Lo espiritual, clave en “Avatar: El último maestro aire”

8:00 p.m. | 24 jul 20 (AM).- “Avatar” es una serie animada que podemos encontrar en Netflix y es una de las producciones más vistas, incluso fuera de su género. Más de una década después de su capítulo final, parece que los niños y adolescentes que crecieron con “Avatar” están dispuestos a seguir viéndola. ¿Qué tiene el contexto actual -impactado por la pandemia, manifestaciones sociales, y fenómenos como la migración- que nos invita a revivir la historia de Aang? ¿Qué lo diferencia de otros programas que sostiene su popularidad? Un artículo en America Magazine señala la importancia que se le da a los momentos espirituales enfocados en la justicia, y a la necesidad de examinar y cuidar de manera íntegra nuestra persona, para intentar cambios a nuestro alrededor.

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El 2008 fue un año turbulento. El mercado de valores se desplomó y la burbuja inmobiliaria reventó. Estados Unidos eligió a su primer presidente negro. Los primeros iPhones llegaron al mercado, cambiando para siempre la forma en que nos comunicamos. El mundo parecía a partes iguales caótico y lleno de esperanza: La devastación económica y el cambio social nos dejaron emocionados pero asustados, esperando ansiosamente un nuevo mundo estable.

En medio de la agitación, se produjo otra gran revelación. Nickelodeon transmitió el último episodio de “Avatar: El último maestro aire”. Abarcando tres temporadas y más de 60 episodios, “Avatar” es uno de los dibujos animados más populares y matizados que se han hecho. Tiene lugar en un mundo mítico donde existen cuatro grandes naciones con personas (maestros) que dominan “telequinéticamente” cada uno de los cuatro elementos. Son los Nómadas del Aire, las Tribus del Agua, el Reino de la Tierra y la Nación del Fuego. Como se explica en la introducción: “Hace muchos años, las cuatro naciones vivían juntas en armonía. Pero, todo cambió cuando la Nación del Fuego atacó”.

En el primer episodio, se nos presenta un mundo desequilibrado: Los Nómadas del Aire están casi extintos; la Nación del Fuego está en una guerra brutal contra las restantes Tribus del Agua y el Reino de la Tierra. El programa se centra en Aang, el llamado “Avatar” y tiene 12 años, un ser reencarnado con el potencial de dominar los cuatro elementos y la única esperanza de restaurar la paz.

La historia sigue a Aang y sus amigos, Katara, Sokka y Toph, mientras se preparan para la batalla final con la Nación del Fuego. Toda la esperanza descansa en la habilidad de Aang para dominar los cuatro elementos antes de que se enfrente al Señor del Fuego. Por ser un nómada Aire de nacimiento, domina este elemento, sin embargo, necesitará ayuda de otros maestros para aprender los demás.

Mucho está en juego. Refugiados y desplazados pueblan el imaginativo mundo de “Avatar”. La amenaza inminente de genocidio y opresión imperial impulsa a los personajes a la acción. El mundo natural está en peligro de ser destruido. En resumen, no es la típica caricatura para niños.

Desde hace un buen tiempo, “Avatar” está en Netflix y ha permanecido entre los programas más populares en su género desde entonces. Doce años después, parece que los niños y adolescentes que crecieron con “Avatar” y que ahora están en sus 20 años, no han perdido el gusto de revisitar la historia. ¿Qué es lo que ha cambiado -si ha cambiado algo- en nosotros, en “Avatar”, en los temas y realidades que nos presenta? ¿Qué tiene este momento (aislamiento, pandemia, manifestaciones, recesión) que nos hace querer volver a nuestra infancia y vivir la historia de Aang una vez más?

Al ver de nuevo “Avatar”, es difícil no ver las conexiones entre el programa y algunos debates en curso. Como el actual movimiento Black Lives Matter nos recuerda una vez más, los Estados Unidos se construyeron sobre la atroz esclavitud de al menos siete millones de personas. Hasta hoy, el complejo industrial de las prisiones y el racismo institucionalizado han preservado ese sistema de supremacía blanca. Los pueblos indígenas de los Estados Unidos pueden y han atestiguado el hecho de que nuestra nación sólo existe por el genocidio, pasado y presente. Con este telón de fondo, los impulsos imperiales de la Nación del Fuego adquieren un tono particularmente aleccionador. En el primer episodio de “Avatar”, aprendemos que la Nación del Fuego cometió un genocidio para llevar a los Nómadas del Aire a la extinción. Aang es el último sobreviviente, que se salvó porque al huir de niño se perdió en la tundra congelada, y permaneció así los últimos cien años.

Más tarde en la serie, el grupo de jóvenes protagonistas se topa con un campo de prisioneros de la Nación del Fuego en el que los maestros tierra son explotados. En los Estados Unidos, una advertencia a la 13ª Enmienda asegura que el trabajo de esclavos sigue siendo legal mientras sea realizado por prisioneros (desproporcionadamente negros). “Avatar” puede tener lugar en un mundo de fantasía, pero nuestras atrocidades no son ficción. Y en nuestro mundo, no hay ningún Avatar que nos salve. Pero tal vez no necesitemos uno. A pesar de la naturaleza pacifista de Aang, “Avatar” es un programa de resistencia activa a la injusticia.

De la misma manera que los activistas BIPOC (negros, indígenas y gente de color) están liderando el actual movimiento por la justicia racial, Aang y Katara luchan por liberarse a sí mismos y a sus comunidades. En cierto modo, es deprimente volver a ver “Avatar” mientras se recuerda el tiempo en que terminó por primera vez; en 2008, algunos comentaristas blancos ingenuos pensaron que un presidente negro señalaba el fin del racismo en los Estados Unidos. En 2020, sabemos que no es así. Vemos a Aang tomar su vara contra la Nación del Fuego una vez más, y estamos igualmente llamados a luchar contra la injusticia en nuestro mundo. Comenzamos nuestra labor de nuevo.

Pero hay muchos programas sobre justicia y resistencia. ¿Qué tiene Aang y su bisonte volador llamado Appa que hace que “Avatar” sea tan popular ahora, especialmente entre los jóvenes? No es el estilo de animación que para algunos puede ser mediocre o las canciones populares. Más bien, es la atención y la distinción que le da a los aspectos espirituales de la justicia.

El entrenamiento físico de Aang para dominar los elementos va en paralelo a su jornada espiritual hacia la iluminación. La guerra contra la Nación del Fuego es en muchos sentidos una guerra espiritual, ya que los protagonistas luchan por restaurar el equilibrio de los cuatro elementos. De manera similar, en el Hinduismo y el Budismo, los cuatro elementos proveen una base espiritual para la comprensión. Esta espiritualidad es intencionalmente elaborada por los creadores de la animación, que se inspiraron en las tradiciones sintoístas, daoístas, budistas e hindúes mientras construían el mundo de los “Avatares”.

En algunos puntos, la religiosidad afecta abiertamente la línea argumental de “Avatar”. En los últimos episodios de la primera temporada, el motivo del yin-yang, representado en “Avatar” por dos peces koi que lo rodean, repercute directamente en la batalla de la Tribu del Agua del Norte. El pez yin koi es asesinado por la Nación del Fuego, destruyendo el espíritu de la luna y menguando la vida de la Tribu del Agua. Mientras que esto puede sonar como cualquier argumento de fantasía en cualquier programa infantil, en realidad está directamente sacado de la espiritualidad Daoísta.

En el Tao Te Ching (DaoDejing), Lao Tse (Lao Zi) describe el aspecto yin, la íntima conexión entre la luna, el agua y la receptividad. Este aspecto yin se refleja en el aspecto yang, que representa la acción, la tierra y el sol. El círculo simboliza la conexión de ambos. En “Avatar”, la Nación del Fuego cometió un grave error cuando destruyó el pez yin koi y el espíritu yin; el yin y el yang sólo existen en relación, como un todo mutuo. Sin uno, el otro no puede existir. Aang no solo está peleando una guerra contra la Nación del Fuego; está peleando para restaurar el balance espiritual en el mundo.

En otro momento de los últimos episodios de la segunda temporada, “Avatar” se basa en conceptos hindúes, daoístas y budistas, ya que Aang intenta entender la no-dualidad: la noción de que la división entre cuerpo y alma, entre aire y fuego, son todas arbitrarias e ilusorias. En este episodio, Aang se sienta en la cima de una montaña y trata de comprender complejos conceptos religiosos. Solo entendiendo la no-dualidad puede Aang acceder a todo su poder, necesario para derrotar al Señor del Fuego y extinguir la injusticia.

Son esos momentos de reflexión espiritual, que pueden ser algo complejos, lo que hace a “Avatar” único. El programa argumenta que la justicia no puede alcanzarse sin atender también el desequilibrio espiritual. En lenguaje jesuita, aboga por la cura personalis, el cuidado de la persona en su totalidad, cuerpo y alma, espíritu y mente. Justicia para el cuerpo, paz para el alma. Esto es lo que hace a “Avatar” único. Explicó a una generación de espectadores que hacer justicia puede ser una práctica profundamente religiosa. Aang solo podrá vencer la injusticia si examina su dimensión espiritual.

Pero aquí está la sorpresa: eso va para nosotros también. El racismo y la injusticia no pueden ser erradicados sin cambios profundos y duraderos en el corazón, sin compasión radical por el otro. El Dr. Martin Luther King Jr. citó al profeta Amos cuando nos exigió a cada uno de nosotros “que la justicia fluya como el agua, y la virtud como un río poderoso”. Mientras abogamos por el fin de la desigualdad, “Avatar” seguirá siendo relevante e instructivo, no sólo para discernir cómo actuar sino para encontrar el equilibrio en nuestras acciones. El yin y el yang.

Fuente:

Artículo “The deep spirituality of Avatar: The Last Airbender” de Maeve Orlowski-Scherer publicado en America Magazine. Traducción libre de Buena Voz Noticias.

 

Puntuación: 5 / Votos: 2

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Un pensamiento en “Lo espiritual, clave en “Avatar: El último maestro aire”

  • 31 julio, 2020 al 8:35 pm
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    me encanta este dibujo hace años atras y me a gustado mucho , este tipo de de animaciones son de gran contenido y no solo eso sino mucho mas otra que toca un tema espiritual y que me encanto es metal alchemist . avatar tambien es muy bueno y estuve emocionado cunado salio la pelicula el problema y el error que se da es que justo se estreno con otra pelicula con el mismo nombre “avatar” causo un impacto negativo tanto que tuvo que cambiarle el nombre en el cine como simplemente : maestro del aire .. saludos

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