Archivo por meses: junio 2011

30/06/11: Lima – Callao, una sola Región Metropolitana

LIMA: UNA REGIÓN METROPOLITANA

Efraín Gonzales de Olarte

La Lima de hoy es un enorme espacio urbano, en una etapa de crecimiento intensivo “hacia arriba”, lo cual la está llevando a tener una densidad demográfica que la puede hacer invivible si no se cambia la organización gubernamental vigente.

La ciudad de Lima tiene cada vez mayores necesidades de ordenamiento urbano, transporte, agua y desagüe, limpieza, seguridad ciudadana, parques y jardines, energía, condiciones medioambientales y espacios culturales. Todos estos problemas sólo se pueden resolver tomando en cuenta “toda” la ciudad como una unidad de gestión, con una administración diferente a la actual, acorde con su tamaño, necesidades y expansión futura.

En el territorio de Lima-Callao existen dos municipalidades provinciales, 49 municipalidades distritales y dos gobiernos regionales, lo que hace difícil e ineficiente su gobernabilidad.

Lo que necesitan Lima – Callao es crear una Región Metropolitana, con un solo gobierno, centralizado en algunas funciones y descentralizado en otras. Para ello, se requiere de un gobierno metropolitano encargado de resolver y administrar los problemas del crecimiento urbano, transporte, abastecimiento de agua y desagüe, seguridad ciudadana, regulación urbana y medio ambiental. Luego, es necesario crear cuatro zonas de gobierno intermedio: norte, centro, este y sur, conformadas por agrupaciones de distritos capaces de coordinar funciones de limpieza y manejo de desechos, velar por la infraestructura vial, gestionar los programas medio ambientales. Las municipalidades distritales deberían hacerse cargo de la gestión de la educación primaria y secundaria, de la salud básica, de los parques y jardines, actividades culturales y de todas aquellas actividades cotidianas para facilitar el desarrollo humano.

Se necesita de una nueva estructura de gobierno con “competencias centralizadas” para aprovechar las economías de escala, generadas por la extensión de Lima y enfrentar las externalidades creadas por la indivisibilidad del espacio urbano. “Competencias descentralizadas” para mejorar la gestión de servicios y el suministro de bienes. Todo ello, basada en principios de subsidiariedad y equidad -el gobierno metropolitano no debe hacer lo que pueden hacer los gobiernos distritales- y la meso-administración por grandes zonas, para conseguir un mejor uso de los recursos públicos y mayor equidad.

Lima necesita de un serio debate para encarar el problema de gobernabilidad de una megalópolis a punto de colapsar.

Lima, junio 2011
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02/06/11: Entendiendo qué es un modelo económico o de desarrollo

MODELO ECONÓMICO Y DESARROLLO HUMANO

Efraín Gonzales de Olarte

El modelo económico que adopta un país es una combinación de dos aspectos: 1. Qué sectores productivos lideran el crecimiento y la integración socio-económica. 2. Qué combinación de estado con mercado se escoge. En consecuencia, el modelo es una mezcla de estructura económica con un esquema institucional, que al interactuar de manera adecuada puede generar crecimiento y desarrollo, y si la combinación no es buena genera subdesarrollo y crisis social. Por ello, la construcción de un modelo que genere desarrollo es una tarea delicada y una gran responsabilidad tanto para el gobernante, para el sector privado como para la sociedad civil.

Pero lo más importante es qué se entiende por desarrollo, que a menudo se confunde por incremento del producto o del ingreso por persona, definición que deja de lado las desigualdades y reduce el problema del desarrollo a los bajos ingresos es decir a la pobreza. El verdadero desarrollo es aquel que mejora las capacidades de las personas, les da acceso a oportunidades para realizar sus proyectos y les permite vivir en libertad. Este es el desarrollo humano.

Obviamente, el modelo económico debería ser el medio para lograr estos fines, por ello que en la parte productiva debe generar no sólo más producción e ingresos, sino oportunidades de empleo, de trabajo, de hacer empresa, de crear e innovar y en la parte institucional debe asegurar la mejor combinación entre lo que hace el mercado y lo que debe hacer el estado.

A menudo se habla de modelo tomando en cuenta una sola de sus partes o modelo primario-exportador o modelo industrial, o privatista pro mercado o estatista. Cuando tomamos en cuenta los dos componentes la pregunta central es ¿Qué combinación mercado-estado es capaz de generar el máximo de producción, ingresos, empleo y oportunidades para todos? La respuesta a esta pregunta nos dirá de qué manera se generará o no desarrollo humano en un país o en una región.

La siguiente pregunta es: ¿de qué depende entonces la combinación mercado-estado? En parte depende de cuanta productividad y cuanta equidad generan los sectores productivos, a mayor desigualdad la necesidad de un estado igualador de oportunidades es incuestionable. Pero también hay determinantes políticos e históricos del tamaño y funciones del Estado. En los países con democracias duraderas y estables el estado tiende a ser mediano, sino grande, así los impuestos cobrados para financiar el estado nunca bajan de 25% del producto nacional, los países europeos tienen incluso ratios por encima del 40% y, sin embargo, tienen sectores privados muy competitivos.

En el Perú podríamos definir el modelo económico como primario-exportador y de servicios, pues son estos sectores los más dinámicos para crear riqueza, generar ingresos, empleo y oportunidades. Sin embargo, este modelo por ausencia de un sector industrial integrado internamente (el sector industrial actual funciona integrado al exterior pues importa la mayor parte de sus insumos, tecnología y maquinarias) genera desigualdad de manera estructural, parte de la cual se refleja en altos niveles de pobreza. Frente a esta desigualdad es obvio que el Estado peruano debería convertirse en el igualador de oportunidades, ingresos y bienestar, pero no lo puede hacer por tres razones: 1. El Estado es chico desde el punto de vista fiscal, pues en su conjunto (gobierno centra, gobiernos regionales y locales) sólo logra cobrar entre 16 y 17% del producto nacional con lo cual no alcanza para resolver la desigualdad estructural de largo plazo. 2. El estado es débil, es decir, que pese a tener recursos fiscales no es capaz de gastar con eficacia tanto para mejorar el bienestar de las personas como para mejorar la infraestructura para la producción, porque su organización ya no corresponde a los problemas actuales, no tiene el personal calificado adecuado, no tiene carrera pública y, además, está infestado de corrupción. 3. El estado no es un promotor del crecimiento de aquellos sectores donde se generarían mayores oportunidades de empleo, de creación de empresas, de innovación. Ha abdicado de una labor crucial en países pequeños y no industriales como el Perú, que es la de promover aquellos sectores de transformación industrial y de incorporación de valor agregado.

Por estas razones, es necesario ajustes en el modelo económico del Perú no para cambiarlo drásticamente sino para hacerlo evolucionar hacia un modelo exportador, industrial y de servicios, requerimos de una integración de todos los sectores y regiones para generar más producción, ingreso y oportunidades. Pero requerimos también un estado que pueda cobrar más de 20% del producto como impuestos, pero que con estos recursos sea capaz de hacer su rol plenamente. Por ello es necesaria una reforma del estado, para que funcione mejor la economía. Un modelo corregido estoy seguro que promovería el desarrollo humano.

Lima, mayo 2011

Publicado en PUNTO EDU PUCP. Lima Leer más »

02/06/11: EL PROBLEMA DEL DIA SIGUIENTE

MÁS ALLÁ DE LOS PLANES DE GOBIERNO

Efraín Gonzales de Olarte

“Estamos al borde del ataque de nervios, no sólo porque los candidatos dan miedo, cada uno a la otra mitad del país, sino porque el debate se ha concentrado sobre los planes de gobierno, en lugar de incorporar propuestas y actitudes hacia la concertación, una vez que uno de ellos llegue al gobierno. La concertación es crucial para generar gobernabilidad en un país tan polarizado”

En la experiencia de América Latina el ganador de las elecciones suele utilizar el plan de gobierno de su adversario perdedor, sobre todo en situaciones con extrema polarización electoral. La idea es que el ganador requiere de alianzas, sobre todo en el Congreso, para poder gobernar y esto significa dar concesiones en las políticas económicas e, incluso, invitar a miembros de la oposición como ministros. Por ello, discutir sobre los planes de los candidatos es casi una pérdida de tiempo, lo que importa es con qué apoyo político se cuenta para gobernar una vez terminadas las elecciones.

Este es, creo, el problema esencial de estas elecciones tan tensas como adjetivas. ¿Cómo logrará, el que gane: una mayoría en el Congreso, un apoyo de los medios de comunicación y, por lo menos, una actitud tolerante de los poderes factuales (empresarios y militares)? En anteriores ocasiones hubiera incluido la opinión de los organismos de Washington, pero hoy no es necesario porque han dejado de tener la importancia que tenían.

Por esto, tan relevante, como que ambos candidatos hayan firmado su adhesión al Acuerdo Nacional, es que el ganador pueda construir una mayoría en el Congreso, logre la des-polarización de los medios, pueda concertar con el empresariado políticas para seguir creciendo y, sobre todo políticas para redistribuir y, finalmente, asegurarse que los militares no se sientan tentados a intervenir nuevamente en la vida política.

Habría que preocuparse, desde ahora, de cómo lograr una concertación bajo la presión de la polarización. Para ello, es importante construir puentes y acuerdos entre movimientos y partidos políticos en el Congreso, entre los medios de comunicación, los empresarios y el nuevo gobierno y asegurarse que los militares cumplan con su rol definido por la Constitución. Si esto se logra es muy probable que podríamos aspirar a cierta estabilidad económica y política.

Artículo publicado en el Suplemento D1 del diario EL Comercio, del 30 de mayo del 2011 Leer más »