Por qué me acosté con 3.000 mujeres en tres años
El fundador Simply Red, Mick Hucknall, afirma que fue un ‘playboy’, desvela los motivos y pide perdón a su actual pareja.
Mick Hucknall (Denton, Inglaterra, 1960) introduce un meñique en el café, se lo lleva a la boca y suelta un taco. Se lo han servido con leche, en lugar de con crema, una verdadera afrenta para este bon vivant, que además de cultivar vino en el Etna y regentar restaurantes en París es cantante y fundador de Simply Red. A los 54 años aún tiene pinta de pirata de barra de bar, con pulseras de plata y un diamante incrustado en uno de los incisivos.
Pero los años no pasan en balde y, además de algún problemilla de salud (un hipotiroidismo, ya superado), este donjuán a su pesar ha dejado de lado las conquistas a granel para sentar la cabeza. Reconoce que se acostó con unas 3.000 mujeres. Lo desveló en una entrevista con el diario británico The Guardian: “Entre 1985 y 1987 me acostaría con tres mujeres al día. ¡Cada día! Eso es lo que hacía por ser una estrella del pop. Me arrepiento porque sé que hice daño a muchas buenas chicas”. El cantante ofrece la clave para su voraz comportamiento sexual: “Seguramente buscaba tanto amor femenino porque no tuve nunca el amor de mi madre”. Su madre le dejó cuando solo tenía tres años. El pequeño Hucknall vivió desde entonces con su padre, que nunca se volvió a casar. Pero aquella vida promiscua ya se acabó. Coincidiendo con el 30 aniversario de Simply Red, el grupo publica nuevo disco, Big love, inspirado por el amor que siente por su familia.
Vuelve tras despedirse en 2009. ¿Se lo pensó mejor?
Ni me había dado cuenta de que este año se cumple el 30 aniversario de Simply Red. Me lo tuvo que recordar mi manager. No necesito dinero y estoy feliz con mi familia, pero sería muy triste no celebrar tres décadas en el negocio, así que acepté ir de gira y componer material nuevo. Mientras sacaba al perro, veía la tele, arreglaba el jardín o le daba el desayuno a mi hija me salió un álbum entero.
¿En qué se diferencia el Simply Red de ahora del de antes?
Básicamente, en mis circunstancias. Descubrí la fama en 1985 y me hice playboy. Me volví loco con el rock and roll.
¿Por qué pidió perdón a las 3.000 mujeres con las que se acostó?
Lo del perdón lo dije medio en broma. De hecho, a la que debo mis mayores disculpas es a mi mujer [Gabriella Wesberry, con la que se casó en 2010]. Nos conocimos en 1992, pero yo me marchaba de gira, me imaginaba lo que iba a pasar y la dejé. Creía que estaba siendo un caballero, pero en realidad huía. No me la pude sacar de la cabeza durante años y tuve la suerte de volvérmela a ganar una década después. Me gustan los finales felices.
Me contaba qué pasó cuando descubrió la fama. Por favor, continúe…
Pues viví así hasta 1998 y entonces empecé a ir cuesta abajo. Vivía para emborracharme.
¿Nadie habló seriamente con usted?
En el mundo de la fama nadie habla contigo. Pensé que lo estaba pasando en grande, pero en realidad me encontraba vacío. Actualmente estoy casado y tengo una niña de siete años, Romy. Ahora compongo desde la perspectiva de un padre y un marido, no de un chaval que no se cree la suerte que tiene.
Ha vendido más de 50 millones de discos, pero se le ha criticado a conciencia. Le han tildado de “arrogante”, “bocazas”, por decir que el suyo era “pop con clase”… ¿Se ha sentido incomprendido?
No. Fue culpa mía, porque no sabía quién era. Eso era lo que proyectaba. Mi verso preferido es de uno de los primeros hippies, que luego utilizó Nat King Cole: “Lo mejor que puedes aprender es a amar y ser amado”. Yo no sabía amar porque mi madre me abandonó a los tres años y viví solo con mi padre, que nunca volvió a tener una pareja. Pedí disculpas a esas pobres chicas porque ellas querían amarme y no les dejé entrar.
En la prensa inglesa siempre se hace mención al color de su pelo. Explíquenos esa obsesión con los pelirrojos.
En Inglaterra no se fían de nosotros porque el pelo rojo es señal de que somos celtas que vienen del norte, de Escocia, de Irlanda, de los lugares con los que Inglaterra mantuvo guerras. Tengo una abuela escocesa y otra irlandesa, pero también poseo ADN de Galicia y del norte de Portugal. Además, los pelirrojos somos diferentes, y los ingleses son muy conformistas, sin demasiado encanto, prácticos. Los estadounidenses han heredado este último rasgo.
Como un hombre que sabe disfrutar de la vida, ¿qué le parece la gastronomía de sus ancestros españoles?
Pasé mi luna de miel en San Sebastián, disfrutando de los restaurantes, y además realicé el tour de Vega Sicilia en un coche vintage. De la cocina española me gusta su uso del pimentón. Es muy difícil cocinar con él porque se quema con facilidad. Y el jamón de bellota. Ni comparación con el prosciuto de Parma.
Fue admirador de Tony Blair. ¿Le sigue interesando la política?
La verdad es que prefiero a los políticos inclusivos, y alguno, como el exlíder de los laboristas (Ed Milliband), culpan a los ricos de todo. Pero los ricos no desencadenaron la recesión. Fueron quienes vivieron por encima de sus posibilidades y los bancos que les autorizaron créditos.
¿Tuvo que maltratarse la voz para sustituir a Rod Stewart con Faces?
Rod es soprano y yo soy tenor. El milagro de la voz de Rod es que suena grave pero es muy alta: vaya shock me llevé durante los ensayos.
En: elpais