquía produce cuando la región no lo hace y viceversa. Pero en electrodomésticos sí es un rival. La oportunidad está, pero también la competencia”, indicó Botta a BBC Mundo
En: BBC
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