20/04/15: LA PUCP en su centenario

LA PUCP HACIA SU CENTENARIO: REFLEXIONES DESDE EL VICERRECTORADO ACADEMICO

Efraín Gonzales de Olarte

 

INTRODUCCIÓN 

Nos hemos empeñado permanentemente por hacer de nuestra universidad una buena universidad, de nivel nacional e internacional. Somos considerados la primera en el Perú por varios rankings nacionales y extranjeros, estamos entre las 30 mejores de América Latina y entre las 600 mejores del mundo. Los rankings son indicadores producto de la competencia y de la globalización académica, que nos comparan en función de algunos criterios que definen a la universidad del siglo XXI: excelencia en la formación, investigación pura y aplicada e influencia en su entorno.  

Nosotros creemos que, más allá de los rankings, debemos ser una buena universidad al servicio de nuestro país y de la región, basados en los principios de excelencia académica,  de integridad moral proveniente de nuestra identidad católica, de la defensa de la democracia y de los derechos humanos. Para alcanzar todos estos fines tenemos un plan que cada cierto tiempo se lo revalúa. Precisamente, hace más de un año se aprobó las metas del plan 2014-2017, que tiene objetivos exigentes para llegar a nuestro centenario como una universidad más compleja, más acorde con los cambios en los entornos socio-económicos y, sobre todo, seguir asumiendo el liderazgo que hemos logrado establecer, siempre con la humildad de nuestro fundador el Padre Dintilhac.  

Aspiramos a combinar e integrar de mejor manera las humanidades, las ciencias, las ingenierías, las ciencias sociales y las artes, para proveer a la sociedad personas lo mejor calificadas en sus respectivas áreas, en todas aquellas disciplinas y carreras ya establecidas, pero también y con gran expectativa en las nuevas áreas del conocimiento que requieren de una creatividad y rapidez en la respuesta. 

Existe una combinación de ingredientes que define si una universidad es buena, regular o mala, siguiendo ciertos estándares definidos por las universidades de países desarrollados. Además, se asume que universidades con estos estándares contribuyen al desarrollo científico y tecnológico de sus países.   

La pregunta central es si una universidad como la nuestra cumple sus roles en su país y si es un vehículo del desarrollo civilizado. Digámoslo de manera metafórica: la luz de la PUCP al alumbrar en las tinieblas de nuestra nación en formación, ha ayudado a llevar el barco peruano a un destino mejor?  

No es fácil analizar el rol de una universidad sin despojarse totalmente de cuotas subjetivas, sobre todo cuando se está cerca de una celebración tan importante como el centenario. Pero bien vale la pena hacer una reflexión al respecto.  

¿DEBEMOS SER PROMOTORES O SIMPLEMENTE ACOMPAÑANTES DEL DESARROLLO? 

En mi criterio hay fundamentalmente dos tipos de universidad: para el cambio y la transformación o para el funcionamiento y mantenimiento. 

  1. Universidades para el cambio y la transformación. 

Las universidades que promueven el desarrollo –entendido de la manera más amplia y en todas sus connotaciones o posibles definiciones- son aquellas que proponen innovaciones de manera permanente, tanto en la enseñanza, en la investigación sobre todo aplicada, y que pueden ser incorporadas por la sociedad y la economía. Estas son las universidades que investigan, que patentan, que innovan en ideas, teorías, productos, procedimientos, instituciones y difusión de los avances. Estas universidades tienen la mayor parte de sus estudiantes en el posgrado –Harvard tiene 1/3 en pregrado y 2/3 en posgrado, Campinhas la ½ en posgrado y ½ en pregrado- y sus investigaciones están muy ligada a la formación de investigadores en los doctorados, investigadores que en parte se incorporarán al aparato económico y social privado y público. Son universidades con grandes presupuestos para la investigación, fondos que son considerados como inversiones de largo plazo. Es obvio, que la universidad de este tipo no puede estar fundada en el objetivo de obtener ganancias en el corto plazo, es incompatible con los negocios corrientes. Son universidades cuyo retorno no sólo es de largo plazo, sino de desarrollo humano.   

      2. Universidades para el funcionamiento y mantenimiento de las sociedades. 

Por otro lado, tenemos aquellas universidades que se concentran en el suministro de profesionales al mercado, en periodos más cortos que los doctorados. Estas universidades contribuyen al mejor funcionamiento y gestión del aparato económico e institucional, son universidades funcionales a un orden establecido o a un modelo económico en vigencia. La innovación en estas universidades se da en la enseñanza, en los contenidos a transmitir, pero sobre todo en las competencias generales y específicas que necesitan quienes van a ir a trabajar a empresas, al estado o la sociedad civil. Los médicos, los ingenieros, los administradores y los abogados con los mejores representantes de estas universidades.  

Estas son las universidades que se preguntan si su oferta se adecua a la demanda y están preocupadas en crear carreras que satisfagan la demanda, pero no olvidemos que la demanda por graduados de universidades dependen el modelo económico y social. Si el modelo económico es primario exportador  y de servicios, como es el caso peruano, la universidad deberá proveer ingenieros civiles, mineros, industriales e informáticos, pero si el modelo fuera industrial la universidad deberá suministrar ingenieros mecánicos, electrónicos, de sistemas, industriales, telecomunicaciones, aeronáutica, amén de abogados, economistas, contadores, administradores, comunicadores, que son funcionales a cualquier modelo.  

La adaptación a la demanda laboral es uno de los principales problemas de este tipo de universidades, pues de su capacidad de hacerlo depende su sobrevivencia. Son universidades reactivas y acompañantes del proceso económico y social.  

Nuestra universidad es principalmente del segundo tipo, pero pese a ello contribuimos al desarrollo en un país con fuertes carencias académicas. Pero también estamos avanzando en ser también una universidad de investigación. Por el momento tenemos 4/5 de nuestros alumnos en el pregrado y 1/5 en el posgrado con menos de 100 estudiantes de doctorado. Pero tenemos claridad sobre el futuro y, creemos, que cuando tengamos un tercio de nuestros estudiantes en el posgrado y tengamos más de 500 doctorantes seremos una universidad que promoverá claramente el cambio y la transformación del Perú. En nuestro centenario, este camino deberá estar claramente establecido.

Estamos trabajando, también, para ser una universidad completa que incluya ciencias biológicas y médicas, para lo cual nos asociaremos a otra universidad, luego estamos trabajando también para crear una facultad de ciencias de la tierra, medio ambiente y sostenibilidad. Con estas áreas seremos una universidad completa, lo que nos permitirá intensificar las carreras multi e interdisciplinarias, tanto en enseñanza como en la investigación. Además, incrementaremos nuestra oferta virtual en varias diplomaturas y maestrías, es muy importante poder llegar a todo el Perú. Firnalmente, ampliaremos nuestra oferta de universidad abierta, para dar la oportunidad a muchas personas que quieren perfeccionares en los temas que trabajan o que les interesan, sin necesidad de pedirles requisitos de ingreso, sólo bastará la voluntad para estudiar.

Así esperamos llegar a nuestro scien años el 2017.

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