Una hipótesis de las líneas de Nazca, dibujadas hace 2200 años es que las figuras son llamados a dioses nube para indicarles que traigan agua en un periodo de sequía tan intensa que casi (o no tan casi) llevó al colapso a la cultura Nazca. Imagino que muchas culturas pasaron por el mismo problema, unas hicieron líneas, otras probablemente templos, o ambas cosas. Recuerdo que durante la guerra de Vietnam los norteamericanos para producir tormentas e inundaciones sembraban las nubes con yoduro de plata, veo que ahora los madrileños están interesados en usarla, para hacer que la danza de la lluvia funcione. Uno de los escenarios de calentamiento global es la tropicalización de algunas zonas ahora desérticas como la costa norte del Perú, además del aumento de la nubosidad por evaporación ¿podríamos aprovechar las nubes y descargarlas donde podamos aprovechar su agua?
Los Chinchas, según Eric Santiago Antunes de Mayolo, quemaban en las alturas ciertas algas con alto contenido de Yodo y provocaban lluvias que eran aprovechadas en la costa ¿funcionará tal cosa? Los catalanes en poco tiempo tendrán que traer agua en buques cisternas, la que produce su ecosistema parece ser insuficiente en el futuro, y por si a caso, están buscando a Chamanes africanos y le ofrecen una vestal a la semana como parte del trato.
El escenario de la Tropicalización, resulta más remoto. Es cierto que con los Niños hubo procesos de tropicalización durante los periodos del evento. El problema es si por el calentamiento global sucederá lo mismo (y donde el fenómeno del niño no es parte). La tropicalización se podría producir si la corriente del Humboldt dejara de fluir, y no hay ninguna señal de que eso pueda suceder (a diferencia de los glaciares que sí se están derritiendo). Hay un precedente con la corriente del golfo en el atlántico, que hace millones de años (creo que 60) que si se detuvo con una irrupción repentina de agua dulce del estuario de San Lorenzo en la actual Canadá, y trastocó todo el clima en ambas partes de la cuenca del atlántico norte.
El profesor Salter, famoso por su “pato”, una máquina de electricidad cuya fuente de energía son las olas del mar, se ha metido ahora a inventar una
máquina de lluvia, basada en la turbina de Darius. La idea es generar nubes frente a islas o costas desérticas aumentando la eficiencia de evaporación del agua a través de turbinas impulsadas por la propia energía del mar en el que se encuentran. De otro lado, otro científico, esta vez turco,
Cemal Saydam, esta investigando sobre “nubes inteligentes” con la idea de hacer llover en represas y lagunas, de modo que siempre cuenten con agua disponible. También la periodista científica Karen Hopkin en Scientific American del 29 de febrero de 2009 señala que los científicos habrían encontrado que las bacterias que flotan en la atmósfera pueden ser causa de la formación de cristales de hielo.
Hace algunos años se habló también del proyecto http Geshem, en Israel, una idea para hacer llover a través de la creación de islas de calor generadas con capas asfálticas. En todo caso esta indagación ha producido interesantes estudios sobre el efecto e las ciudades en la formación de nubes.
Durante más de 50 años, anuncia recientemente
Nature news, los esfuerzos para tratar de inducir artificialmente la lluvia se han concentrado en la “siembra de nubes’ dispersando pequeñas partículas de yoduro de plata en el aire para que actúe como” núcleos de condensación “, en torno a los cuales las gotas de lluvia pueden “crecer”. “El problema es que todavía no es claro que la siembra de nubes funciona de manera eficiente”, dice el físico óptico Jérôme Kasparian, en la Universidad de Ginebra, Suiza. “También hay preocupaciones acerca de cuán seguro adición de partículas de yoduro de plata en el aire es el medio ambiente.”
Un efecto semejante y menos intrusivo se logra lanzando pequeños pulsos laser en el aire para ionizar moléculas de nitrógeno y oxígeno de manera que puedan actuar como núcleos de condensación.
FFR
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