Las Bienaventuranzas en películas: La búsqueda de la paz y la justicia
7.00 p m| 28 ago 15 (THINKING FAITH/BV).- Con “Mi Villano Favorito”, “Harry Potter” e “E.T”, retomamos las reseñas de la serie de reflexiones presentada por Thinking Faith, “Beatitudes on Film”, que explora la presencia de las Bienaventuranzas en protagonistas y argumentos en películas para niños. En esta ocasión, el villano Gru y sus hijas adoptadas buscan la paz y la bondad en los detalles más pequeños, Harry Potter y su mentor Dumbledore, muestran importantes rasgos de rectitud aún cuando sus vidas corren peligro; y E.T. con su pequeño amigo terrícola, intentan (uno buscando regresar a su planeta y el otro por primera vez encarando el suyo) relacionarse con un mundo, en el que por su negatividad, les es difícil encajar.
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Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios – Mi Villano Favorito
San Agustín nos dice que “los hijos de Dios son pacificadores” – ¿cómo los hijos de Gru en “Mi Villano Favorito” pueden ayudarnos a dar sentido a esa idea? La palabra “pacificadores” en general, trae a la mente imágenes que estamos -tristemente- acostumbrados a ver en las noticias, sobre países devastados por la guerra y a los políticos en conferencias tratando de resolver sus diferencias. Así que puede parecer extraño asociar un concepto utilizado a gran escala, como la “pacificación” con una película de animación, especialmente una con un título tan introspectivo como “Mi Villano Favorito”, pero les aseguro, que las conexiones están ahí.
Al igual que con muchas buenas historias, tenemos que empezar con una pregunta introductoria: ¿qué significa ser un hijo de Dios, y por qué en particular los pacificadores son dignos de ese título? “Mi Villano Favorito” puede ayudarnos a responder ambas preguntas. Tres de sus personajes centrales son niños -hermanas huérfanas con personalidades muy diferentes-, cada una de las cuales ilustra un aspecto diferente de la infancia. Margot que es la más sensible, Edith es aventurera y Agnes la más inocente. Las tres están desesperadas por dejar de una vez por todas la triste vida que llevan en la casa para niñas huérfanas de la señorita Hattie, y sueñan con ser adoptadas por la madre y el padre ideal.
Ellas anhelan el amor incondicional de un padre, y lo primero que se puede inculcar a los niños al ver esta película, es cómo Dios nos ama de manera incondicional. Él ama y valora a cada uno de nosotros en forma individual, con todos nuestros defectos y en todas las circunstancias de nuestra vida. Se puede pedir a los niños que imaginen cómo se sentirían las tres niñas con el amor de Dios Padre, que esperaron mucho por padres amorosos. En su lugar, son adoptadas por el supervillano Gru, para ser peones en su malvado plan. Mientras las dos niñas más pequeñas quieren explorar la espeluznante mansión de Gru y dejar volar su imaginación, Margot asume un rol de “cuidadora” de sus hermanas, diciéndoles lo que deben comer, cómo deben jugar, y donde debían dormir.
Margot muestra una habilidad de reaccionar a una situación sin pensar demasiado, sin recurrir a una lista de razones y excusas para no hacer algo -que es un recurso común en los adultos. También demuestra lo rápido que hemos de aprender cuando somos niños, y todo eso sin perder su capacidad de sentir las alegrías habituales de la niñez: todavía le gustan los parques de diversiones, los dulces y jugar con sus hermanas, e incluso le gusta que le lean un cuento antes de dormir. Esta combinación de sabiduría y placer en las pequeñas cosas hace que la infancia parezca como una etapa divertida y atractiva de la vida. Y para tener un Padre que nos ama de manera incondicional – ¿Quién no querría ser un hijo de Dios ?
Gran parte del éxito de “Mi Villano Favorito” se debe a los “minions” (lacayo, secuaz), pequeñas criaturas amarillas de origen indeterminado que, como su nombre indica, están allí para hacer el trabajo sucio de Gru. Pero no solo hacen el trabajo sucio de Gru, también son constructores de paz a su propio modo; tienen una inocencia infantil sobre ellos que contagia a otras personas. Cuando Gru está a punto de salir de casa a continuar su misión de villano, un minion se asegura de que no olvide su boleto para el recital de las niñas. Es sólo un pequeño gesto, una mera sugerencia de bondad, pero que toca las fibras del corazón del espectador y, como veremos más adelante, del propio Gru.
Pacificar no tiene que referirse a la solución de un conflicto global o mediar en discusiones de alto nivel; puede ser sobre cómo evitar disputas innecesarias y demostrar amor, sin importar la influencia o la escala de lo que sucede. ¿Somos amables? ¿Somos generosos? ¿Sabemos cuando nuestras burlas son demasiado? Como dice san Agustín de Hipona: “Donde no hay disputa, hay paz perfecta. Y porque nada puede competir contra Dios, los hijos de Dios son pacificadores”. Todos somos hijos de Dios, y si nuestra respuesta a la certeza de que somos amados incondicionalmente por Dios nuestro Padre es abrazar las alegrías de la infancia entonces todos, al igual que los niños, emanamos compasión y bondad. Así es como llegamos a ser pacificadores. (Click aquí para leer el texto completo)
Extracto de “Blessed are the peacemakers, for they will be called children of God in Despicable Me”.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos – Harry Potter y el Misterio del Príncipe
La persecución, la justicia y el reino de los cielos todos pueden ser conceptos difíciles de comprender para los niños, pero hay una figura familiar que puede ayudar a entender esta bienaventuranza: Harry Potter. Jane Hellings identifica la búsqueda de los Horrocruxes (liderada por Harry y Dumbledore) en “Harry Potter y el Misterio del Príncipe” como una búsqueda de justicia. La historia muestra que, como Jesús -y Dumbledore- dijo: “donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”
Definida por la Real Academia Española como “la cualidad de ser justo, severo e intachable en su conducta”, la rectitud no es una palabra de uso común y hoy en día tiene visos de grandilocuencia sentenciosa -sin embargo eso está lejos de lo que Jesús quería dar a entender. Al leer, Él nos pide evitar una exhibición de nuestra virtud haciendo alarde de la limosna, de la oración o del ayuno. Redefine la justicia (rectitud) a sus seguidores como actos silenciosos de conciencia, la tenaz persecución de la bondad, en lugar de manifestaciones externas de devoción.
Así que cuando tratamos de decirle a los jóvenes que a veces podrían tener que enfrentarse a la “persecución” por causa de “ser justos”, lo que les estamos diciendo es: toma la decisión correcta, incluso si tus compañeros se inclinan por la decisión equivocada… y es posible que vayas a quedar mal o pierdas algunos amigos por hacer lo correcto. No importa que tan adversas sean las consecuencias, elegir bien conducirá a un mundo mejor.
Harry Potter es un héroe justo por excelencia. Su andar por el camino de la justicia se inicia la primera película de la saga, “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, cuando Draco Malfoy se burla “de la pobreza” de los Weasley, y Harry dice con firmeza, “Gracias, pero seré yo mismo quien elija a mis amistades”’. Luego al sombrero seleccionador le pide con convicción que no lo coloque en la Casa Slytherin (a la que pertenecería Malfoy).
Para la sexta entrega, Harry Potter y el Misterio del Príncipe, las cosas tienen una gravedad mucho mayor. Ocurrieron torturas, asesinatos y amenazas de genocidio. Harry encontró, quiso mucho y finalmente perdió a su padrino, Sirius Black, sumada a la pérdida de sus padres cuando era un bebé. Al final de la película anterior, “Harry Potter y la Orden del Fénix” (durante el cual Harry es tratado como un paria por muchos de sus compañeros, como resultado de una campaña de desprestigio), Harry y sus aliados saben que la guerra es inevitable pero, como dice Harry, ‘tenemos una cosa que Voldemort no tiene. Algo por lo que vale la pena luchar”. Eso es su reino de los cielos, su paz interior que se expresa en un mundo de tolerancia y respeto mutuo entre el mundo de los magos y el de los muggle.
El deseo más profundo en nuestros corazones es Dios. A veces, cuando tratamos de reflejar ese sentir en nuestras propias vidas, tal vez otros no reconozcan la imagen de Dios en nuestras acciones. Con esa falta de comprensión viene el riesgo de persecución. Pero esta Bienaventuranza nos inspira a mantenernos fuertes. Cada acto de justicia -visto o no visto, acogido o rechazado por los demás- refleja la bondad de Dios en nuestro espejo de Oesed y nos ayuda a ver más del reino de Dios. En la última entrega de Harry Potter, Dumbledore hace eco de las palabras de Jesús: “donde esté vuestro tesoro, allí estará también tu corazón”; con esta bienaventuranza se nos asegura que la búsqueda constante por hacer el bien, incluso cuando es difícil, significa que nuestros tesoros y nuestros corazones están en el cielo. (Click aquí para leer el texto completo)
Extracto de “Blessed are those who are persecuted for righteousness’ sake, for theirs is the kingdom of heaven in Harry Potter and the Half-Blood Prince”
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados – E.T.
Esta es un hermosa Bienaventuranza para los niños, que están inmaculados del cinismo del mundo adulto. Los más jóvenes tienen a menudo una gran pasión por la justicia, y con eso viene un afinado radar por la injusticia. Pueden ser receptores de crítica o castigo injusto de adultos que sufren de exceso de trabajo y estrés, lo que los hace más sensibles a otros casos de trato injusto. Pero es notable observar la frecuencia en que un simple “lo siento” es bien recibido por los jóvenes: son rápidos para perdonar y responden generosamente a los intentos por restablecer las cosas a la manera en que deberían ser.
Eso es lo que está en el corazón de esta bienaventuranza: el deseo de que la gente y las cosas estén en buena relación entre ellos. En nuestro mundo, por desgracia, las relaciones se quiebran frecuentemente. No es fácil que los niñas entiendan y aprendan esto mientras crecen, pero debemos ser pacientes con ellos y hacer todo lo posible para animarles a mantener su deseo de justicia.
Es sabido que el director Steven Spielberg es sensible a esta lucha en el corazón de los más jóvenes. Cuando estaba haciendo “Los Goonies”, dio instrucciones a los camarógrafos para filmar todas las escenas con las cámaras sujetas a las caderas, lo que permitió a los espectadores ver las cosas desde la perspectiva de un niño. Tal vez sea eso el origen de la genialidad de Spielberg: dirige inspirado en su niño interior y quizás es por eso que las películas que hace calan tan profundamente en tantas personas. Hay mucho que aprender de ver las cosas a través de los ojos de un niño, porque, por supuesto, la mayoría de las veces tienen la razón. Los adultos son los que se han acostumbrado a la distancia entre las cosas como son y en cómo deberían ser: ya nos sentimos demasiado cómodos con el pecado.
La película “E.T. El Extraterrestre” (1982) de Spielberg, fue la película más taquillera de su década y este clásico atemporal tiene mucho que decir a una nueva generación de niños que tal vez son más sensibles a la tensión en sus familias, las escuelas y el mundo que les rodea, de lo que fue la audiencia original. Ahora ya no hay una división que de resultado; 24 horas de noticias e Internet introducen a los más jóvenes de hoy a la oscuridad que hay en el mundo de una manera a veces abrumadora. Esta inquietud sobre el mundo en el que están creciendo -padres que están demasiado ocupados, los horrores del cyber bullying, incluso el vacío del consumismo- es el incómodo primer paso de un niño en su camino a descubrir que “la vida no es justa”. Es una experiencia de alienación, un cuestionamiento de su pertenencia a un mundo que no entiende muy bien, incluso si no tienen las palabras para expresarlo.
Este tema de la alienación es fundamental para E.T. El protagonista humano, un niño de diez años llamado Elliott cuyos padres están divorciados (como era de Spielberg), está luchando para darle sentido al mundo imperfecto en que vive. Y así, cuando Elliott encuentra a E.T, que se separa de su propio pueblo y planeta, ve reflejada su propia necesidad de relacionarse, así como lo que extraña el alienígena. E.T. desea volver a casa, a un mundo que él entiende, uno que está libre de división y de codicia; Elliott quiere lo mismo, y quisiera tener su mundo liberado de esos sentimientos negativos, que le aquejan cada vez más mientras va creciendo. (Click aquí para leer texto completo)
Extracto de “Blessed are those who hunger and thirst for righteousness, for they will be filled in E.T.”
Fuente:
Thinking Faith