Efraín Gonzales de Olarte*
“La tendencia del tipo de cambio a la sobrevaluación hace de la economía peruana menos competitiva de lo que podría ser. Sin embargo, hay poco esfuerzo deliberado para resolver este tema, que en el largo plazo puede constituir una de las fuentes de menor crecimiento y más desigualdad social ”
Como se ha ido observando en los últimos años, con especial énfasis en las última semanas, el tipo de cambio tiende a sobre valuarse y el Banco Central hace esfuerzos para que éste no esté por debajo de S/. 2.70 por dólar. Este es un problema para el crecimiento productivo pues incentiva las importaciones y desincentiva las exportaciones. La única manera de contrarrestar esta tendencia es incrementando la productividad total de factores por encima de la tasa de revaluación, es decir es necesario hacer esfuerzos para que las exportaciones no mineras sean relativamente más baratas que las exportaciones.
Este es verdaderamente un desafío para una política económica que se reduce, en buena medida, a mantener la estabilidad macroeconómica y a sostener un gasto social, que no llega a compensar las desigualdades sociales generadas por el modelo primario-exportador y de servicios que tenemos. El resultado siempre será crecimiento con desigualdad y tensiones sociales.
La única forma de corregir este “desajuste estructural” es definiendo políticas sectoriales descentralizadas capaces de incrementar la productividad de los sectores de bienes y servicios exportables. Salvo la minería que si tuvo una política sistemática de promoción a través de las concesiones en condiciones favorables, los otros sectores productivos no han tenido el mismo apoyo y ventajas, por lo que sus resultados exportadores han sido muy modestos, salvo la exportación agrícola y agroindustrial que en algunas zonas del país y con esfuerzo privado ha logrado incrementos sustantivos de sus productividades y exportaciones, pese al dólar barato.
La nueva política sectorial debería basarse sobre aquellos factores que han dado resultados en los sectores mencionados, que son: cambio tecnológico, búsqueda de mercados internacionales, acceso al crédito. Es tiempo que el gobierno piense en completar la política económica incluyendo políticas sectoriales para los sectores agropecuario (exportador y no exportador), industrial y servicios productivos. Adicionalmente, se requiere una coordinación entre las tres políticas (macro, sectorial y social) para que sus objetivos no sean contraproducentes. Hoy la política macro genera estabilidad y crecimiento con tipo de cambio sobrevaluado pero sin empleo adecuado y con pobreza, y estos resultados se palian con gasto social. No será mejor tener políticas sectoriales que generen empleo directamente?
*Publicado en El Comercio, Suplemento D1 del 12 de Octubre 2009
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