17/09/23: La importancia de ser “caviar” en el Perú

LA IMPORTANCIA DE SER “CAVIAR”

Efraín Gonzales de Olarte

Estoy seguro de que la mayor parte de quienes usan la palabra caviar y sus derivados en el Perú no saben que se trata de los huevos del esturión, pez que no existe en nuestro país. Como apelativo político, comenzó a usarse en París en mayo de 1968 cuando estudiantes de sectores acomodados, acostumbrados a consumir productos de lujo en ocasiones importantes como el caviar, fueron actores de manifestaciones estudiantiles y sindicales apoyando cambios radicales en la política y sociedad francesas. A ellos los denominaron caviares.

En el Perú de los últimos años se ha generalizado su uso tanto por políticos tanto derechistas como izquierdistas que tienen en común ser sectarios y profundamente ignorantes, con el fin desacreditar, estigmatizar o denigrar a personas que no comulgan con sus ideas y que,  proviniendo de clases medias  promueven la democracia, los derechos humanos, la separación de poderes, la justicia social, inclusión y la tolerancia y que se caracterizan por tener niveles educativos e intelectuales bastante mejores que sus detractores.

La descalificación proviene de que alguien con un nivel acomodado de vida no puede ser progresista ni debe preocuparse políticamente por los pobres o por los excluidos. Se niega la posibilidad de tener sensibilidad social y promover la solidaridad. Como si estuviera prohibido pensar en el bienestar de quienes pertenecen a una clase o grupo social distintos del propio. Se trata pues de un pensamiento profundamente reaccionario.

Así, los “caviares” y el “caviarismo” se han convertido en un fantasma al cual tanto la derecha bruta y achorada como la izquierda bruta e ignorante le atribuyen todos los males del Perú, a tal punto que el “anti-caviarismo” se ha convertido en una muletilla, que cualquier político o ciudadano que tiene un problema cuyo origen no sabe explicar, utiliza para descalificar a cualquiera que tenga una explicación lógica y coherente y, especialmente, progresista y democrática. .

Es interesante cómo “los caviares” -que no tienen organización, tampoco líderes, no tienen militantes, ni financiamiento- han sido construidos como enemigo político por los seudo políticos que, identificándose a sí mismos como “de derecha” o “de izquierda” sin ideología ni doctrina política claras, coinciden en algunas cosas importantes: en primer lugar, en su afán por gobernar promoviendo sus intereses particulares o corporativos, sin preocupación por el bien común. En segundo, en sus esfuerzos por corromper o destruir todo vestigio de institucionalidad en el país que pudiera ser obstáculo para sus intereses. En tercero, en sus ataques para hacer retroceder todo logro en términos de derechos y justicia social que se haya podido alcanzar hasta ahora. Como no son capaces o no les interesa justificar o siquiera debatir las ideas, todo se reduce a adjetivos, insultos y prepotencia.

En la práctica, los ataques de derecha e izquierda están configurando a los “caviares” como una opción de centro que, interesantemente, se va ampliando tanto hacia la izquierda como hacia la derecha menos radicales que conservan convicciones democráticas. Y ése es quizás el mayor temor de los extremos, pues estas alturas del proceso político peruano, los políticos que están en el Congreso casi todos ellos “anti-caviares” y el gobierno, tienen más de 90% de rechazo de la ciudadanía.

Quizás sea el momento propicio para conformación de un partido o un frente de centro que el Perú está reclamando para volver a dialogar, a buscar salidas conjuntas a la crisis, rescatar las instituciones que han sido objeto de cambios que las desnaturalizan y, sobre todo volver a pensar en el bien común de los peruanos.

Lima, septiembre 2023

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