Dr Honoris Causa PUCP, Mons. Gerhard Ludwig Müller es el nuevo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe

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1.00 p m| LIMA 03 jul 12 (BV/PUNTO.EDU).- Benedicto XVI ha nombrado a Mons. Gerhard Ludwig Müller, hasta ahora de Obispo de Regensburg (Alemania), como Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Presidente de la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei”; de la Pontificia Comisión Bíblica y de la Comisión Teológica Internacional; elevándolo al mismo tiempo a la dignidad de arzobispo.
Mons. Müller es gran amigo del Perú, y ha realizado varias veces trabajo pastoral en nuestra sierra. La Pontificia Universidad Católica del Perú le otorgó el Grado de Doctor Honoris Causa “en reconocimiento a su ejemplar y fecundo aporte al desarrollo de los estudios teológicos contemporáneos. Aquí recordamos parte de la entrevista en donde comenta que el Papa Benedicto XVI lo felicitó cuando supo que iba a ser nombrado Doctor Honoris Causa de la PUCP.

Mons. Gerhard Ludwig Müller, sucede en sus funciones al cardenal William Joseph Levada, de 76 años, cuya renuncia fue aceptada por límite de edad.

El viernes 28 de noviembre del 2008, recibió la más alta distinción académica de la PUCP: el doctorado Honoris Causa, en reconocimiento a su ejemplar y fecundo aporte al desarrollo de los estudios teológicos contemporáneos. Recibió a Punto.Edu en la Parroquia alemana de San José, de Miraflores. Monseñor Müller, amigo del peruano Gustavo Gutiérrez, padre de la Teología de la Liberación; constituye un aporte importante para el estudio, a la luz del Magisterio de la Iglesia, de temas trascendentales del pensamiento católico contemporáneo, tales como el diálogo de la Iglesia católica con las confesiones ortodoxa griega y protestante, el rol de la mujer en la vida de la Iglesia, la dignidad de la persona, entre otros.

Usted ha venido al Perú en muchas ocasiones. ¿Cómo nace esta relación con nuestro país?
En el año 1988 participé, junto con otros teólogos de Alemania y Austria, en un simposio sobre la Teología de la Liberación, donde también estuvo el padre y profesor Gustavo Gutiérrez. En mi país hemos leído mucho sobre este tema tan discutido en todo el mundo, y también hemos conocido todas las controversias que despertó al interior de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Con Gustavo aprendí de manera más profunda el sentido de esta corriente teológica, que tiene su corazón y origen en el Perú, ya que él es el padre de esta teología. Desde entonces surgió mi interés para con el Perú y los peruanos. Desde ese momento hasta hoy he venido dieciséis veces a este país y, por eso, lo considero como mi segunda patria.

¿Qué significa para usted recibir este doctorado Honoris Causa?
Para mí es un gran honor recibir esta distinción porque viene de parte de la Pontificia Universidad Católica del Perú y también porque el Papa Benedicto XVI me saludó al enterarse de la noticia. Cuando estuve en Roma hace unas semanas, a propósito de la presentación de la recopilación de la obra teológica de Su Santidad, él se alegró mucho y me felicitó por este reconocimiento. En este encuentro, el Papa recordó mucho su visita al Perú en los años
80, especialmente el momento cuando recibió esta misma distinción de la Universidad Católica.
Él me ha dado el encargo especial de transmitir su saludo a todo el pueblo peruano.

En un discurso pronunciado en la Catholic University of America, en abril, el Papa Benedicto XVI dijo: “En una universidad católica, la verdad no puede ser vista sólo como producto del conocimiento, sino que debe conducir, además, al descubrimiento del bien”. A la luz de este mensaje, ¿cuál es el modelo educativo de una universidad católica?
Los grandes desafíos que tenemos como seres inteligentes y criaturas de Dios son conocer la realidad y actuar de acuerdo a la moral y a la ética. La vida actual nos demanda, también, ayudar a quienes nos necesitan dentro de la comunidad en la cual nos desarrollamos.
Necesitamos realizar el bienestar individual y social, conforme al mensaje de Jesús. En ese sentido, la gran misión de una universidad católica consiste no sólo en generar y preservar sus ideas al interior del mundo católico, sino que estas sirvan para desarrollar el mundo. Este pasaje del discurso de Benedicto XVI quiere decir que una universidad católica tiene que reflexionar sobre la relación entre la fe y la razón, pero también entre la fe, el amor y todas las actividades que hacen posible que venga el reino de Dios concreta y realmente. Nuestra misión como cristianos y como universitarios es ayudar a solucionar los problemas del mundo.
Cuando Jesús venga, lo primero que nos preguntará es qué cosa hemos hecho en favor de los que tienen hambre y de los que más sufren.

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Buena Voz

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