De la baja del petróleo
Por: JULIA RODRÍGUEZ LARRETA. PERIODISTA, DIRECTORA DEL DIARIO EL PAÍS.
La decisión de la OPEP de mantener sus niveles de producción de crudo, a pesar de las presiones de los países que están fuera, como Venezuela y Rusia, a los que no les conviene en absoluto la baja del precio del barril, manteniendo el exceso de oferta, tiene implicancias en todo el mundo. En las naciones productoras, en los inversores y en las empresas.
En la Argentina se producirán efectos encontrados. Las malas políticas implantadas por los gobiernos kirchneristas hicieron que se dejara de invertir en el sector y como consecuencia, en vez de continuar en la senda de ser exportadora neta se convirtió en gran importadora. Ahora, con la caída de los precios, podrá disminuir los grandes desembolsos que ha tenido que hacer a lo largo de estos años, para poder cumplir con los requerimientos energéticos. Ya no le será tan cara la compra de combustible, al tiempo que se ha dado la paradoja de que a raíz de la recesión económica en la que ha caído, en estos días ha exportado más. Lo que suele vender es crudo liviano a Venezuela, que lo necesita para mezclarlo con su pesado petróleo.
De acuerdo a los datos de Enarsa del mes de setiembre, (últimos disponibles) el monto a pagar por la importación de gas natural fue un 21% menor que el valor promedio del mismo mes del año pasado. En el corto plazo, si la baja se mantiene, puede resultar en un descenso del 30% en las erogaciones por este motivo, en comparación con el 2013. Y si los precios locales en los surtidores se acompasan con este descenso, (algo que no ha ocurrido en Uruguay) el consumidor se encontrará en situación más ventajosa.
Pero por otra parte, ante la gran incertidumbre en el mercado petrolero, las expectativas creadas alrededor de los yacimientos de petróleo no convencionales en la región neuquina, han comenzado a desinflarse. Las esperanzas que despertó la inmensa zona de Vaca Muerta con su potencial en hidrocarburos de esquisto ya no se mantienen. La posibilidad de atraer las importantes inversiones que requiere este tipo de explotación, primero se enfriaron con el default “selectivo” argentino a mediados de año y actualmente con la caída en picada del oro negro, ya que la técnica del fracking es muy costosa. Esto seguramente dañará los planes de YPF, porque a estos precios ya no será atractivo para los inversores la rentabilidad que pueda obtener de proyectos como el de Vaca Muerta. El sistema del fracking hidráulico, que en Estados Unidos se encuentra muy desarrollado, se hizo cuando los precios del barril eran otros. Superaban ampliamente los U$ 100 dólares, llegando a estar a U$ 140. En la actualidad el barril de Brent para entrega en enero, se cotizaba en Londres a menos de U$ 70, su nivel más bajo desde 2009 y en Nueva York el “light crude” de Texas cayó a un precio que no se veía desde julio de ese año; U$ 63,72. Desde mediados de junio de este año, el crudo perdió 37% de su valor.
No es sin embargo, la primera vez que sucede algo así. Al principio de la crisis financiera mundial, entre julio y diciembre de 2008, los precios habían descendido en cinco meses, de 146 dólares el barril, a algo menos de 40 dólares. Es parte de su volatilidad histórica.
En el panorama se percibe que el abaratamiento habrá de continuar ante la amplia oferta y el enfriamiento de la actividad económica en China. Para un país como Estados Unidos, los efectos de esta coyuntura serán posiblemente neutros. Para los no productores, como Francia, Italia, Suiza, España, hablando de Europa y si miramos a América Latina, en nuestro caso, ampliamente positivos. En cambio, para las naciones donde la producción de es vital, como Venezuela, Rusia, Irán, es un problema muy serio y en la reunión de la OPEC, sus pretensiones de disminuir la oferta para que el precio se recupere, se estrellaron contra la firme posición del ministro saudí del petróleo, Ali al Naimi. Quedó en claro su rivalidad con Estados Unidos, su interés en no perder posición en el mercado y patear a la producción de shale. Una apuesta arriesgada que se puede permitir por el bajo costo que tiene para ellos la extracción del hidrocarburo, en su país.
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