HACIA UN MODELO DE DESARROLLO INTEGRADOR, DESCENTRALIZADO Y EXPORTADOR (DIDE)
¿Es posible pasar de la recuperación macroeconómica a la recuperación microeconómica?
Efraín Gonzales de Olarte
El Ministro de Economía Waldo Mendoza ha señalado que la recuperación macroeconómica del Perú está siendo más rápida que la esperada, lo que quiere decir que el 2021 la tasa de crecimiento estará en 10%. Lo que no nos ha dicho es cómo se recuperarán los ingresos y el empleo de los trabajadores peruanos, es decir, cuánto de esta recuperación ha de ser inclusiva y capaz de reducir la pobreza y desigualdad estructural, empeorada por la pandemia del COVID19.
En general el problema del análisis macro-económico es que siendo agregado obvia las diferencias sectoriales y las desigualdades sociales. En consecuencia, un crecimiento global oculta tasas de crecimiento de sectores con muy diferenciadas productividades, por lo cual algunos sectores recuperarán su empleo e ingresos anteriores a la pandemia y otros no. La pregunta es: ¿por qué algunos sectores se recuperan más rápido que otros y cuáles son esos sectores y cuáles no?
Entre los primeros están los sectores exportadores cuya demanda internacional está creciendo en la post pandemia, los sectores de demanda permanente como la agricultura para la demanda urbana, los servicios básicos como electricidad, telecomunicaciones, la manufactura y parte del comercio. En cambio, la mayor parte de los servicios se tardarán en recuperar debido a las restricciones impuestas por la pandemia y la agricultura campesina seguirá relegada.
El problema es que toda la recuperación se hará sobre la base de la estructura productiva previa a la pandemia, basada en el modelo primario-exportador y de servicios existente entonces. Esto significa que la economía peruana se recuperará y quizás, comience a crecer nuevamente con las mismas características y problemas, es decir, generando desigualdades, sub empleo e informalidad.
Sin embargo, esta es una oportunidad propicia para corregir el modelo neoliberal y para completarlo, pues tal como está es incompleto en el sentido que no tiene sectores capaces de generar más empleo decente, de elevar las productividades de aquellos sectores atrasados y, sobre todo de generar mejores sueldos y salarios. Por ello, es preciso hacer básicamente dos cambios: 1. Incorporar nuevos sectores dinámicos a los ya existentes, tales como: sectores transformadores de las materias primas y recursos naturales explotados, sectores de servicios capaces de exportar (turismo, gastronomía, cine y música), es decir, sectores que añadan valor y generen empleo decente. 2. Integrar los distintos sectores en cadenas de valor para aprovechar de economías de escala y economías de asociación.
Para lograr estos objetivos se requieren de políticas sectoriales o de políticas industriales como las llevadas a cabo en los países del sud este asiático, con tanto éxito. Pero como los sectores productivos están localizados en distintos lugares del Perú, estás políticas deben ser promovidas por el gobierno central y llevadas a cabo por los gobiernos regionales, donde se encuentran los sectores.
En consecuencia, la idea es generar un nuevo modelo de desarrollo que lo denominaré: DIDE, es decir Desarrollo Integrador Descentralizado y Exportador. La integración sectorial y socio-económica es una condición necesaria para que este modelo funcione, pero tiene que ser descentralizado y desconcentrado en las distintas regiones, teniendo en mente que una parte de la producción sectorial-regional tiene que tener como destino la exportación internacional e interregional, esto significa que la producción para la exportación en cada región debe tener altas productividades para hacer de las regiones competitivas. El DIDE es capaz de resolver los problemas de desigualdad, sub-empleo (pobreza) y reducción de la informalidad, siempre que tenga un amplio apoyo político.
Lima, 20 de julio 2021