ROMA.- En lo que fue interpretado como un desafío a Francisco, ayer se reveló que en un pueblo de Calabria -tierra de mafia que el Papa visitó hace dos semanas-, en una tradicional procesión de la Virgen, los fieles hicieron detener la estatua mariana y la inclinaron, en señal de homenaje, ante la casa de un conocido padrino de la Ndrangheta.
La noticia causó gran revuelo en Italia, donde también trascendió que unos 200 reclusos condenados por mafia decidieron hacer huelga y no ir a misa al enterarse de que Francisco excomulgó a los mafiosos en su histórico viaje a Calabria.
“Vuestra tierra tan bella conoce las marcas de este pecado: la adoración del mal y el desprecio del bien común. Este mal debe ser combatido, alejado, hay que decirle siempre que no. Aquellos que en su vida emprendieron este camino de mal, los mafiosos, no están en comunión con Dios, están excomulgados”, había clamado el 21 de junio pasado el ex arzobispo de Buenos Aires al visitar Cassano allo Jonio, donde se convirtió en el primer pontífice en utilizar la palabra “excomunión” contra los mafiosos.
El homenaje de la Virgen a un capo de la Ndrangheta ocurrió el 2 del actual en Oppido Mamertina, pequeño pueblo de la provincia de Reggio Calabria, famoso por ser escenario de una sangrienta guerra de clanes.
Según reveló el diario Quotidiano della Calabria, la imagen de la Madonna delle Grazie, que los fieles llevaban en andas, se detuvo durante 30 segundos y, para peor, se inclinó (hizo un “inchino”) frente a la casa del padrino Giuseppe Mazzagatti, de 82 años y bajo arresto domiciliario por motivos de salud, pero condenado a cadena perpetua por diversos homicidios y asociación mafiosa. Allí los carabineros que escoltaban la procesión decidieron retirarse en señal de protesta.
Al conocerse la noticia, que generó una tormenta en Italia, el ministro del Interior, Angelino Alfano, definió el episodio como un “deplorable ritual” y felicitó a los carabineros que se distanciaron del hecho y que, luego, lo denunciaron.
Mientras que el obispo local, monseñor Francesco Milito, anunció “medidas enérgicas”, el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana y obispo de Cassano allo Jonio, monseñor Nunzio Galantino, precisó que no fue la Virgen quien se inclinó ante el padrino, “sino aquellos que llevaban la estatua”.
El alcalde de Oppido Mamertina, Domenico Gainnetta, si bien tomó distancia del episodio, dijo: “Parece que se repitió una gestualidad que se da desde hace 30 años”. Y el fiscal adjunto de la dirección antimafia de Reggio Calabria, Nicola Gratteri, consideró que el gesto significaba “un verdadero desafío a las palabras de excomunión del papa Francisco”.
No es la primera vez que suceden cosas de este tipo y que la criminalidad organizada se ve involucrada en ritos religiosos.
Tanto es así que la semana pasada el arzobispo de Reggio Calabria, monseñor Giuseppe Fiorini Morosini, propuso declarar una moratoria de diez años al uso de los padrinos en bautismos y confirmaciones, con el fin de evitar las infiltraciones criminales y el uso instrumental de los sacramentos de parte de los clanes de la Ndrangheta.
En medio del revuelo, también trascendió que varios reclusos condenados por asociación mafiosa de la sección de alta seguridad de la cárcel de Larino, en la región del Molise, decidieron hacer huelga y no participar más de la misa dominical después de la excomunión del Papa. Lo reveló ayer a Radio Vatiana el arzobispo de Campobasso, Giancarlo Bregantini.
“Es algo sorprendente, que confirma que lo que dice el Papa marca las conciencias, porque la sección de alta seguridad de la cárcel de Larino, casi 200 personas, se rebeló ante esa frase” de excomunión, indicó. “Si estamos excomulgados, ¿para qué ir a misa?”, habrían dicho los mafiosos.
Por otra parte, ayer, en la oración mariana del Angelus, desde la ventana del despacho del Palacio Apostólico, Francisco volvió a denunciar al actual sistema económico, que explota al hombre, “un yugo insoportable”.
Al reclamar que no haya más indiferencia, el Papa pidió “dar alivio a pobres, inmigrantes y marginados”.
“El yugo del Señor consiste en cargar el peso de los demás con amor fraterno. Una vez recibidos el alimento y el alivio de Cristo, estamos llamados a su vez a convertirnos en alimento y alivio para los hermanos, con actitud mansa y humilde, imitando el maestro”, dijo Francisco.
Encuentro con víctimas de abusos sexuales
Por primera vez, Francisco se encontrará hoy en su residencia de Santa Marta con un grupo de víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes procedentes de Alemania, Gran Bretaña e Irlanda.
El grupo estará acompañado por el cardenal de Boston, Sean Patrick O’Malley, exponente de la lucha contra la pedofilia en su diócesis y coordinador de la Comisión para la Tutela de los Menores, impulsada por el pontífice argentino.
Las víctimas del abuso sexual participarán de la misa del Papa en Santa Marta y luego mantendrán un encuentro privado con él. El recibimiento fue interpretado como “un gesto elocuente” de parte de Francisco de que pretende “tolerancia cero” con los abusos. Como parte de la lucha contra la pedofilia, el Papa creó una comisión para elaborar estrategias para dirigir acciones de la Iglesia contra la pedofilia.
En: lanacion.com.ar
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