Discurso del Papa sobre los fundamentos del estado liberal de derecho

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1.00 p m| LIMA 24 nov. 11 (BV).- Durante la visita del Papa a Alemania tuvo muchos discursos sabrosos debido a que el Papa jugó con un sentimiento básico de complicidad construida sobre el reconocimiento explícito de la pertenencia compartida a la patria alemana (y europea) y a su historia política y cultural, que le permite entrar sin rodeos en temas profundos de manera creativa. Juan Fernando Vega escribe esta reseña para Buena Voz, porque este es uno de los casos que conviene rescatar.

El Papa se presenta en el Reichstag y da una conferencia sobre la importancia de recuperar las bases católicas (que combinan las herencias judías, griegas y romanas) del estado liberal de derecho, producto de la tradición cristiana europea.

El argumento parte de la necesidad de vincular política y justicia, la necesidad de fundamentar el ejercicio del poder en el derecho. Y en ese contexto recuerda la experiencia alemana de la desmesura del nazismo y de la virtud ética de la resistencia contra el poder que se colocó sobre la justicia. La mayoría no es suficiente criterio para la justicia del derecho. Pero ese es solo el inicio del razonamiento. De esa experiencia resulta la pregunta central del texto: “¿Cómo podemos reconocer lo que es justo? ¿Cómo podemos distinguir entre el bien y el mal, entre el derecho verdadero y el derecho sólo aparente?”

Para la respuesta el Papa recuerda cómo “Contrariamente a otras grandes religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. En cambio, se ha remitido a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho, se ha referido a la armonía entre razón objetiva y subjetiva, una armonía que, sin embargo, presupone que ambas esferas estén fundadas en la Razón creadora de Dios”. Europa elabora los derechos humanos bajo el supuesto de que existe un base de derecho dada en el respeto de las dimensiones profundas de la naturaleza. Así surge en europa el postulado de los derechos humanos universales. Común naturaleza, común derecho.

Pero esta tradición se ha perdido con la fractura contemporánea entre el ser y el deber ser. “La idea del derecho natural se considera hoy una doctrina católica más bien singular, sobre la que no vale la pena discutir fuera del ámbito católico, de modo que casi nos avergüenza hasta la sola mención del término.” El Papa revisará esta fractura y la atribuirá la concepción positivista de la naturaleza, discutiendo las ideas de Hans Kelsen. Si europa insiste en reducir su cultura compartida a la razón positivista reduciendo todas las demás dimensiones a subculturas externas a la razón acabará

– situándose frente a las demás culturas del mundo como falta de cultura .
– perdiendo acceso a las fuentes del derecho.

El cierre del discurso retoma los argumentos de los verdes para sustentar el respeto a la naturaleza como intuición del derecho natural y sugerirá el concepto de la fundación del derecho como resultado del respeto a la ecología humana…

Imagen:(Getty) Benedicto XVI

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