Sínodo sobre la Familia: Primeros días

Sinodo sobre la Familia. Primeros días

11.00 p m| 9 oct 14 (AGENCIAS/BV).- Presentamos una recopilación de lo que acontece en el Sínodo sobre la familia hasta su quinto día, en el que se incluye los temas debatidos hasta la sexta Congregación General, así como enlaces a entrevistas y comentarios de varios participantes. El Sínodo se inició el domingo 5 de octubre y culmina el domingo 19 de octubre.

Entre los temas conversados resaltan la idea de fortalacer el díalogo con el mundo y saber escuchar con frecuencia, la puesta en marcha de una pastoral iluminada por la misericordia que sepa guiar a las familias, cómo acompañar en las dificultades de la fe a los matrimonios interreligiosos, la necesidad de agilizar los procedimientos para la nulidad del matrimonio evitando el riesgo de la superficialidad, entre otros.

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Enlaces de interés

“La Iglesia quiere acoger a todos como una madre y no como un juez”. Entrevista a Mons. Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

“Comprensión como actitud pastoral frente a la situación de las familias”. Entrevista a los cardenales Ricardo Ezzati y Christophe Schönborn.

“Puede haber más amor cristiano en una unión irregular que en una pareja casada por la Iglesia”. Entrevista al padre Adolfo Nicolás, Superior general de los jesuitas.

Francisco, a los padres sinodales: “No tengan miedo de que Müller se les eche encima”

Cuatro talantes episcopales en el Sínodo: El tradicional, el moderado, el avanzado y el de Francisco

P. Lombardi: “Hay dos líneas bien definidas con respecto al tema de la comunión a los divorciados en nueva unión”

Cobertura del Sínodo de America Magazine


Congregaciones Generales del 6 al 9 de octubre:

Crear un puente entre el lenguaje de la Iglesia y el de la sociedad

Por la tarde del lunes echó a andar la Segunda Congregación General que abría el esperado debate general sobre los diversos temas. Los primeros en tratarse fueron El designio de Dios acerca del matrimonio y la familia y el Conocimiento y Recepción de la Sagrada Escritura y los documentos de la Iglesia sobre matrimonio y familia.

Diversas intervenciones abordaron la necesidad de adaptar el lenguaje eclesial para que la doctrina se entienda correctamente y de entablar un diálogo con el mundo siguiendo el camino del Concilio Vaticano II. Se afirmó en el Aula que el Evangelio no se explica, se demuestrapasar de una situación defensiva a una propositiva y activa, relanzando el patrimonio de la fe con un lenguaje nuevo, con esperanza, ardor y entusiasmo y dando testimonios convincentes.

En tanto a las parejas en dificultad, se ha insistido en que la Iglesia las acompañe con comprensión, perdón y misericordia. La misericordia, se ha subrayado, es la primera prerrogativa de Dios. También se ha observado que situaciones imperfectas como las uniones de hecho que conviven con lealtad y amor, presentan elementos de santificación y de verdad.

Otro punto destacado fue el rechazo del clericalismo para lo que se propuso imitar a Cristo y reencontrar la humildad, así se ha señalado que la reforma de la Iglesia debe comenzar por la reforma del clero, porque si los fieles ven que sus pastores imitan a Cristo, volverán a acercarse a la Iglesia. A continuación se trató la sexualidad dentro del matrimonio, indicándose que el exceso de críticas a la sexualidad fuera del matrimonio parece convertir a la que la conyugal casi en una imperfección.

Concluyó la Segunda Congregación con una hora de discusión libre final -ya sin seguir el programa del Instrumentum laboris- y dos propuestas: que el Sínodo enviase un mensaje de aliento y estima a las familias cristianas amenazadas en Irak y la necesidad de incluir en la reflexión al clero casado de las iglesias orientales, que a menudo vive también “crisis familiares” que pueden desembocar en la solicitud de divorcio.


Hacia una pastoral familiar intensa y vigorosa

El martes se reanudó el Sínodo sobre la familia con la Tercera Congregación continuando el debate general, esta vez el asunto era el Evangelio de la familia y la ley natural y se dio a conocer que el Consistorio ordinario, convocado para el 20 de octubre versará sobre situación en Oriente Medio. Se encontraban presentes seis patriarcas orientales y el Patriarca Latino de Jerusalén, Fouad Twal.

Primero intervino el presidente delegado, el cardenal Luis Antonio Tagle, y a continuación dio su testimonio el matrimonio de Cynthia y George Campos, de la Arquidiócesis de Manila y participantes del movimiento Parejas para Cristo. Durante el debate, se hizo hincapié en que no se transmita una visión del matrimonio como un punto de llegada, sino como camino hacia una meta más alta y de crecimiento personal. Para ello, los cónyuges tienen que estar acompañados constantemente en su viaje de la vida, a través de una pastoral familiar intensa y vigorosa.

Otro punto destacado fue la influencia ejercida por los medios de comunicación, a veces intrusiva, en ideologías contrarias a la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia. Para reducir la brecha entre la doctrina y la práctica se propuso que la Iglesia ofrezca su enseñanza con empatía y ternura. Volvió a surgir la cuestión de las parejas en dificultad, y en concreto de los divorciados vueltos a casar, para quienes se prescribió la “medicina” de la misericordia, calidez, atención y apoyo. Sobre la Eucaristía, se confirmó este sacramento es el sacramento para aquellos que están en camino.

Como el primer día, se subrayó la necesidad de renovar el lenguaje de la proclamación del Evangelio y la transmisión de la doctrina, con mayor apertura al diálogo y a escuchar las experiencias de las parejas casadas, cuyas luchas pueden ser base de una verdadera teología. Otros temas abordados en esta Tercera Congregación General fueron la importancia de la catequesis para las familias -especialmente los niños- y la oración en el hogar, y se instó a dar una mayor formación a sacerdotes y catequistas.

Seguidamente comparecieron ante los medios el portavoz vaticano de padre Federico Lombardi, el cardenal Vincent Nichols arzobispo de Westminster, y el cardenal Pierre Bechara Rai, patriarca de Antioquía. Lombardi hizo público el programa de la visita que el papa Francisco realizará al Parlamento Europeo y el Consejo de Europa en Estrasburgo el próximo 25 de noviembre.


Propuestas sobre pastoral de la familia

Por la tarde del martes, durante la cuarta congregación general los padres sinodales discutieron sobre las propuestas actuales en la pastoral de la familia. En primer lugar, se señaló el vínculo entre crisis de la fe y crisis de la familia afirmando que la primera genera la segunda. Y esto porque la fe se percibe generalmente como un conjunto de aportaciones doctrinales cuando en cambio es, ante todo, un acto libre por el que nos confiamos a Dios. De ahí, entre otras cosas, la propuesta de pensar en un ”Vademecum”, dedicado a la catequesis sobre la familia, para que ésta refuerce su misión evangelizadora. Además, se habló de la debilidad de la fe de muchos de los bautizados, causa de que muchos cónyuges lleguen al matrimonio sin ser plenamente conscientes de lo que éste lleva aparejado.

En segundo lugar, se trató de uno de los grandes retos a los que se enfrenta hoy la familia, es decir la ”dictadura del pensamiento único” que pretende introducir en la sociedad una serie de valores que distorsionan el concepto de matrimonio como unión entre hombre y mujer. La crisis de valores, el secularismo ateo, el hedonismo, la ambición de poder destruyen la familia, la desnaturalizan, debilitan a las personas y, en consecuencia, hacen también más frágil a la sociedad. Por eso es importante lograr que los fieles recuperen la conciencia de su pertenencia a la Iglesia, porque la Iglesia crece por atracción y son las familias de la Iglesia las que atraen a otras familias.

Por su parte, la Iglesia, experta en humanidad, debe enfatizar la belleza y la necesidad que cada uno tiene de la familia, porque es irremplazable. Hace falta despertar en el ser humano el sentido de pertenencia al núcleo familiar. No sólo: La familia, en cuanto reflejo del amor de Dios -que no es nunca un amor aislado- se abre a los lazos y a las relaciones con los demás, convirtiéndose en el fundamento de la sociedad.

Se recordó también la importancia de la relación entre sacerdotes y familias. Los primeros acompañan a las familias en todas las etapas más importantes de la vida, compartiendo sus alegrías y sus dificultades; las familias, a su vez, ayudan a los sacerdotes a vivir el celibato como afectividad plena, equilibrada, y no como una renuncia. Pero además, la familia ha sido definida como “cuna de las vocaciones”, porque es dentro de las paredes domésticas, en la oración vivida en común, donde surge frecuentemente la llamada al sacerdocio.

Numerosas intervenciones, en particular las relativas a África, llamaron la atención sobre los muchos desafíos que enfrentan las familias en este continente: la poligamia, el levirato, las sectas, la guerra, la pobreza, el drama doloroso de la emigración, la presión internacional para el control de nacimientos. Problemas todos que socavan la estabilidad de la familia, poniéndola en crisis. Hay que enfrentar estos retos con una evangelización profunda, capaz de promover los valores de la paz, la justicia y el amor, unida a una adecuada promoción del papel de la mujer en la sociedad, a la esmerada educación de los niños y a la protección de los derechos de todas las víctimas de la violencia.

En la hora dedicada a las intervenciones libres -entre las 18.00 y las 19.00 horas- se retomó el argumento de la exigencia de un nuevo lenguaje en el anuncio del Evangelio, refiriéndose esta vez en especial a las nuevas tecnologías de los medios de comunicación. Por cuanto respecta a la indisolubilidad del matrimonio, se señaló que en nuestros días parece cómo si la ley se contrapusiera al bien de la persona. En realidad, la verdad del vínculo conyugal y su estabilidad están grabadas en la persona, por lo tanto, no se trata de contraponer ley y persona, sino de apurar cómo contribuir a no traicionar la propia verdad.

Por último, se llamó la atención sobre la imagen de la Iglesia como luz, manifestando el deseo de que no fuese sólo la luz de un faro, que permanece fijo e ilumina a distancia, sino antorcha, es decir ”luz amable” que acompaña a los seres humanos en su camino, paso tras paso.


África, matrimonios mixtos y situaciones críticas internas a la familia

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, indicó que la quinta Congregación General se inició con una reflexión del arzobispo escocés de Glasgow, monseñor Philip Tartaglia, que recordó el referendum que se realizó el mes pasado en su país. Este arzobispo, contó el portavoz vaticano, habló de las posiciones por el sí y por el no que dividieron y polarizaron fuertemente al electorado, que en un 85 por ciento fue a votar, eligiendo por poco más de la mitad quedar unidos a Gran Bretaña. Después del mismo ejemplo, se planteó si era posible reconstituir la unidad del país.

Partiendo desde esta idea, y de la carta en la que san Pablo enseña que “el amor es siempre paciente y amable”, se transportó la problemática a los litigios familiares que terminan en separación o divorcio. E indicó la necesidad de que la Iglesia sepa mediar y reconstruir. Y concluyó con un “no podemos fallar en esto”. La conferencia de prensa contó con la presencia del rector de la Univesidad Católica de Buenos Aires, monseñor Víctor Fernández, y el obispo africano Ignatius Kaigama. Además estuvieron portavoz en español, el padre Manuel Dorantes, y el de idioma inglés, el padre Thomas Rosica,

Matrimonios mixtos

Los debates se centraron, en primer lugar, en la Iglesia en Medio Oriente y África del Norte. Ambas zonas viven en contextos políticos, económicos y religiosos difíciles que tienen graves repercusiones en las familias. Allí donde las leyes impiden, de hecho, la reunificación familiar y la pobreza conduce a la migración, donde hay fundamentalismo religioso y los cristianos no tienen los mismos derechos que los ciudadanos musulmanes, se plantean a menudo problemas difíciles para las familias que surgen de los matrimonios mixtos.

Efectivamente en estos contextos están presentes y aumentan los casos de matrimonios interreligiosos, los llamados “matrimonios mixtos”. Se afirmó en el Aula que el desafío de la Iglesia es entender qué catequesis ofrecer a los niños nacidos de esas uniones y cómo responder a la incógnita de los católicos que, unidos en un matrimonio mixto, quieren seguir practicando su fe. Estas parejas, según se dijo, no pueden dejarse de lado y la Iglesia debe seguir ocupándose de ellas. Un reto posterior es el de los cristianos que se convierten al Islam para casarse. También, en este caso, es necesaria una adecuada reflexión.

La cuestión no es sólo interreligiosa, sino a veces también ecuménica. Por ejemplo hay casos en que si un católico que contrajo matrimonio canónico no logra obtener la declaración de nulidad, se pasa a otra confesión cristiana, volviendo a casarse en una iglesia que lo permita. En cualquier caso, y sin perjuicio del patrimonio común de la fe, se subrayó la necesidad de tomar el camino de la misericordia para las situaciones difíciles.

Contó este debate con la intervención de un matrimonio mixto de Costa de Marfil: la mujer cristiana y el marido musulmán. De este modo se entendió la variedad y complejidad de situaciones existentes en África, pues en otros países esto no es posible, de lo contrario la mujer tiene que volverse musulmana. Y de las diversas pastorales que esto significa, con las modulaciones destinadas a los problemas pastorales específicos.

Misericordia, magisterio y problemas concretos

Otro de los temas fue la fidelidad a la doctrina del magisterio de la Iglesia y la misericordia y los problemas concretos de tantas personas. “Esto fue modulado en diversas intervenciones”, añadió Lombardi, así “cómo proponer la doctrina hoy”.

En cuanto a la cuestión de los divorciados que se han vuelto a casar, se evidenció que el sínodo deberá ocuparse ciertamente de ese tema en su recorrido, con la prudencia que requieren las grandes causas, pero también conjugando la objetividad de la verdad con la misericordia por la persona y su sufrimiento. Hay que recordar que muchos fieles se encuentran en una situación de la que no son culpables.

La familia y los laicos misioneros de la familia

Igualmente se reiteró el compromiso de la Santa Sede que no deja de hacer oír su voz en defensa de la familia en todos los niveles -internacional, nacional y regional- con el objetivo de resaltar su dignidad y de llamar la atención sobre sus derechos y deberes, señalando siempre, como afirmaba Benedicto XVI, que sus “no” son, en realidad, los “sí” a la vida.

Por esta razón, se hizo hincapié en que la Iglesia debe combatir el silencio de las familias en la educación y en la religión porque no hay lugar para la vacilación. Hace falta un compromiso más fuerte en el testimonio del Evangelio y siempre es necesaria la creatividad en la pastoral.

También se habló de la contribución insustituible de los fieles laicos en el anuncio del Evangelio de la familia. Especialmente los jóvenes, los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades desempeñan un servicio de importancia vital, llevando a cabo una misión profética y contracorriente en la época actual.

Escuchar a los laicos y creer más en ellos es, por lo tanto, esencial, porque es en ellos y con ellos, donde la Iglesia puede encontrar respuestas a los problemas de las familias.


La Iglesia no es una aduana, sino una casa paterna que acoge y acompaña

En la tarde del miércoles 8 de octubre, tuvo lugar la Sexta Congregación General del Sínodo Extraordinario de los Obispos. Según los temas previstos en el Instrumentum laboris, los padres sinodales debatieron sobre las situaciones pastorales difíciles y también se tocó el tema de las uniones entre personas del mismo sexo.

En primer lugar, se afirmó que la Iglesia no es una aduana, sino una casa paterna y por lo tanto debe acompañar pacientemente a todas las personas, incluso a aquellos que se encuentran en situaciones pastorales difíciles. La verdadera Iglesia Católica cuenta con familias sanas y con familias en crisis, de ahí que en el esfuerzo de santificación diaria no deba mostrarse indiferente ante la debilidad porque la paciencia implica la ayuda activa a los más débiles.

Los procesos de nulidad matrimonial

En cuanto al proceso de declaración de nulidad del matrimonio se registra, en general, la necesidad de agilizar los procedimientos (y de la incorporación de laicos más competentes a los tribunales eclesiásticos), pero también se señala el peligro de la superficialidad y la necesidad de salvaguardar siempre el respeto a la verdad y los derechos de las partes.

También porque -como se dijo- el proceso no es contrario a la caridad pastoral y la pastoral judicial debe evitar ideas que culpabilizan para favorecer, en cambio, una discusión tranquila de los casos.

Siempre a propósito de nulidad matrimonial se habló en el Aula del supuesto de recurrir a la vía administrativa, que no sustituye a la judicial, sino más bien la complementa. Asimismo se propuso que corresponda al obispo la decisión de cuales solicitudes de verificación de nulidad pueden tratarse por ese camino administrativo.

Se hizo un fuerte hincapié en la actitud respetuosa con los divorciados que se han vuelto a casar, porque a menudo experimentan también situaciones de malestar o de injusticia social, sufren en silencio y en muchos casos buscan a través de un camino gradual llegar a participar más plenamente en la vida eclesial. La pastoral, por lo tanto, no debe ser represiva, sino llena de misericordia.

La pastoral para los divorciados vueltos a casar

Durante la hora de discusión libre las intervenciones se centraron en las experiencias y modelos concretos de pastoral para los divorciados vueltos a casar sirviéndose de los grupos de escucha.

Es importante -se reiteró- evitar cuidadosamente dar un juicio moral, hablar de “estado permanente de pecado”, y tratar, en cambio, de que se comprenda que la no admisión en el sacramento de la Eucaristía no elimina por completo la posibilidad de la gracia en Cristo y que se debe más bien a la situación objetiva de la permanencia de un precedente vínculo sacramental indisoluble.

Con esta perspectiva, se reafirmó en numerosas ocasiones la importancia de la comunión espiritual. En cualquier caso, se advirtió de que también estas propuestas tienen límites y que, ciertamente, no hay soluciones “fáciles” para esta problemática.

Otras cuestiones pastorales

Por lo que se refiere a la pastoral de las personas homosexuales se insistió en la importancia de la escucha y en la de los grupos de escucha.

Otras intervenciones trataron de la cuestión de los católicos que cambian de confesión cristiana, y viceversa, y de las consecuencias difíciles que se derivan de este hecho para los matrimonios interconfesionales y para la evaluación de su validez a la luz de las posibilidades de divorcio previstas por las Iglesias ortodoxas.

Recordando el Sínodo Ordinario celebrado en 1980 y dedicado al tema “La familia cristiana”, se evidenció la notable evolución que se produjo desde esa fecha en la cultura jurídica internacional, la necesidad de que la Iglesia sea consciente de este dato y que las instituciones culturales -como las universidades católicas- se confronten con esta situación para seguir desempeñando un papel en el debate actual.


Fuentes:

AICA / Vatican Information Service / Vida Nueva

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Buena Voz

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