BRUNO SEMINARIO DE MARZI
In memoriam
A veces la muerte escoge mal o viene muy temprano. Luis Bruno Seminario de Marzi tenía una mirada inquisitiva, pero no sólo cuando hablabas con él, sino una mirada de largo plazo para ver los problemas económicos, sociales y geográficos, más allá de lo que uno normalmente puede ver. Esto lo hacía un economista singular, con un brillo intelectual poco común, y siempre con agendas de investigación inesperadas y fundamentales. Estaba en el mejor momento de su reflexión e investigación sobre temas que muy pocos se atreven a confrontar: estaba conciliando el tiempo con el espacio, es decir estaba trabajando sobre la historia del Perú en su geografía, es decir en los lugares donde se desarrollaron los fenómenos económicos y sociales, con el propósito de tener una visión completa sobre ellos. Por ello, me parece injusta y dura su temprana partida.
Con Bruno fuimos amigos por más de treinta años, su familia piurana estaba emparentada con la familia de mi esposa, por ello tuve una relación especial con él. Recuerdo que inicialmente, él se interesaba por los problemas macroeconómicos, aunque creo que nunca los abandonó, pero progresivamente se fue inclinando por la historia económica, aunque desde una visión macroeconómica. La culminación de este cambio se plasmó en su tesis doctoral: “El desarrollo de la economía peruana en la era moderna: Precios, población, demanda y producción desde 1700” que sustentó en el 2013 en la Escuela de Posgrado de la Pontificia Universidad Católica del Perú y que yo tuve el privilegio de ser su asesor. Obviamente, aprendí mucho más de lo que él investigó, que él de mis comentarios.
Una de las características de esta gran contribución a la historia económica del Perú fue la metodología que le permitió llegar a construir series macroeconómicas de largo plazo, por más de 300 años, hecho insólito si uno toma en cuenta que la información está dispersa y casi siempre incompleta. Uno de los caminos para llegar a esta agregación macroeconómica fue que trabajó con los datos de las intendencias coloniales, que luego, con el advenimiento de la república, se convertirían en departamentos, para al final integrarlas en una estadística con continuidad temporal y dar la sensación de que ha existido una economía nacional, cuando en realidad el Perú ha sido y es aún un país fragmentado regionalmente, unificado por las estadísticas.
Ahí es que se comenzó a interesarse por las regiones, es decir por la economía en el espacio, con el propósito de tener series regionales de largo plazo, cuyo mensaje era que el Perú era o es un país de economías regionales difícilmente integradas geográficamente. Para ello desarrolló métodos de clio-econometría y de econometría espacial, lo que es un legado adicional invalorable.
El desenvolvimiento de la economía en sus espacios geográficos y el problema de la vejez y la jubilación, eran su agenda de trabajo en el momento en que lo encontró la muerte.
Nos deja un invalorable legado de una visión sobre los avatares económicos del Perú y sus regiones, pero, sobre todo nos deja un ejemplo de cómo hacer de la economía una disciplina útil para pensar tu país, para tratar de cambiarlo y, sobre todo, para amarlo.
Querido Bruno, descansa en paz.
Efraín Gonzales de Olarte
29.05.2021