Francisco y un nuevo periodismo religioso

Papa mediático

6.00 p m| 3 feb 15 (VIDA NUEVA/BV).- El Papa está propiciando, a través de su nueva relación con los periodistas -incluidos los expertos-, un nuevo periodismo de información religiosa del que habla uno de los máximos expertos en la materia, el profesor Esteban Pittaro, cuando explica que Francisco no se limita a contar historias y transmitir declaraciones, sino que, independientemente de la creencia o increencia del receptor de la información, incide en su desarrollo personal y social, y “toca su corazón”.

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En su primer discurso a los periodistas, Francisco hace una clara apuesta por este nuevo periodismo religioso: “Los eventos de la Iglesia tienen una característica de fondo peculiar: responden a una lógica que no es principalmente la de las categorías, por así decirlo, mundanas, y precisamente por esto no son fáciles de interpretar y comunicar a un público amplio y diversificado”. En las intervenciones mediáticas de Francisco (sobre todo en las entrevistas y en las ruedas de prensa de sus viajes), encontramos:

* Un nuevo modo de referirse a sí mismo. Cuando llama a alguien, dice que es el padre Jorge; y cuando se presenta al mundo, lo hace como obispo de Roma. Pide siempre a todo el mundo que rece por él, porque es un pecador. Cuando familia res suyos tuvieron un accidente de tráfico, pidió públicamente por su familia, y mostró su dolor, porque el Papa también tiene una familia.

* Un nuevo modo de hablar de la Iglesia: “Para mí es fundamental la cercanía de la Iglesia. La Iglesia es madre, y ni usted ni yo conocemos a ninguna madre que lo sea por correspondencia. La madre da afecto, toca, besa, ama. Cuando la Iglesia, ocupada en mil cosas, descuida la cercanía, la olvida, y se comunica solo con documentos, es una madre que se comunica con su hijo solo por carta”. De ahí la imagen de la Iglesia que cura, como un inmenso hospital de campaña en un mundo en el que todos tenemos heridas abiertas.

* Un nuevo modo de hablar de la virtud de la pobreza. A su llegada a Brasil, respondió así a un periodista: “El auto que uso aquí es muy similar al que uso en Roma. Sencillo, como el que podría tener un empleado normal. En esto creo que tenemos que dar testimonio de simplicidad, incluso diría de pobreza. Nuestro pueblo exige pobreza a los sacerdotes. Lo exigen en el buen sentido, pide eso. A nuestro pueblo le ofende mucho en el corazón cuando ve que los que estamos consagrados estamos apegados al dinero. Y eso es malo. Y realmente no es bueno que un sacerdote tenga un auto último modelo, de marca”.

* Un nuevo lenguaje sobre Dios. Es el lleno de ternura, pero no una licuadora que hace más digerible la vida. Y un nuevo modo de hablar con Dios. En una de sus entrevistas, dice que habla con Él cuando está adorando al Santísimo, pero también cuando está a la espera de ser recibido por el dentista. Y es que, nos dice, “yo puedo olvidarme de Él, pero Él no puede olvidarse de mí”.

* Una novedosísima manera de denunciar el mal, llamando perversa a la economía de mercado, o desenmascarando a los cómplices idiotas de la corrupción. Al llamar perversa a la economía de mercado, se ha enfrentado a los poderosos de este mundo, defensores a ultranza del sistema que les enriquece. Le ponen a caldo, porque son conscientes de que hay un modo nuevo de hablar de ello. El liberalismo ya estaba condenado hace siglos por la Doctrina Social de la Iglesia, y los papas anteriores habían denunciado sus consecuencias, pero solían ponerle apellidos (capitalismo salvaje, liberalismo extremo). Francisco es más directo: el sistema actual del libre mercado es perverso.

* Una nueva manera de relacionarse con la gente, como cuando nos cuenta que le increpó a una madre en la Plaza de San Pedro: “¡Pero mujer, dele de comer a su bebé que llora porque tiene hambre!”. O como cuando explica que, cuando uno va a visitar a un amigo, no va dentro de una cápsula de vidrio, argumentando por qué no quiere coches blindados en sus viajes. Cuando le preguntan porque se ha quedado a vivir en Santa Marta, dice con toda seriedad: “Me quedé en Santa Marta por razones psiquiátricas, para no tener que sufrir esa soledad que no me hace bien. Y también por motivos de pobreza, porque si no había tenido que pagar al psiquiatra mucha plata… Y eso no es bueno. Y para estar con la gente”.

* Y un nuevo estilo de relacionarse con los comunicadores. En el viaje a Brasil, la decana de los periodistas del vuelo le dijo: “Sabemos que los periodistas no somos santos de su devoción”, y que “a lo mejor ha pensado que el padre Lombardi le ha traído a la jaula de los leones”. Y el Papa, al terminar su saludo, tras hablar de los jóvenes que le esperaban en Río, les dijo: “Les doy las gracias, queridos santos no de devoción, y leones no tan feroces. Quisiera saludarles a cada uno. Gracias”. Procura, además, tratarlos con el máximo respeto, sabiendo que ellos representan el gran abanico de las sensibilidades religiosas e ideológicas del planeta. Al terminar su primer discurso a los periodistas, recién elegido, les dijo que les daba la bendición en silencio, por respeto a los no creyentes. Alguno de ellos, a la salida, lloraba y decía: “Siempre me había sentido extraño aquí. Hoy he visto que la Iglesia me respeta como soy, me quiere como soy”.


Fuente:

Revista Vida Nueva

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