Francisco aceptó renuncia de cardenal Sarah, supervisor de la liturgia
4:00 p.m. | 4 mar 21 (RNS/RD).- El cardenal Robert Sarah era prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y remitió su renuncia en junio del año pasado, cuando cumplió 75 años. Según el Derecho Canónico, esa es la edad en la que los prelados deben jubilarse, sin embargo, el Papa prorrogó su gestión hasta este febrero. Sarah, originario de Guinea, ha sostenido una postura contraria a varias de las reformas que ha impulsado Francisco. Para algunos vaticanistas, no ha causado sorpresa el anuncio de Francisco, pero sí el hecho que no tenga un reemplazo elegido.
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Las normas de la Iglesia exigen que los obispos y cardenales en activo presenten su dimisión al cumplir los 75 años, pero no es raro que los papas prorroguen sus mandatos si están satisfechos con el trabajo de los funcionarios. La renuncia del cardenal Sarah llegó el 15 de junio del 2020, el día que cumplió 75 años. Tres días más tarde, Francisco confirmaba, en una carta firmada personalmente, que seguiría ejerciendo su cargo de acuerdo a la fórmula donec aliter provideatur; es decir, no renovando el cargo por otros 4 años sino hasta que el Papa decidiese lo contrario. Y ese día llegó el 20 de febrero de 2021.
“Estoy en manos de Dios. La única roca es Cristo. Nos volveremos a encontrar muy pronto en Roma y en otros lugares”, tuiteó el cardenal guineano, el prelado africano de mayor rango. Hay que resaltar que en varios medios han resaltado el hecho que Francisco no nombrara un sucesor inmediato para Sarah, estimulando la especulación de que la decisión no estaba planeada, aún cuando ha tomado su tiempo.
Sarah, que trabajaba estrechamente con el pontífice, adoptó posturas consideradas fuera de sintonía con la visión de Francisco para la Iglesia. Varias de las declaraciones públicas del cardenal sobre la liturgia y otros temas reflejaron una perspectiva tradicionalista -preconciliar- en contraste con la dirección dada por el papa Francisco, que insiste en las enseñanzas del Concilio Vaticano II. Un ejemplo público de ello es la reticencia del cardenal durante muchos meses a publicar el decreto del papa que permitía lavar los pies a las mujeres en la liturgia del Jueves Santo.
Y hace poco más de un año, el cardenal publicó un libro en el que defendía el celibato sacerdotal, justo cuando en el Sínodo Amazónico -con participación activa de Francisco- se debatía la posibilidad de permitir sacerdotes casados (en forma de viri probati) como solución a la escasez crónica de clero en la región. Incluso, Sarah dijo que el papa Benedicto XVI había coescrito el polémico libro, fomentando los rumores de que el actual Papa y su predecesor emérito tenían desacuerdos doctrinales. Al tiempo, se desmintió la dicho por Sarah y se aclaró que Benedicto solo había colaborado en el libro, polémica que le costó el puesto al secretario del alemán, George Gänswein.
Además, Francisco regañó públicamente a Sarah en el 2017, cuando el cardenal insistía en defender la celebración de la Eucaristía mirando hacia Oriente (“ad orientem”), y en que su oficina debía tener la última palabra sobre la traducción de los textos litúrgicos. Francisco argumentó que esos asuntos deberían estar en manos de las conferencias episcopales locales.
Y el desface de posturas no solo se ha expresado en el ámbito de la liturgia, sino también sobre varios otros asuntos, incluidos los relacionados con la familia, como quedó patente en los dos recientes sínodos de obispos por ejemplo en el debate sobre el enfoque pastoral de los divorciados y vueltos a casar. Es importante resaltar que el cardenal ha ejercido en estos años una enorme influencia sobre sus hermanos obispos en África en todas estas cuestiones pastorales.
Ordenado sacerdote el 20 de julio de 1969, fue nombrado arzobispo de Conakry por Juan Pablo II en 1979, a la edad de 34 años. En 2001 fue secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, mientras que en 2010 Benedicto XVI lo nombró presidente del Consejo Pontificio Cor Unum y lo creó cardenal. El 23 de noviembre de 2014, el papa Francisco lo nombró prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. De hecho, participó en el cónclave de marzo de 2013 que eligió a Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco.
Sarah era considerado un posible candidato al papado por muchos conservadores católicos que compartían sus opiniones tradicionalistas sobre la inmigración, la sexualidad y el matrimonio. Mientras la oposición conservadora al papa Francisco disminuye en el Vaticano, una cumbre de obispos en Alemania perfila un controvertido camino que promete adaptar la Iglesia católica a los tiempos modernos y renovar su posición sobre la homosexualidad, el celibato sacerdotal y el papel de la mujer en la Iglesia.
Hasta que Francisco nombre al sustituto de Sarah, la congregación del culto estará dirigida por el arzobispo Arthur Roche, un prelado inglés que ha sido el segundo funcionario de la oficina desde 2012.
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Fuentes:
Religion News Service / Alfa y Omega / Vida Nueva / Religión Digital / Foto: Twitter – Robert Sarah