Reportajes y documentales – Niñas como mercancía

Las obligan a estar siempre disponibles: 24 horas en servicio continuo. No duermen, no comen regularmente, no descansan ni aun enfermas. Muchachas de Europa oriental tienen que prostituirse en Berlín en condiciones infrahumanas, como esclavas. Mujeres jóvenes, entre ellas también menores de edad, de Rumania y Bulgaria, tienen que mantener relaciones sexuales hasta con quince hombres por día, muchas veces sin protección. La prostitución forzosa es un negocio que, año tras año, proporciona millones a proxenetas y negociantes sin escrúpulos. En el camino quedan niñas y mujeres privadas de sus derechos que, a menudo, buscan una salida desesperadas. Para ver el documental haga click en la siguiente imagen:

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‘Erasmus Latino’: una apuesta por la educación

Subrayando la singularidad de cada uno de los espacios de concertación entre el Viejo y el Nuevo Continente, la SEGIB lleva objetivos concretos a la Cumbre de Veracruz. En Estrasburgo, DW habló con Rebeca Grynspan.

Un programa de intercambio estudiantil para el ámbito de Iberoamérica sería un primer objetivo concreto de Rebeca Grynspan, Secretaria General para Iberoamérica (SEGIB) desde abril. La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), que tiene su sede en Madrid, es el órgano permanente de apoyo institucional y técnico a la Conferencia Iberoamericana y a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno, integrada por los 22 países iberoamericanos: diecinueve en América Latina y tres en la península Ibérica, España, Portugal y Andorra.

Después de algún tiempo de una cierta apatía de los miembros de este espacio común –América Latina, España, Portugal, Andorra, Cuba y República Dominicana- hacia un mecanismo que surgió en 1991 -“cuando estábamos solos” dijo Grynspan en la Asamblea Eurolat en Estrasburgo-, la SEGIB retoma algunos de los acariciados planes conjuntos. Y se propone materializarlos.

En tiempos de coexistencia de diversos mecanismos de integración en América Latina, la importancia y pertinencia de un espacio más se pone a discusión. “El uno no puede reemplazar al otro: CELAC y Unasur son más para el diálogo político, Mercosur y Alianza Pacífico para el comercio”, decía Grynspan a los eurodiputados de la Asamblea Eurolat.

Teniendo en su haber diversos altos cargos en el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2006-2014), la que fuera vicepresidenta de Costa Rica resalta la importancia de la CELAC en su diálogo con la UE. De los éxitos de su programa de movilidad estudiantil, la SEGIB de Grynspan llevará a la XXIV Cumbre Iberoamericana un primer plan concreto: un “Erasmus Latino”. La cumbre tendrá lugar en Veracruz los días 8 y 9 de diciembre y estará dedicada a la educación, la innovación y la cultura.

DW: Usted ha dicho que quiere latinoamericanizar la SEGIB. ¿Cómo piensa hacerlo?

Rebeca Grynspan: En primer lugar, se ha logrado por consenso establecer tres oficinas de desconcentración de la SEGIB en América Latina. En este momento lo que tenemos son oficinas de representación, pero no son oficinas SEGIB en América Latina. Tendremos una para Centroamérica, México y República Dominicana. Otra para el área andina y otra para el Cono Sur. Esas oficinas van a estar capacitadas para hacer cosas que ahora hacemos desde Madrid.

Segundo, es un tema también de actitud: si no tengo presencia en América Latina pues me convierto en mucho más ibérica que iberoamericana. Me parece que tenemos que tener mucha más consulta y análisis sobre Iberoamérica, no sólo desde la Península Ibérica sino desde la mirada latinoamericana a la región. Tercero, ha habido un compromiso de Latinoamérica en términos de financiamiento.
¿Cómo debe entender el ciudadano de Iberoamérica el trabajo que realiza la SEGIB? ¿Como el de un gran think tank?

Fíjese que no. La SEGIB es un mecanismo de apoyo a la Conferencia Iberoamericana. Los presidentes se reúnen a partir de ahora cada dos años. De las decisiones que tomen, la SEGIB toma mandatos para convertirlos en realidad. Nosotros damos apoyo a esa plataforma –pues también están los ministros de educación, los de cultura, los responsables de ciencia y tecnología.

Varios de los temas de la Secretaria para Iberoamérica se repiten en la agenda UE-CELAC. ¿Cómo hacer para que no haya desperdicio de esfuerzos –o despilfarro de fondos- en temas similares?

Es cierto. Pero fíjese que plataformas de cooperación hay pocas. Hay muchos mecanismos de diálogo político y concertación, pero no hay tantos mecanismos de cooperación. Y una de las ventajas que tiene la Secretaría General Iberoamericana es que tiene una plataforma de cooperación muy sólida hecha por los países, dirigida por los países y liderada por ellos. Es una cooperación mucho más horizontal. Eso es lo que nosotros traemos de valor agregado.

Déjeme decirle que hay cierta especialización que yo quisiera ver, para que no se doblen esfuerzos. Nuestras áreas de participación serán el conocimiento, cultura y cohesión social. No tenemos que meternos en todas las áreas. Porque hay organizaciones que estarán más capacitadas para entrar por ejemplo en el tema de gobernabilidad democrática o a los temas políticos donde están mucho más CELAC y UNASUR. Efectivamente, me parece que en lugar de tratar de meternos en todo con esos tres temas yo me doy por satisfecha.

Usted ha hablado de un “Erasmus Latino”, un gran proyecto. ¿Hayya un objetivo concreto y un límite temporal?

Lo que yo quisiera es un programa que tenga de proyección de aquí al 2020.

En la Cumbre Iberoamericana están representados los países de América Latina, España, Portugal, Andorra, República Dominicana y Cuba. En cuanto a cultura, ¿cree usted que en algún momento van a estar representadas en ella nacionalidades como las indígenas?

El tema indígena ha sido muy importante desde el principio, tanto lo indígena como lo afrodescendiente. Hemos dicho que la cultura del espacio iberoamericano está fundamentalmente conformada por tres vertientes: la ibérica, la indígena y la afrodescendiente. A ese tronco se han sumado pues otras migraciones y otras contribuciones culturales producto de las migraciones a los dos lados del Atlántico.

Fue precisamente por un programa que surge de una cumbre Iberoamericana que se formó el Fondo Indígena. Y ahora es una organización internacional independiente que ha contado con todo nuestro apoyo. Hoy en día hay que apoyar ese mecanismo y ver como potenciarlo precisamente en la instrumentación de mecanismos internacionales como el convenio de la OIT y la Convención de Derechos Humanos sobre los Pueblos Indígenas.

Como medida de apoyo, poner alguna de las lenguas indígenas como otra lengua oficial de la SEGIB no sería imaginable….
Nuestros idiomas oficiales son el español y portugués. Así nace esta organización. Pero eso es independiente de que pensemos de que en muchos de los países la educación bilingüe, con lenguas indígenas, es fundamental. Muchos de los países lo están haciendo.

Una de las cosas que queremos introducir en el intercambio académico y la movilidad académica es las Universidades Indígenas. Tenemos varias en la región latinoamericana, una de ellas formada por el Fondo Indígena y explícitamente considerado incorporarlos a este esfuerzo de movilidad académica.

Usted viene de una carrera en Naciones Unidas. Y también de Costa Rica, un país que en un momento determinante de su historia decidió proteger 25% de su territorio ¿Qué dicen los presidentes latinoamericanos de esa idea: proteger parte del territorio?

No todos los países son iguales, ni tienen los mismos retos en el medioambiente. Pero yo estoy convencida de que no hay futuro distinto a un futuro de desarrollo sostenible. Creo además que ha habido contribuciones muy importantes de países latinoamericanos a este concepto: el concepto de buen vivir que han adoptado Bolivia y Ecuador es algo que hay que mirar con interés porque tiene mucho de lo cual debemos aprender.

Porque no podemos hablar de un mejoramiento constante infinito como si los recursos fueran infinitos. Queremos que todas las personas del planeta vivan bien y con dignidad. Efectivamente, eso significa que el mejoramiento va a tener que ser para aquellos que no han alcanzado ese umbral en el cual podamos vivir bien y con dignidad. Pero hay muchos que están sobrepasados.

Yo que vengo de Costa Rica, un país que invirtió primero en el medio ambiente y se convirtió luego en una forma de vida para una gran parte de nuestra población. En Costa Rica revertimos el proceso de deforestación, de tal forma que hoy tenemos más capa forestal de lo que teníamos cuando empezamos. Vengo de un país que ha hecho de eso también una forma de crecimiento económico. Creo profundamente en esa posibilidad.

En: DW

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Entrevista DW: Dalai Lama: “Esperar lo mejor, pero estar preparado para lo peor”

Durante su visita a Alemania, el Dalai Lama ofreció una entrevista exclusiva a Deutsche Welle. En ella habló sobre perspectivas positivas para el Tíbet, sobre el cambio sociopolítico en China y la crisis en Irak…

Deutsche Welle: Su Santidad, China se vuelve cada vez más poderosa, tanto en lo político como en lo económico, y Pekín usa su poder para aislarlo a Usted, que está comprometido con la lucha por la autonomía del Tíbet. ¿Cree que si China ya hubiera sido tan poderosa en 1989 se le hubiera concedido a Usted el Premio Nobel de la Paz?

Dalai Lama: En 2011 me retiré por completo de mis cargos políticos. Su pregunta apunta a la política, pero ya que la plantea, sí, la República Popular China gana cada vez más poderío económico y militar. Mientras tanto, sin embargo, podemos observar que algunos chinos también apoyan los derechos fundamentales del Tíbet, ya que no estamos buscando la independencia. Ya en 1974 decidimos que nuestro objetivo no es la independencia. Lo único que queremos es obtener los derechos que figuran en la Constitución, y que estos entren en vigor. Esa es nuestra demanda. Todo un grupo de intelectuales chinos apoya ese pedido, por ejemplo, Liu Xiaobo (que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2010 y se encuentra preso cumpliendo una condena de 11 años, N. de la R.).

En los últimos cuatro años nos llamaron la atención cerca de 1.000 artículos de autores chinos, tanto de dentro como de fuera del país, que apoyan nuestro enfoque del “término medio” y critican la política de gobierno de su país. No es una crítica nuestra, sino una crítica dentro de la sociedad china.

A eso se suma que una gran parte de la población china es budista. Hace unos tres o cuatro años, una universidad china llevó a cabo un estudio para investigar cuántos budistas viven en el continente, y el resultado fue que allí viven 300 millones. Muchos de esos budistas son personas con una muy buena formación, y cada vez hay más que tienen interés en el budismo tibetano, entre ellos, incluso algunos miembros del Partido Comunista chino, también funcionarios de alto rango.

Pero pasemos a un nivel más concreto: el gobierno chino está muy preocupado por la imagen de su país. El Ejército y la economía no son los únicos factores que influyen en la política mundial. La República Popular China necesita ganar también autoridad moral, más respeto, más confianza ante el mundo. También el pueblo chino está preocupado por la imagen de China. Muchos chinos que hablaron conmigo me dijeron que su país, a pesar de sus 1.300 millones de habitantes, no posee ninguna autoridad moral. Pero ahora, por ejemplo, el presidente chino, Xi Jinping, quiere encarar seriamente el problema de la corrupción. Y hace poco, durante una visita en Europa, en París, declaró públicamente que el budismo tiene un papel muy importante en la cultura china. Es decir, que los budistas tendrían que asumir una responsabilidad mayor. Para mí eso es algo muy desacostumbrado, que el líder de un partido comunista elogie el budismo, o que haga una observación positiva acerca de él. Así están cambiando las cosas.

Pero, Su Santidad, ¿ve usted alguna mejora en el Tíbet?

Nuestra lucha se mueve entre el poder de la violencia y el poder de la verdad. A simple vista, el poder de la violencia parece mucho mayor y decisivo. Pero, a largo plazo, el poder de la verdad se impone, en eso creo. Ya hay indicios de que líderes e intelectuales chinos cuestionan si la política actual resultará, a largo plazo, verdaderamente en interés de los chinos. Eso también marca que se está produciendo un cambio.

Pero hasta ahora tengo la impresión de que, en lo que concierne a las minorías étnicas en Tíbet o en Xinjian, la cúpula china da su aprobación a la represión y a las inversiones, una doble moral.

Las inversiones son buenas, pero se debe tener en cuenta al medioambiente. En lo que respecta a la violencia, es a menudo contraproducente, sea cual fuere su motivación. Mire lo que sucedió en Irak durante la era Bush. Yo sé que sus intenciones eran buenas, que quería la democracia para Irak. Pero el método era el incorrecto. Por eso se produjeron consecuencias inesperadas. En China, la situación es muy similar.

El tema Irak me lleva a otra pregunta que ocupa a muchas personas en Alemania: de qué modo se debe enfrentar el peligro que representa el grupo terrorista “Estado Islámico” (EI). Usted es venerado y respetado en todo el mundo porque los principios de sus actos están basados en el diálogo y la tolerancia. Pero en Alemania ahora se debate un posible envío de armas a los kurdos en el norte de Irak para luchar contra el EI, lo que sería una ruptura con la política alemana desde la posguerra. ¿Qué haría usted si un diálogo no prospera, o si su interlocutor no está dispuesto al diálogo?

Yo estudié psicología budista, y creo firmemente en la ley de la causalidad. Se están produciendo hechos inimaginablemente trágicos, como asesinatos despiadados en los que incluso mueren mujeres y niños. Pienso que eso es consecuencia de la crisis en Irak. Creo que si la política estadounidense, al tener como meta derrocar a Saddam Hussein, hubiera actuado de manera menos violenta, probablemente la situación actual sería un poco menos terrible. Creo que esta crisis a comienzos del siglo XXI es el resultado de errores del pasado.

¿Qué aconsejaría usted?

Fundamentalmente, digo que es mucho mejor y más seguro no hacer uso de la violencia. Pero la realidad es que muchas personas están sufriendo. Si el mundo no reacciona, eso también sería inmoral. Lo mejor sería intentar negociar. Si eso fracasara, entonces todo dependería de la situación y las circunstancias. Es algo difícil de juzgar.

Volviendo a la situación el Tíbet, ¿cree que podrá volver a visitarlo pronto?

China ha cambiado mucho. En la era de Mao Zedong, la ideología era lo más importante. En la era de Deng Xiaoping, se colocó a la economía por encima de la ideología. (…) Luego llegó la era de Hu Jintao, quien impuso la existencia de una “sociedad armónica” para paliar la creciente brecha entre ricos y pobres, algo que yo también apoyé. Pero han pasado ya diez años, y creo que las cosas han empeorado en cuanto a la “armonía”. El objetivo era bueno, pero, ¿era bueno el método? Se aplicó la violencia. El presupuesto de seguridad interior del gobierno chino es mayor que el de defensa, y creo que ese escenario no se da en ninguna de las 200 naciones del mundo. La política de Xi Jinping parece ser un poco más realista. Deng Xiaoping solía basarse en la máxima de “buscar la verdad en los hechos”. Yo creo que el nuevo gobierno chino sigue esa máxima. Es decir, que hay algo de esperanza. Sea como fuere: es mejor seguir teniendo esperanza, pero hay que estar preparado para lo peor.

En: DW

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