El Derecho es como el lenguaje, es puramente convencional, no es lógico como las matemáticas. Lo importante en el Derecho, como en el lenguaje, no es la lógica estructurada, sino el hecho que todos lo entiendan, por ello al decir que es como el lenguaje, significa que debe ser socialmente eficiente, es decir que lo que importa es que el Derecho funcione, y no solo que sea correcto.
En efecto, la transacción de intereses en conflicto en una sociedad, todos la aceptan, así, en el lenguaje, el uso es su eficiencia y en el Derecho, su observancia es la eficiencia. Para que las leyes sean más participativas, es necesario que tengan aceptación y ello sucederá en la medida que la ley esté internalizada en la cultura de las sociedades donde opera como norma.
La cultura no es lo que la gente sabe, como se cree erróneamente, cultura es como la gente se conduce y la cultura jurídica es cómo se comportan los destinatarios de las leyes -que somos todos- y para cumplir las leyes es necesario diferenciar entre saber y entender, dentro del contexto cultural de una sociedad, más aun en el Perú que es un país multicultural y heterogéneo desde todo punto de vista.
El Derecho está basado en la cultura, incluso me atrevería a decir que es en esencia un producto cultural, pero en nuestro país, muchas veces se ha elaborado el Derecho más como una pieza de biblioteca, que como una ley con eficiencia social y luego cuando la ley que no es observada por la comunidad, se dice que no hay cultura de respeto a la ley, pero no se toma en cuenta que la gente no cumple la ley por falta de cultura, sino que la ley no se ajusta a la cultura del pueblo. Las leyes son hechas por gente culta, pero que no entiende o no comprende la cultura del pueblo adonde está dirigida la ley.
En preciso anotar que en la actualidad inclusive ya no se habla de democracia con un significado único en política, sino que se ha dado lugar a la democracia electoral, la democracia de gobierno y la democracia de las culturas, que es hacia donde debe apuntar el correcto trabajo político de un gobierno para lograr niveles de aceptación y eficiencia.
El Derecho debe expresarse como se expresa la sociedad, pero además debe considerar sus intereses, porque el objeto del derecho no es la ley, sino la vida de la gente, por ello entre el Derecho y la vida hay una relación. El Derecho es la vida misma, regida por normas que encarnan valores y el abogado como líder social que es, debe ser capaz de descubrir los intereses que tiene el pueblo en la ley. El Derecho se trata de cómo vivir.
La forma como se viene afrontando la falta de confiabilidad ciudadana en el sistema jurídico del país, es porque se sigue razonando el Derecho -y por ende la ley- con una cosmovisión rezagada u equivoca del conflicto social, se mide y analiza la realidad sin considerar el sentir social, se sigue considerando el sistema judicial como un sistema de normas , de leyes, sin embargo de lo que se trata es de conflictos sociales y tener en cuenta que solucionar conflictos es una necesidad humana, esa es la variable de medición y lo importante es que la solución sea lo más eficiente posible.
Debe asumirse la solución de conflictos con un estándar de cultura de servicio, de cultura de calidad y entenderlo como un servicio a la comunidad y para ello es necesario un trabajo político de una nueva cosmovisión, no es un trabajo legal, no se trata de estructuras lógico jurídicas o de autoridades, se trata de una cultura de servicio, donde el público perciba los servicios la justicia como un resultado concreto, visible, plausible, tangible, independientemente del tecnicismo legal del resultado.
En este planteamiento que propongo para refrescar el Derecho como ciencia social, es necesario nuevas estructuras de razonamiento jurídico, donde sea necesario perforar la ley para analizarla y estudiarla en su funcionamiento eficiente, no en su logicidad ni en su terminología, entender el conflicto no como un asunto de ley, sino como un asunto humano, donde se exponen dramas sociales y culturales de la gente y que eventualmente no son recogidos por el Derecho basado únicamente en normas. En este contexto, hay nuevos retos y desafíos para los juristas y estudiosos del Derecho. Yo desde hace buen tiempo desde esta plataforma de opinión planteo nuevos escenarios y nuevas reflexiones en materia de Derecho y creo necesario una nueva cosmovisión jusfilosófica y propongo pasar de la corteza del Derecho, al objetivo final del Derecho en sí mismo, es decir: el cómo vivir y el vivir feliz, esa es la meta de un sistema jurídico eficiente.
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