COCA COLA COMPANY REDUCE SUS NIVELES DE AZÚCAR PARA ADECUARSE A LAS NORMAS DE ETIQUETADO EN CHILE, Y EN EL PERÚ…….CUANDO?

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A raíz de la promulgación de la Ley del Etiquetado en Alimentos en Chile, son muchas las empresas que han modificado sus procesos productivos para  llegar a niveles menores de  azúcar, grasas y sodio, con la finalidad de responder adecuadamente a los parámetros técnicos regulados en la norma.

Un caso importante, son las bebidas gasificadas como Fanta y Sprite, productos de Coca Cola Company, empresa que a través de su Gerente General ha anunciado que se reducirán los niveles de azúcares en un 60 y 50% respectivamente. Esta medida permitirá a la Compañía tener dos productos más “libres de sello” de acuerdo con la legislación chilena.

Los productos “libres de sello”, son aquellos que no cuentan con un rotulado que informe a la población que tienen un contenido alto en azúcares, sodio o grasas; toda vez que el contenido del producto en estos parámetros es menor al establecido por la Ley, y se pueden consumir sin que eventualmente puedan ocasionar un daño a la salud.

Todo lo expuesto, tiene  importancia, toda vez que en el Perú, recientemente se ha publicado el Reglamento de la Ley de alimentación saludable (después de aproximadamente 5 años), en el cual, se establecen parámetros técnicos que regulan el contenido de azúcar, sodio y grasas, así como el etiquetado y rotulado de los productos que se colocan en el mercado nacional.

Si contamos con una Ley en la materia donde se establecen los parámetros técnicos para el etiquetado y rotulado de los productos, ¿por qué las empresas que colocan productos en nuestro mercado nacional no se han adaptado aún a la legislación? La respuesta tiene varias aristas que es necesario responder para observar nuestro problema desde un enfoque integral.

En primer lugar, está pendiente la aprobación del Manual de Advertencias Publicitarias, que fue pre-publicado hace unos meses. En este Manual, desarrollado por el Ministerio de Salud, se establece claramente los índices y valores por exceso en grasas, azucares y sodio, asimismo, debemos resaltar que el modelo de rombos que se propone es muy similar al modelo chileno.

Las autoridades públicas correspondientes (Indecopi, Digesa, Minsa, Poder Legislativo) deben coadyuvar a una pronta promulgación del Manual, y evitar que el tiempo se dilate, como sucedió con el Reglamento.

En segundo lugar, el incipiente proceso de educación en consumo y promoción de una cultura de consumo en nuestro país, es aún un obstáculo que debemos superar, toda vez que existe un gran sector de la población que no lee sobre productos, que no procesa la información que se le brinda, que no conoce ni reclama sus derechos como consumidores; y a todo esto tenemos que añadirle que el Estado no ha logrado avances significativos en la legislación de la comida saludable,  y además su cosmovisión en materia de políticas públicas frente al consumidor, no está alineada con la realidad de nuestro país; es por ello, que los avances en esta materia siguen siendo escasos.

En tercer lugar, el rol de las empresas privadas es fundamental, el sector privado debe respetar  lo establecido en la norma, asimismo debe ofrecer productos de calidad que respondan a la demanda de los consumidores y al cuidado de su salud y seguridad. Todas las empresas deben contar con políticas de atención al cliente, de resolución de conflictos surgidos en la práctica, ofrecer  productos de calidad que satisfagan las necesidades de los consumidores, cumplir con todas las reglas que establece el mercado ( libre competencia, publicidad desleal, etiquetado, entre otras), crear imágenes y motivaciones nuevas en la sociedad, generar confianza a través de la empresa, y solo de esta manera, se podrá decir que una empresa cuenta con una verdadera política de responsabilidad social y un buen gobierno corporativo de cara al mercado.

Debemos recordar que el mercado se compone de diversos agentes, como son la empresa,  los consumidores y el Estado que se encuentra presente para regular las fallas que se suscitan en él. Una actuación conjunta de todos los operadores del mercado, involucraría una visión sistémica, integral y holística en la materia, respondiendo al impacto de las normas de consumo y mercado en nuestra sociedad, con la finalidad de lograr un mercado creciente, transparente y competitivo, que es lo que siempre buscaremos y por lo cual seguimos trabajando.

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