La vuelta al cole, un reto a la sombra de la pandemia

8:00 a.m. | 16 oct 20 (EC/EI).- La pandemia por la COVID-19 ha puesto en jaque el derecho a la educación en el mundo. Millones de niños y niñas se quedaron sin escuela, y según la Unesco, las iniciativas de virtualización no han podido alcanzar a más de la mitad de la población estudiantil del mundo, sin acceso a equipos o Internet. Un informe de Entreculturas, organización mundial preocupada por la educación, expone el impacto global de este cierre de escuelas, con énfasis en poblaciones vulnerables. Busca generar una reacción y que se aproveche este contexto para trabajar sobre algo seguro: “Volver a lo de antes, sería un problema. Hay que replantearse la educación”.

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“Cuando llegó la COVID, cerró mi escuela. Ese 23 de marzo mi vida cambió. Mis padres no me permitían moverme de la misma manera ni quedar con mis amigos”. Toyi John tiene 16 años, es congoleña pero vive desde 2011 en el campo de refugiados de Dzaleka, en Malaui. Sabe que su futuro depende de que pueda seguir avanzando en los estudios. Unos días después, el 6 de abril, su colegio, llamado Umodzi Katubza, lanzó un programa de radio, junto con el Servicio Jesuita a Refugiados, a través de la emisora comunitaria del campo de Dzleka. Allí viven unas 44.000 personas, y la mayoría son menores, alumnos de primaria.

“Me encantaron las lecciones por radio. Ahora estoy de vuelta y estudio mucho”, dice Toyi. “Pero algunas de mis compañeras no han regresado. Unas se han casado, otras están embarazadas. Las chicas necesitamos la educación. Nuestro lugar no está en la cocina. Ellas, también. Pueden ser mejores madres si siguen aprendiendo. Educar a una mujer es educar a un país”, añade Toyi, en conexión telefónica desde el campo, en un rueda de prensa virtual en la que se ha presentado el informe “La vuelta al cole. Un reto global a la sombra de la pandemia”, elaborado por Entreculturas.

Agrava las desigualdades

Como Toyi, unos 1.600 millones de alumnos de más de 190 países se vieron afectados por el cierre de las instituciones educativas en el momento más grave de la crisis sanitaria. Según la Unesco, hay riesgo de que se retrocedan 20 años en la educación de las niñas. Muchos menores han perdido un lugar seguro, su escuela. Seis meses después del estallido de la pandemia, unos 1.000 millones de alumnos siguen sin volver a la escuela. Es el 60% de la población estudiantil de todo el mundo. En 132 países aún no se ha anunciado cuándo volverán a abrir los colegios.

En el estudio, Entreculturas recalca que “el cierre de escuelas agrava las desigualdades en la educación y afecta de manera desproporcionada a los niños y jóvenes más vulnerables”. Y es que, como incide habitualmente la ONG, las escuelas son lugares de protección para estos grupos más expuestos a la pobreza, la violencia o al abuso de cualquier tipo.

Brecha digital

Otro factor clave es la brecha digital, ya que “más de la mitad de la población estudiantil del mundo no tiene ordenador en casa y más de 700 millones no tienen internet”. Un drama al que se une el alimenticio, teniendo en cuenta que “369 millones de niños que necesitan comedores escolares tuvieron que buscar otras fuentes de nutrición diaria”. Así, el riesgo es grave… “Cuanto más tiempo pasen fuera de las aulas, más posibilidades hay de que no vuelvan. Y la vida sin educación no se sostiene; esta ha de ser una de las claves para a sociedad posterior a la pandemia”.

El panorama es peor para los más desfavorecidos, rescatando un dato desolador extraído también de los informes de UNESCO: “Hasta 24 millones de estudiantes podrían no volver a la escuela en 2020, de los cuales 11 son niñas. La mayoría de los alumnos en situación de riesgo, unos 11,2 millones, se encuentra en Asia Meridional y Occidental y en el África Subsahariana. Sin posibilidad de volver a la escuela, muchos menores han perdido su lugar seguro, la escuela”.

Esperanza y oportunidad

Según comentó Lucía Rodríguez, responsable de Incidencia en Entreculturas, “volver al cole genera normalidad, estructura, esperanza… Para todos, no solo en la escuela”. De ahí la llamada al apoyo a quienes parten de una peor situación, pues “no todos los países pueden implementar las medidas necesarias. Antes de la pandemia, algunos ya tenían una situación frágil, estaban en conflictos internos o padecían la desigualdad”.

En definitiva, la petición principal es aprovechar el contexto de incertidumbre para buscar en él una oportunidad en positivo: “Pretender volver a lo de antes, a la escuela de antes, sería un problema. Hay que replantearse la educación. La escuela debe ser renovada desde una actitud innovadora; hay que pasar revista a todo, desde la gestión a los programas. Ha de ser inclusiva y prestar una mayor atención a los colectivos más vulnerables y con necesidades especiales”. Además de que “debe ser un entorno seguro en todos los sentidos, por lo que los estados deben asumir este reto, partiendo de las condiciones higiénico-sanitarias”.

Observando casos

Pablo Funes, del Área de Cooperación Internacional en África de Entreculturas, ha contado que les ha tocado “adaptarse a las circunstancias”, pues “sabíamos que el derecho a la educación iba a verse afectado”, especialmente “para los más vulnerables”.

Un claro ejemplo se ha vivido en Venezuela, donde Entreculturas lleva mucho tiempo apostando “por la educación en emergencia” a través de la red de Fe y Alegría. Gracias a un trabajo ingente por parte de todos, han conseguido que “un 75% de los alumnos hayan podido seguir las clases a distancia, algo clave en un entorno rural y frecuentemente olvidado”. Algo que se ha logrado “desde la creatividad, motivando a los padres para que recogieran los materiales para sus hijos en la escuela o promoviendo las clases a través de la radio”.

Otro caso que ha puesto Funes es el de Líbano, donde trabajan fuertemente con refugiados sirios, con los que han podido apostar por la educación on-line a través de grupos de WhatsApp. A través de su socio local, el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR), han podido seguir la evolución de las familias a través de la implicación de los voluntarios.

Facundo Fabián Velázquez, joven de 21 años en Argentina y muy ligado a Fe y Alegría, con quienes se formó en Salta, ha lamentado que “muchos alumnos han perdido el curso” y están muy “deprimidos”, lo que se ha unido a un fenómeno ya muy extendido antes como es el amplio abandono escolar. A través de la radio o por WhatsApp, han podido impulsan para muchos la necesaria educación, “para que nadie se quede atrás”.

“La educación –ha cerrado Velázquez– está y debe estar en todos los ámbitos, no solo en los centros. Tampoco hay que centrarse en contenidos meramente académicos, sino en formar a sus ciudadanos para una cultura global e inclusiva donde todos somos responsables a la hora de construir un mundo mejor”.

El Informe “La vuelta al cole. Un reto global a la sombra de la pandemia” viene de la mano con la campaña “La Vida sin Educación no se sostiene” para insistir en que los sistemas educativos deben construir una vuelta al cole que asegure que las desigualdades educativas y los problemas de aprendizaje que ya existían previos a la crisis no se perpetúen o empeoren. Entreculturas acompaña en estos procesos educativos a 230.000 personas en 38 países.

ENLACE. Informe “La vuelta al cole. Un reto global a la sombra de la pandemia” (completo)

Fuentes:

Entreculturas / El Independiente / Vida Nueva / Foto: Acnur

 

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