“Economía que mata, excluye y produce guerra no es economía”

2:00 p.m. | 13 oct 23 (VTN/EDF).- El Papa aseguró que “la economía que mata, que excluye, que contamina, que produce la guerra”, no es tal, sino que es una enfermedad, “una perversión de la propia economía”. Lo dijo en un mensaje a los participantes del IV encuentro anual La Economía de Francisco, que reúne a miles de jóvenes empresarios y directivos de todo el mundo. En un evento que intercaló presentaciones musicales con análisis de la actualidad, aportes, testimonios e incluso interacción en redes sociales, el Papa insistió en que se comprometan con un sistema económico que proteja al medioambiente y genere espacio para todos, especialmente los pobres.

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El Papa se mostró feliz de dirigirse a los jóvenes que asisten, tanto virtual como presencialmente, al IV encuentro anual de La Economía de Francisco (EdF), que se desarrolló este mes en Asís. Así lo afirma en su mensaje a los participantes, leído durante “La hora 25” (titulo de esta edición del encuentro). El Papa expresó su alegría al saber que el trabajo de estos agentes de cambio “para reactivar la economía sigue adelante con fruto, entusiasmo y compromiso”. Estas palabras llegan a un año del primer encuentro presencial en el que el Pontífice participó el 24 de septiembre de 2022 invitándolos a mirar al mundo con los ojos de los más pobres, a no olvidarse de los trabajadores y a encarnar sus ideas en la realidad cotidiana, en lo concreto.

El Sucesor de Pedro les recuerda una frase que ha reiterado varias veces en estos 10 años de Pontificado: “La realidad es superior a la idea”. También confiesa que existe una idea en particular que desde que era un joven estudiante de teología le ha fascinado: en latín se llama coincidentia oppositorum, es decir, la unidad de los opuestos. “Según esta idea, la realidad está formada por polos opuestos, por pares que se oponen entre sí”, explica.

“Algunos ejemplos son lo grande y lo pequeño, la gracia y la libertad, la justicia y el amor, etc. ¿Qué hacer con estos opuestos? Ciertamente, se puede intentar elegir uno y eliminar el otro. O, como sugerían los autores que estaba estudiando, en un intento de reconciliar los opuestos, se podría hacer una síntesis, evitando borrar uno u otro polo, para resolverlos en un plano superior, donde, sin embargo, no se elimina la tensión”. A partir de esta reflexión, el Papa repite que “toda teoría es parcial, limitada, no puede pretender encapsular o resolver completamente los opuestos. Así es todo proyecto humano”.

“La realidad siempre se escapa”, añade, y comenta que, como joven jesuita, esta idea de la unidad de los opuestos le parecía “un paradigma eficaz para comprender el papel de la Iglesia en la historia”. Sin embargo, plantea que, “si se piensa en ello, resulta útil para comprender lo que está ocurriendo en la economía actual. Grandes y pequeños, pobreza y riqueza y muchos otros opuestos están también en la economía”.

“La economía son los puestos de mercado, así como los centros neurálgicos de las finanzas internacionales”, puntualiza Francisco, quien también se refiere a la “economía concreta hecha de caras, miradas, personas, de pequeños bancos y empresas”; “la economía tan grande que parece abstracta de multinacionales, estados, bancos, fondos de inversión”; “la economía del dinero, de primas y salarios muy altos junto a una economía de cuidados, de relaciones humanas, de salarios demasiado bajos para poder vivir bien“.

“¿Dónde está la coincidencia entre estos opuestos? Se encuentra en la auténtica naturaleza de la economía: ser un lugar de inclusión y cooperación, una generación continua de valor que se crea y circula con los demás. Lo pequeño necesita de lo grande, lo concreto de lo abstracto, el contrato del regalo, la pobreza de la riqueza compartida”.


Hay oposiciones que no generan armonía alguna

El Santo Padre deja claro que “la economía que mata no coincide con una economía que hace vivir; la economía de enormes riquezas para unos pocos no armoniza desde dentro con los demasiados pobres que no tienen modo de vivir; el gigantesco negocio de las armas nunca tendrá nada en común con la economía de la paz; la economía que contamina y destruye el planeta no encuentra síntesis con la que lo respeta”. Y es precisamente en esta toma de conciencia donde, según Francisco, reside el corazón de la nueva economía con la que estos chicos y chicas están comprometidos.

“La economía que mata, que excluye, que contamina, que produce la guerra, no es una economía: otros la llaman economía, pero sólo es un vacío, una ausencia, es una enfermedad, una perversión de la propia economía y de su vocación. Las armas producidas y vendidas para las guerras, los beneficios obtenidos a costa de la piel de los más vulnerables e indefensos, como los que abandonan su tierra en busca de un futuro mejor, la explotación de los recursos y de los pueblos que roban la tierra y la salud: todo esto no es economía, no es un buen polo de la realidad, que hay que mantener. Es sólo intimidación, violencia, es sólo un montaje depredador del que liberar a la humanidad”.


Economía de la tierra y economía del camino

Para ampliar sus consideraciones sobre las tensiones dentro de la economía, explica que “la economía de la tierra procede de la primera acepción de la palabra economía, la del cuidado del hogar”. Francisco afirma que el hogar no es sólo el lugar físico donde vivimos, “sino que es nuestra comunidad, nuestras relaciones, son las ciudades que habitamos, nuestras raíces. Por extensión, el hogar es el mundo entero, el único que tenemos, confiado a todos nosotros. Por el mero hecho de nacer, estamos llamados a convertirnos en custodios de esta casa común y, por tanto, en hermanos y hermanas de todos los habitantes de la tierra”. Para el Papa, “hacer economía significa cuidar la casa común, y esto no será posible si no tenemos ojos entrenados para ver el mundo a partir de las periferias: la mirada de los excluidos, de los últimos”.


Hemos dejado fuera durante siglos la mirada de las mujeres

El Pontífice reprende que, hasta ahora, la mirada sobre el hogar que se ha impuesto ha sido la de los hombres, la de los varones, generalmente del Oeste y del Norte. Y evidencia que “hemos dejado fuera durante siglos -entre otras- la mirada de las mujeres”, considerando que “si hubieran estado presentes, nos habrían hecho ver menos bienes y más relaciones, menos dinero y más redistribución, más atención a los que tienen y a los que no tienen, más realidad y menos abstracción, más cuerpo y menos palabrería”. Teniendo en cuenta este contexto, enfatiza que “no podemos seguir excluyendo las miradas diferentes de la práctica y la teoría económicas, así como de la vida de la Iglesia”. Por este motivo, para el Santo Padre es una alegría especial ver cuántas mujeres jóvenes son protagonistas de La Economía de Francisco.


El bien común requiere un compromiso que te ensucie las manos

Su Santidad afirma que cuando “San Francisco de Asís, tan querido por nosotros, comenzó su revolución, también económica, sólo en nombre del Evangelio, volvió mendigo, errante: se puso en camino, dejando la casa de su padre Bernardone”.

“¿Qué camino, entonces, para quien quiere renovar la economía desde la raíz?”, interpela el Papa. “El camino del peregrino siempre ha sido arriesgado, entretejido de confianza y vulnerabilidad. Quien lo emprende debe reconocer pronto su dependencia de los demás a lo largo del camino: así, comprende que también la economía es mendiga de otras disciplinas y saberes”. Y del mismo modo que el peregrino sabe que su viaje será polvoriento, también los jóvenes “saben que el bien común requiere un compromiso que les ensucie las manos”.


Los consejos del Papa a los jóvenes

Hacia el final del mensaje, Francisco los incentiva a no tener miedo de las tensiones y de los conflictos, a tratar de habitarlos y humanizarlos, cada día. Les encomienda la tarea de custodiar la casa común y a tener “el valor del camino”. El Papa sabe, además, que no es inmediato insertar los esfuerzos de estos jóvenes empresarios y economistas y compartir sus sueños en el seno de sus Iglesias y entre las realidades económicas de los territorios que habitan. Los estimula a que no les falten paciencia e ingenio para dar a conocer estos sueños y establecer poco a poco conexiones más estables y fructíferas. “El deseo de un mundo nuevo está más extendido de lo que parece”. También les pide que no se encierren en sí mismos: “Los oasis en el desierto son lugares a los que todo el mundo debe tener acceso, encrucijadas en las que detenerse y desde las que partir de forma diferente”.

LEER. Mensaje completo a los participantes de La Economía de Francisco

Vivir con responsabilidad la “Hora 25”

Pero el mensaje del Papa fue al cierre del evento. Antes, intervino el presidente del Comité EdC, monseñor Domenico Sorrentino, que llevó su saludo a los jóvenes, subrayando que la economía de Francisco es “la economía de un mundo en el que nos reconocemos hermanos y hermanas, hermanos y hermanas incluso con la naturaleza”. Explicó que si reflexionamos bien, es una verdad implícita en la propia palabra economía: oikos – nomos. “Oikos es el hogar, pero también la familia, y por tanto el lugar de la fraternidad. La economía es la fraternidad aplicada a la gestión del patrimonio”, dijo.

Por su parte, el coordinador científico de EdF, Lugino Bruni, explicó el título de la cuarta edición de este encuentro mundial: “La hora 25”, subrayando que la hora extra, la 25, es la de la esperanza, “y la EdC es parte del don de ese tiempo extra que Dios está dando a la tierra y a los pobres”. Lo dijo el Papa en su mensaje a la EdC en octubre de 2021: “Son la última generación que puede salvarnos, no exagero”. Hoy en Asís, “celebramos la responsabilidad y la alegría de esta hora dada. Es la hora de la gratuidad, la hora que podría no existir y que, sin embargo, existe”.

“Debemos vivir con responsabilidad este tiempo que se nos ha dado, siendo conscientes de la urgencia y con solemnidad sabiendo que la nuestra es una generación crucial. Pero esa responsabilidad debe vivirse también con una sonrisa, con alegría y con ánimo festivo. Alegría es el otro nombre de la Economía de Francisco, que es también un movimiento de jóvenes que saben sonreír y celebrar sin dejar de sentir toda la responsabilidad. Así ha sido desde el primer día, y así será hasta el final”, concluyó Bruni.

Por su parte, Francesca Di Maolo, también directiva de la iniciativa, subrayó la necesidad de no dejar a nadie atrás. “Del lado de los frágiles maduran nuevas visiones capaces de impulsar una verdadera renovación de la sociedad y la economía”. Comentó que se espera que la economía del futuro “sepa ser madre, maternal con todos sus hijos, especialmente con los más frágiles (…) Una economía maternal, de hecho, está llamada a nutrir la vida, a cultivarla y hacerla florecer sin crear desigualdades y sin mirar sólo al beneficio; una economía maternal”, añadió, “tiene en el corazón cada vida a pesar de su fragilidad”.

El reconocido economista turco Daron Acemoglu, profesor en el MIT de Boston, también se hizo presente con una conferencia. Acemoglu abordó parte de su experiencia en investigación en temáticas que van de la teoría del crecimiento a la economía laboral, de la desigualdad en la distribución de la renta a las matemáticas aplicadas. También se dedicó un espacio al tema de la paz, al realizar un enlace en vivo con el III Congreso Internacional de Economía de Francisco en América Latina y el Caribe, que precisamente se desarrollaba en esos días en Colombia, bajo el título: “Tejiendo economías para la paz”.

Durante el resto del encuentro, que duró más de tres horas con participación internacional, estuvo animado por jóvenes con aportes de más de 30 países de todas las regiones del mundo, intercalando momentos musicales con análisis de la actualidad, interacción con las redes sociales y el testimonio de prácticas e iniciativas. Además, se presentaron dos proyectos, uno sobre alfabetización digital y emprendimiento para migrantes llevado a cabo por universitarios chilenos y otro para dar acceso a agua limpia y no contaminada a los pueblos indígenas de Filipinas.

Por último, anotar que los jóvenes responsables de esta edición del encuentro, eligieron la radio como formato de la presentación y “lugar narrativo”, al ser un espacio donde se debaten y comparten historias, ideas, vocaciones y experiencias, y que llegan a una amplia audiencia, donde todas las voces pueden expresarse y ser representadas y escuchadas.

 

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Fuentes

Vatican News / The Economy of Francesco (2 y 3) / Videos: Red Latinoamericana de Economía de Francisco / Foto: Vatican Media

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