Reformas: La Misión Kemmerer en el Perú

Por Eugenia Gozzi y Ricardo Tappatá

El 5 de noviembre de 1930, el por entonces presidente del Banco de Reserva, Manuel Augusto Olaechea, propuso la venida de la Misión presidida por Kemmerer para cooperar en la reforma monetaria y bancaria del país. La Misión concluyó su tarea recién en abril de 1931.

Los documentos presentados por la Misión en abril de 1931 fueron once: 1) Proyecto de ley de impuestos sobre la renta; 2) Proyecto de reorganización de la Contraloría General de la República; 3) Proyecto de ley general de Bancos; 4) Proyecto de ley para establecer una contribución predial por los concejos provinciales y distritales; 5) Proyecto de ley de creación del Banco Central de Reserva del Perú; 6) Proyecto de ley de aduanas; 7) Informe sobre el crédito público; 8) Proyecto de ley orgánica de Presupuesto; 9) Proyecto de ley de reorganización de la Tesorería Nacional; 10) Proyecto de ley monetaria; 11) Informe sobre la política tributaria del Perú.

La Junta de Gobierno de 1931 acogió solamente tres de los once proyectos.

Uno de los principales proyectos de la Misión fue la propuesta de ley del Banco Central de Reserva. En 1922 había sido creado el Banco de Reserva del Perú como organismo regulador del sistema crediticio. Su capital estaba constituido por acciones suscriptas en partes iguales por los bancos del sistema financiero y por el público. Siete miembros de su directorio eran elegidos por los bancos, uno de los cuales debía representar los intereses extranjeros, mientras que correspondía al Gobierno nombrar a otros tres. El banco tenía entre sus funciones la emisión exclusiva de billetes. Además, podía recibir depósitos de los bancos accionistas y del gobierno, descontar documentos, negociar oro y aceptar depósitos del público sin intereses. Su capacidad para dar estabilidad a la moneda era limitada. Los billetes que emitía el Banco de Reserva eran inconvertibles (la convertibilidad se había aplazado hasta que la situación económica se normalizara).

La Misión Kemmerer realizó críticas al marco legal del Banco de Reserva: exceso de poder de los bancos; su exclusividad en las operaciones de préstamo y descuentos; impotencia para fijar un cambio estable para la moneda nacional o aportar un fondo de créditos para casos de emergencia; limitaciones de capital; reducida capacidad para resistir las presiones políticas; restricciones a las operaciones, circunscriptas a Lima y sus alrededores.

Basada en las propuestas de Kemmerer, la Junta de Gobierno expidió el decreto ley N° 7137, del 18 de abril de 1931, referido al Banco Central de Reserva. A esta institución le correspondió asumir las acciones del Banco de Reserva y tomar su activo y pasivo. La función principal del Banco Central debía ser la de mantener estable el valor de la moneda y proporcionar al país; en determinadas circunstancias, un aumento de crédito líquido, para dar a la circulación monetaria la necesaria flexibilidad en armonía con “la demanda variable del comercio”.

Otra de las propuestas fue la ley de bancos. El 23 de mayo de 1931, mediante el decreto ley N° 7159, la Junta Nacional de Gobierno dio sanción oficial a la ley de bancos propuesta por la Misión Kemmerer. Por primera vez el Perú tenía una legislación bancaria. La Ley de Bancos mencionó explícitamente todas las operaciones que podían realizar las entidades bancarias y las relaciones que debían mantener en las distintas partidas de su activo y de su pasivo. Ordenó también la publicación de todos los datos necesarios para apreciar su verdadero estado y solidez. También restableció la Superintendencia de Bancos, creada a principios de 1931 y que había sido disuelta al poco tiempo.

Otra de las propuestas de la Misión fue la reforma monetaria, incorporada en la ley N° 7126 para estabilizar el sol de oro. La nueva ley monetaria implicó la vuelta al patrón oro, suspendido en el Perú desde 1914. No obstante, el empeoramiento de la crisis mundial y la gravedad de los problemas internos continuaron produciendo un drenaje muy fuerte de la reserva monetaria, con la consiguiente contracción del circulante al que servía de respaldo, y de los medios de pago en general. El ensayo del restablecimiento de la convertibilidad fue efímero, pues sólo duró desde abril de 1931 hasta mayo de 1932.

Integrantes de la Misión en el Perú:
Los colaboradores de Kemmerer en Perú fueron: Stokeley W. Morgan, experto en crédito público e impuestos; Joseph T. Byrne, especialista en presupuesto y contabilidad; Paul M. Atkins, experto en crédito público; Lindsley Dodd, experto en presupuesto; William F. Roddy, especialista en aduana; y John Phillip Wernette, experto en contribuciones. El técnico en bancos Walter M. Van Deusen se incorporó a la Misión más tarde, y permaneció en el Perú durante un tiempo como asesor técnico de la Superintendencia de Bancos.

En: Primera iniciativa de reforma financiera profunda en América Latina: LA MISIÓN KEMMERER

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