12/04/06: La paradoja de la economía peruana

LA PARADOJA DE LA ECONOMIA PERUANA
Efraín Gonzales de Olarte
PUCP

¿Cómo pueden estar bien la macroeconomía y mal la microeconomía, al mismo tiempo? En otros términos: ¿Por qué si la economía peruana crece, esto no se traduce en bienestar para los peruanos? Este crecimiento sin redistribución ha creado una “falla social” que dificulta tanto el desarrollo como la gobernabilidad del país. ¿A qué se debe esta situación?

Los orígenes
Los orígenes de esta paradoja, que genera malestar y constituye la base de una amenaza social latente, son sumamente complejos y se expresan de manera peculiar en la forma que ha tomado la economía peruana luego del ajuste estructural promovido por el Consenso de Washington. Como consecuencia del conjunto de reformas aplicadas, la economía ha cambiado en varios aspectos fundamentales:

El modelo económico peruano que, siendo primario-exportador tenía un componente industrial, articulador de distintos sectores, ha virado hacia uno francamente primario-exportador y de servicios.

La economía, que era principalmente dependiente del ahorro interno, ha pasado a depender del ahorro privado externo, especialmente para proyectos y negocios de gran envergadura.

Nuevas inversiones, menos demandantes de mano de obra, y leyes de flexibilización laboral han desocupado a muchos trabajadores, especialmente a los mayores de cuarenta años cuyos puestos han dejado de existir o han sido ocupados por jóvenes dispuestos a trabajar bajo las nuevas condiciones laborales de inestabilidad y desprotección.

La entrada de capitales debida a las privatizaciones, a las nuevas inversiones, los préstamos, las remesas de peruanos desde el exterior y al narcotráfico ha generado una sobreabundancia de divisas, cuyo efecto es que el precio del dólar tienda a mantenerse o a caer, incentivando las importaciones y desincentivando las exportaciones no tradicionales.

Todos estos cambios han generado mecanismos debido a los cuales no hay efectos de “goteo”. Más aún, la desigualdad se ha acrecentado, tal como lo reconocen el Banco Mundial y los estudios de los principales centros de investigación: 54% de la población sigue estando por debajo de la línea de la pobreza, mientras que la concentración del ingreso es mayor que nunca antes en la historia del Perú.

Las causas de la paradoja no son tan paradójicas

Las causas del “crecimiento sin goteo” son: la desindustrialización-primarización de la economía, los precios relativos, la “enfermedad holandesa”, la concentración de la riqueza y la contención salarial. El reducido tamaño del Estado peruano es incapaz de contrarrestar estos determinantes.

1. La relativa desindustrialización y la economía de servicios no logran crear empleos en cantidad suficiente. La industria es, por definición, un sector que se integra con otros, mucho más que la agricultura o la minería. Al cerrarse fábricas y talleres, se reduce la demanda de insumos, materias primas y tecnología, lo que lleva a una disminución del efecto multiplicador de la demanda y del empleo. Si la economía se hace más minera y primario-exportadora, su capacidad de articular internamente se debilita y los efectos multiplicadores bajan. Así, un sol producido en el sector minero repercute menos en el resto de la economía que un sol producido en el sector manufacturero. Por ello, sus efectos sobre el empleo y los ingresos serán reducidos y, dada la gran oferta de mano de obra, los salarios tenderán a caer. Adicionalmente, la minería provee a la economía de divisas baratas, las cuales se utilizan directamente para importar, lo que genera más empleo en el exterior que en el propio país.

Por otro lado, la demanda de servicios, que son en general más intensivos en mano de obra y de escala variable, tiene la propiedad de depender de los ingresos generados previamente en otros sectores. Esto significa que si el sector productivo de bienes materiales (agricultura, minería, pesca, manufactura) no genera una masa de ingresos considerable, la demanda por servicios se restringirá. Esto impulsará a los vendedores de los mismos a inventar todo tipo de prestación de servicios, muchos de ellos inútiles. Es por ello que en el sector servicios es donde se genera la mayor parte del empleo informal y de baja productividad. Dado que no genera nueva riqueza y esto hace que los ingresos sean forzosamente bajos, el sector servicios no contribuye mayormente al crecimiento, sino más bien a atemperar las tensiones sociales por medio de los “autoempleos”.

2. La “enfermedad holandesa” es la tendencia a tener sobreabundancia de divisas, y al abaratamiento de las mismas. Esto incentiva la importación de todo tipo de bienes y desincentiva la inversión en sectores de bajas productividades, especialmente aquellos de baja dotación de capital e intensivos en mano de obra, como la agricultura y la manufactura. Esto contribuye a generar empleo en los países que nos venden sus productos mientras que en nuestro país ocurre lo contrario. La “enfermedad holandesa” que significa menos empleo y menores ingresos salariales, persistirá en la medida en que la inversión se concentre en la minería o el gas para la exportación, sobre todo, si ésta es proporcionalmente mayor que en los sectores más intensivos en mano de obra. Preocupa, obviamente, que en el futuro los inversionistas más activos continúen siendo las grandes empresas mineras extranjeras. Obviamente, el narcotráfico contribuye con su cuota de dólares ilegales a esta enfermedad y, últimamente, las remesas de peruanos en el exterior han incrementado el flujo de divisas. Por estas razones, el precio del dólar tiende a caer.

3. La desigualdad distributiva extrema, como la que tiene el Perú, impide el “goteo” del crecimiento macroeconómico hacia las microeconomías de los trabajadores y de muchas empresas de diferente escala. Habiéndose reducido la demanda de los trabajadores a un cuarto o a un tercio (las estimaciones existentes sugieren este rango) del ingreso nacional, el tamaño de la demanda por bienes de consumo es demasiado pequeño como para causar efectos multiplicadores sobre las inversiones, empleo e ingresos. Por otro lado, la demanda por bienes de capital y tecnología que proviene del ahorro empresarial (ganancias) y representa más del 50% del ingreso nacional, también contribuye a crear más actividad, empleo e ingresos fuera que dentro del país, ya que la mayor parte de bienes de capital y tecnología son importados.

Si tomamos el problema distributivo desde la perspectiva del 54% de peruanos que está por debajo de la línea de pobreza, observamos que su pequeña capacidad de compra privilegia alimentos, algo de vestido y muy pocos servicios. Esto significa que su demanda está orientada a consumir productos provenientes de la agricultura tradicional (los alimentos), del sector informal (el vestido), o del Estado (los servicios). Este consumo tampoco conmueve los fundamentos productivos ni la productividad y, en consecuencia, tampoco generan mayores niveles productivos, empleo o ingresos. Es la trampa del equilibrio de bajo nivel, que sólo logra reproducir la pobreza.

4. La contención salarial originada en los años ochenta y reforzada en los noventa con la flexibilización laboral, ha hecho que las posibilidades de aumento de salarios por medios políticos o legales sean prácticamente nulas. Los empleados del sector público no reciben aumentos prácticamente desde hace veinte años y son los que más han sufrido la compresión de las remuneraciones.

5. Los precios relativos, como el tipo de cambio, los salarios y las tasas de interés no se constituyen en incentivos para promover crecimiento con redistribución, por las razones explicadas más arriba.

Este conjunto de aspectos determinan simultáneamente las dificultades que tiene la economía peruana para que el crecimiento global logre favorecer a más sectores y ayude a reducir la pobreza.

Un Estado chico como el peruano es incapaz de contrarrestar los determinantes del crecimiento sin redistribución a partir del gasto público, en la medida en que la presión tributaria es muy baja (a lo que contribuye el alto nivel de exoneraciones tributarias) y porque su capacidad redistributiva se ve reducida por el peso del pago de la deuda externa y por las pensiones de jubilación, las cuales en conjunto reducen la capacidad de gasto a menos de 10% del PBI. Con este nivel de gasto es imposible esperar mayor inversión pública o mejores sueldos y salarios públicos, lo que significa que el Estado es incapaz de contribuir a que el “chorreo” de los sectores más ricos se convierta en “goteo” hacia los más pobres.

La paradoja de creer que no hay paradoja

Como se observa, la falta de “goteo” es un resultado del modo en que se ha reorganizado la economía peruana después de los años noventa. Preocupa de sobremanera que ni el gobierno, ni los partidos políticos, ni los think tanks tengan propuestas para resolver los problemas de fondo, pues su evaluación es que se trata sólo de dificultades coyunturales cuya solución es cuestión de tiempo. Creen que la paradoja no tiene explicación y, menos, solución. El Pensamiento Único predica que sólo es cuestión de persistir haciendo lo mismo y resistir hasta que el regreso masivo de la inversión extranjera resuelva el problema. Obviamente, hay un grave error de fondo. Un minucioso diagnóstico de lo que está realmente sucediendo en el Perú nos indica que la política económica promovida por el Consenso de Washington está muy lejos de generar crecimiento con redistribución y desarrollo humano.

¿Qué hacer?

De acuerdo a nuestros estudios, para comenzar a resolver la falla social, que es una combinación de fallas de mercado y fallas de estado, proponemos que: 1. Es necesario plantear una nueva industrialización exportadora. (Quizás el TLC pueda ayudar si obliga a tener una estrategia de exportaciones con valor agregado). 2. Es imprescindible incrementar el tamaño de los recursos fiscales. (Necesitamos llegar a una presión tributaria de por lo menos 20% sobre el PBI) y hacer del Estado un redistribuidor efectivo. 3. Es perentorio ir hacia un nuevo pacto laboral, en el que se ligue el incremento de los sueldos y salarios a la productividad. Para ello, las empresas deben mejorar la capacidad de sus trabajadores y el Estado, promover nuevas tecnologías. 4. Es muy importante comenzar a resolver de manera inteligente el problema neurálgico del tipo de cambio,

Esta vez, los objetivos de largo plazo se hacen urgentes para salvar el corto plazo. La falla social generada por la paradoja peruana es una bomba de tiempo que es necesario desactivar de manera inteligente, no dogmática y democrática.

Lima, agosto 2004

Puntuación: 4.47 / Votos: 17

Comentarios

  1. diana escribió:

    quisiera q´esxplicaran mas lo de la enfermedad holandesa

  2. Efraín Gonzales de Olarte escribió:

    La enfermedad holandesa fue un fenómeno originado en los 1950 en Holanda, cuando descubrieron gas y petroleo y repentinamente tuvieron ingresos de divisas muy elevados, lo que trajo abajo el tipo de cambio, lo que a su vez generó un incremento de importaciones competitivas con la industria holandesa, generando desocupación y recesión en algunos sectores industriales. Desde entonces, al fenómeno de caida del tipo de cambio real debido a incrementos imprevistos de rentabilidad se la califica como enfermedad holandesa.

    Hay abundante bibliografía al respecto.

  3. homero escribió:

    a q te refieres con q

    Es imprescindible incrementar el tamaño de los recursos fiscales. (Necesitamos llegar a una presión tributaria de por lo menos 20% sobre el PBI) y hacer del Estado un redistribuidor efectivo. 3. Es perentorio ir hacia un nuevo pacto laboral, en el que se ligue el

  4. Agusto Villalobos escribió:

    es una gran mentira cuando habla de la destreza de el Presidente no electo Paniagua quien destrozo los logros de el mejor de los presidentes que tuvo el Perù Alberto Fujimori. pero la demagogia que es costunbre de los que siempre han gobernado antes de Fujimori no le perdonan de que alguien que nunca estuvo en politica les diera una clase magistral de como se gobierna en crisis.

  5. Pedro CA escribió:

    Ciertamente el Perú es una Nación en vía de desarrollo, este crecimiento podría ser mayor si los políticos peruanos ajustan un poco y dejan de tener exagerados sueldos y comisiones. Además deben de ser más conscientes y más aun en estos momentos de no regalar las reservas naturales peruanas, arrendándolas a bajo costo y por un periodo largo de tiempo y todo ello a cambio de un puñado de monedas a su favor por dicho negociado. Quien escribe es peruano, nacido en Lima y radica en Madrid , de profesión ingeniero de Sistemas y siento que estamos quizás en uno de los momentos económicos más importantes de nuestra vida republicana, deben los políticos ahora olvidarse por un instante de robar (ya lo han hecho desde hace 30 años viviendo a costas de los super salarios y comisiones que les genera el ser diputado, senador o ministro sin contar los posibles arreglos que puedan tener por dar ciertas concesiones en otras palabras corrupción) y por un momento reflexionar y pensar que tal vez puede ser este el momento exacto de enmendar errores, de reconciliarse con el pueblo, de acabar con esa gran diferencia social que existe dentro del país.
    Y digo esto porque considero que no solo debe crecer el empresario, debe también crecer el trabajador más humilde, aquel que gana unos 120 soles a la semana (casi 40 dólares americanos y casi 30 euros). Me pregunto puede el poblador más humilde notar este crecimiento económico, pueden sus hijos consumir leche al menos tres veces por semana, pues no, porque este señor debe comprar los productos a precios de mercado internacional, mientras que gana un salario muy pero muy inferior al salario internacional, por que las reglas económicas en Perú se manejan así, todo para el empresario y nada para el trabajador. Podemos ver esto en Telefónica por ejemplo: Mi familia tiene internet, teléfono y cable en casa y por ello debe pagar cerca de 230 soles lo que al cambio son aproximadamente 60 euros, esto quiere decir pago lo mismo en Perú que en España; sin embargo el salario de un teleoperador (que debe ser uno de los trabajadores con menor salario) no es el mismo en Perú (800 soles unos 200 euros)que en España(850 euros de mínimo). Entonces surge la gran duda porque si los costos son inferiores en Perú Telefónica cobra lo mismo que en España, este es solo un pequeño ejemplo de lo que ocurre.
    Soy consciente además de que un país con empresas solidas y en crecimiento hace que la economía se mantenga fuerte y estable, pero debemos pensar también que si no crecen empresario y trabajador al mismo ritmo volvemos al problema de siempre: Una diferencia abismal entre una clase social alta y otra infrahumana.

  6. Elias Ticlla Cayo escribió:

    Hola
    tengo algunas cosas q no me han quedado muy claras, ojala las puedan responder:
    ¿A que se debe la desigualdad distributiva?
    ¿que sectores son los que se llevan la mayor parte?
    ¿Como es que funciona el "goteo" del crecimiento macroeconomico sobre las microeconomias?

    Gracias

  7. Jane escribió:

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