CRISIS TOTAL DE GABINETE

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Desde el primer gobierno de FBT no se producía –en la era constitucional- una crisis de gabinete como la que la semana pasada tuvo en vilo al presidente Humala. De acuerdo a la Constitución, un nuevo gabinete ministerial debe merecer la “confianza” del Congreso. Eso es así, porque siendo nuestro régimen presidencialista, tiene contrapesos en los demás órdenes del Estado a fin de evitar el autoritarismo constitucional. Es lo que Loewenstein define como “control inter poderes”. En su procesabilidad, la Constitución y el Reglamento del Congreso tratan a la cuestión de confianza del mismo modo que la censura del gabinete. La primera parte de los ministros y la segunda de una minoría del Congreso.

La cuestión de confianza no es poca cosa. Es el requisito sine qua non un nuevo gabinete obtiene el beneplácito del Congreso para iniciarse como gobierno. Por eso, la investidura debe hacerse dentro de los 30 días siguientes a la designación del nuevo gabinete, al punto que si el Congreso no está en funciones, el Presidente de la República lo convoca extraordinariamente.

Si la confianza es rehusada, el Presidente de la República debe admitir su dimisión total en las 72 hrs. siguientes y nombrar a un nuevo gabinete. Podría repetir con algunos ministros, pero necesariamente debe cambiar al Premier, en cuya cabeza se asienta la legitimidad de la confianza otorgada o el rechazo de la confianza rehusada. ¿Podría René Cornejo volver como ministro? Sí, pero sería desdoroso que quien ha sido rechazado como principal, regresa como secundario. Sería una cuestión de ética personal.

¿Cuántos votos requiere alcanzar la confianza? Los mismos que para lograr la censura: la mitad del número legal de los miembros del Congreso. El viernes por la noche ello no fue alcanzado, por lo que no se otorgó la confianza, lo que constitucionalmente equivale a decir que le ha sido rehusada, expresión que contiene la Constitución.

Habrían dos alternativas posibles: (i) El Congreso vuelve a votar la confianza y alcanza la mitad más uno de su número legal, lo que no ha ocurrido hasta ahora (ya que las abstenciones no cuentan, y no estamos frente a una votación simple de la mitad de los votos emitidos); o, (ii) El Presidente de la República encaja las críticas planteadas por la oposición en el Congreso, que es casi el doble que su mayoría relativa, escucha el leit motiv de sus razones –muy fundadas, en su mayoría-, abandona el estilo confrontacional (y algunos adjetivos, dicho sea al paso) y tiende los puentes que aguda e inteligentemente ha planteado el congresista Abugattás para conseguir de la abrumadora oposición la confianza requerida para que su gabinete tenga viabilidad y la necesaria legitimidad constitucional.

Claro, siempre hay una tercera opción y, según la Ley de Murphy, siempre se puede empeorar: de no escuchar el legítimo reclamo del Congreso se puede insistir tozudamente en rumbo de colisión constitucional que transforme la crisis de gabinete en una crisis constitucional con el Congreso, cuyo resultado podría traer insospechadas consecuencias para nuestra aún frágil democracia. Los estadistas siempre deberían tener presente que “los dioses ciegan a quienes quieren perder”.

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Un pensamiento en “CRISIS TOTAL DE GABINETE

  1. Luis Reano

    SI el presidente del consejo de ministros es solo el primero entre pares, porque cuando se presenta a pedir confianza con todo su gabinete, no esta en la practica pidiendo confianza para cada uno de ellos? en consecuencia , no es entonces logico suponer que todos han sido rechazados?. Significa que la crisis total del gabinete es un saludo a la bandera?.

    Disculpe las faltas de puntuacion. Me da una flojera enorme modificar mi computadora para espanol.

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