Hoy 15 de marzo se celebra el día mundial del consumidor, fecha escogida en honor al famoso discurso del presidente Jhon F. Kennedy ante el Congreso norteamericano el 15 de marzo de 1962, a través del cual lanzó la famosa tabla de los derechos del consumidor, expresando que los consumidores somos quienes damos vida al mercado, sin embargo nuestros voces no son escuchadas.
Hoy existe toda una construcción jurídica para proteger y defender los derechos de los consumidores desde el punto de vista jurídico e institucional, son embargo hoy quiero hacer una reflexión que va mucho mas allá de la protección y deseo invertir el debate y hacerlo desde el lado del consumidor, a quien no solo se debe respetar sus derechos obviamente, sino que se le debe exigir también un comportamiento alturado, inteligente y responsable en el mercado.
En efecto, hablar de Derecho del Consumidor , no solo implica hablar de normas, políticas y procedimientos, sino también implica hablar del desarrollo de una conducta responsable de los consumidores, a quienes nos toca exigirle un comportamiento inteligente, es decir toca hoy promover una cultura de consumo responsable en el mercado que pasa no solamente por leer las etiquetas o revisar el rotulado e informarse de los bienes y servicios que se adquieren en el mercado; sino que hoy frente a lo mementos de crisis que atraviesa el país, debemos exigir a los consumidores una conducta responsable en la adquisición los productos que necesitamos para vivir, frente a la emergencia sanitaria por el corona virus.
En estos días se han visto largas colas para comprar productos a diestra y siniestra, se han saturado los centros de abasto y se han aglomerado muchísima gente en los centros de abasto, atentando contra una de las recomendaciones que han dado las autoridades de salud que precisamente recomendaban no promover aglomeraciones de gente para evitar el riesgo de contagio.
Sin embargo, no solo se ha hecho caso omiso a las autoridades, sino que se ha actuado de forma salvaje, peleando por los productos, abarrotando los carros y coches de compra de manera desesperada y torpe, los consumidores hemos provocado con nuestra conducta situaciones de crisis, escases, especulación e inclusive aumento de precios forzada en algunos casos, comportamiento indebido que no hace sino demostrar que como consumidores aun no hemos madurado para tener una cultura de consumo responsable.
Es verdad que hay crisis por el tema del corona virus, pero también es verdad que no estamos en una situación de colapso de las estructuras productivas del país y de los servicios públicos, que puedan eventualmente generar un desabastecimiento, se ha actuado con una desesperación inusual para ir a comprar en cantidades exageradas, comprando cosas a veces que no son urgentes y superando incluso nuestra capacidad de gasto y de consumo, tan es así que mucha gente ha gastado toda su tarjeta de crédito para proveerse de muchas cosas, que no le son urgentes en algunos caso, dejando desabastecida a otras personas que si necesitan los productos que otros se han llevado en cantidades exhorbitantes, denotando una conducta egoísta, que no se condice con el comportamiento social ético y solidario que debemos tener como peruanos en tiempos de crisis.
El Derecho del Consumidor no solo es un conjunto global de normas, es también en esencia vida a humana, regida por normas que encarnan valores y un valor importante es la solidaridad, que se demuestra en el comportamiento asumimos en el mercado, porque ser protagonista del mercado no solo es exigir respetar nuestros derechos, sino también cumplir con patrones de conducta socialmente responsables en el propio mercado.
Si se han dado recomendaciones deben respetarse, porque eso es respetarnos como personas y por ende como consumidores.
Por otro lado, la emergencia por el coronavirus a su vez ha permitido que muchos operadores de mercado actúen rápidamente asumiendo funciones y tareas que están en la esencia misma de sus prestaciones, como ejemplo dotar de jabón y limpiar baños con desinfectante, dotar de agua a los servicios , controlar el aforo, limitar el número de productos a ser adquiridos por cada persona, limpiar y desinfectar asientos y pasamanos de buses y escaleras, etc, etc. Estas tareas deben hacerse siempre, no solamente por emergencia sanitaria y este es una mensaje no solo para los operadores privados, sino también para el propio Estado y todos sus estamentos, ya que el Estado es también un prestador de servicios por antonomasia y debe respetar los derechos de las personas en tanto consumidores y ciudadanos.
El derecho del consumidor no es un estatuto, porque no existe una clase, o un gremio, o una profesión de consumidores; todos los seres humanos somos consumidores y como tal debemos tener un cultura de consumo sobre la base de principios éticos en todos los actores, esto es lo mas importante , para garantizar no solamente la justicia que se busca para el individuo, sino también para fortalecer y hacer crecer el mercado, en condiciones de competitividad, transparencia , respeto , ética y solidaridad, porque el mercado somos todos, gente comprando a la gente.