Jubileo de influencers: Voces de fe que “reparen redes”

5:00 p.m. | 14 ago 25 (OSV/VTN).- No basta con brillar; hay que arder con un amor que transforme lo digital en lugares de encuentro. Con esa consigna, más de mil misioneros digitales e influencers católicos se reunieron en el Vaticano para dos días de actividades. Asumir “el ritmo, las heridas y las preguntas” de quienes habitan la red, lejos de la superficialidad y el protagonismo, fue otro de los desafíos. También se habló de testimoniar con humildad, redescubrir el silencio y “reparar redes”. Expertos y el Papa recordaron que evangelizar hoy requiere creatividad, discernimiento y cercanía.

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¿Cómo puede el mundo digital convertirse en comunicador de fe? Asumiendo “el ritmo, las heridas, las preguntas” de quienes lo habitan, sin rendirse a la superficialidad ni a “las tentaciones del protagonismo”. Hacerse escuchar, no como simples influencers, sino como verdaderos testigos. Escuchar promoviendo, “por paradójico que suene”, el “valor del silencio”. De lo contrario, se corre el riesgo de convertirse en “mercancía” adicta a la cultura del scrolling insensible. Y para un término nuevo y complejo, utilizar el neologismo del papa Francisco: “samaritanizar”, es decir, hacerse prójimo de quien sufre, haciendo presente en todo lugar “la misericordia de Dios”.

Estas son algunas de las ideas que marcaron el Jubileo de los misioneros digitales e influencers católicos. Tras la celebración de misas en diversas parroquias en el Vaticano y cercanías, los participantes se reunieron en via della Conciliazione para el evento, que contó con la participación del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano; monseñor Rino Fisichella, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización y encargado del Jubileo por parte de la Santa Sede; y Paolo Ruffini, prefecto del Dicasterio para la Comunicación. El saludo de bienvenida estuvo a cargo de monseñor Lucio Ruiz, secretario de dicho dicasterio.

Hubo también dos reflexiones personales ofrecidas por David McCallum, director ejecutivo del Discerning Leadership Program, y por el jesuita Antonio Spadaro, subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación. La primera, titulada Conectados a la Palabra, puso en el centro a las Escrituras como auténtica experiencia unificadora, “más que el Wi-Fi o los hashtags”. La segunda, Vayan hasta los confines digitales, abordó la relación entre teología y misión “en tiempos de redes y algoritmos”.


Cardenal Parolin: “Renovar el ambiente digital”

Los momentos previos a las intervenciones se vivieron en un ambiente de gran camaradería. Por todas partes se alzaban teléfonos para grabar a los influencers y misioneros digitales, en plena actividad de grabación o cerrando futuros proyectos colaborativos. La variedad lingüística era notable, y por ello el auditorio se dividió según idiomas.

El cardenal Parolin abrió su intervención reflexionando sobre los fines de las redes sociales. El primero de todos, dijo, es informar. Pero —precisó— “lo que nos hace humanos es nuestra capacidad de hacernos preguntas”. Y la gran pregunta hoy es: ¿cómo puede el mundo digital, que transforma velozmente las dinámicas sociales, convertirse en comunicador de la fe? La Iglesia, recordó, optó siempre por “estar en el mundo, sin ser del mundo”. De ahí que no pueda permanecer pasiva ante estos cambios, sino que está llamada a adoptar una actitud dialogante y misionera. La tecnología ya no es solo una herramienta: se ha vuelto lenguaje, una forma de habitar el mundo.

Por eso, la Iglesia no debe aplicar “esquemas prefabricados”, sino fomentar la creatividad. Evangelizar no es una cuestión meramente técnica o pedagógica, ya que el digital hoy representa una dimensión entera del pensamiento y la comunicación. Se necesita garantizar una presencia profundamente humana. “Hacer misión digital —continuó el cardenal— implica asumir el ritmo, las heridas, las preguntas y búsquedas de quienes habitan ese espacio, sin ceder al anonimato, a la superficialidad ni al protagonismo”. El mayor aporte que cada uno puede dar al entorno digital es una visión relacional de la persona, nacida de ser “imagen y templo de la Trinidad”.

La misión exige siempre un estilo cristiano, que prefiera los encuentros auténticos sobre los discursos, y la verdad sobre lo que agrada. Evangelizar no es un privilegio de expertos digitales: es responsabilidad de todos. En la JMJ de Panamá 2019, el Papa llamó a María “la influencer de Dios”; más tarde, León XIV subrayaría que lo importante no es la “disponibilidad de datos”, sino el “sentido de la vida”. El desafío de hoy, concluyó Parolin, es este: “renovar el ambiente digital”.

VIDEO. Intervención inaugural del cardenal Pietro Parolin

 

Mons. Fisichella: redescubrir el silencio como forma de escucha

“Cuando hablamos de evangelización, solemos centrarnos en los contenidos y olvidamos quién evangeliza y quién es evangelizado”. Así abrió su intervención monseñor Fisichella, subrayando la dimensión relacional y personal del anuncio cristiano. Hoy, con Internet, los rostros se vuelven visibles. “¡Qué bellos sus rostros que llevan la Buena Noticia del Evangelio! No tengan nunca miedo de decir que la esperanza tiene un rostro, tiene un nombre: se llama Jesucristo”. Frente a la misión evangelizadora, el deseo de descubrir algo verdadero y auténtico sigue siendo fuerte. “Han logrado hacerse un espacio”, reconoció el arzobispo, “y eso también es un motivo de satisfacción para los cristianos”.

El primer paso, añadió, es reconocer que “somos instrumentos, no el fin de la gracia”. San Pablo VI escribía en Evangelii nuntiandi que el mundo no escucha tanto a los maestros como a los testigos. Hoy —enfatizó Fisichella— el mundo escucha a los influencers no por ser tales, sino cuando son testigos. Una tarea esencial es ayudar a redescubrir el valor del silencio —”por más paradójico que suene”— como condición para una escucha auténtica. Solo así se aprenden las emociones del otro. Y una advertencia: “A menudo juzgamos, a decir que todo era mejor cuando éramos jóvenes. Es un error”. La invitación es a escuchar con atención lo que se comunica hoy, sin prejuicios y con el corazón abierto.

VIDEO. Palabras de Mons. Rino Fisichella

 

Dr. Ruffini: “Nunca convertir la comunidad en público”

“Somos peregrinos de una esperanza que trasciende”, declaró Paolo Ruffini, refiriéndose a la vocación profunda de la Iglesia en tiempos complejos. “Vivimos una época difícil —añadió—, pero la Iglesia era ‘red’ mucho antes de que la red fuera web”. Lo que une hoy, incluso en una era digital cargada de promesas y peligros, es una visión de Iglesia como comunidad viva, no hecha de algoritmos o chatbots, sino de personas reales. Una red imperfecta, que se une en el bautismo, donde nadie está en el centro y todos quieren hacerse pequeños para que Cristo sea glorificado.

Ruffini enumeró varios desafíos actuales: desinformación, fragmentación, aislamiento. “Vivimos en una tensión constante entre el sinsentido y la búsqueda de sentido, entre el miedo a perdernos algo y el deseo de encontrar algo”; entre el scrolling infinito y el encuentro verdadero. “No podemos quedarnos quietos ni refugiarnos con nostalgia en otro tiempo”, advirtió. “Tenemos el deber de actuar, aquí y ahora. Sin vanagloria, con humildad, asumiendo nuestras responsabilidades”. La Iglesia necesita alfabetización mediática y formación para habitar estos nuevos entornos con conciencia y responsabilidad. Y este camino no es solitario: la misión es común.

“Nunca separarnos. Nunca convertir la comunidad en público, ni al público en mercancía. Porque, si lo hacemos, acabamos siendo mercancía también nosotros”. Frente a una lógica consumista que amenaza con reducir incluso la cultura a producto, Ruffini señaló el camino de una cultura comunitaria, capaz de resistir al individualismo.

“Nadie se salva solo —recordó— y tampoco seremos nosotros quienes salvaremos a los demás. Pero podemos ofrecer una alternativa: la verdad de un encuentro”. Un encuentro que transforma las relaciones, también en lo digital. Ruffini propuso repensar el vínculo entre influencers y seguidores desde el paradigma cristiano: “Ven y sígueme”. Un llamado a devolver profundidad a la palabra “amistad”, diferenciando la performance de la verdadera comunión: la que crea lazos reales, igualitarios y humanos.

VIDEO. Palabras del Dr. Paolo Ruffini

 

Mons. Ruiz: “Cuidemos la unidad”

Monseñor Lucio Ruiz evocó “la presencia y la ternura de una Iglesia madre” que acompaña incluso a distancia. “Gracias —dijo— también en nombre de quienes no han podido estar aquí. Somos una Iglesia misionera y peregrina”. El llamado de Cristo sigue vigente: “Vayan por todo el mundo y proclamen el Evangelio a toda criatura”. Con esa certeza, dijo Ruiz, debemos actuar: es el Señor quien llama. En el centro de la misión no están las estrategias, sino el testimonio de vida.

En este sentido, recordó un neologismo querido por el papa Francisco: samaritanizar. Significa hacerse prójimo, atender al dolor, cuidar, como el Buen Samaritano de la parábola. “La atención al sufrimiento del otro es clave en la misión, porque hace presente la misericordia de Dios”. El objetivo de la Iglesia en lo digital no es generar contenidos, sino provocar encuentros. Levantar a quien ha caído, dar esperanza a quien busca sentido, custodiar el valor del primer anuncio. Y concluyó con un llamado urgente: “Cuidemos la unidad. No vayamos nunca los unos contra los otros”.

VIDEO. Palabras de Mons. Lucio Ruiz

 

P. Spadaro: “No les pido que brillen, sino que ardan”

En su intervención, el P. Spadaro invitó a los presentes a redescubrir el sentido profundo de la presencia cristiana en lo digital: no como una estrategia de comunicación, sino como un testimonio vivo y auténtico. “No les pido que brillen, sino que ardan”, afirmó, exhortando a los misioneros digitales a ser fuego que calienta, ilumina y acompaña. La web no es solo un medio, sino un lugar real “que hay que habitar con fe”. El algoritmo conoce los datos, pero no el alma: por eso la verdadera influencia nace del amor, no del rendimiento.

No se trata de “crear una base de fans”, sino de fraternidad; no de perseguir “likes”, sino de generar vínculos. En una época dominada por reacciones y polémicas, el reto es comunicar con compasión y visión, manteniéndose humanos, “arraigados” en Dios y capaces de encender esperanza. El jesuita subrayó que lo digital necesita más testigos que técnicos. “Perfiles que transpiren misericordia. Palabras que no impongan, sino que acojan”.

VIDEO. “Fronteras digitales” del P. Antonio Spadaro SJ.

El Papa a influencers: Sean agentes de comunión ante la lógica de la división

El Pontífice llegó a la Basílica de San Pedro al término de la misa presidida por el cardenal Luis Antonio Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, con motivo del Jubileo dedicado a los influencers católicos y a los misioneros digitales. Y fueron ellos quienes dieron la bienvenida al pontífice, con los brazos y las banderas en alto y los teléfonos listos para inmortalizar una sonrisa o un apretón de manos. El papa León se dirigió a los jóvenes en tres idiomas: italiano, inglés y español.


Paz en los corazones y en las acciones

“¡La paz esté con ustedes!”, desde su primer saludo en la Plaza de San Pedro, esta invocación acompaña el pontificado de León XIV. “Cuánto necesitamos la paz en este tiempo nuestro, desgarrado por la enemistad y las guerras”, admite, deseando que habite en los corazones y se traduzca en las acciones cotidianas de cada uno: “Esta es la misión de la Iglesia: ¡anunciar la paz al mundo! ¡La paz que viene del Señor, que venció a la muerte, que nos trae el perdón de Dios, que nos da la vida del Padre, que nos muestra el camino del Amor!”

Una misión que, en el caso de los influencers, se traduce en alimentar con esperanza cristiana las redes sociales y los entornos digitales: “La paz necesita ser buscada, anunciada y compartida en todos los lugares, tanto en los dramáticos escenarios de guerra como en los corazones vacíos de quienes han perdido el sentido de la existencia y el gusto por la interioridad, de la vida espiritual”.

Y precisamente en el presente, “quizá más que nunca”, se hace necesaria la presencia de “discípulos misioneros”, capaces de dar voz a la esperanza viva de Cristo “hasta los confines de la tierra”. No se trata de líneas trazadas en un mapa, sino de horizontes dondequiera que aparezca “un corazón que espera, un corazón que busca, un corazón que necesita (…) hasta los confines de la tierra, hasta los confines existenciales donde no hay esperanza”.


Valorizar la creatividad

León XIV pasa luego al inglés, su lengua materna, planteando a los misioneros digitales un segundo “reto”, el de buscar “la carne sufriente de Cristo” en el prójimo. Mantener así también humana una cultura, la actual, profundamente marcada y construida por la tecnología: “La ciencia y la técnica influyen en nuestra forma de ser y de estar en el mundo, hasta el punto de afectar incluso a la comprensión de nosotros mismos y a nuestra relación con los demás y con Dios. Pero nada de lo que proviene del hombre y de su ingenio debe ser doblegado hasta mortificar la dignidad del otro. Nuestra misión, vuestra misión, es alimentar una cultura de humanismo cristiano, y hacerlo juntos. Esta es para nosotros la belleza de la red”.

No es la primera vez en la historia que la humanidad vive una profunda transformación cultural. Ante tales cambios, la Iglesia “nunca se ha quedado pasiva”: siempre ha tratado de discernir e iluminar, distinguiendo lo que debía conservarse de lo que debía “transformarse, purificarse”. Entre los retos de esta “nueva geografía” se encuentra también la Inteligencia Artificial, a la que León XIV dedica un pasaje de su saludo. Este es el desafío que debemos afrontar, reflexionando sobre la coherencia de nuestro testimonio, sobre la capacidad de escuchar y hablar, de comprender y ser comprendidos. Tenemos el deber de elaborar juntos un pensamiento y un lenguaje que, como hijos de nuestro tiempo, den voz al Amor.

VIDEO. La primera misa para misioneros digitales e influencers

 

En la web, por lo tanto, la presencia no se mide solo por la generación de contenidos, sino por promover el “encuentro de corazones”. Así se podrá ayudar a quienes sufren “y necesitan conocer al Señor”. Así podrán sanar sus heridas. Así cada uno podrá volver a ponerse en pie y “encontrar un sentido” a su vida. Pero todo nace de un esfuerzo común, de aceptar la propia pobreza, “dejando caer todas las máscaras” y reconociendo la necesidad intrínseca del Evangelio.


Redes que liberan y salvan

El Papa pronuncia el tercer llamamiento en español: “vayan a reparar las redes”. No solo a remendarlas, sino también a construir otras nuevas: “Redes de relaciones, redes de amor, redes de intercambio gratuito, en las que la amistad sea profunda. Redes donde se pueda reparar lo que ha sido roto, donde se pueda poner remedio a la soledad, sin importar el número de los seguidores [follower], sino experimentando en cada encuentro la grandeza infinita del Amor. Redes que abran espacio al otro, más que a sí mismos, donde ninguna ‘burbuja de filtros’ pueda apagar la voz de los más débiles. Redes que liberen, que salven. Redes que nos hagan redescubrir la belleza de mirarnos a los ojos. Redes de verdad. De este modo, cada historia de bien compartido será el nudo de una única e inmensa red: la red de redes, la red de Dios”.


El camino de las vías digitales

El Papa exhorta a ser “agentes de comunión, capaces de romper la lógica de la división y de la polarización; del individualismo y del egocentrismo. Céntrense en Cristo, para vencer la lógica del mundo, de las fake news y de la frivolidad, con la belleza y la luz de la verdad”. Y concluye agradeciendo a los presentes por los sueños que llevan adelante, por el amor que demuestran “al Señor Jesús y a la Iglesia. Por la ayuda ofrecida a quienes sufren, por el camino recorrido “por las vías digitales”.

LEER. Mensaje completo del papa León XIV en el Jubileo de influencers

VIDEO. León XIV a los misioneros digitales: “vayan a reparar las redes”

Festival de influencers católicos

La histórica Plaza del Risorgimento de Roma, construida en el siglo XIX en honor a la unificación de Italia y tradicional puerta de acceso a la Ciudad del Vaticano, con incontables peregrinos, turistas y locales de camino a la basílica de San Pedro, se transformó en un escenario al aire libre. Allí se celebró el festival que marcó el cierre del Jubileo de Misioneros Digitales e Influencers Católicos.

“Hace un momento hablaba con una amiga y me dijo: Qué maravilloso es ser joven, qué maravilloso es ser católico”, comentó Teresita Gómez Moretto, argentina de 24 años oriunda de Buenos Aires. “Es una celebración. Es ver la unidad de la Iglesia, la fuerza del Espíritu que sigue vivo y que continúa moviendo e inspirando. Es hermoso. Es, verdaderamente, un lujo, un regalo enorme”, declaró a Catholic News Service.

El Jubileo de Misioneros Digitales e Influencers Católicos se centró principalmente en el llamado a dar testimonio del Evangelio en el ámbito digital. Para Gómez Moretto, compartir la fe en ese entorno es, a la vez, una “oportunidad de llegar a otros” y un desafío. “En lo personal, vivo el desafío así: del mismo modo que comparto en redes sociales las cosas que me gustan y quiero de mi vida diaria —mis amigos, mi familia, lugares, música, arte—, también comparto lo que más me interesa, que es mi vida espiritual. Comparto el gran amor de mi vida, que es Cristo. Creo que, con mucha sensibilidad y caridad, puede ser una puerta para que otros entren en contacto con Él”, afirmó.


“Misioneros proactivos del amor de Cristo”

Para el hermano Mario Ciaston, Legionario de Cristo y seminarista polaco de 29 años que acompañaba a un grupo de 50 jóvenes de Monterrey (México), es fundamental que los católicos, especialmente los jóvenes, sean “misioneros proactivos del amor de Cristo” tanto en línea como fuera de ella. Recordando el lema del Año Jubilar —”Peregrinos de la esperanza”—, el joven seminarista subrayó que la esperanza es “lo que el mundo necesita desesperadamente hoy” y que ver a jóvenes celebrando con alegría su fe en el festival era “un testimonio de la esperanza que solo encontramos en Cristo y en su amor”.

Al reflexionar sobre el llamado del papa León XIV a que misioneros digitales e influencers católicos procuren que la cultura digital “permanezca humana”, Ciaston afirmó que ser humano significa estar cerca de las personas y mostrarles amor y caridad. “Recuerdo que una vez pregunté a un misionero digital cómo transmitía el Evangelio, y lo que más me quedó de su respuesta fue: al final, lo importante es ser testigo del amor de Cristo”, relató.

VIDEO. Himno del Jubileo de los Misioneros Digitales e Influencers Católicos 2025

 

Tomando “muy en serio” el impacto de las redes sociales

Entre los numerosos misioneros digitales presentes se encontraba Pablo Licheri, desarrollador argentino creador de Catholic Mass Times, una aplicación móvil gratuita que ayuda a los católicos a encontrar iglesias cercanas y horarios actualizados de misa. Lanzada en 2014 y disponible para iPhone y Android, la app superó los dos millones de descargas en todo el mundo. Licheri afirmó a CNS que este Jubileo demuestra que la Iglesia no subestima el impacto de las redes sociales y el contenido en línea, sino que es “algo que la Iglesia se está tomando muy en serio”.

El éxito de Catholic Mass Times, añadió, confirma que existe una necesidad, sobre todo entre los jóvenes católicos, de usar la tecnología como medio para conectar con su fe. Algunos jóvenes que conoció durante el Jubileo “me dijeron: ‘Oh, tu app me salvó la vida’. Me contaron casos —a veces en lugares insólitos o en situaciones muy extrañas— donde no podían encontrar una iglesia”, relató.


La fama en línea “no tiene nada que ver” con la fe

No obstante, el desarrollador argentino dijo haber acogido con atención el recordatorio del papa León a misioneros digitales e influencers católicos “de que no se trata de nosotros, de que no debemos ser las estrellas, y de tener cuidado con el orgullo y la vanidad de ser conocidos, de buscar (fama), porque no tiene nada que ver” con la fe. “Es una advertencia que debemos tener siempre muy presente, porque lo que importa es la rectitud y la intención de hacer las cosas para acercar a la gente a Dios, y no para ganar dinero o por vanidad”, concluyó Licheri.

VIDEO. Festival de Influencers Católicos en la Piazza Risorgimento

No solo “followers”: El Jubileo que reconoce la misión online

Por primera vez, la Iglesia ha dedicado un Jubileo a quienes evangelizan a través de las redes sociales y la web. Dos días intensos en Roma para reflexionar sobre los lenguajes, las oportunidades y los desafíos del anuncio cristiano en la era digital. Recordamos que el Papa identificó tres desafíos fundamentales: cultivar una cultura de humanismo cristiano, buscar “la carne sufriente de Cristo” incluso en los rostros ocultos de Internet, y reparar las redes, no solo las digitales, sino especialmente las relacionales y comunitarias. Exhortó a los misioneros digitales a ofrecer un testimonio concreto y humilde, partiendo de sí mismos y de su propia necesidad del Evangelio.


Un reconocimiento eclesial de una misión ya en marcha

Para muchos de los participantes, académicos y observadores de redes sociales, la experiencia en Roma, aunque en tan solo 48 horas, fue un momento histórico. La Iglesia reconoció explícitamente, en el marco del Jubileo, la evangelización digital como una auténtica forma de misión. Como observa Raffaele Buscemi, profesor de Comunicaciones de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, fue “un gesto de confianza y escucha”, pero también un llamado a la responsabilidad. “Hoy en día, la gente también vive su fe a través de las pantallas, las transmisiones y los contenidos compartidos”, explica.

“Ya no basta con decir que las redes sociales son una herramienta: se han convertido en un entorno, y el Evangelio debe llevarse a ellas”. Guido Mocellin, periodista del diario Avvenire y editor de las columnas WikiChiesa y Missionari digitali, define este Jubileo temático como “la respuesta de la Iglesia a un signo de los tiempos”. Tras la pandemia y las reflexiones del Sínodo, era inevitable que las figuras de los misioneros digitales también encontraran un reconocimiento explícito en el Año Santo.


Una realidad joven, diversa y en crecimiento

Este Jubileo ha puesto de relieve la gran pluralidad de lenguajes y carismas presentes en el mundo católico digital. Así lo describen Tommaso Cardinale y Francesco D’Ugo, fundadores de la comunidad social @lacchiesa, que con ironía y pericia capta a miles de usuarios cada día: “Es maravilloso ver a Giovanni comentando el Evangelio con Lego, a Mariella evangelizando con sus ilustraciones, a los chicos de la Fraternidad con sus supereventos… Y luego estamos nosotros y Cattonerd con los memes. Es una constelación global”.

“Pero nos preguntamos”, añaden los fundadores de la comunidad @lacchiesa con un toque de provocación, “¿qué les ofrece la Iglesia como institución?”. Eleonora Commentucci, de la Comunidad de la Fraternidad, nacida de la actividad en línea del Padre Alberto Ravagnani, también afirma haber descubierto una comunidad viva y dinámica que capta las necesidades espirituales de tantos jóvenes. “Este Jubileo”, dijo, “ha sido una oportunidad para trabajar en red, para redescubrir lo esencial, para mostrar a la Iglesia y al mundo el potencial de la tecnología digital cuando se vive al servicio del Bien”.

VIDEO. Reporte y testimonios desde la sede del Jubileo de misioneros digitales

 

De la visibilidad a la comunión

Un punto compartido por todos es la conciencia de que simplemente “hacer números” o producir contenido viral no es suficiente. La evangelización digital no puede reducirse a una estrategia de marketing espiritual. “El riesgo”, advierte Buscemi, “es transformar la fe en contenido para vender”. El centro, como recordó el papa León a los participantes, debe ser siempre Cristo, no el perfil personal. Y los seguidores deben convertirse en hermanos y hermanas, unidos por relaciones auténticas. Mocellin también advierte contra una visión puramente cuantitativa del fenómeno: “En algunas zonas lingüísticas, los misioneros digitales tienen cifras astronómicas, pero lo que realmente importa es cuando logran generar comunidades reales en torno a un estilo y enfoque cristianos”. Un cambio de internet “como medio” a internet “como lugar de comunión”.


Los desafíos: discernimiento, formación e identidad

Proclamar con credibilidad que la fe es vida y aceptación, continúa Eleonora Commentucci, es un desafío crucial hoy en día, especialmente para quienes se acercan a los jóvenes más alejados de la Iglesia. “Muchos piensan que el cristianismo es crítico y cerrado de mente. Pero si podemos dar testimonio de que la fe es alegría, libertad y amor, realmente podemos abrir puertas en la distancia”. Pero esto requiere formación, discernimiento y responsabilidad. “Una mala publicación”, explican Cardinale y D’Ugo con sinceridad, “no le hace bien a nadie. Necesitamos aprender el oficio, pero sin copiar a los más famosos. Y no debemos replegarnos en nuestra propia ‘burbuja’ eclesiástica”.

“En Sudamérica y Estados Unidos, existen movimientos de creadores cristianos y católicos desde hace al menos diez años”, explican Cardinale y D’Ugo. “En Italia, sin embargo, se espera mucho de los llamados ‘sacerdotes influyentes’, pero los verdaderos impulsores podrían ser los laicos, que podrían llegar a más personas con la formación adecuada”. Mocellin también cree que es urgente invertir en recursos adecuados y personal de apoyo profesional, así como fomentar una mayor conciencia eclesial. “Por ejemplo”, observa, “en el Sínodo se debatió mucho sobre la misión digital, pero pocos misioneros digitales hablaron del Sínodo en sus redes sociales”.

Finalmente, observa Buscemi, es necesario cuestionar el lenguaje en sí: el término “misionero digital” puede sonar demasiado eclesiástico para quienes no pertenecen a la Iglesia, mientras que “influencer católico” puede trivializar el mensaje. Quizás se necesite un nuevo vocabulario, capaz de transmitir con profundidad la novedad y la seriedad de esta forma de testimonio.

VIDEO. Misioneros digitales: lo que nos deja el Jubileo en Italia

¿Es posible escuchar el Evangelio en el mundo digital?

Una reflexión publicada en la revista Commonweal explora el auge de la evangelización digital y sus tensiones internas. A partir de la hipótesis de Christopher Bellitto de que san Francisco de Asís hoy tendría redes sociales, el autor plantea la pregunta de fondo: ¿puede la santidad expresarse en plataformas moldeadas por algoritmos, clickbait y autopromoción? La Iglesia ya ha asumido lo digital como campo de misión, como lo muestran el trabajo de figuras como Carlo Acutis, el ministerio en línea de sacerdotes como David Michael Moses y Fr. Casey Cole, o el llamado reciente del papa León XIV a los “misioneros digitales” para ser agentes de comunión. Pero este nuevo espacio no es neutral: reproduce dinámicas de poder, vigilancia y explotación de datos, y redefine la experiencia humana.

La evangelización en redes plantea un dilema similar al de otras eras de expansión tecnológica: no basta con “estar” donde la gente está, sino discernir cómo el medio transforma el mensaje. La lógica de las plataformas —virales, polarizadas y adictivas— puede erosionar la metanoia que el Evangelio busca provocar, reduciendo la fe a una identidad performativa. El texto señala cómo ciertos apologistas católicos en YouTube, aunque promuevan debates teológicos, a menudo se entrelazan con narrativas políticas y culturales que refuerzan la polarización, priorizando la ortodoxia doctrinal sobre la conversión ética y comunitaria.

Finalmente, el artículo vincula esta reflexión con el llamado actual de la Iglesia a habitar el mundo digital sin perder el centro: ordenar las múltiples capas de experiencia —incluida la virtual— de modo que conduzcan al encuentro con Dios. Evangelizar en redes no es producir contenido, sino generar encuentros verdaderos, capaces de unir incluso a quienes sostienen ideologías opuestas. En palabras de León XIV, el objetivo no es “generar contenido” sino “crear un encuentro entre corazones”, manteniendo la comunión como signo y fruto del Evangelio, dentro y fuera del espacio digital.

LEER. Artículo completo en Commonweal Magazine

VIDEO. Influencers católicos comparten su experiencia en el Jubileo de la Juventud

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