Revista Science elogia al Papa Francisco por su defensa del medio ambiente
6.00 p m| 16 oct 14 (RD/SCIENCE/BV).- Un editorial de la prestigiosa revista norteamericana Science y un artículo destacan que el Pontífice ha contribuido a que la sociedad asuma el compromiso moral de defender la naturaleza. Se resalta su aporte a “redirigir nuestra relación con la naturaleza para garantizar la habitabilidad y sostenibilidad futuras de este planeta”. En el editorial titulado “The Pope tackles sustainability” (El Papa aborda la sustentabilidad), se afirma que “la guerra contra la degradación del medio ambiente tiene un nuevo y poderoso aliado: el Papa Francisco”.
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La figura del Papa Francisco parece seguir dando cuenta de gestos innovadores. Esta vez de cara al difícil nexo entre la jerarquía católica y la comunidad científica. Dando cuenta de la nueva etapa que el pontífice argentino ha inaugurado, la afamado revista Science -editada por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia- publicó un editorial en el que se elogia abiertamente el papel del Papa en la defensa de la naturaleza y se destaca la importancia de los líderes religiosos -en este caso, de la Iglesia católica- en la concientización frente a problemas como la degradación ambiental, el consumo y la pobreza.
El texto firmado por Marcia McNutt, geofísica y editora jefe en esta revista, recuerda la celebración el pasado mes de mayo de una reunión de estudio y debate, organizado conjuntamente por la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales en la Sostenibilidad en el que se aprobaron “algunas de sus declaraciones medioambientales más fuertes hasta la fecha, llamando a todos a asumir la responsabilidad personal y redirigir nuestra relación con la naturaleza para garantizar la habitabilidad y sostenibilidad futuras de este planeta”, agrega el editorial.
McNutt explica que los problemas que motivan la toma de posición de parte del Vaticano “no son diferentes de las que se refieren a la comunidad científica: el agotamiento de recursos no renovables, la pérdida de servicios de los ecosistemas, y los riesgos de cambio climático”. También se destaca que junto con asumir la importancia de estos problemas desde el punto de vista científico, el Vaticano contribuye a la adopción de medidas recordando que “es nuestra responsabilidad moral de legar un planeta habitable a las generaciones futuras”.
Y eso no es todo. En otro artículo de opinión, titulado “Pursuit of the common good” (En busca del bien conún) publicado en el mismo número de Science, los profesores Partha Dasgupta (Universidad de Cambridge, Reino Unido) y Veerabhadran Ramanathan (Universidad de California, en San Diego, EE.UU.) destacan que el liderazgo moral de jerarquías eclesiásticas como la católica pueden tener un papel fundamental en la solución de graves problemas de la sociedad moderna como la pobreza, el consumo y el medio ambiente.
“El auge de la economía de mercado y la búsqueda de un crecimiento en los beneficios y el producto interno bruto (PIB) han fomentado un comportamiento que está en contradicción con la búsqueda del bien común”, afirman estos autores.
“Encontrar maneras de desarrollar una relación sostenible con la naturaleza requiere no sólo la participación de científicos y líderes políticos, sino también el liderazgo moral que las instituciones religiosas están en condiciones de ofrecer”, apuntan Dasgupta y Ramanathan.
Aquí la traducción de la editorial “The Pope tackles sustainability” de Marcia McNutt, publicada en Science:
La guerra contra la degradación del medio ambiente tiene un nuevo y poderoso aliado: el Papa Francis. En el marco de un taller sobre Sostenibilidad coorganizado por la Academia Pontificia de las Ciencias y la Academia Pontificia de las Ciencias Sociales que se celebró en mayo de 2014, el Vaticano ha articulado algunas de sus declaraciones sobre el tema del medioambiente más fuertes hasta la fecha, llamando a todos y cada uno a tomar responsabilidad y reorientar nuestra relación con la naturaleza para garantizar la habitabilidad y sostenibilidad futuras de este planeta.
La problemática que inspira al Vaticano no es diferente de la que preocupa a la comunidad científica: el agotamiento de recursos no renovables, la pérdida de servicios de ecosistemas, y los riesgos del cambio climático. Pero lo que contribuye el Vaticano es el fundamento para la adopción de medidas: porque es nuestra responsabilidad moral de legar un planeta habitable a las generaciones futuras.
Cuando recibí la invitación a presentar una ponencia sobre “Los riesgos del crecimiento de los mares a las poblaciones costeras” al grupo de distinguidos académicos internacionales reunidos por las Academias Pontificias, mis expectativas eran muy altas de que la amenaza del cambio climático podría relacionarse con preocupaciones más amplias sobre pobreza y equidad. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ubica “la muerte o el daño por inundaciones costeras” como el principal riesgo debido al calentamiento climático, y estima que la inversión actual en la adaptación al aumento del nivel del mar es de una magnitud considerablemente menor comparado con lo que se necesita para abordar el problema fundamental: una población pobre en rápida expansión que vive a cortas distancias de cada vez más altos mares.
Este encuentro prometía ser interdisciplinario en más dimensiones que otros que había asistido, con la adición de la influencia del Vaticano. Los procedimientos fueron supervisados por Monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, obispo católico con títulos en filosofía y teología, y canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales. La adición de los líderes del Vaticano enriqueció las discusiones sobre la ética, los valores, la moral y la justicia social en relación con el cambio climático y la sostenibilidad.
Una élite minoritaria de la población mundial consume la mayoría de los recursos, especialmente la energía, y el cambio climático es uno de los impactos más universales, que afectan a todos, incluso a aquellos que han contribuido menos a las emisiones de gases de efecto invernadero. El diverso grupo convocado por el Vaticano pidió un cambio universal en convicciones y comportamientos que actualmente toleran una actitud de indiferencia con respecto a lo que heredamos para las generaciones futuras.
Demandamos nuevos indicadores de riqueza que reemplacen “ingreso” o “producto interno bruto” con métricas más constructivas, como el capital natural, la salud ambiental y humana, la igualdad social y el nivel de instrucción. La ciencia y la ingeniería pueden ofrecer la capacidad tecnológica para gestionar adecuadamente el planeta, pero hay que contrarrestar las fuerzas que se resisten al cambio. Como sociedad, necesitamos urgentemente tomar la decisión de reorientar nuestra relación con la naturaleza mediante la adopción, por ejemplo, de las “Metas de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible” para promover un modelo sostenible de desarrollo económico y de inclusión social.
El Papa Francisco se tomó el tiempo de conocer personalmente a todos los miembros del taller e incluso sugirió algunos de los temas para la sesión. Me causó la impresión inmediatamente de ser una persona muy humilde y amable, y sin embargo, alguien con el poder de cambiar el mundo. Aunque la reunión fue convocada por la Iglesia católica, entre los asistentes se encontraban hindúes, musulmanes, protestantes, judios, ateos y agnósticos, todos dispuestos a seguir a este líder, no por su orientación religiosa, sino por su superioridad moral. Aunque la trayectoria en la que estamos es peligrosa, el mensaje es de esperanza. Un mundo más seguro, más justo, más próspero y sostenible está al alcance.
Marcia McNutt. Editor-in-Chief – Science journals
Fuentes:
Religión Digital / Science