Francisco a calvinistas: Unidos para testimoniar la misericordia con gestos concretos
11:00 p m| 14 jun 16 (AGENCIAS/BV).- “Se necesita urgentemente un ecumenismo que, junto con el esfuerzo teológico que busca recomponer las disputas doctrinales entre los cristianos, promueva una misión común de evangelización y de servicio”, afirmó el Papa durante la audiencia a una delegación de la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas (CMIR – calvinistas). La CMIR es una asociación que reúne a más de 80 millones de cristianos, pertenecientes a más de 225 Iglesias reformadas, en más de 100 países, todos cercanos a la tradición reformada, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI e inspirados en el teólogo Juan Calvino.
En su discurso, Francisco subrayó que la común fe en Jesucristo impulsa a los cristianos de las diferentes confesiones a “vivir la caridad mediante gestos concretos, capaces de incidir en nuestro estilo de vida, en las relaciones y en la realidad que nos rodea”.
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El Papa recibió una delegación de la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas y, en el discurso que les ha dirigido ha subrayado que el encuentro de hoy representa “un paso más en el camino que caracteriza el movimiento ecuménico; camino bendito y lleno de esperanza, a lo largo del cual buscamos vivir cada vez más de acuerdo con la oración del Señor para que todos sean uno”.
Después recordó que habían pasado diez años desde que una delegación de la Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas visitó a su predecesor, el Papa Benedicto XVI y que en esta década la histórica unificación del Consejo Ecuménico Reformado y de la Alianza Mundial de las Iglesias Reformadas, que tuvo lugar en 2010, ha sido un ejemplo tangible de progreso hacia la meta de la unidad de los cristianos y, para muchos, un estímulo en el camino ecuménico.
“Hoy -añadió- debemos dar gracias a Dios ante todo por el redescubrimiento de nuestra fraternidad que, como escribió Juan Pablo II, ‘no es la consecuencia de un filantropismo liberal o de un vago espíritu de familia. Tiene su raíz en el reconocimiento del único Bautismo y en la consiguiente exigencia de que Dios sea glorificado en su obra’. Católicos y reformados pueden promover un crecimiento mutuo en esta comunión espiritual, para servir mejor al Señor”.
La reciente conclusión de la cuarta fase del diálogo teológico entre la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas y el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, con el tema “La justificación y la sacramentalidad: la comunidad cristiana como artesana de justicia” representa un motivo especial de agradecimiento.
“Me alegra ver que el informe final destaca con claridad el vínculo inseparable entre la justificación y la justicia -destacó el Pontífice-. En efecto, nuestra fe en Jesús nos impulsa a vivir la caridad mediante gestos concretos, capaces de incidir en nuestro estilo de vida, en las relaciones y en la realidad que nos rodea. Sobre la base del acuerdo acerca de la doctrina de la justificación, hay muchos campos en que reformados y católicos pueden trabajar juntos para testimoniar el amor misericordioso de Dios, verdadero antídoto frente al sentido de desorientación y a la indiferencia que nos circundan”.
“Hoy se experimenta a menudo una ‘desertificación espiritual’. Especialmente allí donde se vive como si Dios no existiera, nuestras comunidades cristianas están llamadas a ser ‘cántaros’ que apagan la sed con la esperanza, presencias capaces de inspirar fraternidad, encuentro, solidaridad, amor genuino y desinteresado; han de acoger y avivar la gracia de Dios, para no encerrarse en sí mismos y abrirse a la misión”.
“No se puede, en efecto, comunicar la fe viviéndola de manera aislada o en grupos cerrados y separados, en una especie de falsa autonomía y de inmanentismo comunitario. Así no se da respuesta a la sed de Dios que nos interroga y que está presente también en tantas formas nuevas de religiosidad. Estas pueden favorecer a veces el repliegue sobre sí mismas y sus propias necesidades, dando lugar a una especie de ‘consumismo espiritual’. Por lo tanto, si los hombres de nuestro tiempo no encuentran una espiritualidad que los sane, los libere, los llene de vida y de paz, al mismo tiempo que los convoque a la comunión solidaria y a la fecundidad misionera, terminarán engañados por propuestas que no humanizan ni dan gloria a Dios”.
Por eso se necesita urgentemente “un ecumenismo que, junto con el esfuerzo teológico que busca recomponer las disputas doctrinales entre los cristianos, promueva una misión común de evangelización y de servicio. Ya hay ciertamente muchas iniciativas y buena colaboración en diferentes lugares. Pero todos podemos hacer mucho más juntos para dar un testimonio vivo ‘a todo el que pida razón de nuestra esperanza’: transmitir el amor misericordioso de nuestro Padre, que hemos recibido gratuitamente y estamos llamados a dar generosamente”.
Francisco concluyó renovando a los dirigentes de la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas el agradecimiento por su presencia y por su compromiso al servicio del Evangelio, y expresando el deseo de que este encuentro fuera un signo eficaz de la constante determinación de caminar juntos en la peregrinación hacia la plena unidad. “Que este encontrarnos sirva de ánimo a todas las comunidades reformadas y católicas para seguir trabajando juntos en la transmisión de la alegría del Evangelio a los hombres y mujeres de nuestro tiempo”, auspició.
Por su parte, en una conferencia de prensa sucesiva a la audiencia con Francisco en la sede de Radio Vaticano, los líderes de la CMIR destacaron una nueva urgencia de los cristianos en trabajar juntos para lograr la unidad y la justicia en un mundo que sufre.
La delegación que visitó al Papa estaba conformada por el pastor Jerry Pillay, presidente, el pastor Chris Ferguson, secretario general, la pastora Dora Arce Valentín, secretaria ejecutiva para la justicia, Aruna Gnanadason, asesor para la teología, Elder Gabriela Mulder, presidente de la Alianza de las Iglesias presbiterianas y reformadas de América Latina y el Caribe, y Phil Tanis, secretario ejecutivo para la comunicación.
La delegación dijo que esta urgencia de acercamiento y trabajo concreto forma parte del testimonio cristiano común que además se inspira en el próximo 500 aniversario de la Reforma, y que se centra en la necesidad de contribuir a mejorar el mundo ante las continuas crisis económicas y ambientales que oprimen y destruyen la vida humana.
El presidente de la CMIR, Jerry Pillay, y el secretario general, Chris Ferguson, manifestaron el deseo de trabajar en temas concretos como por ejemplo la migración y la crisis de refugiados, además de cara a la próxima reunión del Consejo General que se celebrarán en Leipzig, Alemania, en el verano de 2017.
También participó el pastor Eugenio Bernardini, moderador de la Mesa Valdense, como representante de la Iglesia valdense, dentro de la comunión mundial que cuenta con más de 225 Iglesias reformadas, presbiterianas, congregacionalistas unidas.
En esta línea, el pastor Bernardini subrayó el compromiso ecuménico que las Iglesias metodistas y valdenses (dentro del CMIR) y la comunidad de San Egidio, han llevado adelante para promover juntos el proyecto corredores humanitarios para traer en Italia, de manera segura y legal, refugiados provenientes de Líbano y en el futuro de Marruecos y Etiopía.
Respecto al importante rol de la mujer en la Iglesia, la CMIR manifestó al Papa que trabaja, por su parte, por la plena igualdad de las mujeres en la sociedad. Estos incluyen el trabajo de una mayor comunión, el aumento de la misión y el compromiso ecuménico, así como un fuerte enfoque en la justicia económica, ambiental y de género, tanto dentro de la Iglesia como en la sociedad en general.
Si bien no todas las Iglesias reformadas permiten a las mujeres el ministerio, la CMIR ha manifestado que espera involucrar a otros en el diálogo en torno al tema del liderazgo de la mujer en las Iglesias reformadas.
Enlace recomendado:
– Discurso completo de Francisco a una delegación de la Comunión Mundial de las Iglesias Reformadas
Fuentes:
Oficina de Prensa del Vaticano / Aleteia / Radio Vaticana