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Cambio climático, calentamiento global, los Andes se deriten

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Todo parece indicar que de continuar las tendencias actuales, en las próximas décadas a lo más, los glaciares andinos desaparecerán. Adiós a la Coordillera Blanca, el Huaytapayana, Pariacaca, Cotopaxi, Aconcagua, Salcatay, Illimani y demás apus de nuestros antepasados. A los periodos de abundancia de agua producto del deshile le sucederá la escasés. Conviene que los seis países que compartimos este problema se pongan a trabajar en proyectos de manejo de aguas de lluvia (encauzamientos, infiltraciones, represamientos, etc.) para conjurar estos riesgos.

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Un estudio sobre este tema nos lo brinda la revista The Cryosphere en su artículo “Current state of glaciers in the tropical Andes: a multi-century perspective on glacier evolution and climate change” (Rabatel et. al, 2013) en cuyo abstract se señala lo siguiente (la traducción es nuestra):

El propósito de este documento es brindar a la comunidad un panorama comprensivo del los estudios sobre los glaciares en los andes en épocas recientes y su actual estado en el contexto del cambio climático. En términos de superficie y dimensiones los glaciares andinos se han tenido una disminución en las últimas tres décadas, que no tiene precedentes desde su máxima extensión durante la “pequeña edad del hielo” (mediados del siglo XVII a principios del siglo XVIII). Los cambios en el balance de masas, aunque han tenido esporádicos incrementos en algunos glaciares, nos muestran que las tendencias han sido negativas en los últimos 50 años, el déficit anual medio de balance de masas de los glaciares en los andes ha estado ligeramente por encima de los computado a escala global.

El punto de quiebre ocurre a fines de 1970s con un decrecimiento medio anual del balance de masas de -0,2 m.w.e. en el periodo 1964-1975 a -0.76 m.w.e. en el periodo 1975 – 2010.

Adicionalmente, si bien los glaciares se retraen en todos los andes, ello es más pronunciado en el caso de los pequeños glaciares en zonas más bajas que carecen de zonas de acumulación permanente, los cuales podrían desaparecer en los años/décadas que vienen. Las medidas mensuales del balance de masas en Bolivia, Ecuador y Colombia muestran que la variabilidad de la temperatura de la superficie del océano Pacífico es el principal factor que gobierna la variabilidad en el balance de masas a escalas decadales. Las precipitaciones no muestran una tendencia significativa en los andes tropicales durante el siglo XX, y consecuentemente no explican la recesión de los glaciares.

De otro lado, el significativo incremento de la temperatura aun en a tasa de-0.10°C por década -1 en los últimos 70 años. La alta frecuencia de los eventos de El Niño y cambios en la ocurrencia temporal y espacial desde los 1970s, junto con el calentamiento de la tropósfera pueden explicar mucho de la reciente y dramática contracción de los glaciares en esta parte del mundo.

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Caminando hacia el abismo climático

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Estamos a punto de alcanzar un punto de no retorno en los niveles de calentamiento global. Cada vez será más difícil lograr un equilibrio sin un acuerdo global. Las condiciones para la negociación no están dadas, los conflictos religiosos, el retroceso de las democracias, el aumento de los países con poderío nuclear, los intereses de las grandes corporaciones, la ignorancia e incapacidad de los políticos, la anomia, etc. Solo queda insistir.

El martes 29 de marzo, Tomas Unger escribe en El Comercio el siguiente artículo: La Tierra y su carrera contra el reloj – El calentamiento global es un problema muy serio. Algunas de nuestras soluciones propuestas pueden ser inalcanzables.

El doctor Tomas F. Stocker, del Centro de Investigación para el Cambio Climático de la Universidad de Berna (Suiza), publicó un trabajo alarmante. En él establece la relación directa entre las emisiones y el calentamiento, y llega a una conclusión: a medida que pasa el tiempo, las metas establecidas se vuelven inalcanzables.

Dicho de otra manera, los gases invernadero (causantes del calentamiento) se acumulan en la atmósfera, donde se quedan por largo tiempo. Su efecto es permanente, al punto que, alcanzado cierto volumen, el inicio de una reducción de emisiones no podrá detener el aumento de la temperatura. De ese modo, la meta de mantener el límite del calentamiento en 1,5 ºC ya es inalcanzable desde el año pasado. La meta de 2 ºC quedará inalcanzable a partir del 2027 y la de 2,5 ºC será inalcanzable después del 2040.

Esto significa que, aun si hoy se aplicaran las reducciones de emisiones de 3,5 %, lo cual requeriría una acción conjunta de los principales emisores, el calentamiento alcanzará 1,5 ºC.

Desgraciadamente, cuando se habla de calentamiento y grados, para la mayoría esto no da una idea del alcance de sus consecuencias.

Temperatura y clima
Cuando se habla de 1,5° o 2°, no es una referencia a que la temperatura en un lugar dado suba en esa medida. La temperatura local puede fluctuar mucho más, independientemente de la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. La cifra se refiere a la temperatura promedio del planeta cuyas fluctuaciones tienen un gran impacto sobre el clima.

Hemos visto que el calentamiento de las últimas décadas ha producido cambios que han resultado catastróficos para ciertas regiones. El aumento de la temperatura global, del cual más del 90% se produce en los océanos, altera el clima, que ha sido muy estable durante los últimos 8.000 años, durante los cuales se ha desarrollado nuestra civilización.

Las ciudades se han construido al borde de ríos y mares, se han desarrollado comunidades agrícolas en lugares de tierra fértil con disponibilidad de agua. La presencia de glaciares en las montañas, ríos de cauce constante, épocas definidas de lluvia y niveles del mar han creado el mapa socioeconómico actual.

Al cambiar las precipitaciones en el tiempo y en el espacio y subir los niveles del mar, ese mapa cambiaría drásticamente. Ya lo estamos viendo en las inundaciones, sequías, incendios forestales y destrucción de infraestructura. Alteran la distribución y disponibilidad de alimentos, interrumpen las comunicaciones, creando situaciones de crisis (Filipinas, Australia, la costa noreste de EE.UU. son los ejemplos más recientes).

El cambio climático es una consecuencia del calentamiento global, pero no se manifiesta igualmente en todos los lugares. Al cambiar el clima en ciertas regiones habrá más frío y nieve, como en Ucrania, mientras que otros lugares tienen temperaturas cada vez más altas.

El efecto del calentamiento afecta también el nivel del mar en dos formas. En primer lugar, el agua se expande con la temperatura; además, el volumen de los océanos aumenta con el deshielo de los glaciares y hielos de las regiones árticas. Entre 1870 y el 2004 el nivel de los mares aumentó 19,5 cm. Este aumento se está acelerando y en promedio ahora es el triple de lo que fue durante el siglo pasado. Todas estas cifras son pequeñas en términos absolutos; sin embargo, un aumento de un metro en la línea de marea alta, que podría producirse dentro de este siglo, sería catastrófico para muchas poblaciones costeras.

Las emisiones
Pese a que todavía hay algunos intereses que cuestionan tanto el calentamiento como su origen antropogénico (causado por la actividad humana), los científicos y las autoridades políticas ya no tienen dudas. Desde el inicio de la revolución industrial y el uso de combustibles fósiles, la concentración de CO2 en la atmósfera ha aumentado en 40%, de 280 ppm (partes por millón) a 397 ppm.

Hoy emitimos diariamente a la atmósfera 90 millones de toneladas de gases de efecto invernadero causantes directos del calentamiento global. Según los informes publicados por la ONU, emitimos anualmente 32.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. De esta cifra el 56% proviene de tres grandes emisores: China con 24%, EE.UU. con 18%, y la Unión Europea con 14%. Este gas, producto de la combustión del carbón, petróleo, gas y la deforestación, es el causante del aumento de la temperatura global.

Las metas
La ONU ha sugerido que la meta de 2° de aumento establecida para este siglo no podrá ser alcanzada. Si bien ha habido acuerdos y algunos países hacen esfuerzos por reducir las emisiones, estas siguen en aumento a la par con la deforestación y el consumo de combustibles.

El estudio de Stocker demuestra que la relación es directa y que, mientras las emisiones sigan en aumento, la temperatura global seguirá subiendo exponencialmente. Es más, aunque las emisiones se mantuvieran constantes, la temperatura seguirá subiendo. Las proyecciones varían mucho según los posibles escenarios, desde las más optimistas que dan como tope 2,9° hasta las más pesimistas que dan 6,4° para el fin del siglo.

Lo que queda claro es que la única manera de detener el calentamiento en una cifra determinada es reducir las emisiones; detener su incremento no basta.

Se cierra la puerta
El estudio suizo demuestra varios hechos preocupantes. En primer lugar que con el CO2 que hay en la atmósfera, ciertas metas ya no son alcanzables, aun reduciendo las emisiones.

En segundo lugar, demuestra que se requiere una reducción de más de 3% anual de las emisiones actuales para alcanzar la siguiente meta, y si esta reducción no se implementa a partir del 2020, la meta será inalcanzable. Por último, si se postergan las reducciones, mantener la temperatura estable a partir del 2032 requerirá reducciones mucho mayores. Esto implica quemar menos carbón, petróleo y gas, o sea consumir menos energía o generarla sin combustibles.

Si se toma en cuenta que los que pueden y deben tomar las decisiones para implementar la reducción de emisiones ya no verán el resultado, esto pone a prueba su ética y sentido de responsabilidad.

Los productores de hidrocarburos morirán ricos antes de que se sientan todos los efectos del cambio climático. Probablemente sus herederos tendrán los recursos para sobrevivir en los pocos lugares que no serán afectados, al menos durante este siglo. El resto de la población mundial sufrirá cambios catastróficos, de los cuales ya hemos tenido algunos anticipos.

Como dice “Science” sobre el informe de Stocker: la puerta para detener el cambio climático se está cerrando. Sigue leyendo