SE VIENE EL ‘SEQUESTER’

Se viene el “Sequester” (embargo o recorte) en los Estados Unidos el cual de entrar vigor supondrá una reducción del gasto público de 1.2. billones de dólares. Para los republicanos, el presidente de los Estados Unidos Barack Obama está presionando y exagerando para convencerlos con argumentos catastróficos como las pérdidas de puestos de trabajo y huelgas, asi como la prescindencia de cientos de profesionales en la administración pública norteamericana. 

Este viernes 1 de marzo vence el plazo para llegar a un acuerdo pues se considera que el acuerdo tomado a fines del año 2012 fue solo un aplazamiento de algo que de todas maneras sucederá afectando internamente miles de puestos de trabajo tanto a nivel privado como a nivel público. Estos recortes de gastos también tendrán un impacto en el crecimiento de la economía global, de entrar en vigor.

EN 7 DIAS SE VIENE EL SEQUESTER

FRIDAY, FEBRUARY 22, 2013

Quiero otra vez referirme al resultado de la “negación” de los republicanos de la Cámara de Representantes a aumentar el techo de la deuda en el 2011.  En exactamente 7 días el “sequester,” obligará a la administración Obama a poner en práctica recortes de gastos por $85 billones que saldrán de programas militares y domésticos. Efectivo el 1ro de marzo, esos recortes obligatorios son el principio de $1 trillón en recortes programados para la  próxima década que afectarán desde niños a ancianos.

En el pasado, las leyes presupuestarias le han permitido a la rama ejecutiva del gobierno hacer pequeños recortes de gastos aprobados por el Congreso. Es a esos recortes que se les llama “secuestro,” porque el gobierno retira los fondos después de la aprobación del Congreso. Pero este secuestro histórico que parece vamos a sufrir ahora es mucho mayor que los anteriores. En el año fiscal que va desde el 1ro de octubre hasta el 20 de septiembre, los recortes serán un 5% de programas no militares y 8% de programas de defensa. Pero como estarán comenzando casi a la mitad del año fiscal, el verdadero impacto de esos últimos 7 meses es de un 9% a programas que no son de defensa y un 13% a los de defensa.

Después de mucho debatir, ambos partidos acordaron acogerse a la Ley de Control del Presupuesto que recorta los gastos domésticos por alrededor de $1 trillón durante los próximos 10 años. Los demócratas no estuvieron de acuerdo con hacer más recortes sin ingresos provenientes de incrementos de impuestos y los republicanos se negaron a permitir aumentos de impuestos a millonarios y corporaciones. Así llegamos al secuestro. El Congreso formó un comité para llegar a un acuerdo, pero las negociaciones adoptaron una segunda línea de defensa destinada a ser tan difícil como inalcanzable. Es decir $1.2 trillones de recortes automáticos a todos los programas domésticos y militares comenzando este mismo año.  

Todos recordamos aquel “trato de la víspera de año nuevo” (imposible olvidarlo) que retrasaría los recortes por dos meses. Ese trato reducía $24 millones de recortes, es decir, a un total de $109 billones este año, con una combinación de medidas para los ingresos por impuestos. Las reglas del secuestro le impiden a las agencias federales escoger de cuales programas recortar porque el porcentaje de los recortes debe ajustarse a programas, actividades y proyectos específicos, lo que no permite recortar programas que puedan o no ser efectivos y  proteger a aquellos de los que dependen la seguridad y salud pública.

En lugar de arreglar el problema que tendrá un impacto negativísimo en la nación, Washington se disputa a quien echarle la culpa. Ahora los republicanos dicen que el secuestro fue idea de la Casa Blanca, para como de costumbre, culpar al Presidente Obama. Pero eso es relativo, puesto que el presidente lo que propuso fue una combinación de aumentos de impuestos y recortes domésticos automáticos, que los republicanos rechazaron. Dijeron que en su lugar, aceptarían todos los recortes militares a los que se habían negado anteriormente. No obstante la Ley de Control del Presupuesto aprobó un voto bipartidista con casi todos los líderes republicanos, y el Presidente Obama la firmó.

El mes que viene, las agencias federales tendrán que avisarle a los contratistas, a programas subvencionados, a  gobernadores, etc. cuantos fondos van a perder. Empleados perderán sus trabajos y los que no, recibirán salarios menores. Los contratistas perderán sus contratos federales o tendrán que cobrar mucho menos. Si despiden a los administradores de recursos naturales muchas de nuestras playas y parques tendrán que cerrar. Las áreas rurales sufrirán mucho. Las escuelas también porque habrá despidos del personal escolar.  Las demoras en los aeropuertos serán mucho más largas y frecuentes porque se recortará el número de supervisores de tráfico aéreo. Los cheques del Seguro de Desempleo y Social Security serán mucho más pequeños porque vendrán reducidos un 9.4 %. Los médicos y proveedores de pacientes de Medicare lo sentirán también. En línea están despidos a empleados civiles que trabajan para el Departamento de Defensa. 

Claro que todo esto se puede evitar. Es posible, excepto que ahora ambos partidos están negados a ceder. Los demócratas quieren forzar a los republicanos a negociar poniéndoles la presión del pueblo, pero están casi seguros de que esa presión no los hará cambiar. No ha funcionado en el pasado, ¿Por qué ahora si?

El Presidente Obama quiere una combinación de una mitad de recortes de gastos y la otra mitad en aumentos de impuestos a  millonarios y corporaciones. Los republicanos dicen que están dispuestos a suavizar los recortes a  programas mandatorios (estampillas de comida, seguro médico infantil y Medicaid)  sin estar sujetos a la supervisión anual del Congreso. Pero insisten en que no van a incrementar los impuestos como quiere el presidente.

Obama espera que se haga un trato similar al que movió el secuestro de enero a marzo: La mitad de los ingresos, una cuarta parte de recortes domésticos y la otra cuarta parte en recortes militares. Y quiere suspender el secuestro hasta el 30 de septiembre porque la demora le permite al Congreso y a la Casa Blanca negociar para ampliar el presupuesto antes de incluir el Social Security y Medicare en los recortes, con los incrementos de impuestos. Pero nuevamente los republicanos insisten en no aceptar ningún ingreso que venga de un aumento de impuestos.

Los americanos hemos pasado los últimos años con una crisis presupuestaria tras la otra; apurados para no pasarnos de plazos y evitar el constante caos elaborado por la intransigencia del GOP.  Si se logra cancelar el secuestro, habrá otra fecha límite más. Pero de no haberlo, ya saben lo que pasará. Es más, si no llegan a un acuerdo de partidos, parte del gobierno federal  cerrará porque solamente hay dinero para mantener una gran parte hasta el 27 de marzo. Pero quizás todo este Kabuki republicano es precisamente para eso. Porque para ellos mientras menos gobierno mejor. Si afectan a la nación o no, les tiene sin cuidado.

En: www.evaladeadan.com

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