El consumo en nuestro país no presenta las mejores cifras en comparación con años anteriores, sin duda alguna el fenómeno natural del “niño costero” ha afectado a muchas empresas que han tenido que ajustar sus regímenes de producción y asignación de productos para mantener sus niveles de rentabilidad, asimismo, los consumidores han reducido su actividad, ralentizando la demanda, y por ende, repercutiendo a la economía nacional.
Lo cierto es que todo este panorama, irá en progresión en la medida que nos acerquemos a fin de año, sin duda alguna las fiestas navideñas, de año nuevo y el inicio de las vacaciones, surten un efecto positivo en materia de consumo, incrementando los niveles de adquisición de productos y prestación de servicios en todos los sectores de la población.
En este contexto, es importante resaltar y exponer un mercado que nunca se detiene, que avanza con velocidad y que se encuentra cada vez al alcance de todos: el mercado inmerso en las redes sociales.
Las tendencias mundiales y nacionales, determinan que los jóvenes y adultos compran constantemente utilizando medios electrónicos, la publicidad en las redes sociales es un factor importante no solo para ofrecer productos, sino para afianzar las marcas de empresas en sectores donde antes no hubiesen podido llegar con suma facilidad. Cada vez, son más jóvenes que se guían por los likes en Facebook, para decidir sobre un producto, o los comentarios en las bandejas para prestar un servicio, y Facebook solo es el primer eslabón, otras redes sociales como twitter, instagram, linkedin, ofrecen una variedad de formas para publicitar un producto y tener un mayor alcance.
De esta manera, los consumidores, no solo respondemos a la información que nos brinda el proveedor a través del producto, sino a la información que nos brindan otros consumidores sobre ese mismo producto, mejorando nuestra alternativa de decidir por un producto que verdaderamente queremos, merecemos y que cumpla con los estándares de calidad que buscamos. En este contexto, observamos un progresivo avance en materia de derecho a la información y hasta se podría hablar de una “garantía social”, cuando muchos consumidores aprueban o desaprueban un producto.
Se observa que los consumidores han ampliado su abanico de posibilidades y alternativas de productos respecto de las empresas, de manera que, ahora valoran no solo aquella empresa que brinda productos de calidad, sino aquella que tiene un buen gobierno corporativo y políticas de protección medioambientales, que sin duda alguna, son factores que determinan un balance entre lo que se busca consumir y las buenas prácticas de negocio de aquellas empresas a las que compramos.
Finalmente, es importante resaltar que en el sector empresarial, las buenas prácticas corporativas, que van de la mano con la responsabilidad social empresarial, generan un mayor posicionamiento, que sin lugar a dudas impacta positivamente en la percepción del consumidor frente a la marca, toda vez que prácticas como el cumplimiento efectivo de las reglas de mercado, solución de conflictos por vías alternativas, protección al medio ambiente en la producción, cumplimiento de lo ofertado y de las garantías ofrecidas, promoción de una cultura de consumo responsable, entre otras; son valoradas por los clientes, quienes asumen una conducta de lealtad hacia la marca y la imagen positiva que proyecta una empresa, lo que sin duda suma para lograr en el futuro un mercado creciente, eficiente, competitivo y transparente.