26/10/25: EL RETORNO DEL ESTADO: BIENVENIDOS AL NUEVO PARADIGMA

EL RETORNO DEL ESTADO Y EL DESPLOME DEL NEOLIBERALISMO: Bienvenidos al nuevo paradigma

Efraín Gonzales de Olarte

El país que exportaba el neoliberalismo – Estados Unidos- se está convirtiendo progresivamente en un país estatista, proteccionista y populista de extrema derecha. Sin embargo, el Estado como agente económico, imprescindible para el desarrollo, se mantuvo en aquellos países de economía mixta, como la gran parte de países europeos, en China y comenzó a volver en aquellos países del mundo que se plegaron a los dogmas neoliberales, como reacción ante sus resultados indeseados y negativos.

Las razones del fracaso neoliberal fueron varias: a. La gran recesión y la crisis financiera global de 2008, que se originó en la desregulación de los mercados financieros en Estados Unidos, que estuvo a punto de colapsar el sistema capitalista americano y el Estado tuvo que intervenir masivamente para el rescate de sus bancos. b. El incremento de las desigualdades en aquellos países donde se aplicó las recetas del Consejo de Washington, que originó secuelas de crecimiento económico favorable al capital y desfavorable al trabajo, lo que generó malestar social y presión política para una intervención redistributiva del Estado. c. La deslocalización de industrias hacia países con mano de obra más barata, generó desempleo y precariedad laboral en los países desarrollados. Que generó movimientos políticos de izquierda y derecha populista abogando por una mayor protección estatal de la industria y del empleo local y nacional. d. En varios países latinoamericanos las recetas del FMI fueron peores que la enfermedad, debido a su extremismo neoliberal, que generaron recesión y desempleo, como fue el caso de Argentina, frente a lo cual se hizo patente la necesidad de intervención estatal.

Sin embargo, a parte de estas dificultades de corte más bien económico, hay una serie de problemas que requieren o requirieron, casi de manera forzada la intervención estatal, porque los mercados por si solos no lo pueden resolver y se requiere planificación y coordinación, inclusive entre estados. Estos son:

  1. El cambio climático, que requiere de medidas dirigidas por el estado, incluso a nivel planetario, para cambiar la matriz energética, para pasar a economías descarbonizadas, lo que requiere de grades inversiones en infraestructura y en investigación que el sector privado no está dispuesto a asumir o es incapaz de hacerlo. La respuesta es subsidios a energías limpias, regulaciones verdes, y sobre todo grandes inversiones públicas.
  2. El COVID 19, puso a prueba la fortaleza del Estado en cada país, pues, los gobiernos tuvieron que organizar sistemas de salud para enfrentar la pandemia, impulsar la investigación de vacunas, proporcionar subsidios y préstamos a personas y empresas para evitar el colapso económico. Así apareció el Estado como protector de última instancia.
  3. La disrupción en las cadenas de suministro durante la pandemia mostró la vulnerabilidad de la dependencia de otros países sobre todo para bienes críticos (medicamente, vacunas, semiconductores, tierras raras), lo que ha llevado a que los gobiernos establezcan políticas de reubicación de empresas, subsidiándolas por motivos de seguridad nacional, es el caso de Estados Unidos y China.
  4. La irrupción de la revolución informática, con la inteligencia artificial, la computación cuántica, la ciberseguridad y los semiconductores, hoy hacen parte de la confrontación geopolítica. Los estados de los grandes países, China, EEUU, Alemania, Japón, etc. están invirtiendo enormes presupuestos públicos para promover I+D. Esto constituye un cambio de óptica frente al Estado “neutral” promovido por el neoliberalismo.
  5. Otro tema complejo es la necesidad de regulación de los denominados gigantes tecnológicos (varios de los cuales tienen cifras de negocio bastante mayores al PBI de países intermedios) cuyo poder de mercado es una permanente amenaza a la competencia, la privacidad y, hasta cierto punto, la democracia. Lo que lleva a la necesidad de implementar nuevas formas de regulación antimonopolio y de gobernanza digital.

Todo lo que venimos de comentar apunta en una dirección inequívoca, la creciente necesidad de una mayor participación de los estados nacionales, la coordinación entre ellos y, en algún momento habrá que ir pensando en cómo se establece un “Estado mundial” para manejar y gobernar un mundo más complejo, en el que se combina intereses económicos, con intereses políticos, y la persistencia del Estado-Nación como base del funcionamiento de la vida en el planeta. Es tiempo de pensar en una combinación globalización con estado global. Todo un desafío, en un mundo en el que la propiedad privada es una piedra angular del funcionamiento económico y social, en un mundo donde las libertades negativas se harán más importantes, en el que la estructura de mercados requerirá de regulaciones audaces, quizás basadas en la inteligencia artificial. Obviamente, el tema mayor será quien tiene el poder y cómo se maneja.

En este contexto: ¿cómo es el Estado en el Perú? Achicado por la ideología neoliberal, asaltado por la corrupción en todos sus niveles, y con un estado de derecho al borde del colapso, el Estado peruano es hoy un espectro y no está a la altura de los fenómenos que están sucediendo en el mundo.

Por ello, frente a este mundo complejo del siglo XXI, la posibilidad de un Estado moderno capaz de gobernarnos a los peruanos, de gobernar los mercados y de promover un desarrollo basado en la alianza de empresas-estado-universidades-sociedad civil, es actualmente una meta inalcanzable. La realidad es que el Perú es un país fragmentado, polarizado, mediocre, y con élites bastante precarias, lo que hace que tengamos un futuro definido por otros países, otras empresas, otros estados.

Lima, octubre 2025

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