El portal de Knight Center for Journalism ha detallado que en la cobertura de las lluvias, inundaciones y deslaves que paralizaron a Río de Janeiro esta semana y que dejaron más de 150 muertos, la participación de los ciudadanos como periodistas llamó la atención. Además de testimonios en blogs y en Twitter, la gente envió numerosas fotos, relatos y videos a los medios tradicionales. Esto permitió una cobertura rápida y completa que no habría sido posible con reporteros trabajando por separado y en solitario.
Al final de la mañana, cuando muchos periodistas aún intentaban llegar a sus redacciones, aislados como tantos otros cariocas, los sitios de noticias ya habían publicado fotos, videos caseros y testimonios de ciudadanos que registraban el caos en toda la ciudad.
Uno de los aspectos más positivos de esta cobertura es que los noticieros llegaron a lugares tradicionalmente olvidados por los grandes medios, como los barrios y municipios suburbanos, más conocidos como favelas. El acceso de los ciudadanos a las noticias pesó más que el hecho de que sus registros no se ajustaran a los parámetros estéticos actuales, añade el artículo.
Uso de los Medios
Hasta Jornal Nacional, el noticiero más tradicional del país, recurrió a los videos producidos por gente común. Lo mismo hicieron los programas de TV Globo, reconocida por la calidad de sus imágenes.
El diario O Globo creó un mapa colaborativo que permitió a estos periodistas ciudadanos agregar sus propios datos sobre la tragedia, además de publicar fotos y textos de opinión.
Importancia de Twitter
Las informaciones también corrieron rápidamente fuera de los medios tradicionales. Twitter se convirtió en el principal mecanismo de prestación de servicios entre ciudadanos de la región, que usaron esta herramienta para avisar sobre puntos intransitables mediante fotos, textos y videos, además de propagar severas críticas a los políticos del estado..
El columnista Ricardo Noblat, con un popular perfil en Twitter, consiguió 390 nuevos seguidores sólo el martes 6 de abril, contra su promedio de 70 al día. Noblat explica en su blog qué fue lo que ocurrió: “Por cada información que yo daba, los lectores mandaban siete u ocho más. Y yo reenviaba cada una [de estas noticias] para los seguidores del blog”.
Un hecho impresionó al experimentado periodista: ninguna de las informaciones enviada por los lectores estaba errada. “Su testimonio era más vivo y creíble que el mío”, dice Noblat, quien, después de todo, cubrió la tragedia desde Brasilia, a más de 700 kilómetros de Río de Janeiro
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