Primer viaje de León XIV, entre unidad cristiana y crisis regional

5:00 p.m. | 31 oct 25 (NCR/CX).- El primer viaje apostólico de León XIV unirá historia y esperanza. En Turquía, el papa conmemorará los 1700 años del Concilio de Nicea junto al patriarca Bartolomé, reafirmando su compromiso con la unidad de los cristianos. En el Líbano, donde la crisis política y económica se entrelaza con el dolor de la guerra, ofrecerá gestos de cercanía y oración. Su presencia en ambos países busca proyectar una Iglesia de diálogo y reconciliación, fiel al legado de Francisco pero con su propio estilo pastoral y diplomático.

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El Vaticano publicó el itinerario del viaje, que se realizará del 27 de noviembre al 2 de diciembre. Incluye varios momentos en los que el pontífice abordará las relaciones interreligiosas y ecuménicas, la situación de los cristianos en Medio Oriente y las tensiones que afectan a la región. Durante años, el papa Francisco manifestó su deseo de visitar ambos países, especialmente el Líbano, pero la grave crisis económica y política impidió que ese viaje se concretara antes de su fallecimiento a comienzos de este año.


Unidad católico-ortodoxa en Turquía

El principal motivo del viaje a Turquía este año es conmemorar el 1700.º aniversario del Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico del cristianismo. Desde el inicio de su pontificado, León XIV dejó claro que mantendría el compromiso de Francisco y ha previsto varios momentos de oración junto al patriarca ecuménico Bartolomé, líder espiritual de los 300 millones de cristianos ortodoxos en el mundo. Tras la muerte de Francisco, Bartolomé expresó su esperanza de que él y el sucesor del Papa difunto “pudiéramos ir juntos a Nicea para enviar un mensaje de unidad, amor, fraternidad y camino compartido hacia el futuro del cristianismo”. Durante una reunión en junio con una delegación del Patriarcado Ecuménico, León reafirmó su compromiso de “restablecer la plena comunión visible entre nuestras Iglesias”.

Nicea, situada hoy en Iznik, a orillas de un lago al sureste de Estambul, es uno de los siete concilios ecuménicos reconocidos por la Iglesia ortodoxa oriental. León viajará allí en helicóptero el 28 de noviembre para un breve momento de oración cerca de las excavaciones arqueológicas de la antigua basílica de San Neófito.

En los primeros siglos del cristianismo, la comunidad creyente se hallaba profundamente dividida por el debate sobre si Jesús podía ser a la vez plenamente humano y plenamente divino. La cuestión se resolvió durante el Concilio de Nicea, celebrado en el año 325. Aquella asamblea, convocada por el emperador romano Constantino, rechazó la herejía arriana, que sostenía que Jesús había sido creado por Dios Padre, y sentó las bases del Credo Niceno.

En una entrevista concedida a la corresponsal de Crux -portal de información católica- con motivo de su nueva biografía León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI, el Papa confirmó sus planes de viajar a Turquía, aunque en ese momento el Líbano aún no figuraba en el itinerario. Habló entonces sobre la importancia que tendría el viaje para las relaciones ecuménicas de la Iglesia, afirmando: “Una de las heridas más profundas en la vida de la Iglesia es el hecho de que, como cristianos, estemos divididos”.

“Hablo a menudo de tender puentes; y, a veces, es más fácil tender puentes con personas que no son cristianas que con nuestros propios vecinos cristianos. Hay cosas que nos separan, que nos impiden vivir una auténtica comunión en lo que creemos”, dijo el Papa. En este espíritu, subrayó que el énfasis del Concilio Vaticano II en el ecumenismo “debe ser uno de los objetivos fundamentales de la Iglesia hoy”. León añadió que había invitado no solo al patriarca Bartolomé, sino también a líderes de diversas comunidades y denominaciones cristianas a participar en el viaje, explicando: “Nicea es un Credo, representa uno de los momentos anteriores a nuestras divisiones, en el que aún podemos reconocer una profesión común de fe”.

Según informó el portal Orthodox Times, durante una liturgia celebrada en Estambul el 22 de octubre, el patriarca Bartolomé anunció que había invitado a los otros tres patriarcas de la antigua “pentarquía” a unirse a él y al pontífice en la conmemoración de Nicea. Los jefes de Iglesia invitados son los patriarcas ortodoxos griegos Teófilo III de Jerusalén, Teodoro II de Alejandría y Juan de Antioquía.

En este sentido, el Papa había afirmado que el ecumenismo y la promoción de la unidad entre los cristianos “son una prioridad”. El previsto encuentro de León con Bartolomé será el tercero entre ambos líderes. El patriarca asistió a la misa de inauguración del pontificado de León, el 18 de mayo, en la Plaza de San Pedro, y ambos se reunieron en privado después de la ceremonia. Posteriormente, volvieron a encontrarse el 30 de mayo, ocasión en la que dialogaron sobre el futuro viaje a Turquía.

Su visita a Turquía y Líbano, además, constituirá su primera visita oficial de Estado como jefe de la Iglesia católica, lo que le confiere una fuerte dimensión geopolítica en relación con Oriente Medio, en particular respecto al conflicto en Gaza. Desde su elección al pontificado, el papa León ha pedido la paz en Gaza en casi todas sus audiencias y discursos públicos, haciendo llamamientos por la liberación de los rehenes israelíes, por el acceso a la ayuda humanitaria y por el cese de las hostilidades.

VIDEO. León XIV hará su primer viaje apostólico a Turquía y Líbano

 

Una visita a la catedral armenia de Estambul

Otro momento significativo en Turquía será la oración del papa León, el 30 de noviembre, en la catedral apostólica armenia de Estambul. Francisco no visitó este templo durante su viaje de 2014, aunque un año después provocó la indignación del gobierno turco al calificar la matanza de armenios a manos de los turcos otomanos como “el primer genocidio del siglo XX”.

Los historiadores estiman que hasta 1,5 millones de armenios fueron asesinados por los turcos otomanos en torno a la Primera Guerra Mundial, un hecho ampliamente considerado por los académicos como el primer genocidio del siglo pasado. Turquía, sin embargo, sostiene que las cifras son exageradas y que las muertes ocurrieron en el contexto de una guerra civil y disturbios, no de un genocidio. El país ha ejercido una intensa presión diplomática para impedir que los Estados, incluido el Vaticano, reconozcan oficialmente la matanza como genocidio. Durante sus primeros seis meses de pontificado, León ha evitado las polémicas, por lo que será significativo ver si repite la caracterización de Francisco sobre aquellos hechos.


Precedentes papales

Que el primer viaje de León tenga lugar en el mundo musulmán es altamente significativo, tanto como gesto de apertura global cuanto por su potencial de tender puentes, aunque en buena medida se trata de un itinerario heredado de su predecesor. El papa Francisco viajó por última vez a Turquía en 2014, donde se reunió tanto con Bartolomé como con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Aquella visita dio continuidad a décadas de presencia papal en la región: Pablo VI fue el primer papa en visitar Turquía en 1967, Juan Pablo II lo hizo en 1979 y Benedicto XVI realizó allí su primer viaje al mundo musulmán en 2006.

En aquella ocasión, Benedicto XVI fue recibido con protestas a raíz de un discurso pronunciado semanas antes en la Universidad de Ratisbona, en Baviera, donde citó a un emperador bizantino del siglo XIV que afirmaba que el profeta Mahoma había traído “solo cosas malas e inhumanas”. Benedicto XVI fue también el último Papa en visitar el Líbano, en 2012.

El viaje de León se desarrollará en medio de una agenda vaticana muy cargada, que culminará con su primer Adviento como Papa y el cierre del Año Santo 2025, circunstancias que han reducido las posibilidades de desplazamientos apostólicos. Su visita a los lugares de los orígenes del cristianismo, en una región aún marcada por la guerra, la migración y las tensiones interreligiosas, podría marcar el tono del alcance global de su pontificado.

VIDEO. Informe desde Roma: papa León XIV visitará Turquía en su primer viaje

 

León en el Líbano

El Vaticano informó que el Papa fue invitado a visitar Turquía y Líbano tanto por las autoridades civiles como por los líderes eclesiales de ambos países. El presidente libanés Joseph Aoun, cristiano maronita, se había reunido con León en el Vaticano en junio y le extendió formalmente la invitación a visitar el país. El carácter dual del viaje refleja la unidad y el diálogo que ya comienzan a definir el inicio del actual pontificado.

El Líbano alberga una importante comunidad cristiana —la mayor de ellas, la maronita—, y la Santa Sede ha seguido de cerca las dificultades políticas del país. Los cristianos representan aproximadamente el 30 % de la población libanesa, y su estructura política confesional reserva los principales cargos del Estado según la filiación religiosa: la Presidencia de la República para un cristiano maronita, la jefatura del Gobierno para un musulmán sunita y la presidencia del Parlamento para un musulmán chiita.

“Acogemos este acontecimiento histórico con gran alegría y renovada esperanza”, señaló el Consejo de Patriarcas y Obispos Católicos del Líbano en un comunicado. “Esperamos que esta visita apostólica traiga paz y estabilidad, y sea un signo de unidad para todos los libaneses, cristianos y musulmanes por igual, en este momento crucial de la historia de nuestra nación”. Por su parte, el reverendo John Chryssavgis, asesor del patriarca Bartolomé, declaró a Reuters que la visita de León demuestra que el papa “busca expresar y afirmar su identidad cristiana en un mundo de múltiples credos, donde todas las personas, sin distinción de religión o raza, están llamadas a convivir en comprensión mutua”.

Monseñor Mounir Khairallah, obispo maronita de Batrún (Líbano), declaró a Vatican News el 21 de octubre que, si bien el viaje a Turquía representará una importante ocasión de diálogo entre las Iglesias católica y ortodoxa, la visita al Líbano —”un país afectado por conflictos y por crisis económicas, políticas y humanitarias”— será una oportunidad para hablar de la paz y dar testimonio de ella en el plano geopolítico. El obispo recordó que el papa Francisco había prometido visitar el Líbano una vez que el país eligiera presidente. Aoun, antiguo comandante del ejército, fue elegido en enero, poniendo fin a un bloqueo político de dos años que había dejado a la nación sin jefe de Estado.

El papa Francisco había expresado repetidamente su deseo de visitar el Líbano, destacando al país como un ejemplo de pluralismo religioso. En agosto de 2024, se reunió con familiares de las víctimas de la explosión ocurrida en el puerto de Beirut en 2020, tragedia que causó unas 200 muertes y más de 6 000 heridos. Entonces, Francisco pidió que se hicieran “la verdad y la justicia” sobre las causas de la explosión, cuya investigación había sido entorpecida por las autoridades.

VIDEO. León XIV se reúne con el primer ministro de Líbano antes de la visitar el país

 

Oración en el sitio de la explosión del puerto de Beirut

Además de las visitas protocolares con los líderes turcos y libaneses, las reuniones con el clero católico y las celebraciones litúrgicas, la visita al lugar de la explosión del puerto de Beirut, ocurrida el 4 de agosto de 2020, será probablemente otro momento conmovedor de su viaje, previsto para el último día. La explosión arrasó la capital libanesa tras la detonación de cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un depósito. El estallido, de proporciones catastróficas, causó al menos 218 muertos —según el recuento de Associated Press—, más de 6.000 heridos y destruyó amplias zonas de Beirut, con daños por miles de millones de dólares.

La población libanesa reaccionó con furia ante lo que parecía ser un caso de negligencia gubernamental, sumado a una crisis económica generada por décadas de corrupción y delitos financieros. Sin embargo, la investigación sobre las causas de la explosión se ha visto repetidamente estancada, y cinco años después, ningún funcionario ha sido condenado. León celebrará una misa en el puerto de Beirut y visitará algunas zonas cercanas a la capital, aunque su itinerario es significativo también por los lugares que no incluirá: no viajará al sur del Líbano, una región devastada por la guerra del año pasado entre Israel y el grupo militante libanés Hezbolá.


Lugares excluidos del itinerario en el Líbano y Turquía

Aunque la mayor parte de la destrucción se concentró en comunidades chiitas —bastión principal de Hezbolá—, las comunidades cristianas también se vieron afectadas, con viviendas, tierras agrícolas e incluso iglesias destruidas. Algunos grupos cristianos del sur del Líbano habían solicitado que el Papa visitara la zona.

En Turquía, tampoco está previsto que León visite el emblemático monumento de Santa Sofía en Estambul, como sí lo hicieron papas anteriores. La antigua basílica patriarcal griega ortodoxa, convertida en mezquita durante el Imperio Otomano, funcionaba como museo cuando Francisco la visitó en 2014. Sin embargo, en 2020, el gobierno del presidente turco Recep Tayyip Erdogan revirtió su estatus y la reabrió al culto musulmán. En ese momento, Francisco expresó que se sentía “profundamente apenado” por la decisión. A pesar de las obras de restauración que buscan preservar sus célebres cúpulas, Santa Sofía continúa abierta a visitantes y fieles. El papa León, por su parte, visitará la cercana Mezquita del Sultán Ahmed, conocida popularmente como la Mezquita Azul.

VIDEO. ¿Por qué el Papa arranca su pontificado en Turquía y Líbano?

Análisis: Revisión de la agenda publicada

Nueve discursos, cinco saludos, dos homilías. Del programa hecho público destacan varios actos, empezando por el encuentro ecuménico de oración cerca de las excavaciones de la antigua basílica de San Neófito en Iznik, que será el punto culminante de las celebraciones por los 1700 años de Nicea. Pero también, en Turquía, la firma de una Declaración Conjunta con el Patriarca de Constantinopla, Bartolomé, en el Palacio Patriarcal de Estambul y la visita a la Sultan Ahmet Camii, más conocida como la Mezquita Azul, una de las más importantes de Estambul, que ya había visto Benedicto XVI y Francisco bajo sus bóvedas y sus llamativos mosaicos.

Luego, en el Líbano, la ya mencionada parada en el puerto de Beirut, teatro de la devastadora explosión de agosto de 2020; la oración ante la tumba de san Charbel Makluf, el monje sanador considerado el patrón del Líbano, en el monasterio de Annaya; el encuentro con los operadores y pacientes del hospital libanés de Jal ed Dib, el primer hospital para discapacitados mentales nacido como obra de misericordia corporal.

Tras partir del aeropuerto romano de Fiumicino la mañana del 27 de noviembre, el papa León llegará a Ankara, donde participará en una ceremonia oficial de bienvenida, se reunirá en privado con el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y se dirigirá a las autoridades civiles y al cuerpo diplomático. Ese discurso será su primera alocución pública en el extranjero, y el hecho de pronunciarla en Turquía conferirá a sus palabras un particular peso simbólico y político, en un momento en que la guerra en Gaza amenaza con una grave escalada regional.

Posteriormente, el Papa se trasladará a Estambul, donde al día siguiente, viernes 28 de noviembre, se reunirá con los obispos, sacerdotes, religiosos y agentes pastorales de Turquía. Luego visitará un hogar de ancianos dirigido por las Hermanitas de los Pobres, antes de tomar un helicóptero hacia Iznik para participar en una oración ecuménica y en la conmemoración del 1700.º aniversario del Concilio de Nicea. Esa misma tarde, de regreso en Estambul, mantendrá un encuentro privado con los obispos de la delegación apostólica.

El sábado 29 de noviembre, León XIV visitará la Mezquita Azul (Sultan Ahmed) y más tarde mantendrá un encuentro privado con los líderes de las Iglesias y comunidades cristianas locales en la Iglesia Ortodoxa Siria de Mor Ephrem. Por la tarde, participará junto a otros líderes cristianos en la oración de la Doxología, un himno tradicional de alabanza a Dios, antes de reunirse con el patriarca Bartolomé y firmar con él una declaración conjunta. El pontífice concluirá la jornada celebrando la Eucaristía en el Volkswagen Arena de Estambul.

A la mañana siguiente, el pontífice visitará la catedral apostólica armenia y luego asistirá a la Divina Liturgia en la Iglesia Patriarcal de San Jorge, donde tendrá lugar una bendición ecuménica. Tras la celebración, almorzará con el patriarca Bartolomé, antes de partir hacia el Líbano.

Después del almuerzo, el 30 de noviembre, León XIV viajará a Beirut, aterrizando en el aeropuerto Atatürk poco antes de las 16:00 (hora local). Desde allí se dirigirá al Palacio Presidencial, donde realizará una visita de cortesía al presidente libanés Joseph Aoun, en el cargo desde el 9 de enero de 2025. Posteriormente, mantendrá reuniones privadas con el presidente de la Asamblea Nacional y con el primer ministro Nawaf Salam, antes de dirigirse a las autoridades civiles y al cuerpo diplomático.

Al igual que en Turquía, su discurso a las autoridades libanesas tendrá un alto impacto político y moral, en un contexto marcado por la guerra en Gaza y el riesgo creciente de enfrentamientos entre Israel y Hezbolá. El lunes 1 de diciembre, el Papa rezará ante la tumba de san Charbel Makhluf, en el Monasterio de San Marón, en Annaya -destino de millones de peregrinos cada año, incluidos musulmanes- y luego se reunirá con los obispos, sacerdotes, religiosos y agentes pastorales del Líbano. A continuación, mantendrá un encuentro privado con los patriarcas católicos antes de participar en una reunión ecuménica e interreligiosa esa misma tarde. La jornada concluirá con un encuentro con jóvenes.

El último día del viaje, el 2 de diciembre, comenzará con una visita al personal y a los pacientes del Hospital De la Croix, en Jal Ed Dib, seguida de un momento de oración silenciosa en el lugar de la explosión del puerto de Beirut.

Finalmente, el pontífice celebrará la Santa Misa, se despedirá oficialmente y abordará su vuelo de regreso a Roma, durante el cual ofrecerá su primera conferencia de prensa a bordo. Desde el inicio de su pontificado, León XIV ha apelado constantemente por la paz, en particular por la paz en Gaza y en todo Oriente Medio, por lo que se espera que el tema de la paz sea el eje central del mensaje que llevará consigo en su primera visita al Medio Oriente.


Los lemas y logotipos del viaje

Además del programa, la Oficina de Prensa ha publicado los logotipos y lemas del viaje apostólico del papa León XIV. El logotipo de Turquía se desarrolla en un círculo que encierra el puente de los Dardanelos, en alusión al encuentro entre Asia y Europa y a Cristo como puente entre Dios y la humanidad. Las olas fluyen bajo el puente, evocando el agua bautismal y el lago de Iznik; a la derecha se alza la Cruz del Jubileo 2025, mientras que en la parte superior izquierda tres círculos entrelazados representan la Santísima Trinidad. El conjunto expresa visualmente el lema del Viaje “Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Ef 4,5): el círculo simboliza la unicidad de Dios, el puente la única fe que une a los pueblos, las olas el bautismo que regenera a los hijos de Dios, invitando a construir la fraternidad y el diálogo entre Oriente y Occidente.

En cambio, el logotipo libanés representa al Papa con la mano derecha levantada en señal de bendición, flanqueado por una paloma que simboliza la paz y un cedro que representa al Líbano con su rica historia de fe y armonía interreligiosa. A la derecha, la “Cruz-ancla” del Jubileo 2025 significa la esperanza firmemente fundada en la fe en Cristo. Los colores azul oscuro y rosa suave, verde y azul expresan serenidad, unificados por el blanco que refleja el anhelo de paz del Líbano. El lema “Bienaventurados los que trabajan por la paz”, del Evangelio de Mateo, contiene el mensaje central de la visita: reconfortar al pueblo libanés fomentando el diálogo, la reconciliación y la armonía entre todas las comunidades.

LEER. Publicado el programa completo del viaje apostólico del Papa a Turquía y Líbano

VIDEO. Así será la agenda del papa León en Turquía y Líbano

León XIV en Turquía: un paso histórico hacia la unidad

Tras el anuncio de la visita apostólica, el metropolitano Emmanuel de Calcedonia —colaborador cercano del Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartolomé— habló con Vatican News sobre la visita del Pontífice. Cada año, el Patriarcado envía una delegación a Roma con motivo de la solemnidad de san Pedro y san Pablo, el 29 de junio, y el Papa responde enviando una delegación a Estambul para la fiesta de san Andrés Apóstol, el 30 de noviembre. Este año, será el propio León XIV quien realice la visita ecuménica que se ha convertido en un intercambio anual destinado a fortalecer la unidad y el entendimiento entre las Iglesias ortodoxa y católica.

-¿Qué representa para usted la llegada del papa León XIV en esta fecha a Iznik (Nicea), ciudad que será su primer viaje internacional?

Es una visita al Patriarcado Ecuménico, por invitación de Su Santidad el Patriarca Bartolomé, para realizar juntos una peregrinación con motivo del 17.º centenario del primer Concilio Ecuménico de Nicea. Recibimos esta visita con gran alegría. Los intercambios y visitas de los Papas a la Iglesia de Constantinopla, en Estambul, se remontan a Pablo VI. Hasta ahora, las visitas se limitaban únicamente a Ankara, la capital, y luego a Estambul, para los encuentros con el Patriarcado Ecuménico y las comunidades católicas. Por eso Nicea no había estado hasta hoy en la agenda.

Pero el aniversario que celebramos este año —el 17.º centenario del Concilio— brinda la oportunidad de esta visita conjunta. Será una celebración con la presencia de otros invitados: primados y delegados fraternales de las demás Iglesias cristianas. Este Concilio, recordemos, fue el que dio origen a los siete primeros artículos del Credo, completados luego con los cinco restantes en el segundo Concilio Ecuménico de 381. El Concilio de Nicea fue fundamental para nuestra fe y para el dogma, especialmente por el Credo, común a todos los cristianos.

-¿Cómo son hoy las relaciones entre la Iglesia católica y la Iglesia greco-ortodoxa?

Las relaciones entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Constantinopla son excelentes. El diálogo continúa, el diálogo teológico avanza, y no solo con el Patriarcado Ecuménico, sino también con todas las Iglesias ortodoxas autocéfalas. Aún quedan puntos por esclarecer, pero hemos progresado mucho gracias a las iniciativas de las últimas décadas. Este año celebramos el 60º aniversario del levantamiento de los anatemas de 1054, un gesto que mostró cuánto habíamos avanzado superando obstáculos históricos. Estamos en el buen camino hacia la plena comunión entre nuestras dos Iglesias hermanas, que esperamos alcanzar en un futuro próximo.

-El patriarca Bartolomé ha cultivado varias amistades con los últimos Papas: Francisco, Benedicto XVI, Juan Pablo II… ¿Cómo describiría esos lazos personales y de amistad? Incluso podríamos remontarnos a Pablo VI y Atenágoras.

Fue precisamente con Pablo VI y Atenágoras cuando comenzaron estas relaciones, gracias al histórico encuentro de Jerusalén en 1964. También durante los pontificados de Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, esos contactos —hechos de visitas recíprocas e intercambios fraternos— demostraron que el conocimiento mutuo y la relación personal son esenciales para avanzar en el diálogo. No se trata solo de un diálogo teórico, sino también de una relación práctica, vivida.

-1964-2025. Tras el espíritu de Jerusalén, ¿podremos hablar ahora del espíritu de Nicea?

Absolutamente. Basta ver cómo, tras el encuentro de Jerusalén en 1964 y el levantamiento de los anatemas en 1965, se abrió una nueva etapa en las relaciones entre nuestras Iglesias, una etapa que muestra que existe un futuro posible. Ciertamente queda trabajo por hacer, pero hoy hay un conocimiento mutuo mucho mayor. Durante mucho tiempo existió una profunda ignorancia recíproca; ahora entramos en un tiempo nuevo, en el que aceptamos al otro, lo comprendemos mejor y, mediante estos intercambios, estamos tejiendo lazos más hondos que nos ayudarán a cumplir la voluntad misma de Cristo: que todos sean uno.

León XIV en el Líbano, “una esperanza para toda la región”

Vatican News recogió la reacción de monseñor César Essayan, vicario apostólico de los latinos de Beirut, quien comparte la profunda expectativa que despierta en el país la visita del Sumo Pontífice y el mensaje que los libaneses esperan escuchar: “En los tiempos que corren, en esta situación tan inestable que atraviesa la región, la visita del Papa es un signo de gran esperanza durante este jubileo. Una esperanza que vivimos no solo para el Líbano, sino también para toda la región. El Santo Padre ya había anunciado que ‘es tiempo de paz’, y realmente esperamos que su llegada traiga un soplo de paz y sea un momento de renovación para todos nosotros, para comprender que no hay otro camino para la humanidad que el de recorrer la senda de la paz a través del diálogo, la justicia y el respeto a la dignidad de toda persona humana”.

-¿Cómo se preparan los católicos y los libaneses en general para esta visita?

Ya se hablaba del tema entre bastidores, pero también en las redes sociales, en los medios de comunicación. Hay muchos comités que se están organizando. Los jóvenes, sobre todo, la esperan con mucha ilusión. Setecientos jóvenes libaneses participaron en el Jubileo de los Jóvenes y ahora se están “esforzando al máximo” para preparar el encuentro que tendrán con él. Hay muchos deseos, deseos de encuentro tanto entre cristianos como musulmanes, el deseo de escucharlo decir palabras que ya no se oyen en otros lugares: las palabras de una figura pastoral, de un padre que anhela que los seres humanos se reconozcan como hermanos y hermanas, y que exista un lenguaje distinto al de la guerra.

-¿Qué representa esta visita para su país, tan a menudo herido, donde la cuestión de la unidad sigue abierta y la guerra continúa a las puertas?

Esperamos que el Papa confirme lo que sus predecesores hicieron por el Líbano, y que una vez más presente al país como ese mensaje que el mundo espera, que el Medio Oriente espera, que los países vecinos esperan, y que siga por el mismo camino que ellos trazaron. El papa Francisco, aunque no vino, no dudó en poner de nuevo al Líbano en el centro de la escena internacional. Fue como si dijera: “No se toca, no se toca al Líbano, no se toca a esta sociedad del vivir juntos”. Para nosotros, eso es muy importante. Creo que el papa León vendrá con ese mismo mensaje: que hay que reavivar la llama de la comunión y de la unidad entre nosotros. De ello depende la supervivencia no solo del Líbano, sino de todo el Medio Oriente y de la región entera. Para nosotros, eso es verdaderamente fundamental.

VIDEO. ¿Por qué a Nicea el primer viaje de León XIV?

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