Asamblea del Sínodo orientado a los jóvenes ya tiene Documento Preparatorio

2:00 p m| 20 ene 17 (RD/VA/BV).- Con fecha 13 de enero de 2017, el Vaticano presentó el Documento Preparatorio para la XV Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en octubre del 2018 sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Dicho documento –previo al Documento de Trabajo o Instrumentum laboris que guiará los trabajos sinodales– se dirige a las conferencias episcopales, dicasterios de la Curia, la Unión de Superiores Generales, los Sínodos de los Obispos y los Consejos de los Jerarcas de las Iglesias Orientales Católicas. Lleva anexo un cuestionario para ayudar a dichos organismos a expresar su conocimiento sobre el mundo juvenil.

Además con la finalidad de involucrar también a los mismos jóvenes en el proceso sinodal, pronto el Vaticano pondrá en línea un sitio web para consultarles a través de un cuestionario acerca de sus expectativas y de sus vidas. Como se dice en el Documento Preparatorio, “el plan de Dios atañe a todos los jóvenes y las jóvenes de nuestro tiempo, y todos, sin exclusión, tienen derecho a ser acompañados”. Por su parte, Francisco invitó a los jóvenes a que se hagan oír para cambiar el mundo, en una carta escrita con motivo de la publicación del mencionado documento.

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El Vaticano reconoce que los jovenes “están aprendiendo a vivir sin Dios y sin Iglesia”

Mea culpa claro y contundente del Papa y del Vaticano por haber fallado a los jóvenes. Con desoladoras consecuencias eclesiales: La juventud “está aprendiendo a vivir sin Dios y sin la Iglesia”. Más aún, a la institución, los jóvenes la ven como anticuada, cerrada y poco cercana. Francisco quiere recuperar a los jóvenes, futuro de la Iglesia, y lanza para ellos la preparación (con encuesta incluida) del próximo Sínodo de los obispos.

La Iglesia católica reconoce que los jóvenes la perciben como una institución poco “atenta” a los problemas sociales y poco “cercana a la gente”, y cree que se les debería dar más “espacio” en todos los ámbitos.

Así lo expresa en el documento preparativo del próximo Sínodo de los Obispos, que se celebrará en octubre de 2018 y cuyo tema será la juventud. “Los jóvenes a menudo nutren desconfianza, indiferencia o indignación hacia las instituciones. Esto se refiere no sólo a la política, sino que afecta cada vez más a las instituciones formativas y a la Iglesia, en su aspecto institucional. La querrían más cercana a la gente, más atenta a los problemas sociales, pero no dan por sentado que esto ocurra de inmediato”, dice el texto.

Hace, no obstante, un alegato en favor de la “innovación social” y destaca como significativo que los jóvenes, que viven “encasillados en el estereotipo de la pasividad y de la inexperiencia”, sean los que precisamente estén proponiendo y practican “alternativas que muestran cómo el mundo o la Iglesia podrían ser”.

Por eso mismo, pide “espacio” para ellos, un espacio que les tienen que dar “en la sociedad o en la comunidad cristiana”. Se les tiene que dejar “experimentar un nuevo modelo de desarrollo”, dice la Iglesia, aunque sea algo complicado en países “en los que la edad de quienes ocupan puestos de responsabilidad es elevada”.

Asegura el documento que los jóvenes no están en contra de la religión, pero que “están aprendiendo a vivir “sin” el Dios presentado por el Evangelio y “sin” la Iglesia”.


Ceremonia de presentación e intervenciones

En la presentación del documento, realizado en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, intervinieron el cardenal Lorenzo Baldisseri y el obispo Fabio Fabene, respectivamente Secretario General y Subsecretario del Sinodo de los Obispos y los jóvenes universitarios Elvis Do Ceu Nicolaia Do Rosario y Federica Ceci.

“Con sus palabras –ha explicado el cardenal Baldisseri- el Papa quiere imprimir una sólida motivación humana y eclesial al próximo Sínodo sobre los jóvenes, comprendidos entre los 16 y los 29 años, convencido de que la edad joven necesita ser adaptada a las diferentes realidades locales como lo demuestra el Documento Preparatorio.

El documento, que se envía a los consejos de los jerarcas de las Iglesias orientales católicas, a las Conferencias Episcopales, a los Dicasterios de la Curia Romana y a la Unión de Superiores Generales, inicia la fase de consulta de todo el Pueblo de Dios, con el objetivo de recoger información sobre la condición de los jóvenes de hoy en los diversos contextos en que viven, para poderla discernir adecuadamente de cara a la elaboración del Instrumentum Laboris. Está en continuidad con el camino que recorre la Iglesia bajo la guía del magisterio de Francisco. La centralidad de la alegría y el amor, a menudo expresada en el texto, recuerda claramente Evangelii Gaudium y Amoris Laetitia.

El documento se divide en tres partes. En la primera se invita a ponerse a la escucha de la realidad. La segunda destaca la importancia del discernimiento a la luz de la fe para tomar decisiones de vida que correspondan realmente a la voluntad de Dios y al bien de la persona. La tercera se centra en la acción pastoral de la comunidad eclesial. La imagen evangélica del ‘discípulo amado’ introduce a las tres partes como una breve presentación del camino.

El primer capítulo, titulado ‘Los jóvenes en el mundo de hoy’, proporciona elementos útiles para contextualizar la situación de los jóvenes en la realidad actual, teniendo en cuenta que el cuadro presentado requiere ser adaptado a las circunstancias específicas de cada región.

El segundo capítulo, centro del documento, se titula ‘Fe, discernimiento, vocación’. Este recorrido se inspira en los tres verbos que ya se utilizan en la Evangelii Gaudium 51: reconocer (lo que sucede en el mundo interior), interpretar (lo que se reconoce) y decidir (como un ejercicio auténtico de la libertad humana y de la responsabilidad personal). Cabe aclarar que el término ‘vocación’ debe entenderse en un sentido amplio y cubre toda la gama de posibilidades para la realización concreta de la propia vida en la alegría del amor y la plenitud que se deriva del don de sí mismo a Dios y a los demás. Se trata de encontrar la forma concreta en que se puede cumplir esta realización plena.

El tercer capítulo, titulado ‘La acción pastoral’, pone de relieve la importancia que tiene para la Iglesia acompañar a los jóvenes a acoger la alegría del Evangelio en un momento como el nuestro marcado por la incertidumbre, la precariedad, la inseguridad.

Los sujetos de la acción pastoral son los mismos jóvenes, sea como protagonistas que como receptores. La Iglesia les pide que la ayuden a identificar las maneras más eficaces para anunciar la Buena Nueva. Los lugares de la acción pastoral son la vida cotidiana, las actividades para los jóvenes, las JMJ, los eventos diocesanos, parroquias, oratorios, universidades, escuelas católicas, voluntariado, actividades sociales, los centros de espiritualidad, las experiencias misioneras, las peregrinaciones, la piedad popular. No falta un toque al ‘mundo digital’, que abre nuevas oportunidades, pero también nuevos peligros. Los instrumentos son los lenguajes (se privilegian los más significativos para los jóvenes), la educación, la oración, el silencio, la contemplación.

El Cuestionario anexo es una parte integral del documento, no un mero apéndice, y también se divide en tres partes. La primera atañe a la recopilación de datos estadísticos. La segunda consiste en las preguntas. La novedad estriba en que a las preguntas generales, propuestas a todos sin distinción (15 en total) se añaden tres preguntas más específicas para cada área geográfica, a las que deben responder sólo los que pertenecen al continente interesado. La tercera parte se refiere a la ‘puesta en común de las prácticas’, según modalidades claramente expuestas. El propósito de esta parte, que es también una novedad, es enriquecer a toda la Iglesia dando a conocer experiencias, a menudo de gran interés, que tiene lugar en diferentes regiones del mundo, para que puedan ser de ayuda para todos.

Los elementos que se desprenderán de las respuestas serán utilizadas para la redacción del Instrumentum laboris, documento entregado a los padres sinodales antes de la Asamblea”, concluyó el purpurado.

Por su parte el obispo Fabio Fabene ilustró las iniciativas programadas por la Secretaría General del Sínodo para acompañar y sostener la profundización del Documento Preparatorio en las Iglesias particulares de los cinco continentes.

“En primer lugar –observó- es importante involucrar a los jóvenes en la etapa de preparación de la Asamblea sinodal porque el próximo Sínodo no quiere solamente interrogarse sobre como acompañar a los jóvenes en el discernimiento de su elección de vida a la luz del Evangelio, sino que también quiere escuchar los deseos, los proyectos y los sueños de los jóvenes para sus vidas, así como las dificultades que encuentran para realizar su proyecto al servicio de una sociedad en la que quieren ser protagonistas activos.

En este contexto la Secretaría General del Sínodo configurará un sitio web para consultar a los jóvenes a través de un cuestionario acerca de sus expectativas y de sus vidas. Las preguntas abarcarán a todos los jóvenes, porque, como se dice en el Documento Preparatorio, el plan de Dios atañe a todos los jóvenes y las jóvenes de nuestro tiempo, y todos, sin exclusión, tienne derecho a ser acompañados. Las respuestas al cuestionario serán la base para la preparación del Instrumentum Laboris, junto con las contribuciones que vendrán de los organismos interesados. A través de la página web los jóvenes podrán seguir también las distintas etapas de preparación del Sínodo, las intervenciones del Papa sobre los jóvenes y compartirán reflexiones y experiencias sobre el tema del Sínodo.

En los días que preceden al Domingo de Ramos, del 5 al 8 de abril, la Secretaría General participará en el Encuentro Internacional sobre el tema ‘De Cracovia a Panamá. El Sínodo en camino con los jóvenes’, organizado, como es habitual en el período comprendido entre una JMJ y la otra, por el dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

En esa ocasión, se presentará a los responsables de la pastoral juvenil de las conferencias episcopales el Documento Preparatorio y la dinámica de la consulta en las Iglesias particulares. En la noche del viernes 7 de abril habrá en la Sala Sinopoli del ‘Parque de la Música de Roma’ un concierto del GEN Rojo y Verde al que están invitados todos los jóvenes y donde intervendrán jóvenes de diferentes partes del mundo. El lugar elegido no es casual: quiere ser un ‘puente’ de diálogo entre los jóvenes creyentes con todos sus coetáneos. El sábado 8 de abril, habrá una vigilia de oración en la basílica de Santa María la Mayor en preparación para la misa de la JMJ, que este año se celebra en ámbito diocesano. La basílica liberiana ha sido elegida para poner de relieve la connotación mariana del camino hacia la JMJ de Panamá de 2019, como se desprende de los temas propuestos para los próximos tres años por el dicasterio competente.

En conformidad con la primera parte del Documento Preparatorio del Sínodo: ‘Los jóvenes en el mundo de hoy’, también se quiere promover una reflexión sobre la realidad de la juventud en el mundo contemporáneo. Para ello está previsto en el mes de septiembre, un Seminario de Estudios, al que están invitados especialistas de diversos países, abierto, no obstante, a todos los que deseen participar”, concluyó Fabene.

Al final tomaron la palabra los universitarios Elvis Do Ceu, de Cabo Verde y la italiana Federica Ceci, ambos de la parroquia Santo Tomás Moro que en su territorio, como explicó Ceci, comprende también la Universidad de La Sapienza, la más grande de Europa, un dato que favorece la participación en la vida parroquial de un gran número de jóvenes: no solo los estudiantes universitarios, muchos de ellos extranjeros, sino también muchos trabajadores jóvenes que frecuentan ese ambiente.

“En el momento de la entrega a todas las Iglesias del mundo del Documento Preparatorio del próximo Sínodo estamos convencidos –dijeron- de que los obispos se pondrán a la escucha de los jóvenes de sus diócesis, incluso de los que viven más lejos del mundo eclesial, pero que desean fervientemente atención y respuestas que den sentido. Estamos seguros de que sabrán ‘perder el tiempo’ con nosotros, no sólo para hablar sino también escuchar lo que tenemos que decir, con el objetivo de construir juntos una Iglesia más ‘joven y fresca’ abierta a la discusión y al encuentro.

Además, como jóvenes que experimentamos todos los días en nuestra realidad la belleza y la libertad de ser cristianos, queremos hablar a los corazones de nuestros coetáneos de todo el mundo, instándoles a no cerrarse, sino, por el contrario, a acoger las oportunidades que la Iglesia nos brinda con la próxima Asamblea sinodal.

Por último –concluyeron- queremos hacer un llamado a los medios de comunicación para pedirles que dediquen más espacio a los jóvenes, poniendo de relieve los muchos aspectos positivos y no sólo los elementos de debilidad y turbulencia. ¡Ayudadnos también vosotros con los instrumentos de que disponéis a convertirnos no solamente en los protagonistas de un futuro aún por venir, sino también y sobre todo de un presente que nos llama ya hoy a construir la civilización del amor!”.


Carta del Papa Francisco

Queridos jóvenes:

Tengo el agrado de anunciarles que en el mes de octubre del 2018 se celebrará el Sínodo de los Obispos sobre el tema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. He querido que ustedes ocupen el centro de la atención porque los llevo en el corazón. Precisamente hoy se presenta el Documento Preparatorio, que les ofrezco como una “guía” para este camino.

Me vienen a la memoria las palabras que Dios dirigió a Abrahán: “Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré” (Gen 12,1). Estas palabras están dirigidas hoy también a ustedes: son las palabras de un Padre que los invita a “salir” para lanzarse hacia un futuro no conocido pero prometedor de seguras realizaciones, a cuyo encuentro Él mismo los acompaña. Los invito a escuchar la voz de Dios que resuena en el corazón de cada uno a través del soplo vital del Espíritu Santo.

Cuando Dios le dice a Abrahán “Vete”, ¿qué quería decirle? Ciertamente no le pedía huir los suyos o del mundo. Su invitación fue una fuerte provocación para que dejase todo y se encaminase hacia una tierra nueva. Dicha tierra, ¿no es acaso para ustedes aquella sociedad más justa y fraterna que desean profundamente y que quieren construir hasta las periferias del mundo?

Sin embargo, hoy, la expresión “Vete” asume un significado diverso: el de la prevaricación, de la injusticia y de la guerra. Muchos jóvenes entre ustedes están sometidos al chantaje de la violencia y se ven obligados a huir de la tierra natal. El grito de ellos sube a Dios, como el de Israel esclavo de la opresión del Faraón (cfr. Es 2, 23).

Deseo también recordarles las palabras que Jesús dijo un día a los discípulos que le preguntaban: “Rabbí […] ¿dónde vives?”. Él les respondió: “Venid y lo veréis” (Jn 1,38). También a ustedes Jesús dirige su mirada y los invita a ir hacia Él. ¿Han encontrado esta mirada, queridos jóvenes? ¿Han escuchado esta voz? ¿Han sentido este impulso a ponerse en camino? Estoy seguro que, si bien el ruido y el aturdimiento parecen reinar en el mundo, esta llamada continua a resonar en el corazón da cada uno para abrirlo a la alegría plena. Esto será posible en la medida en que, a través del acompañamiento de guías expertos, sabrán emprender un itinerario de discernimiento para descubrir el proyecto de Dios en la propia vida. Incluso cuando el camino se encuentre marcado por la precariedad y la caída, Dios, que es rico en misericordia, tenderá su mano para levantarlos.

En Cracovia, durante la apertura de la última Jornada Mundial de la Juventud, les pregunté varias veces: “Las cosas, ¿se pueden cambiar?”. Y ustedes exclamaron juntos a gran voz “¡sí”. Esa es una respuesta que nace de un corazón joven que no soporta la injusticia y no puede doblegarse a la cultura del descarte, ni ceder ante la globalización de la indiferencia. ¡Escuchen ese grito que viene de lo más íntimo! También cuando adviertan, como el profeta Jeremías, la inexperiencia propia de la joven edad, Dios los estimula a ir donde Él los envía: “No les tengas miedo, que contigo estoy para salvarte” (Jer 1,8).

Un mundo mejor se construye también gracias a ustedes, que siempre desean cambiar y ser generosos. No tengan miedo de escuchar al Espíritu que les sugiere opciones audaces, no pierdan tiempo cuando la conciencia les pida arriesgar para seguir al Maestro. También la Iglesia desea ponerse a la escucha de la voz, de la sensibilidad, de la fe de cada uno; así como también de las dudas y las críticas. Hagan sentir a todos el grito de ustedes, déjenlo resonar en las comunidades y háganlo llegar a los pastores. San Benito recomendaba a los abades consultar también a los jóvenes antes de cada decisión importante, porque “muchas veces el Señor revela al más joven lo que es mejor” (Regla de San Benito III, 3).

Así, también a través del camino de este Sínodo, yo y mis hermanos Obispos queremos contribuir cada vez más a vuestro gozo (cfr. 2 Cor 1,24). Los proteja María de Nazaret, una joven como ustedes a quien Dios ha dirigido su mirada amorosa, para que los tome de la mano y los guíe a la alegría de un ¡heme aquí! pleno y generoso (cfr. Lc 1,38).

Con paternal afecto,

Francisco


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Fuentes:

Religión Digital / Oficina de Prensa de la Santa Sede / Vida Nueva

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