Efraín Gonzales de Olarte
Las declaraciones de Bill Gates han causado extrañeza o protesta en los medios económicos y políticos peruanos. Pero la verdad es que ha puesto el dedo en la llaga del crecimiento económico peruano: que no es parejo para todos.
El ingreso promedio anual por persona en el Perú es aproximadamente 13mil soles (65mil por familia). Es obvio que la mayoría de peruanos está ganando muy por debajo de este ingreso y una minoría muy por encima. Es evidente, que si analizamos al Perú en base a promedios vamos a tener la impresión de Bill Gates, que ya somos un país que no requiere de ayuda internacional.
En el fondo Gates tiene razón, pues un país con ese nivel de ingreso ya no requiere de la ayuda o de la cooperación internacional y podría andar por si sólo. El problema es que el Perú es un país muy desigual, donde ni el mercado ni el estado han logrado generar menor inequidad. Lo más grave es que hay razones estructurales que reproducen los factores de desigualdad de manera permanente.
Dicho de otra manera, Gates acierta al afirmar que si los peruanos ganaran el ingreso promedio en su mayoría, les alcanzaría para tener una vida más digna, con acceso a más bienes y servicios, a comprar más bienes duraderos y a enviar a sus hijos a institutos superiores y universidades. Pero ese no es el caso por la gran desigualdad existente.
Por otro lado, con ese ingreso no deberíamos recibir más ayuda internacional, pues tenemos los ingresos suficientes para no necesitar pedir donaciones, préstamos o cooperación. El problema es que los que tienen más no están dispuestos a compartir, a invertir para generar más empleo o a pagar más impuestos. Tampoco el estado tiene la capacidad de cobrar más impuestos, ni para redistribuirlo bien. Preferimos resolver la desigualdad con ayuda externa antes que con solidaridad interna.
En el fondo, las fuentes de ingreso y riqueza están muy mal distribuidas en el Perú y esto no es culpa de Gates, que cree que somos un país más equitativo, más solidario y con más estado. Sería bueno que vuelva al Perú para demostrarle que desarrollo no es igual a mayor ingreso promedio, sino a ingreso mejor distribuido.
Publicado en el suplemento D1 de El Comercio del 19-03-2012