Corea del Norte permitirá misas católicas celebradas por sacerdotes surcoreanos

8:00 p m| 09 dic 15 (AGENCIAS/BV).- A partir del próximo año, la Iglesia de Corea del Sur podrá enviar, a Corea del Norte, sacerdotes para celebrar las liturgias eucarísticas en las principales fiestas del calendario litúrgico de la Iglesia Católica. Este es uno de los resultados más alentadores logrados durante la visita oficial a Corea del Norte llevada a cabo por una delegación de la Iglesia de Corea del Sur.

La noticia ha sido anunciada durante una conferencia de prensa que ha tenido lugar en Seúl. “Si no hay imprevistos”, dijo el arzobispo Hyginus Kim Hee-joong, Presidente de la Conferencia Episcopal de Corea y miembro de la delegación, “la próxima Pascua será la primera solemnidad litúrgica en la que se podrán enviar al norte, sacerdotes de la archidiócesis de Seúl para celebrar la misa”.

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Además durante la visita, el pasado 3 de diciembre, los 17 miembros de la delegación de Corea del Sur (que incluía cuatro obispos y 13 sacerdotes) celebraron en la catedral Changchung en Pyongyang (Corea del Norte), la liturgia eucarística, en la que participaron 70 laicos católicos norcoreanos. Durante la Misa, los obispos y otros miembros de la delegación repitieron con gran emoción las palabras del Credo junto con los laicos norcoreanos presentes, como signo de comunión en la confesión de la misma fe apostólica.

La delegación de Corea del Sur fue invitada por la Asociación Católica de Corea del Norte, el organismo que responde al régimen de Pyongyang. Durante la Misa, los obispos, los laicos y los sacerdotes cantaron juntos, recibieron la Eucaristía e intercambiaron el gesto de la paz.


La Iglesia coreana “de misión” en Pyongyang

La visita de la delegación de la Iglesia de Corea del Sur tuvo lugar entre el 1 y el 4 de diciembre. La delegación, que contaba con cuatro obispos al frente de diócesis coreanas, incluido el arzobispo Hyginus Kim Hee-joong, presidente de la Conferencia Episcopal de Corea del Sur, y el abad Simón Peter Ri Hyeong-u, de la abadía benedictina de Waegan, junto con sacerdotes y representantes de los comités eclesiales para la reconciliación del pueblo coreano, había sido invitada oficialmente por la Asociación Católica de Corea, una organización dirigida por el régimen norcoreano. Antes de la salida, Mons. Kim Hee-joong, arzobispo de Gwangju, había manifestado ante los medios coreanos la esperanza “de que en el futuro cada vez más y más sacerdotes sudcoreanos puedan viajar a Corea del Norte para celebrar la Misa”.

Durante la visita, los obispos y sacerdotes de la delegación han tratado de recoger noticias sobre la consistencia real de las comunidades católicas que al parecer todavía están presentes en Corea del Norte, tras décadas pasadas sin ministros ordenados para celebrar Misa y confesar. En las conversaciones también se ha hablado de la posible reconstrucción de una iglesia en Pyongyang. La delegación tuvo un encuentro de diálogo con Kim Yong Dae, vicepresidente de la Suprema Asamblea del Pueblo de Corea del Norte, sobre la forma de mejorar las relaciones entre las dos Coreas. En el pasado, otros obispos sudcoreanos habían visitado por separado Corea del Norte, pero desde la división, esta es la primera vez que una delegación de la iglesia de Corea del Sur así de numerosa y de alto perfil, visita la parte norte de la Península.

El viaje oficial de la delegación eclesial sudcoreana tiene un fuerte valor, sobre todo a la luz del papel cada vez más intenso que la Iglesia del sur pretende jugar en el terreno e la reconciliación nacional y de la posible reunificación de ambas Coreas. A setenta años de la división, la Iglesia del sur ha tomado el estandarte de la posible reunión del pueblo coreano, impulsada por las palabras sobre la necesaria reconciliación entre los hermanos que pronunció Papa Francisco durante su viaje a Corea del Sur en agosto de 2011. El Comité para la reconciliación lleva a cabo una campaña de sensibilización entre los fieles mediante el trabajo capilar de sus secciones instituidas en todas las diócesis. Y, sobre el tema todavía polémico de la reunificación, los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los laicos católicos tratan de ofrecer indicaciones a las conciencias de todo el pueblo coreano.

“Con respecto a otras divisiones, como la división alemana”, explicó el padre Timothy Lee Eun-hyung, Secretario del Comité de los obispos para la reconciliación del pueblo coreano, “nosotros hemos tenido una tremenda guerra civil. Nos matamos por millones. Una herida tan grande que era mayor en muchos que la nostalgia por la unidad del propio país. Pero con la actual generación, esta herida podría ser superada. Los coreanos de hoy pueden concentrarse en el futuro. Pero ahora, en los chicos se asoma el peligro de la indiferencia ante un pasado que no conocieron”.

El padre Timothy es el capellán de la “Iglesia del arrepentimiento y de la redención”, inaugurada en 2013 a pocos kilómetros de la frontera, en donde cada semana se llevan a cabo oraciones y liturgias par invocar el don de la reunificación, y se ofrecen cursos de sensibilización en los que participan grupos y comunidades provenientes de toda Corea del Sur. “Lo primero”, insiste el sacerdote, “es reconocer los errores que ha cometido el pueblo coreano. Luego se necesita la paciencia para acompañar los procesos. La reunificación no se llevará a cabo improvisamente, o como la absorción de un país retrasado por parte de un país avanzado. La reconciliación solo podrá llevarse a cabo como un encuentro entre hombres, que abren el corazón el uno al otro. Hay que abandonar cualquier complejo de superioridad. Tratar a los otros con respeto. Para ello, la Iglesia puede tener un papel de intermediación importante”.


Fuentes:

Agencia Fides / Vatican Insider / Radio Vaticano

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