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01/07/10: ¿MILAGRO PERUANO?

¿MILAGRO PERUANO?

Efraín Gonzales de Olarte

Periodistas de Argentina y Chile me llamaron la semana pasada para preguntarme si podríamos hablar del milagro peruano. Parece que en la reunión de ALCUE el caso peruano fue visto como ejemplo a seguir e incluso se habló, supongo que en broma, que los griegos podrían tomar el ejemplo peruano para resolver su profunda crisis. En todo caso, la evolución económica del Perú despierta curiosidad internacional.

La verdad es que 8 años de crecimiento continuo con baja inflación es un fenómeno inédito en la historia económica del Perú. Aún más, las probabilidades que se siga creciendo en los próximos años son altas. Además, otros indicadores de inversión, de clasificación de riesgo y la continua mención del caso peruano por el FMI o el Banco Mundial, generan en el exterior la imagen de un país en carrera a otras ligas. Pero, ¿podemos hablar de un milagro, a la alemana o a la japonesa?

Tanto el milagro alemán como el japonés tuvieron tres características: 1. Tuvieron un rápido crecimiento económico, partiendo de una situación de devastación económica. 2. El crecimiento fue muy equitativo y repartió sus frutos a toda la población, con distintas formas de intervención del Estado, pero con un rol fundamental del sector privado. 3. El crecimiento generó una actividad tecnológica y científica que les sirvió para renovar sus fuentes de crecimiento.

El Perú ha logrado lo primero, pero no lo segundo y en el tercer aspecto estamos en nada. El sólo crecimiento sostenido es un logro, pero la duda es si este crecimiento es capaz de mejorar la equidad de manera endógena. Hasta el momento no lo parece, pues el modelo de crecimiento primario exportador y de servicios (PESER) no reparte automáticamente sus frutos porque no genera todavía “empleo decente” de manera masiva. Esto obliga a que el redistribuidor sea el Estado, pero éste es relativamente chico e ineficiente. Aquí, hay dos soluciones o se perfecciona el modelo o se reforma el Estado. La discusión está abierta.

En lo que si estamos muy atrasados es en la innovación tecnológica y la investigación científica aplicada. Aquí ni el Estado ni el sector privado han interiorizado la importancia de promover una política de Ciencia y Tecnología, por ejemplo dándole recursos para la investigación a la buenas Universidades.

En resumen, cuando la pobreza se haya reducido a menos del 10%, la desigualdad social y territorial tenga Gini’s de menos del 0.4, cuando la tasa de asalariamiento sea superior al 65% (entonces los peruanos no querrán irse del Perú), cuando el gasto/inversión en Ciencia y Tecnología sea 2% del PBI, entonces si podríamos estar frente al MILAGRO PERUANO.

(Publicado en el Suplemento D1 de EL COMERCIO, del 21-06-2010) Leer más »

09/06/10: ¿Milagro peruano? : Crecimiento, desigualdad, pobreza y democracia

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La economía peruana ha crecido durante los últimos 8 años de manera continua y el último año logró capear el temporal internacional. Es un fenómeno inédito en la historia económica posterior a la segunda guerra mundial, más aún, las probabilidades que se siga creciendo en los próximos años son bastante altas. El Perú ha entrado en un ciclo de expansión de largo plazo. ¿Estaríamos frente al milagro peruano?

Es verdad que con un crecimiento promedio del producto per cápita por encima del 5% al año durante ocho años, varios problemas se comienzan a resolver y el país está cambiando. El tema es si los problemas se resuelven para todos y para quienes es el cambio. Aquí entramos entonces en la dinámica ya conocida de América Latina del crecimiento con desigualdad. El crecimiento basado en el modelo primario-exportador y de servicios (PESER) que ha resultado después de la reformas neoliberales en el Perú, reparte de manera desigual los beneficios del crecimiento, los sectores modernos, de gran escala, exportadores con mejor capital humano son los que se han beneficiado mucho más que los sectores tradicionales como los campesinos, los pequeños productores, los sectores que emplean mano de obra poco calificada. La regla parece ser clásica, se benefician aquellos sectores con mayores productividades y con mayores escalas productivas.

Por ello, la pobreza ha retrocedido con menor velocidad a la que va el crecimiento, y la desigualdad parece inconmovible, aunque sus determinantes hayan ido variando con el tiempo. Lo cierto es que una buena parte de la población tiene la percepción de que el crecimiento agregado no la ha beneficiado como a los otros. Esto genera una exclusión social, sobre todo por su débil participación en los mercados. Hoy un poco más del 55% de la población es asalariada, es decir pasa por el mercado de trabajo, sólo el 35% tiene acceso al crédito, sólo una minoría participa en el mercado de capitales, aunque la mayor parte esta inserta en la economía de mercado.

En la última década la economía peruana creció más de 50% y la pobreza retrocedió en 20%, al año 2010 la población que está bajo la línea de la pobreza es el 34% habiendo estado en 54% el año 2000. Esto ha demostrado que el crecimiento reduce la pobreza, sin embargo, con este ritmo se necesitará por lo menos dos décadas de crecimiento para terminar con ella. Este es un desafío.

Lo mismo no se puede decir de la desigualdad, pues los coeficientes Gini han disminuido levemente, en el mejor de los casos, pues la información estadística al respecto no es confiable. Sin embargo, si bien las extremas señales de desigualdad existentes en el Perú son preocupantes desde un punto de vista ético o político, en verdad no son altamente críticas siempre que haya movilidad social interna y migración de la fuerza laboral hacia el exterior, cosa que hoy con la crisis internacional se ha limitado, lo que podría cambiar el problema. Sin embargo, en el largo plazo una reducción de la desigualdad es imprescindible para consolidar y estabilizar social y económicamente el Perú. Una menor desigualdad con menores niveles de pobreza genera una demanda efectiva mayor que se constituye en un factor de inversión para el mercado interno, lo que genera mayor empleo e integración y permite entrar en el círculo virtuoso del desarrollo, es decir del crecimiento con redistribución.
Por alguna razón, la desigualdad retrocede en los periodos de recesión y se incrementa en los periodos de bonanza económica. El actual modelo económico no parece haber afectado esta situación, lo que sí nos parece que ha cambiado son los determinantes de la desigualdad, que son la concentración de la propiedad de los bienes de capital, las tecnologías ahorradoras de trabajo y la extrema desigualdad educativa. Sin embargo, la principal característica del modelo es que no tiene mecanismos endógenos para resolver los problemas de desigualdad y exclusión, por ello la intervención del Estado es imperiosa, pero éste no tiene los recursos suficientes para poder redistribuir y la estructura política no favorece a la redistribución por medios políticos, dada la crisis de representación política no resuelta desde los años 90.

ORIGENES DEL NUEVO CRECIMIENTO.

A finales de los años ochenta, el Perú atravesó una crisis productiva y distributiva combinada, es decir una crisis estructural. La reestructuración vino por el lado productivo, el Perú se hizo un país más minero, más de servicios, acompañados por un boom de construcción al que no estábamos acostumbrados y, en los últimos años, un incremento del sector industrial vinculado a la agro-exportación y a los servicios. Una característica importante de esta reestructuración fue que estos sectores no tuvieron capacidad creadora de empleo en magnitudes importantes, la tecnología utilizada por todos ellos, salvo la agro-industria, ha tendido a ahorrar mano de obra. Además, dichos sectores no compran materias primas u otros insumos a otros sectores domésticos en magnitudes considerables, en consecuencia, el efecto multiplicador de las inversiones en el empleo ha sido limitado. Esta es la razón por la que existe, de manera latente en la población, la sensación de que uno de los principales problemas en el Perú es la falta de empleo adecuado o decente, es decir, formal, con salarios adecuados y buenas condiciones de trabajo; lo que hay son malos empleos informales, mal pagados y sin ningún beneficio social. Es evidente que el problema del desempleo y sub empleo existente es la primera causa de que el crecimiento económico no se redistribuya. La verdad de esta situación se ilustra en la reciente dinámica de departamentos como Ica y la Libertad, donde las inversiones hechas generan una mayor demanda de trabajo, en consecuencia se tiene la sensación de reducción de la pobreza y de la desigualdad, algunas estadísticas lo corroboran.

La reestructuración productiva no resolvió la crisis distributiva y la pobreza por dos razones: i) porque los niveles de pobreza y la inequidad distributiva precedentes habían alcanzado niveles no vistos antes, por lo menos si tomamos en cuenta las estadísticas a mano. Enfrentarlos habría requerido de un gran esfuerzo público y privado, lo que era imposible en un país quebrado, ii) porque la nueva estructura productiva no ha logrado generar los eslabonamientos entre sectores y territorios capaces de generar más mercados de trabajo y de capitales, es decir, esta estructura no logra integrar hasta ahora más sectores a través de más mercados. En consecuencia, pese a tasas de crecimiento macroeconómico por encima del 8% al año, estas no son suficientes como para promover mayor empleo e ingresos y, en consecuencia, para reducir la desigualdad , dada la envergadura de la pobreza previa, la aún importante tasa de crecimiento demográfico y a una nueva estructura productiva de capacidad limitada para crear empleo, en el conjunto de la economía y de las regiones.

La situación es pues compleja, sobre todo porque se suponía que el ajuste estructural neoliberal debería haber logrado que los mercados funcionaran de manera fluida, que la generación de empleo sería tarea íntegra del sector privado y que el Estado debería ocuparse solamente de las políticas sociales y de reducir la pobreza, dada la reducción de sus funciones. Todo esto no ha sucedido, como la teoría neoclásica lo preveía. Lo que se ha alcanzado es un robusto crecimiento económico jalado por la demanda internacional de materias primas, la libre afluencia de capitales y las inversiones en sectores de altísima rentabilidad determinada por la demanda de materias primas debido al crecimiento de China, India, Europa y Estados Unidos de antes del 2008. Es pues un crecimiento muy dependiente de factores exógenos, es decir, sobre los cuales ni el sector privado ni el sector público peruano tienen capacidad de influir. El modelo económico peruano primario exportador y de servicios tiene pocas fuentes autónomas de crecimiento, lo que hace que todos los avances en reducción de la pobreza y ligera disminución de la desigualdad puedan ser fácilmente revertidos en la próxima crisis de balanza de pagos.

¿MILAGRO PERUANO?

El Perú ha cambiado y sigue cambiando al compás de estos procesos. Hoy es un país con un nuevo modelo económico, con nuevos sectores sociales, con un predominio del sector privado, con un estado aún pequeño y débil, con dificultades de reformarse. La democracia permite mayores libertades de expresión de descontentos y apoyos al modelo, la población va descubriendo sus derechos y sus deberes, parece estar emergiendo una nueva clase media proveniente de profesionales, empresarios y técnicos ligados a los sectores de servicios, la cultura del riesgo se va implantando poco a poco, al mismo tiempo que el peruano promedio se hace más individualista.

Todo esto parece un milagro, en un país acostumbrado a la pendularidad en las políticas económicas y en la política, a alzas y bajas económicas, a altas tasas de inflación. También es un milagro que con tanto crecimiento con desigualdad, las protestas populares no hayan puesto en jaque el sistema democrático y esto es porque el Estado en sus tres niveles de gobierno ha tenido más recursos para construir la infraestructura básica, mejorar los servicios sociales y asumir nuevos roles Sin embargo, ya con una economía estable, con crecimiento, con baja inflación, es necesario pasar a una etapa de priorización de la educación superior y técnica, de políticas sectoriales que permitan un crecimiento territorial más equilibrado, una política de inversiones descentralizada y una política de alianzas internacionales para favorecer una mejor inserción en los mercados internacionales. Quizás entonces hablemos en serio del milagro peruano, cuando la pobreza se haya reducido a menos del 10%, la desigualdad social y territorial tenga Gini’s de menos del 0.4, cuando la tasa de asalariamiento sea superior al 65%, es decir, cuando los peruanos no quieran irse del Perú. Todo esto manteniendo y perfeccionando el régimen democrático, pues entonces los cambios habrán sido participativos y representativos, entonces estaremos frente al milagro peruano sin la menor duda.

Junio 2010

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15/04/10: COORDINACIÓN DE LAS POLITICAS ECONÓMICAS Y DESARROLLO

COORDINACIÓN DE LAS POLITICAS ECONÓMICAS y DESARROLLO
Efraín Gonzales de Olarte

Es fundamental para el desarrollo la coordinación de las políticas económicas. Las políticas económicas son de tres tipos: macroeconómicas, sectoriales y sociales. Los países que se han desarrollado han logrado que estas tres políticas funcionen de manera coordinada con objetivos de estabilidad, crecimiento y redistribución, de manera simultánea.

La idea central es que las políticas macroeconómicas deben generar estabilidad de precios relativos (tipo de cambio, tasa de interés, sueldos y salarios y precios públicos) que permitan previsibilidad en la inversión, el consumo y el endeudamiento. El problema es que tienen resultados uniformes para todos los sectores y regiones, o sea que no están diseñadas para corregir las desigualdades productivas, regionales y sociales existentes. Para promover ciertos sectores productivos y/o corregir desigualdades productivas, están las políticas sectoriales que tomando en cuenta sus particularidades utilizan instrumentos adecuados. Deben servir para promover aquellos sectores que sean capaces de incrementar la productividad y el empleo, que en el fondo son las metas esenciales del crecimiento de largo plazo. Por su parte, las políticas sociales deben servir para compensar y disminuir las desigualdades sociales en el consumo de bienes y servicios esenciales para el desarrollo humano.

El desafío, para aquel gobierno que tenga metas de desarrollo de largo plazo, es cómo hacer para que las tres políticas cumplan con sus metas específicas: estabilidad macroeconómica, promoción productiva sectorial y reducción de las desigualdades y de la pobreza, y al mismo tiempo generen un resultado global mayor a la sumatoria de los resultados parciales. Es decir, como se las coordina bien y cómo se armonizan sus objetivos, los instrumentos y los presupuestos necesarios.

El Perú no logra mejores resultados de sus políticas económicas en el desarrollo porque no hay una buena coordinación entre ellas, tanto en sus objetivos como en sus instrumentos. Por ejemplo, durante el gobierno de Fujimori la política macroeconómica generó estabilidad y crecimiento pero con desigualdad y pobreza, frente a lo cual se utilizó políticas sociales para compensar los resultados negativos de las primeras. Algo ha fallado, pues al final la situación distributiva no ha variado, pese a los recursos utilizados. Hoy tenemos problemas similares, por ejemplo la política macro, en su componente monetario, permite la flotación sucia del tipo de cambio, sin embargo hay una tendencia ya duradera de sobrevaluación del Sol, lo que lleva a la importación de muchos productos que se podrían producir internamente, lo que genera menos empleo, menos ingresos y más pobreza. Nuevamente, los resultados de las políticas macro generan desigualdades que se reproducen.

En nuestro criterio estos problemas se han suscitado por la inexistencia de políticas sectoriales, concordantes con los resultados de la política macro y capaces de reducir las desigualdades productivas, las cuales están en la base de las desigualdades distributivas. Las políticas sectoriales deberían ser capaces de promover aquellos sectores que generan empleo, incrementan las productividades, exportan y aumentan los ingresos.

El problema es cómo definirlas y llevarlas a cabo para que haya una coordinación de metas e instrumentos de política. El problema se hace más complejo si tenemos en cuenta que quienes deberían llevar a cabo estas políticas son los distintos niveles de gobierno. La política macro es responsabilidad del gobierno central, las políticas sectoriales deberían ser definidas y planificadas en una instancia mixta de gobierno central con gobiernos regionales, y las políticas sociales deberían ser diseñadas por el gobierno central a la par de dotar de los recursos financieros, deberían ser ejecutadas por los gobiernos locales (municipalidades provinciales y distritales) y supervisadas por los gobiernos regionales que deberían coordinar con todas las municipalidades de su jurisdicción. En verdad, se requiere de una ingeniería institucional y política, porque además los distintos niveles de gobierno responden a sus electores. En verdad se requiere una maquinaria suiza en un país tropical como es el Perú. Un verdadero reto. Difícil pero no imposible. Veamos porqué?

El secreto de las políticas sectoriales consiste en elegir los sectores que el Estado debe apoyar y entrar en acuerdos de mutua conveniencia con las empresas. En el Perú, los sectores que generarían mayor productividad, más empleo y más exportaciones están en la agro-industria, la agricultura ecológica, la pesca industrializada, los servicios atractivos al turismo y manufactura no competitiva con las importaciones. Los instrumentos de las políticas sectoriales son el acceso a paquetes tecnológicos, acceso a crédito de largo plazo, utilización de los tratados de libre comercio, es decir, capacidad del estado de facilitar el acceso a mercados externos. Fuera de ello, la política macro debe tratar de corregir progresivamente el tipo de cambio para favorecer nuevos sectores exportadores, promover las tasas de interés bajas para la importación de maquinaria y tecnología para los sectores exportadores. Además, acompañar de una política de formación laboral para los sectores escogidos.

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18/03/10: ¿PORQUE LA PRESION TRIBUTARIA NO SUBE?

¿Porqué la presión tributaria no sube?

Efraín Gonzales de Olarte

“La presión tributaria, definida como los impuestos pagados por los privados sobre el producto total, se ha estancado alrededor del 15% desde hace varios años. Con esta presión es muy difícil que el Estado peruano solucione los principales problemas sociales, por ello es importante saber el origen de esta situación”.

La capacidad de cobrar impuestos del estado depende de la base económica y de la organización del cobro. La base económica se refiere a la masa potencial de ingresos que obtienen los distintos sectores de diferentes fuentes de riqueza, en tanto que la organización que se ocupa del cobro es la SUNAT. Nos parece que las razones por las que no se logra ampliar la presión tributaria son tres: la informalidad, la desigualdad distribución de los ingresos y la estructura tributaria.

La informalidad hace que una parte de los ingresos de personas y empresas no paguen impuestos, a través de la evasión y la elusión. Aquí cabe una mayor acción de la SUNAT y campañas de ética tributaria.

La distribución del ingreso se reparte en aproximadamente en 70% para ganancias y rentas y 30% para salarios. Hay que inferir que los impuestos por ganancias y rentas, siendo el rubro más elevado de ingresos, no está contribuyendo proporcionalmente, mientras que los trabajadores están contribuyendo proporcionalmente más por el lado de impuestos al consumo (IGV y ISC), pues con sus bajos ingresos contribuyen poco por impuesto a la renta. Hay razones para decir que hay inequidad tributaria, no contribuyen más los que tienen o ganan más.

La estructura tributaria nos dice que el 2009, el impuesto a la renta (personal y empresarial) era el 5.3% del PBI y entre el impuesto general a las ventas y el impuesto selectivo al consumo contribuían con el 8.9% del PBI y otros impuestos (importaciones incluida) contribuían con el 1.5%. Está claro que el consumo contribuye más al fisco que la producción o el trabajo. No creo que se pueda aumentar más el IGV o el ISC, pues ya son muy elevados.

Es obvio que, a parte de la informalidad, la desigualdad distributiva y la estructura de impuestos misma explicarían porqué no sube la presión tributaria. Si se quiere dar más salud, educación e infraestructura hay que pensar en actuar sobre estos temas.

Lima, 18-02-2010

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11/12/09: EL MODELO PRIMARIO EXPORTADOR Y DE SERVICIOS (PESER)

EL MODELO PRIMARIO EXPORTADOR Y DE SERVICIOS
Efraín Gonzales de Olarte.

“La economía peruana pos-ajuste estructural funciona en base a dos ejes: la exportación de materias primas y a un conjunto de servicios comerciales, financieros y turísticos. Este modelo primario exportador y de servicios (PESER) es en buena parte el resultado de la estructura productiva del estado previo a las reformas. Este modelo explica en buena medida porque hay crecimiento sin mejoras en la desigualdad socio-económica”

Los países que realizan reformas drásticas de sus estructuras productivas e institucionales siempre conservan elementos de la situación anterior, aunque cambien radicalmente otros. Este es el caso del Perú, que hizo una de las reformas neoliberales más radicales de América Latina, sin embargo pese a los drásticos cambios de propiedad, desregulación y la liberalización de mercados los sectores productivos siguieron siendo los mismos y fueron gestados durante el capitalismo de estado que tuvo el Perú en la época de los militares. Las principales empresas privatizadas o dadas en concesión eran de propiedad del Estado y estaban ubicadas en los sectores primarios como la minería, la agricultura, el comercio, los bancos, las compañías eléctricas y la telefónica. Si bien cambiaron de propiedad, los sectores siguieron siendo los mismos: de exportación primaria y de servicios.

El problema es que la exportación primaria minera o petrolera no genera eslabonamientos internos, en consecuencia sus efectos multiplicadores de empleo e inversión van más bien al exterior. Así mismo, los servicios que no se pueden almacenar ni trasladar, generan efectos multiplicadores sólo locales o, en el mejor de los casos, regionales. En consecuencia, así la economía exportadora y los servicios crezcan a tasas altas, sus posibilidades de transmitir crecimiento hacia otros sectores o hacia otras localidades y regiones son bastante limitadas. El resultado ha sido que no se han dado mejoras distributivas por falta de articulación económica entre sectores y entre regiones.

Sin embargo, en aquellos sectores como la agroindustria o regiones como Ica y el norte, donde se han generado nuevos sectores que transforman productos agrícolas o ganaderos, los efectos multiplicadores son mayores, pues los mercados de trabajo son más dinámicos, la pobreza ha retrocedido más que en el resto y la desigualdad debe estar disminuyendo.

Al Perú le hace falta un modelo con tres ejes, primario-exportador, manufacturero y de servicios, para tener crecimiento con equidad.

Lima, 03.12.09
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03/12/09: LA PREDICCION ECONÓMICA: ¿UNA CIENCIA O UN ARTE?

LA PREDICCIÓN ECONÓMICA UNA CIENCIA O UN ARTE
Efraín Gonzales de Olarte
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“Una de las funciones de la Economía es predecir la evolución económica, sobre la base de modelos formales (matemáticos) que capturen lo esencial de la estructura y funcionamiento económico. Sin embargo, en las crisis parece que esta función se pierde y se reemplaza con la intuición y el sentido común. Así los economistas se convierten en garúes.”

Hay una curiosa convergencia en la opinión de los economistas sobre la situación económica actual. Casi todos señalan que la recesión se está terminando o que ya tocamos fondo, pero que la recuperación ha de ser lenta o muy lenta. En buen romance, la situación va a seguir igual, o sea son muy parecidas a las predicciones climáticas del SENAHMI: “mañana será un día, parecido al día de hoy”. Esto hace de la predicción económica un arte de la intuición, antes que el reflejo de modelos econométricos con predicciones matemáticas con cierto nivel de rigor.

Nuestra ciencia ha sido siempre puesta a prueba por las crisis, pues sólo unos pocos economistas han podido avizorar una crisis con algo de anticipación y sólo alguno(s) es (son) capaz (ces) de acertar la vía de salida y lo hace (n) en general no con predicciones econométricas sino con razonamientos teóricos. Después de cada gran crisis aparece una nueva teoría. En esta ocasión me parece que sucederá lo mismo, cuando hayamos salido de la crisis aparecerán las teorías que nos habrían ayudado a salir de la crisis.

En el caso peruano, este año tendremos crecimiento cercano a cero y también inflación cercana a cero, sólo algunos economistas previeron esta situación: los profesores de la Universidad Católica,en especial Waldo Mendoza, aunque ninguno previó inflación cercana a cero. En verdad, las previsiones que se comunican al público se basan mas bien en tendencias estadísticas, antes que en modelos sofisticados, es decir hay más de sentido común que de Economía propiamente hablando.

En el caso peruano es más fácil predecir, pues nuestra economía primario-exportadora y de servicios está muy conectada con el nivel de actividad internacional, en la medida que el Perú tiene relaciones comerciales y financieras con América, Europa y Asía. Entonces, para predecir basta seguir las predicciones de los “think-tanks”, los ministerios de economías o los garúes económicos de los países del norte, propias, pues la probabilidad de que sigamos sus ciclos es muy alta. Varios de nuestros garúes criollos siguen mucho lo que dicen Paul Krugman, Joseph Stiglitz o Nouriel Rubini.

El efecto práctico de las predicciones es que a menudo son tomadas en cuenta para tomar decisiones productivas, financieras o de consumo. Con las predicciones actuales la toma de decisiones tiende a tener también una tasa de variación de cero.
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22/10/09: Dolar barato versus productividad: desafio para el crecimiento

Efraín Gonzales de Olarte*

“La tendencia del tipo de cambio a la sobrevaluación hace de la economía peruana menos competitiva de lo que podría ser. Sin embargo, hay poco esfuerzo deliberado para resolver este tema, que en el largo plazo puede constituir una de las fuentes de menor crecimiento y más desigualdad social ”

Como se ha ido observando en los últimos años, con especial énfasis en las última semanas, el tipo de cambio tiende a sobre valuarse y el Banco Central hace esfuerzos para que éste no esté por debajo de S/. 2.70 por dólar. Este es un problema para el crecimiento productivo pues incentiva las importaciones y desincentiva las exportaciones. La única manera de contrarrestar esta tendencia es incrementando la productividad total de factores por encima de la tasa de revaluación, es decir es necesario hacer esfuerzos para que las exportaciones no mineras sean relativamente más baratas que las exportaciones.

Este es verdaderamente un desafío para una política económica que se reduce, en buena medida, a mantener la estabilidad macroeconómica y a sostener un gasto social, que no llega a compensar las desigualdades sociales generadas por el modelo primario-exportador y de servicios que tenemos. El resultado siempre será crecimiento con desigualdad y tensiones sociales.

La única forma de corregir este “desajuste estructural” es definiendo políticas sectoriales descentralizadas capaces de incrementar la productividad de los sectores de bienes y servicios exportables. Salvo la minería que si tuvo una política sistemática de promoción a través de las concesiones en condiciones favorables, los otros sectores productivos no han tenido el mismo apoyo y ventajas, por lo que sus resultados exportadores han sido muy modestos, salvo la exportación agrícola y agroindustrial que en algunas zonas del país y con esfuerzo privado ha logrado incrementos sustantivos de sus productividades y exportaciones, pese al dólar barato.

La nueva política sectorial debería basarse sobre aquellos factores que han dado resultados en los sectores mencionados, que son: cambio tecnológico, búsqueda de mercados internacionales, acceso al crédito. Es tiempo que el gobierno piense en completar la política económica incluyendo políticas sectoriales para los sectores agropecuario (exportador y no exportador), industrial y servicios productivos. Adicionalmente, se requiere una coordinación entre las tres políticas (macro, sectorial y social) para que sus objetivos no sean contraproducentes. Hoy la política macro genera estabilidad y crecimiento con tipo de cambio sobrevaluado pero sin empleo adecuado y con pobreza, y estos resultados se palian con gasto social. No será mejor tener políticas sectoriales que generen empleo directamente?

*Publicado en El Comercio, Suplemento D1 del 12 de Octubre 2009
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07/10/09: MODELOS ASINCRONICOS

MODELOS DE CRECIMIENTO ASINCRÓNICOS

Efraín Gonzales de Olarte

“La crisis americana ya no es sólo una crisis financiera, es sobre todo una crisis de su modelo de crecimiento, de la cual saldrán con reformas institucionales y cambios tecnológicos y no sólo con recetas keynesianas. En el Perú se ha logrado cambiar el modelo de crecimiento por uno parecido al que ha llevado a la crisis americana. ¿Cómo manejamos esta asincronía histórica? ”

Según Joseph Stiglitz, la crisis de la economía americana no sólo es financiera sino también económica y, va más allá, es una crisis del modelo de crecimiento que tuvo durante los últimos 25 años. Si esto es así, habría que esperar que la crisis americana no se solucione con políticas keynesianas de corto plazo, sino con reformas institucionales y probablemente con nuevos cambios tecnológicos. Qué hacer en un país pequeño como el Perú, que haciendo enormes esfuerzos ha logrado cambiar su modelo de crecimiento durante los últimos 15 años, tratando de copiar un modelo neoliberal que ahora está en crisis. ¿Qué tal asincronía?

Intuyo que cuando Stiglitz se refiere a modelo de crecimiento se refiere a la combinación de economía de mercado con economía pública, con un determinado número de reglas de funcionamiento económico, sobre todo reglas de regulación y de redistribución. El asunto es que la crisis provino de la reducción del papel regulatorio y redistribuidor del estado americano de la era neoliberal, que no logró controlar el comportamiento especulativo y discrecional de muchas corporaciones americanas y tampoco pudo mejorar sus sistema de seguridad social, para afrontar mejor la crisis actual.

En el Perú las reformas han llevado a constituir un modelo con predominio de la economía privada y de mercado y con un estado chico regulador y redistribuidor, como principales funciones. El problema central es que el estado peruano no solamente es chico, pues el gasto público cuenta apenas por el 18% del PBI, sino que además es débil pues no es capaz de gastar con calidad. Esto hace que ante una crisis como la actual su capacidad de aplicar políticas contra cíclicas sea limitada.

Es evidente que el modelo muestra sus limitaciones, y la pregunta que nos hacemos es si saldremos de la crisis de manera ortodoxa o heterodoxa, es decir esperando una mejora exógena de las exportaciones o tratando de reformar el modelo por iniciativa y esfuerzo propios. En el primer caso la historia se repetiría en el segundo podría cambiar y sincronizar el Perú con el resto del mundo.

Publicado en El Comercio del 7 de setiembre 2009 Suplemento D1
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23/07/09: ¿TURBULENCIA SOCIAL: CRISIS DISTRIBUTIVA O DEBILIDAD DEL ESTADO?

¿TURBULENCIA SOCIAL: CRISIS DISTRIBUTIVA O DEBILIDAD DEL ESTADO?

Efraín Gonzales de Olarte

Un aspecto no incluido en los análisis de la crisis económica y del plan anti-crisis, es la emergencia de protestas sociales focalizadas en regiones en las cuales el crecimiento no ha llegado ni por el lado del mercado ni por el Estado. Al parecer estos conflictos sociales no son fruto de la crisis económica sino de la crisis distributiva y de la debilidad del Estado.

Era casi previsible que en parte del país, en aquellas regiones donde los efectos del espectacular crecimiento peruano no se han sentido, tuviera que aparecer protestas y tensión social. Estamos frente a una crisis distributiva definida como una situación de profunda desigualdad de oportunidades, que no se puede resolver dentro del orden socio-económico existente y que requiere de una intervención decidida del Estado para compensar, con políticas redistributivas.

El problema de fondo es que el modelo económico adoptado por el Perú, desde 1990, genera crecimiento económico sin mejorar la desigualdad distributiva de manera proporcional. Es decir, mientras el crecimiento va en ascensor la equidad va por la escalera. La crisis distributiva proviene del hecho que la velocidad de los que van por la escalera hace que sea poco probable que alcancen a los que van por ascensor, lo que genera frustración y envidia, por que el sistema no tiene posibilidades de autocorregirse y hacer que todos suban por el ascensor o que los que suben por la escalera vayan más rápido. En consecuencia, se han generado condiciones para la fácil aparición de conflictos y violencia, sobre todo cuando pululan agitadores.

Ante esta situación sólo cabe la intervención decidida del Estado, para corregir, o por lo menos aminorar, las desigualdades, afrontar la crisis distributiva y reducir las tensiones sociales. El problema actual es que el Estado, pese a tener recursos financieros para redistribuir, no tiene la capacidad de suministrar educación adecuada, servicios de salud que prevengan la muerte infantil por el frio, el construir la carretera en el plazo ofrecido. Es decir, que el principal problema de la actual situación es que tenemos un Estado débil que no puede gastar con calidad, oportunidad y donde se le necesita. Contrariamente a lo que se piensa para salir de una crisis se requiere de un Estado fuerte.

Un crecimiento que no genera equidad más un estado débil, puede ser la combinación que podría llevar el péndulo peruano hacia el intervencionismo en la próximas elecciones.
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27/04/09:

EL CRECIMIENTO DEL PERU NO SE DEBE AL CAPITAL HUMANO*
Efraín Gonzales de Olarte

El crecimiento económico que ha llevado a los países al desarrollo es el que se ha basado en la creatividad, emprendimiento e innovación del factor humano. En el Perú el crecimiento se ha debido más bien a las riquezas naturales, las inversiones en infraestructura, a los precios internacionales favorables para los minerales y en menor medida a la calidad del factor trabajo. Es necesario, entonces, repensar la política educativa.

La educación y la política educativa en el Perú está orientada principalmente a luchar contra el analfabetismo y dar primaria y secundaria a vasta mayorías, mientras que la calidad de la educación superior y técnica depende prácticamente de algunas universidades e institutos técnicos privados. Es verdad que es importante que la gente comprenda lo que lee, sepa algo de matemáticas y tenga alguna cultura universal, pero eso los hace buenos consumidores y trabajadores no calificados y nada más. Pero lo que necesita el Perú para desarrollarse en un conjunto de personas, unas 20 a 30mil, que sean productores e innovadores con altos niveles de calificación para impulsar el cambio tecnológico, la innovación laboral y empresarial y el cambio cultural, en un mundo competitivo y globalizado.

Por ello, es necesaria una política pública de educación superior y técnica, en la que el Estado destine fondos, selecciones algunas universidades e institutos y ponga metas de formación de este capital humano selecto capaz de imaginar y poner en marcha proyectos nuevos, hacer inversiones creativas, que generen valor agregado, que utilicen las potencialidades y que generen demanda para otros trabajadores menos calificados pero listos para entrar en la era del desarrollo con manejo del conocimiento. Si hubiera más ingenieros científicos y técnicos, más administradores de negocios internacionales, más artistas creativos, más agrónomos y botánicos investigadores o ictiólogos emprendedores, sólo para señalar algunas especialidades potenciales, el crecimiento económico promovería al mismo tiempo el desarrollo humano y jalaría de manera natural a la educación primaria y secundaria. Hoy el modelo educativo peruano espera que la educación primaria y secundaria “empuje” a la educación superior, cuando debe ser al revés.

Esta política pública, que debería basarse en una alianza estratégica entre universidades privadas y públicas de primer nivel e institutos técnicos, en regiones cuidadosamente escogidas para generar “polos de desarrollo de capital humano”, cambiaría nuestro actual modelo primario-exportador y de servicios, que permite crecer sin reducir las desigualdades y la pobreza, por un modelo de desarrollo exportador, no sólo primario, descentralizado e innovador basado en capacidades humanas de alta calidad.

Lima, 23.04.09

* Publicado en Día-1 Suplemento semana del economía y negocios No. 254, 27-04-09
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