Lenguas coloniales y el estudio de la historia del Sudeste Asiático

Quizá ahora que la actitud patanesca de Aldo Mariátegui ha puesto el tema de los idiomas en el tapete sea un buen momento para escribir sobre el tema de las lenguas necesarias para estudiar la historia del Sudeste Asiático. Ya que, hasta donde he podido verificar, no hay en Lima ninguna institución que ofrezca clases de lenguas nativas de dicha región, en este post empezaré por comentar algunas de las lenguas coloniales que uno podría ya conocer o ir aprendiendo en el Perú (u otra parte de América Latina) antes de partir a un postgrado especializado en historia del Sudeste Asiático.

En la práctica, pese a que uno intente formarse como historiador del Sudeste Asiático en general, las posibilidades de realizar investigaciones originales están circunscritas por las lenguas que maneje uno. Yo, por ejemplo, aspiro a poder investigar y publicar sobre las Filipinas e Indonesia (y quizás, algún día, sobre Timor Oriental) y para ello estoy aprendiendo las lenguas correspondientes. Pero debido a que no aprenderé lenguas nativas del Sudeste Asiático continental, difícilmente podré hacer investigación original al respecto, si bien espero estar familiarizado con la literatura secundaria de dicha zona. Esta guía podría servirles o bien para decidir qué épocas o países estudiar en base a las lenguas coloniales que uno ya conoce, o bien para decidir qué lengua colonial aprender en base a la época o país uno quiera estudiar. Veamos cuáles son y dónde se podrían estudiar.

Español: Asumo que la mayoría de quienes estuvieren leyendo este post ya lo hablan. Esta fue la lengua colonial de las Filipinas, y mantuvo una presencia robusta incluso después del fin del control español en 1898. Por ende, hay una abundancia de fuentes primarias escritas en esta lengua, cubriendo un periodo que va desde antes de la conquista del Perú hasta alrededor de la década de 1930 o 1940. Debido a este factor lingüístico y la experiencia compartida de colonialismo español, las Filipinas es un punto de entrada natural al Sudeste Asiático para alguien con una formación en historia latinoamericana.

Inglés: Es muy difícil imaginarse a un académico actual que no maneje el inglés por lo menos a nivel de lectura. El manejo de esta lengua es clave, sin importar el campo de la Historia en la que uno se desempeñe, ya que hay cantidades inmensas de literatura académica de avanzada publicada únicamente en esta lengua (incluyendo historia del Perú). Para el caso del Sudeste Asiático, hay una abundancia de fuentes primarias escritas en inglés sobre esta región, particularmente a partir del siglo XVIII, y fue la lengua colonial de Myanmar/Birmania, Malasia, Singapur y Brunei, al ser colonizados por el imperio británico. Después de 1898, esta fue también la lengua colonial de las Filipinas, donde los estadounidenses lo fueron imponiendo sobre el español. Hay muchos lugares donde perfeccionar el inglés en el Perú, pero por si acaso listo Idiomas Católica, la Asociación Cultural Peruano Britanica y el Instituto Cultural Peruano Británico.

Francés: Esta fue la lengua colonial de Indochina, que estuvo compuesta por los actuales países de Vietnam, Laos y Camboya. Además de ser útil para acceder a las fuentes primarias sobre esta región en los siglos XIX y XX, fue una lengua de ‘alta cultura’ usada por funcionarios coloniales de los diferentes imperios con presencia en el Sudeste Asiático. El lugar par excellence para aprender francés en el Perú es la Alianza Francesa.

Neerlandés/HolandésHasta acá hemos tratado con lenguas comúnmente aprendidas en el Perú, pero el neerlandés presenta un viraje fuerte. Esta fue la lengua colonial de la actual Indonesia, y las fuentes primarias existentes en esta lengua se remontan a por lo menos el siglo XVII y se extienden hasta la década de 1960. El caso de la colonización neerlandesa de Java presenta unos paralelos que podrían ser muy interesantes para el historiador con formación latinoamericana, particularmente las políticas frente al mestizaje. En el Perú, se enseña esta lengua en la Asociación Cultural El Tulipán. En caso alguien haya estudiado ahí, o estudiare en el futuro, avísenme, que me gustaría saber qué tal enseñan.

PortuguésEsta lengua podría ser particularmente útil para quienes quieran estudiar los siglos XVI y XVII. Hay gran cantidad de fuentes primarias escritas en esta lengua por los exploradores, navegantes y comerciantes portugueses que estuvieron presentes en toda la región durante dichos siglos. Asimismo, fue la lengua administrativa de Malaca (en Malasia), y las Molucas y Flores (Indonesia). Además, el portugués fue la lengua administrativa en Timor Oriental hasta 1975 -en que fue anexada por Indonesia- y se restauró tras la independencia en 2002, de manera que existen también fuentes en esta lengua correspondientes a los siglos XVIII-XXI. Junto con Singapur y Filipinas, Timor Oriental es uno de los pocos países del Sudeste Asiático donde la lengua colonial se ha vuelto lengua oficial. Se puede estudiar en el Centro Cultural Brasil-Perú.

Alemán: La inclusión de esta lengua en la lista depende de si uno a su vez incluye a la Nueva Guinea alemana como parte de esta región o no. En cualquier caso, también hubo académicos alemanes que en el siglo XIX publicaron extensamente en alemán sobre el Sudeste Asiático, como fue el caso de Ferdinand Blumentritt y las Filipinas. Se puede estudiar en el Goethe Institut.

Lenguas chinas: No son precisamente ‘coloniales’ en el mismo sentido en que las potencias europeas colonizaron esta región, con las excepciones de la anexión china del norte de Vietnam entre 111 AEC y 939 EC y el interludio de 1407-1427. Más bien, hubo una larga hegemonía china en la región manifestada en el envío de tributo por parte de los distintos reinos de la zona, así como en las navegaciones de las grandes flotas del almirante Zheng He. Asimismo, emigraron numerosos chinos meridionales al Sudeste Asiático, donde recrearon sus lenguas y culturas en parte. En los siglos XIX y XX hubo una vigorosa prensa en lenguas chinas en Malaya, Singapur, Indonesia y las Filipinas. Las fuentes más antiguas estarían escritas en chino clásico, mientras que la prensa estaría escrita en lenguas como el cantonés, el hakka o el hokkien. Una historia comparativa entre los chinos en el Sudeste Asiático y en el Perú está por hacerse, y necesitaría conocimiento del chino. En cualquier caso, uno se puede ir acercando al mandarín con clases en el Instituto Confucio PUCP.

Sánskrito: Caso un tanto similar al chino. Hubo una gran influencia proveniente de India en el Sudeste Asiático, particularmente en las islas indonesias de Sumatra, Java y Bali, donde surgieron los Estados de Srivijaya (siglo VII-XIV) y Majapahit (siglo XIII-XVI). Las épicas del Mahabharata y del Ramayana sigue siendo piedras de toque en Java, aun hoy en día. Se puede estudiar en Centro de Estudios Orientales de la PUCP.

 

Estas lenguas coloniales son tan solo una parte de lo que significaría ser un historiador o historiadora del Sudeste Asiático. La realidad es que así como es impensable un historiador del mundo andino que no maneje quechua o aymara, sencillamente no se puede ser historiador esta región sin las lenguas nativas correspondientes. Hablaremos de ellas en una entrada futura.

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Jorge Bayona

Jorge Bayona es candidato doctoral en Historia en la Universidad de Washington (Seattle), Magíster en Historia por la misma universidad y Bachiller en Humanidades con mención en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima). Actualmente es docente en la Universidad del Pacífico y ha sido docente en la Universidad de Washington y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Sus áreas de especialización son el Sudeste Asiático, América Latina y el mundo del Pacífico.

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