La experiencia Google Glass: habla la paranoia

Reafirmo nuevamente mi crítica: ¿Por qué desarrollar este tipo de tecnología? Creo que es un arma de doble filo. Si ya contamos con la posibilidad de ubicar geográficamente a una persona en cualquier parte del mundo a través del celular, la cámara fotográfica o la tablet, ahora se avecinan los lentes conectados a internet que permitirán ver lo que estamos observando sea en tiempo real o a través de imágenes ya grabadas.

Si desde hace 30 años las personas se encuentran desconectadas de lo que sucede alrededor suyo siendo expuestas a una sordera irremediable con el uso de los audífonos, ahora, con la creación de los smartphones y la novedad del Google Glass la conducta humana parece tornarse más introvertida que antes. Es como si el ser humano estuviera siendo condicionado a depender de la información en vez de hacer que ella dependa de nosotros. Esto último lo corroboro cuando, con horror, escucho a algunas personas (estudiantes universitarios) que prefieren citar la Wikipedia antes que buscar y verificar la información por si mismas en las bibliotecas y otorgarle otra perpectiva. Repíto: Estamos siendo condicionados y creo que es normal pero hasta cierto límite.

No se trata de que tengamos algo que esconder, se trata de privacidad y libertad, una verdadera libertad, no una libertad aparente, simulada o artificial (donde todo es alegría y perfección, pues nadie cuelga, por ejemplo, sus penurias económicas en el Facebook, ¿o si?). Además, critico la manera en que se filtra este tipo de tecnología en nuestras vidas: a través de las necesidades aparentes (una realidad de segundo plano) que crean la moda y el marketing agresivo de dimensiones mundiales al que estamos expuestos. Posiblemente sea un negocio más, pero siento que es una intrusión burda y que apela a la necesidad de gente sin personalidad para mostrarle al mundo aquello de lo que exactamente carecen o desean. Es mi punto de vista.

Desde que me enteré que algunos celulares, webcams y cámaras incorporadas a nuestras laptops pueden registrar visualmente nuestra intimidad siendo monitoreadas externamente y sin que nos demos cuenta, he evitado comprar smartphones y hasta he tapado con el maskintape ese extraño ojo que una vez se profetizó sería el ente omnipresente que nos vigilaría, conociendo todo lo que hacemos en nuestras vidas. En fin, para paranoico con las conspiraciones uno mismo. Hay que se conscientes de que compartimos nuestra vida en las redes sociales no necesariamente con quienes queremos, existe un tercero, una corporación, un gigante que se alimenta de nosotros, que sabe más de nosotros que nuestra familia, que nos conoce, e inclusive, sabe si alguien nos está dice la verdad o no (a.k.a. opciones de privacidad, bloqueos, etc.). ¿Por qué? Porque ella maneja y es dueña de toda nuestra información personal y la de nuestros “amigos”. Increible, ¿no?.

http://www.youtube.com/watch?v=JP4Xh8aFGVs

Ver: elproyectomatriz

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