Cardenal Tagle: Sobre el cambio climático, la cultura del encuentro y el factor Francisco

3:00 p m| 2 oct 15 (NCR/BV).- El cardenal filipino Luis Antonio Tagle, arzobispo de Manila, fue entrevistado por el National Catholic Reporter un día después que el Papa ofreció un fuerte discurso ante más de 150 líderes mundiales de la Asamblea General en las Naciones Unidas. Tagle, Presidente de Caritas Internationalis, permaneció en la ciudad de Nueva York con el fin de coordinar un encuentro de alto nivel sobre cambio climático. En la entrevista Tagle comentó las nociones que viene impulsando Francisco respecto al cuidado de la creación y la cultura del encuentro, y formuló sus expectativas de cara a la próxima conferencia COP21. Con frecuencia utilizó el contexto de su tierra natal para ejemplificar sus argumentos.

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NCR: El Presidente Obama describió que las “palabras y acciones” del Papa han “sacudido nuestra complacencia”, especialmente al recordarnos la “obligación sagrada” de proteger el planeta. ¿Cómo responde a los críticos que creen que Francisco debe mantenerse al margen de la ciencia y la cuestión del cambio climático?

Cardenal Tagle: Francisco no es el único que ha sido criticado por mencionar la sagrada obligación de proteger el planeta, y específicamente por la lucha contra el cambio climático. Incluso en nuestra parte del mundo, siempre que la gente de la iglesia menciona el cambio climático se lleva una gran cantidad de críticas. Pero si leemos cuidadosamente Laudato Si y otros pronunciamientos de las conferencias episcopales, especialmente en los que citó a Laudato Si, no hay pretensión alguna de la gente de la iglesia y otros grupos de fe en términos de hacer estas declaraciones desde una perspectiva científica. No estamos afirmando tener experiencia científica en esta área. Está muy claro que el Santo Padre invita a los científicos, empresarios y todas las personas de buena voluntad a discutir e incluso a debatir sobre los cambios en el clima. Nuestros puntos de vista, y creo que la visión del Papa, son desde una perspectiva pastoral y existencial. Por ejemplo, yo puedo hablar de la experiencia de Filipinas. Hemos estado recibiendo unos tifones con intensidades que no hemos visto antes. No podemos explicarlos científicamente, pero cuando pasan podemos ver sus efectos. Hemos visto también cómo los pobres son los más vulnerables cuando suceden estas cosas. Así que no abordamos la cuestión desde un enfoque científico o pseudocientífico, sino desde una perspectiva existencial y pastoral. Y desde ese punto de vista creo que tenemos todo el derecho de participar en la discusión.

El Santo Padre y la Iglesia parecen estar de acuerdo con la preponderancia del consenso científico y la data sobre el cambio climático. ¿No es verdad?

Es verdad porque la Iglesia también consulta a algunos científicos. La fe y la razón se unen y la fe escucha a la razón. De hecho, el Santo Padre ha dicho que los mejores estudios y resultados científicos nos pueden llevar a la voz de Dios, la voz de la Tierra y la voz de los pobres. Así que los estudios basados ​​en la investigación pueden ayudar a la Iglesia en su discernimiento.

En su discurso de las Naciones Unidas, Francisco declaró que “existe un verdadero derecho del medioambiente” ¿Podría explicar más lo que esto significa?

Tuve la oportunidad de leer el texto del discurso del Santo Padre, y sí, existe el “derecho del medioambiente”. En ese momento Francisco no tenía mucho tiempo para desarrollar el tema pero la forma en que yo lo interpreto, y espero no pecar de presuntuoso en la interpretación de las opiniones del Santo Padre, es que es parte de la ecología integral. Para él, el medioambiente no es sólo criaturas animadas e inanimadas; en ese conjunto también están incluídos los seres humanos, y cualquier impacto en el medioambiente también impacta en nosotros. No hay disociación. Y lo que los seres humanos hacen con sus vidas y las decisiones que toman sin duda afectará al medioambiente. Así que en ese sentido, es lo que podríamos llamar “una comprensión ampliada de los derechos”, el derecho del medioambiente, precisamente porque los seres humanos tienen la obligación de preservar sus vidas siendo respetuosos de la creación.

Así pude ver cómo el Santo Padre reflexiona sobre toda la creación mediante el uso de la terminología de los derechos. Está diciendo que la creación tiene su propia lógica interna que se basa en el plan del Creador. Así que tenemos la responsabilidad de nutrir la creación, a respetar lo que la creación está destinada a ser, cuidar de la creación y evitar el tipo de dominación que la destruye. Y así, en ese sentido el medioambiente tiene un derecho y cuando violamos ese derecho, las primeras víctimas son los seres humanos.

Francisco está conectando directamente el cuidado de nuestro hogar (el planeta) a tantas otras cuestiones como la inmigración, el cuidado de los ancianos, la eliminación de la pena de muerte, el cuidado de los pobres, los no nacidos y así sucesivamente. La conexión parece desarrollar una “ética coherente de la solidaridad”. ¿Es eso una observación exacta de lo que está pasando?

Sí definitivamente. Esta ética coherente de la solidaridad es otra manera de describir lo que Francisco llama una “ecología integral” y nuestra “conversión ecológica”, para ver que todos los elementos de la creación están conectados entre sí. Y nuestra actitud hacia uno afecta nuestra actitud hacia el otro. Y así nuestro mal uso de la creación se manifiesta generalmente en la pobreza a la que otras personas son sometidas.

A primera vista podríamos no hacer la conexión. Por ejemplo, en Filipinas, en la Arquidiócesis de Manila, tenemos grupos de comunidades muy pobres, migrantes informales, que no tienen tierra propia, y el empleo es escaso y la gente vive en la pobreza extrema. Muchos de ellos viven en medio de la basura, de lo que tira la gente que tiene recursos e incluso lo que tiran los que son menos pobres.

Tuve la oportunidad de hablar con una familia, tres generaciones de ellos viven en la basura. ¿Qué les podría impedir pensar que son basura? Por eso necesitamos una nueva forma de solidaridad que requiere esta revisión de nuestro estilo de vida. Cómo utilizamos los bienes de la creación, sin duda tendrá un impacto en los que están privados de acceso a todo eso. Y lo que es en realidad una ética coherente de la solidaridad que requiere una conversión y una revisión y transformación de la conciencia de los individuos, de las comunidades e incluso de las naciones.

Francisco está creando una cultura de encuentro y de diálogo. Sobre el tema del cambio climático, ¿qué consejo puede ofrecer para aquellos que tratan de recurrir al “encuentro y al diálogo” con católicos y no católicos, que niegan que los humanos son una de las causas del cambio climático y no ven ninguna urgencia para hacer frente a ello?

En primer lugar no hay sustituto para el encuentro personal. Sería bueno que lleguen a las personas, las comunidades, que son trabajadores, que tienen sueños para ellos y sus familias, pero que no tienen acceso a los bienes de la tierra… tener ese contacto con la gente de alguna manera nos hace una pausa y pensar. ¿Qué pasa con los bienes de la tierra? ¿Por qué están llegando a algunos y no alcanzan a otros? Creo que hay un poder que viene de ese contacto personal. Pero tenemos que ir a ellos con una mente abierta. Y ser capaz de hacernos preguntas dolorosas: Yo tengo lo suficiente ¿por qué ellos no?… ¿Por qué puedo tomar una buena ducha y dar por sentado que cuando llegue a casa habrá agua y otros no tienen ni una gota? Hay que empezar a hacernos esas preguntas que surgen de los encuentros vividos con la gente.

La segunda cosa es que si no tenemos la oportunidad (para encuentros personales), tenemos la comunicación social, contamos con los medios de comunicación y tenemos informes instantáneos de lo que está sucediendo en muchas partes del mundo. Si tan solo nos dejamos conmover por esas imágenes, entonces creo que veríamos.

A nosotros nos llegan de 20 a 22 tifones al año en las Filipinas. Nunca te acostumbras a eso. Cada vez que un tifón viene hay que prepararse, pero nunca es suficiente. Con el último tifón que llegó, los agricultores de la zona norte del país perdieron toda su producción. Tomará un año más para ellos recuperar ese dinero -no es sólo la pérdida de los productos agrícolas, hay que imaginar el impacto en su familia. ¿Cuántos niños no tendrán suficiente dinero para poder ir a la escuela? ¿Cuántas personas perdieron sus hogares? Y entonces aquí estamos.

Una mujer, que vive en un barrio pobre, donde celebro la Misa de Nochebuena, después de la misa, me dijo, “Mucha gente recita el Padre Nuestro de memoria. No los culpo porque saben que cuando lleguen a casa no les faltará pan. Pero para nosotros”, dijo,”tenemos que rezar la oración del Señor por fe, como una lucha de la fe, ya que no estamos seguros si habrá pan para mañana, nisiquiera para hoy”. Ella dijo: “Es una lucha para nosotros llamar “Padre” a Dios, pero tenemos que hacerlo”. Escuchas algo así, luego vas a casa y encuentras pan duro, porque siempre compras pan de modo que sobra. Hay mucho pan. Tal vez la respuesta está en cada uno. Es así que vivir la experiencia es lo que eventualmente puede convertirnos, si nos dejamos convertir.

La Madre Teresa solía decir, “ven y mira, ven a Calcuta y observa a los pobres, mira nuestro trabajo de encuentro”.

Sí, sí, venir y ver. He llevado a algunos jóvenes de familias de clase media y media-baja a celebrar sus cumpleaños en un hogar para niños con discapacidades. Wow. Ese contacto con los niños con discapacidades, algunos padres me dijeron que había cambiado a sus hijos. Cuando sus cumpleaños se acercan, me dicen: “¿Podemos celebrar con los niños del hogar (para niños con discapacidades)? No necesitamos una fiesta lujosa” ¿Podemos estar con ellos, darles un poco de alegría? Así, con el poder del encuentro, es posible.

El intercambio de ideas no terminará, pero probablemente tome un curso diferente si la gente solo va y se acerca a las personas que no tienen el pan de cada día.

¿Puede el concepto teológico de “juicio prudente” ser usado para negar el abrumador consenso científico y los datos que indican que los humanos son un importante contribuyente al cambio climático que está afectando a nuestro hogar en común?

Bueno, es un concepto teológico. Cumple su propósito, porque la vida no es blanco y negro. Hay situaciones en las que se desea dejar claro juicio, bien definido, pero hay algunas circunstancias que hacen que sea difícil. Hay algunas circunstancias en las que se recurre a la prudencia para tomar decisiones en base al mejor juicio moral. Es un acto muy personal y no quiero juzgar a las personas que apelan al juicio prudente. Aún está siendo utilizado y tiene su utilidad. Pero tal vez hay algunas situaciones en las que sólo tenemos que hacer juicios proféticos y radicales. No quiero imponerlo a la gente, sino que dejo que haga discernimiento. Hay momentos en los que tal vez se nos pide ser proféticos. Una vez más, no quiero imponerlo, pero espero que la gente no se cierre a esa opción. Hay juicio prudente, pero también hay un momento en que pudiéramos ser llamados a ser testigos radicales y proféticos por nuestras acciones. Esto probablemente vendrá del encuentro.

Cuando el Santo Padre visitó Filipinas en enero pasado el momento cumbre fue tal vez la visita a Tacloban, que fue destruida por un tifón. Los habitantes de Tacloban esperaban esto. Era una especie de milagro [que el Papa los visite] después de esa experiencia desgarradora. Pero el día en que el Papa iba a ir, un tifón llegó y todos los preparativos fueron destruidos. Oré, “Señor, hay 365 días al año, ¿por qué elegir este día? Cuando el Papa iba a dirigirse a [Tacloban] ahora ni siquiera estamos seguros de si se nos permitiría volar”. Las cosas no estaban bien. Los pilotos dijeron que podíamos ir, pero debemos salir más temprano. Pero Dios teníauna mejor historia que contar.

El Santo Padre vio por sí mismo lo que un tifón hace a una comunidad y vio su capacidad de recuperación. Todos los preparativos habían sido eliminados, pero la gente estaba allí. Y cuando estábamos regresando a Manila, el Santo Padre dijo: “Tal vez Dios envió este tifón para que pueda experimentar lo que le toca a la gente”. Y yo le respondí en tono de broma: “Este es un tifón normal, a sólo 17 km por hora. ¡Usted debe venir cuando tenemos uno de 250!”. Él dijo: “Ahora sé. Ya sé lo que le toca pasar a la gente”. Pero también vio que hay esperanza porque aún con todos los inconvenientes climáticos la gente se quedó allí durante horas bajo la lluvia. Y así ese encuentro te hace más compasivo y te hace ver la fuerza del espíritu humano.

Hay un movimiento global para dejar de invertir en compañías de combustibles fósiles, incluyendo un esfuerzo llamado Divest Invest que ha afiliado a 2040 individuos y 436 instituciones en 43 países que representan cerca de $ 2,6 billones en activos. Algunas iglesias, colegios y universidades se están deshaciendo de las inversiones en combustibles fósiles. ¿Recomienda que todas las organizaciones católicas del mundo se despojen de las inversiones en combustibles fósiles?

Puedo hablar, por ejemplo, de nuestra experiencia en Filipinas. Sobre lo que conversamos hace un momento, el juicio prudente es un enfoque válido, y hay momentos en que los juicios proféticos son necesarios. En Filipinas algunas de las iglesias, diócesis y otras organizaciones han tomado esa decisión (de desinversión) debido a causas relacionadas con el clima, al trabajo humano, con la preservación de la integridad de la creación, y con la integridad de la vida humana y con decisiones y acciones que pensaban se debían hacer en ese momento. Han trasladado sus inversiones de una empresa a otra empresa, lejos de las corporaciones que ellos piensan que no están acorde a sus causas. Y así, eso es lo que yo he visto que ya ocurre en las Filipinas. Una vez más, sin imponer, y ya se ha experimentado desinversión en Filipinas.

En medio de los discursos de Francisco en Washington y Nueva York sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para hacer frente al cambio climático, los presidentes de los dos países con mayor cantidad de emisiones, el presidente estadounidense Barack Obama y el presidente chino, Xi Jinping, anunciaron compromisos adicionales sobre el cambio climático, junto con una “visión común para un ambicioso acuerdo climático global”. ¿Cuál es su reacción ante estos nuevos avances?

He oído hablar de eso, aunque no estuve disponible para seguir los discursos debido a mi horario. Pero si hay conversaciones encaminadas hacia una acuerdo global y de visión común sobre el clima, serán bienvenidas, sobretodo si vienen de Asia. Estaría muy satisfecho si China está involucrada en esto. Esperamos que sus medidas sobre el cambio climático no estén desconectadas de lo que llamamos la “ética coherente de la solidaridad”. Esperamos que este sea un buen comienzo para una visión más amplia de la ecología humana, el respeto por el ser humano.

El visionario y multimillonario empresario norteamericano, Elon Musk, dijo en un discurso esta semana en Berlín que el cambio climático provocará una crisis de refugiados de proporciones catastróficas si no se toman medidas. Dijo: “Hoy, el desafío (de ayudar a los refugiados) es en términos de millones de personas, pero en el futuro, sobre la base del consenso científico, el problema escalará a los cientos de millones de personas, situación mucho más grave” ¿Está de acuerdo con la opinión del Sr. Musk sobre la escalada potencial del problema de los refugiados?

Yo sí le creo. Por ejemplo, en Filipinas, después que cada tifón de grandes magnitudes arrasa con pueblos enteros, experimentamos desplazamiento interno. Así tenemos a los refugiados pasando de una isla a otra y a menudo se trasladan a las grandes áreas metropolitanas. No solo es una catástrofe humana, sino que también vemos otras consecuencias como refugiados llegando a grandes ciudades ya sobrepobladas y cómo acomodar a estas personas con respecto al espacio, la educación, la alimentación, etc. Así que en nuestros refugiados vemos un causante más -y diferente a lo usual-, no lo son debido a conflictos, ni enfrentamientos o falta de empleo, sino por catástrofes climáticas.

En su discurso ante la ONU, Francisco dijo que no es suficiente hacer una lista de objetivos, sino que se necesita hacer una verificación de la implementación. En ese contexto y en el marco de la encíclica del Santo Padre, Laudato Si, ¿cuáles serían los parámetros de éxito para la siguiente Conferencia mundial sobre el clima COP21 a realizarse en París?

Éxito sería en primer término si los jefes de los gobiernos, en cooperación con líderes empresariales, tienen la firme voluntad de implementar políticas que mitiguen los efectos del cambio climático, no sólo rellenar con palabras o retórica, sino demostrar una voluntad política para poner en práctica todo lo propuesto.

Lo otro sería el mecanismo de revisión y seguimiento. En este caso para mí el éxito implica llegar a las bases, que las comunidades locales logren un convencimiento profundo y consciente, un cambio de estilo de vida, para que puedan monitorear cómo se implementa lo que se converse y encamine en la Conferencia de París. Sin la participación de las bases, yo no creo que haya un verdadero éxito. Todas estas cosas tendrían que impregnar la conciencia de los pueblos y el cambio va a suceder allí, y estarán involucrados en la revisión de las políticas económicas y gubernamentales, y podrán decir: “Hey, sus políticas podrían no ser buenas para nosotros”. Así, los modelos de desarrollo propuestos por las empresas, las organizaciones económicas mundiales e incluso por los gobiernos serían analizados por las personas que se ven afectadas por esos modelos de desarrollo. Deben estar involucrados en proponer modelos y hacer seguimiento.

Fuente:

Entrevista de Tom Gallagher. Publicado en el National Catholic Reporter.

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