La reforma también avanza entre los cardenales: por una Iglesia cercana y que dialoga

5:00 p m| 6 set 19 (VN/RD).- Francisco ha dado un paso más en la visión de una Iglesia cada vez más descentralizada y con la mirada puesta en las periferias y los descartados. Esta vez anunció el nombramiento de 13 nuevos cardenales, e inmediatamente después de revisar la lista, se hace evidente la preferencia por hombres de diócesis fronterizas, más allá de los esquemas y tradiciones establecidas.

Pero el perfil de esa selección no es novedad, es una tendencia que se reafirma con cada consistorio (celebración de creación de cardenales) de Francisco. Se observa una reforma del colegio cardenalicio, eslabón importante en el funcionamiento de la Iglesia, que además tendrá la responsabilidad -en algún momento- de elegir un nuevo líder para los católicos que continúe con esa visión.

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El ángelus llega a su término. Y el Papa se saca de la manga -casi literalmente- un pequeño papelito. Tiene los nombres escritos a mano. Son los nombres de la Iglesia del futuro. No porque sean “millennials”, sino porque de sus canas depende el nombre de aquel que en algún momento tomará el timón de la barca de Pedro. Francisco lo sabe. Por eso uno de los secretos mejor guardados del pontificado es el de los consistorios cardenalicios.

Es Bergoglio personalmente el que piensa y reza cada uno de los candidatos. Pensados y rezados en clave de esa Iglesia en salida -con Evangelii gaudium, Laudato si y Amoris laetitia en su lomo-, en la que lleva trabajando desde hace seis años con un objetivo: que los procesos iniciados y los cambios emprendidos sean irreversibles.

-Los eslabones del cambio

Francisco es consciente de que esta reforma no es suya, sino de toda la Iglesia. El primer eslabón: el colegio cardenalicio. Para darle continuidad. En cada rincón del planeta. Actualmente, el colegio cardenalicio está compuesto por 216 cardenales, de ellos 118 electores y 98 no electores, a los que se sumarán los 13 anunciados -diez electores y tres no electores-. De esta manera, el Papa argentino supera de nuevo esa barrera de los 120 electores marcada por Pablo VI y, a partir del 5 de octubre -fecha del consistorio-, se consolida un colegio cardenalicio con una mayoría creada por Bergoglio.

Y pasa por una Iglesia que será más católica, en tanto que sea más universal. Se ve en este grupo de electores. Solo un italiano, Matteo Zuppi. Pero con denominación de origen y acento bergogliano: la Comunidad de San Egidio. Los demás, cada uno de una punta. Periféricos en lo geográfico, en lo intelectual o en su misión. Porque Yakarta, La Habana, Kinshasa, Huehuetenango -destinos de los nuevos purpurados no europeos- remiten a capitales de misión que hablan por sí solos, mientras otras ciudades cardenalicias por tradición histórica se quedan una vez más huérfanas.

-La birreta de los migrantes

Los europeos también tienen lo suyo. Porque apostar por el portugués José Tolentino -archivista y bibliotecario vaticano- es hacerlo por un teólogo poeta, o un poeta teólogo que sabe de la espiritualidad de la vida, que ejerce la cultura de frontera.

Porque vestir de púrpura al jesuita checo Michael Czerny supone entregarles un capelo a los migrantes y refugiados. Pero también a un colaborador discreto y eficaz, con el que ha tenido un gesto histórico e inédito: un “ascenso” directo de cura a papable. Porque el también jesuita luxemburgués Jean-Claude Hollerich se presenta como un firme defensor de esa Europa de los pueblos, de puertas abiertas.

Y también apunta a la Iglesia española. Implícito o explícito. Pero directo, directísimo. ¿Que Francisco no quiere a España porque no viene? Busquen en todos y cada uno de sus consistorios y verán a un español en la lista. Y eso no lo puede decir casi ningún país del planeta.

Además, quien quiera saber qué tiene qué hacer o qué no hacer un prelado para vestirse de púrpura, que les haga un traje de arriba abajo a los nuevos del ilustre colegio. Quien desee saber hacia dónde caminar el Pueblo de Dios en esta tierra, que siga los pasos de estos pastores nuevamente reconocidos. Y tendrá una respuesta más que contundente. Dos cardenales misioneros. Y religiosos.

-Impulso a la vida religiosa

Cuando algún que otro obispo sigue mirando de reojo -o directamente por encima del hombro- a congregaciones de solera y eficacia probada por su trayectoria histórica, el Papa entrega dos birretas a combonianos y salesianos. Purpurados, por tanto, de lo social. Y de periferia.

Ayuso, porque se ha pasado media vida entregado a la causa del diálogo interreligioso como fontanero vaticano. Desconocido hasta hace tres telediarios en la esfera eclesial española, cuando el Papa le reconoció haber sido un “currante” discreto en los últimos años de vida del no menos trabajador Tauran.

Y Cristóbal López, el arzobispo de Rabat, con un año y medio de recorrido al frente de la diócesis marroquí a la que conoce como pocos, tras inculturarse durante ocho años en el país africano. Pero, sobre todo, con el aval de haber pastoreado la provincia salesiana española de María Auxiliadora.

 

Los nuevos cardenales destacan su deseo de trabajar con el Papa para “sanar las enfermedades del mundo”

¿Cómo han reaccionado estos nuevos candidatos a la púrpura, que serán investidos en un consistorio el próximo 5 de octubre?

-Miguel Ángel Ayuso Guixot – Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

“Agradezco al papa Francisco que continúe este despertar de un diálogo interreligioso e intercultural que se ha abierto en la Iglesia con gran intensidad desde el comienzo del pontificado en continuidad con los pontífices anteriores”, dijo Ayuso en declaraciones a Vatican News.

Francisco, añadió, quiere que el mensaje de la Iglesia llegue “al corazón de la humanidad, del ser humano, a favor de su dignidad y de un mundo que pueda vivir en un espíritu como el que ya se manifestó a través de la Declaración de Abu Dhabi: un nuevo mundo donde la fraternidad, la paz y la convivencia común puedan reinar. Este es el gran desafío de la humanidad”. Por último, Ayuso señaló que piensa seguir, junto con el Papa, tratando “de ayudar a sanar las enfermedades del mundo”.

“Creemos que este bálsamo de una mayor hermandad, de una cultura de inclusión, de una cultura de diálogo a favor de una paz que falta en tantos lugares del mundo es fundamental y puede abrir el camino a la convivencia común, por que todos podamos sentirnos, en la humanidad, hermanos y hermanas”.

-Jean-Claude Höllerich – Arzobispo de Luxemburgo y presidente de los obispos europeos

“Después de asistir a la misa dominical, descubrí una gran cantidad de mensajes de felicitación en mi teléfono. Me preguntaba por qué me felicitaban. Fue solo después de unos minutos que me di cuenta de que el Papa acababa de nombrarme cardenal”, reveló Höllerich a Le Quotidien. “Dado el gran número de cardenales europeos (ndr: 100 de 215 en activo a finales de agosto), no habría pensado que un país tan pequeño como Luxemburgo podría obtener una posición de cardenal”, prosiguió.

El Papa, añadió, “es consciente de mi aprecio por su trabajo. También estamos muy unidos porque compartimos la misma visión de una Iglesia que quiere estar cerca de las personas, comprometida con los derechos humanos y el clima”.

“De ahora en adelante, pasaré la mitad de mi tiempo en el extranjero”, avisó, añadiendo que de aquí en adelante confiará mucho trabajo en la diócesis al hombre que fue nombrado auxiliar de Luxemburgo en julio, Leo Wagener. Y en cuanto a su próximo reto después del consistorio de octubre, precisó que “estaré presente en Bruselas en noviembre para reunirme con funcionarios electos y líderes europeos”. “Esto no es lobby católico, pero será una oportunidad para aprender y compartir”, afirmó.

-Matteo Zuppi – Arzobispo de Boloña

“No sabía nada de esto, estaba celebrando la misa aquí en Lourdes”, dijo por su parte el arzobispo de Boloña. “El Evangelio de hoy me vino de inmediato a la mente: El que se exalte a sí mismo será humillado y el que se humille a sí mismo será exaltado”, dijo en declaraciones recogidas por Vatican News. “Estoy agradecido del papa Francisco por pensar en mí y lo considero una invitación a orar y trabajar aún más por la unidad de la Iglesia”.

En más declaraciones recogidas por Faro di Roma, Zuppi añadió: “El cardenal es rojo porque debe testificar hasta la sangre. Esperamos ser buenos testigos del Evangelio… Siempre debemos tratar de ser los últimos en el amor y siempre ponernos al servicio de los demás”.

-Michael Louis Fitzgerald – Arzobispo Emérito de Nepte (Tunisia), Presidente Emérito del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

En comentarios recogidos por The Tablet, Fitzgerald dio las gracias a “todos esos católicos y otros cristianos y personas de diferentes religiones que me han ayudado a servir en el campo de las relaciones interreligiosas”. “Les pido que recen por mí, para que pueda continuar dando este servicio generosamente y con alegría”, puntualizó.

-Fridolin Ambongo Besungu – Arzobispo de Kinshasa

También hablando con Vatican News, calificó el ser nombrado cardenal de reconocimiento “por el trabajo que hemos hecho para dar un poco de voz a nuestro sufrido pueblo, para decir que el camino que hemos elegido es el correcto y que debemos seguir dando esperanza al pueblo” de la República Democrática del Congo.

-Michael Czerny – Subsecretario de la Sección de Migrantes, Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral

Desde Brasil, donde se encuentra participando de un encuentro con representantes de los movimientos populares latinoamericanos en la Escuela Nacional Forestan Fernandes del Movimiento Sin Tierra, y preparando junto a ellos su contribución al próximo sínodo, el único sacerdote -no obispo- en ser elevado a la púrpura en esta ocasión dijo a Vatican News: “Agradezco a Dios y al Papa Francisco por esta nueva misión, este nuevo servicio y este gran honor. Agradezco a Dios por su Providencia y por su infinita misericordia”.

-Álvaro Ramazzini, obispo de Huehuetenango (Guatemala)

“No se trata de que ahora yo me siento superior, porque soy cardenal”, dijo a Vatican News. Insistió que el hecho de ser nombrado cardenal no significa salario u otros privilegios. “Ustedes me dan bastante para vivir. La riqueza mía hermanos y hermanas son ustedes. Esa es mi riqueza, no necesito más. Con tener un lugar donde dormir, con tener un lugar donde comer, estar en un lugar donde lo necesario no me falte”.

Explicó que en su nuevo cargo piensa seguir haciendo lo mismo que hasta ahora: es decir, seguir haciendo opción “por la justicia, por la verdad, la libertad y por la solidaridad y si no estás dispuesto a eso sacerdote, si no estás dispuesto a eso obispo, allí si, como decía el cantante: toma tus maletas y ándate donde puedas ser feliz”. “Recen por mí, que yo sea un pastor fiel que no los traicione a ustedes, que no traicione a los hermanos sacerdotes, que no traicione a las personas vida consagrada. Que caminemos juntos”, zanjó el neo cardenal guatemalteco.

 

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Fuentes:

Revista Vida Nueva / Religión Digital / Vatican News

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