Senegal ordenó cierre de sus fronteras. Funcionario relata escenas de pánico que se generan en las aldeas al ver cómo muere la gente.
Desde que hace siete semanas se detectaron los primeros casos de una extraña y mortífera enfermedad en algunas aldeas de Guinea fronterizas con Liberia y Sierra Leona, muchas cosas han cambiado en ese país de África. Ahora saben que enfrentan un brote del virus de Ébola, el más grave de los últimos siete años, y deben trabajar para evitar que la enfermedad se siga expandiendo como lo ha hecho hasta ahora.
Las primeras medidas en esa línea las ha tomado este sábado (29.03.2014) Senegal, al ordenar el cierre de sus fronteras con Guinea, para intentar detener el crecimiento de una enfermedad que hasta ahora ha causado la muerte de al menos 70 personas. El Ministerio del Interior senegalés emitió un comunicado señalando que “los gobernadores de Kolda y Kedougou han tomado todas las medidas necesarias” para implementar la orden del gobierno central.
El descubrimiento de 11 casos sospechosos de haber muerto por ébola en Sierra Leona y Liberia en los últimos días ha elevado el nivel de preocupación en África Occidental, donde los servicios de salud están pobremente equipados. Si bien el virus del Ébola es de por sí mortal en tasas elevadas, la cepa detectada en esta zona (la Zaire) es la más peligrosa y tiene cifras de hasta un 90 por ciento de pacientes muertos.
No hay razones para temer, dice ministro
Damantang Albert Camara, portavoz del gobierno guineano, dijo a la agencia Reuters que todas las reacciones son exageradas, pues solamente 19 casos de ébola han sido oficialmente confirmados en laboratorio. “Hemos tomado todas las medidas necesarias, no hay razón alguna para caer en el pánico”, afirmó. Senegal además informó que revisaría a los pasajeros que volaran entre Conakry, la capital de Guinea, y Dakar. En Conakry se han detectado ocho casos confirmados de ébola.
La demora de las autoridades en confirmar la presencia del virus (las muestras fueron enviadas a Francia para ser analizadas) habría permitido que el mal se expandiera. La llegada de la enfermedad a una ciudad de más de dos millones de habitantes y con aeropuerto internacional, como Conakry, supone un verdadero peligro, de acuerdo a expertos en salud citados por la agencia de noticias AP.
Joseph Gbaka Sandouno, un funcionario de salud que trabaja en la villa de Gueckedou, una de las primeras donde se notificaron casos, dijo que es difícil para la gente mantener la calma cuando han visto “terribles escenas de personas muriendo por desangramiento severo. La gente se desespera cuando todos los días hay un nuevo muerto. Ellos dicen que solo Dios puede salvarnos ahora”, dijo el funcionario a la agencia de noticias AP.
Si las 70 muertes reportadas hasta ahora fueron efectivamente causadas por el virus del Ébola, nos encontraríamos ante el brote más mortífero desde 2007, cuando en la República Democrática del Congo murieron 187 personas. Esta enfermedad no tiene vacuna ni tratamiento específico, se desconoce su vector y causa la muerte por desangramiento, además de provocar dolores musculares, agotamiento, diarrea y vómitos en los pacientes.
DZC (Reuters, AP)
En: DW
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