Francisco: “Me preocupa que papel de la mujer sea más de servidumbre que de servicio”

7:00 p m| 5 mar 18 (VN).- “Me preocupa que en la propia Iglesia, el papel de servicio al que todo cristiano está llamado se deslice, en el caso de la mujer, algunas veces, hacia papeles más bien de servidumbre que de verdadero servicio”. Palabra de Francisco. De esta manera se expresa el Pontífice en el prólogo de “Diez cosas que el papa Francisco propone a las mujeres”, de María Teresa Compte Grau.

La directora del Máster de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Salamanca trata en su nuevo libro de “profundizar más en la figura de la mujer en la Iglesia”, como ha pedido en no pocas ocasiones Jorge Mario Bergoglio en estos primeros cinco años de pontificado. Y es que “hay que liberar a la mujer de la mirada de sospecha”, subraya Compte.

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Sin embargo, no hace referencia el Papa en este prólogo exclusivamente al papel de la mujer en la Iglesia, sino también en la sociedad. También muestra su preocupación porque “siga persistiendo cierta mentalidad machista, incluso en las sociedades más avanzadas, en las que se consuman actos de violencia contra la mujer, convirtiéndola en objeto de maltrato, de trata y lucro, así como de explotación en la publicidad y en la industria del consumo y de la diversión”.

En el mismo sentido, añade: “Siguiendo el pensamiento de mis antecesores, creo que es necesaria una renovada investigación antropológica que incorpore los nuevos progresos de la ciencia y de las actuales sensibilidades culturales para profundizar más y más no solo en la identidad femenina, sino también en la masculina, para así mejor servir al ser humano en su conjunto. Avanzar en esto es prepararnos para una humanidad nueva y siempre renovada”.

¿Y cómo se vive que el Santo Padre prologue tu libro? “Como un absoluto regalo, como muestra de generosidad y confianza”, explica la socióloga. Desde ese “sentirse regalada”, Compte agradece “el haber podido encontrar motivaciones y convicciones para escribir este libro”. La acción del Papa ya ha sido agradecida por la autora. Sin embargo, el primero en mostrar ese agradecimiento fue el mismo Pontífice: “Querida María Teresa: muchas gracias por tu libro, en el que reflexionas sobre algunas sugerencias mías. Siento que tus palabras son fruto de tu experiencia y reflexión en torno a diversos temas que también se derivan y afectan a la vocación y a la misión de la mujer”, dice Bergoglio.

Por otro lado, Francisco también agradece que no se haya olvidado de la figura de María a la hora de poner negro sobre blanco las Diez cosas que el papa Francisco propone a las mujeres. “Creo que del ser mujer de María emerge algo especial a lo que he llamado “estilo mariano” en mi exhortación apostólica Evangelii Gaudium (n. 288). Un estilo que invita a toda la Iglesia a ser Madre que ama con ternura y cariño a todos. Hombres y mujeres en la Iglesia no han de perder de vista esta perspectiva hoy tan crucial”. Por último, el Papa dice que espera que “estas diez cosas puedan hacer el bien a quien las lea y que el Señor lo multiplique, caminando siempre hacia una mayor sensibilidad y reconocimiento de la misión y vocación de la mujer”.

 

Hablar de ellas contando con ellas

Haciendo balance de estos cinco años de pontificado, Compte reflexiona sobre si la Iglesia ha cambiado su posición con respecto a la mujer. “Si lo que esperamos son cambios radicales de la noche a la mañana no estamos en la perspectiva adecuada”, indica. Y continúa: “Sí es verdad, y se ve en el libro, que el Papa ha abierto algunas puertas”. Pero la tarea de poner en valor a la mujer no solo incumbe al Papa.

“A veces criticamos y juzgamos severamente el papado por verse desde el principio de superioridad. Y ahora no podemos exigirle que ejerza una respuesta personal a la situación de la mujer en la Iglesia”, explica. Y es que “es la Iglesia, en sus distintas manifestaciones institucionales, quien debe asumir esta cuestión”, porque “no se trata de un asunto solo de las mujeres, es de toda la Iglesia”, aunque “no se puede hablar de nosotras sin contar con nosotras como se ha hecho muchas veces”, agrega. Pero sobre todo, lo que debe quedar claro es que la cuestión “no se arregla porque se nombre a una mujer secretaria de un discasterio”.

Tal y como recoge Compte en su introducción, “este tema no puede quedar reducido a aspectos ministeriales de ámbito intraeclesial, por importante que sea la reflexión sobre el diaconado, como tampoco limitarse a la mayor o menor presencia de destacadas mujeres en el quehacer teológico, ni medirse en función del número de mujeres que ocupan unos u otros cargos”. Porque “la cuestión también supera con mucho la eterna pregunta sobre el genio femenino, como si de un misterio insondable se tratase”. Es por ello que la Iglesia “no solo tiene el derecho, sino también el deber de decir una palabra y de ofrecer propuestas de acción sobre estas y otras cuestiones relacionadas con la mujer”.

Y concluye: “Debemos hacerlo desde el Evangelio, desde la vivencia comunitaria de la fe y desde la teología. Y debemos hacerlo en diálogo con el mundo, con las teorías que llevan decenios pensando desde la experiencia y con los movimientos de mujeres. Y esto significa dialogar con los feminismos”.

 

El decálogo femenino de Bergoglio

  1. Elaborar una profunda teología de la mujer.
  2. Poner a María como modelo y madre de la Iglesia.
  3. Ver la maternidad y paternidad como relación de reciprocidad.
  4. Admirar a las mujeres consagradas.
  5. Liberar a las mujeres de las miradas de sospecha.
  6. No ver la emancipación de la mujer como un problema.
  7. Distinguir, no separar.
  8. Inclusión e igualdad frente a la violencia.
  9. Entender la especial sintonía de la mujer con la virtud del cuidado.
  10. Justicia en relación al lugar de la mujer en la Iglesia.

 

Fuente:

Revista Vida Nueva

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