Refutación de un popular ‘artículo’ sobre la historia de Singapur

En internet circula un esperpéntico artículo que arguye que gracias a la implementación de la pena de muerte en Singapur en 2004, dicho país pasó en cuestión de meses de ser un antro de perdición a no solo una ciudad libre de crimen, sino a tener parques limpios, universidades de nivel mundial y ciudadanos trilingües. En este post especial, el historiador singapurense Lin Hongxuan (Universidad Nacional de Singapur, Universidad de Washington) le enmienda la plana.

Actualización: quienes quisieren citar una versión publicada en una revista académica con revisión por pares, pueden leer la versión expandida en la Revista Asia/América Latina de la Universidad de Buenos Aires.

Recientemente, mi amigo y colega Jorge Bayona me mostró el artículo titulado Cómo Singapur resolvió el problema de la delincuencia. Soy un singapurense de nacimiento que ha estudiado en escuelas singapurenses, ha hecho servicio militar en las fuerzas armadas singapurense y ha trabajado en el sector público singapurense, y dicho artículo me pareció completamente absurdo.

Por lo general, el que cualquier artículo empiece con “Según datos…” pero que carezca del pie de página correspondiente es generalmente una señal de alarma clara y fuerte. Suele denotar que el autor no cuenta con una fuente confiable sobre la cual basar lo que está por decir. La afirmación de que Singapur antes de 1960 tenía una de las más altas tasas de criminalidad del mundo –¡debido a su proximidad a Malasia y China!– apesta a orientalismo. No solo es patentemente falso para el caso de Singapur, esta aseveración se basa en presunciones respecto de la rampante criminalidad de China y Malasia, que supuestamente se esparció por toda la región del Sudeste Asiático. Esta es una aseveración sin base; a fines de la década de 1950 China estaba en medio de la hambruna provocada por el Gran salto hacia adelante y no estaba en condiciones de ‘exportar’ criminalidad a Singapur (o a cualquier otra parte). El autor pasa a hacer otras aseveraciones respecto de la sociedad singapurense, según las cuales abundaba la “impunidad y los malos manejos del gobierno”, las mujeres estaban sujetas a violaciones y asesinatos durante las noches, y que la ciudad era una de las más sucias de Asia y sufría de constantes congestiones de tráfico. Todas estas aseveraciones carecen de sustento en la realidad, y constituyen el fantástico y distópico telón de fondo frente al cual el autor desea presentar su predilección por las (igualmente fantásticas) medidas legales draconianas que supuestamente ‘salvaron’ a Singapur.

Los errores factuales en este artículo son tan numerosos que no podría explicarlos todos, de manera que tendré que limitarme a resaltar los más descarados. Las políticas que según el autor fueron implementadas por Lee Hsien Loong después de 2004, tales como una política de tolerancia cero respecto de las drogas y la corrupción, en realidad habían sido implementadas desde hacía mucho antes. Su padre, Lee Kuan Yew, en coordinación con otros ministros del People’s Action Party (PAP) -sobre todo Goh Ken Swee y S. Rajaratnam- ya habían puesto esas bases durante las décadas de 1960 y 1970. En consecuencia, no hubo una asombrosa reducción en comportamiento criminal tras 2004, ya que la situación jamás fue distópica, ni se ha vuelto utópica desde entonces. Singapur disfruta desde hace ya muchas décadas de una tasa de criminalidad relativamente baja (y de tráfico ordenado) para una ciudad-estado de aproximadamente 5 millones de personas.[1] De manera similar, la aseveración del autor de que había 500,000 prisioneros hace 12 años carece de todo fundamento –en 2000, la población carcelaria de Singapur apenas llegaba a 13,791.[2] La aseveración del autor de que la población carcelaria fue reducida a tan solo 50 en seis meses es igual de absurda –el número de prisioneros jamás ha estado por debajo de 10,000 desde 2000, como podría esperarse de una ciudad de ese tamaño.[3] Es verdad que Singapur ha implementado una política de tolerancia cero respecto de la corrupción, deshonrando públicamente a los políticos y funcionarios corruptos, y mandándolos a la cárcel –lo cual ha resultado en una esfera pública notablemente libre de corrupción.[4] Sin embargo, jamás se ha aplicado la pena de muerte por corrupción (solo se aplica para la posesión de narcóticos), que es otra de las falsedades que el autor está intentando diseminar. Y hay muchas más. El autor presenta otras mentiras descaradas, medias-verdades y distorsiones a lo largo de todo su artículo con el fin de crear una falsa dicotomía entre una distopia pre-2004 y una utopía post-2004.

Singapur es realmente una ciudad-estado exitosa, con altos estándares educativos y crecimiento económico sostenido. Es verdad que implementa duras leyes anti-drogas y que no tolera corrupción por parte de sus funcionarios públicos o políticos. Sin embargo, el autor hace una falsa asociación entre leyes draconianas y una economía exitosa. El éxito de Singapur se debe tanto a su excelente liderazgo, sagaz planeamiento económico y la diligencia de sus ciudadanos como a los accidentes de la historia y geografía. Queda claro que su éxito no se debe a los abusos de las libertades civiles y la implementación implacable de la pena de muerte. Singapur también tiene problemas, particularmente respecto de la falta de libertad de prensa, la legislación que criminaliza la homosexualidad, la falta de límites a la detención, así como la pena de muerte obligatoria para crímenes de drogas. Todas estas son razones por las cuales Singapur podría, y debería, ser criticada. Sin embargo, atribuir el éxito de su economía o la mejora de sus instituciones académicas a la dureza de sus leyes es un intento descaradamente fraudulento del autor por utilizar a Singapur como justificación de su agenda política.

A mi parecer, este artículo nos dice mucho más sobre las aspiraciones y fantasías del autor que sobre Singapur, o de la relevancia para otras sociedades de su experiencia de construcción de nación. En lugar de darnos un cuadro objetivo de Singapur, el autor ha proyectado sus propios deseos -su propia imagen de una utopía lejana y desconocida- sobre Singapur, con el fin de justificar sus prescripciones preconcebidas para su propia sociedad. Este artículo es patentemente deshonesto a la hora de presentar hechos, y no puede ser citado de manera razonable como guía para cómo cualquier sociedad debería implementar la gobernabilidad.

 

picture-223-1415329907Lin Hongxuan es Magíster en Historia por la Universidad de Washington (Seattle) y Bachiller en Historia por la Universidad Nacional de Singapur. Actualmente está cursando estudios de Doctorado en la Universidad de Washington, donde se está especializando en el Islam y comunismo en el Sudeste Asiático, Islam y género, y colonialismo comparado.

 

 

[1] http://www.police.gov.sg/stats/crimebrief2015.html

[2] http://www.prisonstudies.org/country/singapore

[3] Ibid.

[4] https://www.transparency.org/country/#SGP

Puntuación: 4.91 / Votos: 28

Jorge Bayona

Jorge Bayona es candidato doctoral en Historia en la Universidad de Washington (Seattle), Magíster en Historia por la misma universidad y Bachiller en Humanidades con mención en Historia por la Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima). Actualmente es docente en la Universidad del Pacífico y ha sido docente en la Universidad de Washington y la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas. Sus áreas de especialización son el Sudeste Asiático, América Latina y el mundo del Pacífico.

50 pensamientos en “Refutación de un popular ‘artículo’ sobre la historia de Singapur

  • 29 abril, 2016 al 5:11 pm
    Permalink

    Salvo algunos detalles, variación en el fondo no hay. Y no solo esa página ha publicado medidas de Singapur, sino muchas otras. Estoy totalmente de acuerdo con esa política. Así debería ser el Perú, necesita disciplina, orden, leyes duras contra la criminalidad, y la inmoralidad. Este artículo no desmerece para nada las políticas de esa gran nación.

    Responder
    • 30 abril, 2016 al 11:38 am
      Permalink

      Fíjate bien en lo que dicen, y verás que todas las demás páginas citan directamente o parafrasean aquel desinformado blog. Búscalo y verás. Y cómo puedes creer que el Perú pasará por una transformación instantánea “como la que experimentó Singapur” si ya sabes que dicha transformación jamás ocurrió? El Perú con pena de muerte se parecería más bien a Indonesia o Tailandia, otros países de la región que también tienen la pena de muerte. Es decir no cambiaría nada excepto que algunas personas serían ejecutadas cada cierto tiempo. Tus fantasías de que con pena de muerte los peruanos se volverían trilingües y San Marcos se volvería una de las 100 mejores universidades del mundo en cuestión de meses (“como pasó en Singapur!”) son fantasías y nada más.

      Responder
      • 26 mayo, 2017 al 1:11 pm
        Permalink

        Por supuesto que mejoraría, una menor corrupción, evitaría que políticos robaran el dinero destinado a educación, que los profesores fueran profesores reales en las escuelas y no gentes no preparada pagadas (como sucede en México), que el dinero se utilice en lo que se debe, que los delincuentes no anden por las calles, que las cárceles no estén sobrepobladas, que el que quiera ser delincuente lo piense dos veces…. que la policía se corrompiera, no por principios pero si por temor… metiendo a criminales reales y no a personas inocentes….

        Responder
        • 12 marzo, 2019 al 9:36 am
          Permalink

          Para eso hay que cambiar el sistema capitalista quien es quien promueve la corrupción de forma global a través de la explotación de la clase trabajadora que les roba su plusvalía todos los meses y años. Los políticos de turno roban migajas a comparación de lo que roban los capitalistas extranjeros que apoyan ese modelo fracasado neoliberal, con el cuento de que la inversión privada hará más ricos a la nación, eso es completamente falso. Por el contrario, son estos quienes hacen más pobres a los trabajadores.

          Responder
      • 3 febrero, 2018 al 12:13 am
        Permalink

        No diría fantasía sino suposición, tal como la que usted tiene. En su caso con mayores argumentos quizás pero no por ello deja de ser una suposición.

        Responder
  • 3 septiembre, 2016 al 12:47 am
    Permalink

    Hello! I’ve been reading your website for a long time now and finally got the courage to go ahead
    and give you a shout out from Austin Tx! Just wanted to say keep
    up the fantastic job! http://bing.net/

    Responder
  • 7 enero, 2017 al 10:16 pm
    Permalink

    defensor de chorritos zurdito detectado jaja como le duele al zurdaje el gran éxito de Singapur con la mano dura. no te gusta Singapur ??? bien el duterte puso a su ciudad en el top ten de las más seguras del mundo haciendo casi lo mismo que los Singapurenses y como premió lo hicieron presidente
    los filipinos. pero bueno supongo que esa también es una gran mentira… pero no jodas

    Responder
    • 3 febrero, 2018 al 8:51 am
      Permalink

      Este comentario es otra muestra de lo complicado que es combatir la desinformación en un contexto de un sistema educativo con graves carencias.

      Responder
      • 3 septiembre, 2018 al 6:40 am
        Permalink

        Me párese tienesvpensamientos de izquierda peto no puedes negar el éxito de Singapur von medidas económicas netamente capitalistas y se ve que lo que no deja que fuera nvione rl capitalismo es la corrupción no niego que el artículo en cuestión esté con errores peto la pena de muerte para el narcotrafico es un disuasivo para persuadir a delincuentes y los izquierdista con su modelo social fracasado desde Hitler Fidel Mao Chávez Ortega Maduro Evo Cristiana Lula y ahora Obrador comparsa quieren hacer fracasar al Capitalismo que es el distema natural del ser humano Ud no regala su dinero a los más pobres

        Responder
        • 8 septiembre, 2018 al 6:52 pm
          Permalink

          Comentario aprobado sin cambio alguno.

          Latinoamérica necesita educación de calidad. Urgente.

          Responder
        • 12 marzo, 2019 al 9:42 am
          Permalink

          El país que tuvo mayor crecimiento en el siglo 20 fue la Unión Soviética con políticas marxistas. El capitalismo ya fracaso en 1929 y en el 2008, y esta a punto de colapsar, usted vive en mundo de fantasías que nunca va a suceder en al vida real. Hitler fue un ultraliberal en lo económico, Mussolini de igual manera, Fidel Castro es capitalismo de estado y su país tiene bloqueo económico, la China de Mao tuvo gran desarrollo económico nunca antes visto, con la renta del petróleo Venezuela creció pero cuando cayó el precio del petróleo producto de la extorsión de EE.UU. a Arabia Saudita, empezaron a producir menos barril de petróleo y es por eso que los precios de los barriles desplomaron, y no es por culpa de Chávez o de Maduro, el gobierno de Ortega ha hecho más por los pueblos que los últimos gobernantes de derecha neoliberal. El gobierno de Evo Morales es por 6ta vez el país con mayor crecimiento económico en américa latina, el gobierno de los Kirchner mejor la calidad de vida de los argentina, mientras que el gobierno neoliberal de Mauricio Macri llevó a la crisis económica, política y social en Argentina en un tiempo record gracias al modelo neoliberal. El capitalismo no es ningún sistema natural, es el sistema de la burguesía, es el sistema que trae pobreza, miseria, hambre, enfermedades, guerras, desempleo, explotación, saqueo, robo, terrorismo, genocidio y explotación y promueve la ignorancia para que ignorantes como tú apoyen ciegamente al capitalismo que es el sistema más genocida y terrorista más respetado del mundo. Quien regala dinero son los pobres a los ricos, eso es lo que pasa en el capitalismo, ignorante total.

          Responder
    • 12 marzo, 2019 al 9:33 am
      Permalink

      Si usted apoya al capitalismo que es el genocida y terrorista más respetado del mundo, promotor de la corrupción mundial, entonces usted debe de ser un delincuente. Singapur no ha crecido por las políticas neoliberales, sino por las políticas intervencionistas muy parecidas a la de la socialdemocracia. La pena de muerte no soluciona nada si es que no se da pena de muerte a los corruptos capitalistas que explotan descaradamente a los de Singapur, y ha cualquier trabajador en el mundo. Mira el fracaso neoliberal en Argentina, es un desastre seguir con ese modelo fracasado.

      Responder
  • 2 febrero, 2017 al 10:44 am
    Permalink

    En Colombia el narcotrafico ha sido el combustible del conflicto, eso tienen en común todos los grupos terroristas, una y otra vez se firma la “paz” con impunidad que genera mas violencia, se crean “nuevos” grupos y el conflicto sigue, por eso preferiría que se aplicara la pena capital a los narcos, son escoria.

    Responder
    • 12 marzo, 2019 al 9:44 am
      Permalink

      Los narcos son el gobierno de Colombia, dirigido por el narco-paramilitar de Álvaro Uribe quien sirve a los intereses del imperialismo estadounidense.

      Responder
  • 13 marzo, 2017 al 10:53 pm
    Permalink

    excelente articulo que pone las cosas en claro, desde el punto de vista de alquien de allí, que vivió allí y conoce su realidad,en realidad me parecía muy raro el articulo polemico, ya con 500 mil presos parece fantasioso. gracias al autor.

    Responder
  • 15 marzo, 2017 al 4:01 pm
    Permalink

    Hola Jorge, me costó mucho encontrar tu articulo que ya había leido, para darselo a conocer a una persona, creo que no está muy bien referenciado, puse “singapur, peru” y otras claves y sólo después de mucho navegar, por diveros vericuetos lo encontré, saludos 🙂

    Responder
  • 15 marzo, 2017 al 4:09 pm
    Permalink

    Hola Jorge, tambien puse singapur fusilados y nada…

    Responder
  • 24 marzo, 2017 al 8:45 am
    Permalink

    Buen analisis, a veces la desesperacion y sobretodo la esperanza que se arreglen las cosas hace q miremos soluciones magicas, yo tb me lo habia creido por eso trate de averiguar. Gracias por la aclaracion!

    Responder
    • 26 mayo, 2017 al 1:12 pm
      Permalink

      Tal vez..pero no te gustaría ver desaparecer a delincuentes probados de este mundo? seria una lección para otros

      Responder
  • 1 abril, 2017 al 9:11 am
    Permalink

    Yo también pensé, ¡esto no puede ser real! Así que lo busqué como “singapur pena de muerte” y me aparecieron varios artículos repitiendo esta falsa historia y esta refutación. Muy bueno. Soy de Argentina. Y cada vez que hay un crimen que conmociona al país, no falta el que dice que hace falta la pena de muerte. No existenos las soluciones mágicas.

    Responder
  • 28 abril, 2017 al 7:53 am
    Permalink

    ¿Para qué mantener con vida a una persona que carece de escrúpulos? Delincuentes que matan para robar, que matan a un policía, que violan seguido de muerte, o simplemente violadores deben ser ejecutados. Esa clase de personas son irrecuperables para la sociedad. Apoyo la pena de muerte.

    Responder
    • 12 marzo, 2019 al 10:32 am
      Permalink

      A los que hay que ejecutarlos es a los capitalistas quienes son los verdaderos responsables de la delincuencia en el país. Acaso crees que los delincuentes se vuelven delincuentes porque si, estos se dedican ha hacer eso porque pura necesidad económica, para sobrevivir, la enorme desigualdad que promueven los capitalistas neoliberales hacen que los pobres se vuelvan más pobres y los ricos más ricos. El capitalismo neoliberal es el verdadero generador de pobreza, miseria, hambre, enfermedades.

      Responder
  • 25 mayo, 2017 al 5:24 pm
    Permalink

    Si cambiaría algo,el saber que ser ejecutados por sus fechorías ayudaría a que tuvieran algo más de respeto por la vida de otros,que ellos quitan por un poco de dinero, un auto, joya etc,etc.

    Responder
  • 13 junio, 2017 al 1:43 pm
    Permalink

    Las medidas duras sin ninguna duda, favorecieron el orden y el progreso de Singapur, más allá de si el artículo mencionado contenía inexactitudes. Muchas naciones penan con la inseguridad sin saber cómo resolverla, creyendo que lograrán algo sosteniendo nefastas ideologías humanistas que atenúan la responsabilidad de los delincuentes. La pena de muerte, cadena perpetua y demás deben entenderse como DISUASIVOS del crimen, como también se aplicaba por orden de Dios mismo para mantener la paz, la justicia, el orden y la seguridad en el pueblo de Israel.

    Responder
    • 5 febrero, 2018 al 2:36 am
      Permalink

      Otra muestra de cómo, a pesar de que se demuestra que los mitos sobre los que basan sus convicciones son falsos, hay personas que seguirán creyendo en sus extrañas conclusiones.

      Responder
      • 15 febrero, 2018 al 5:21 am
        Permalink

        Yo te hago una pregunta: ¿los países donde no existe la pena de muerte, o tienen tantas consideraciones con los delincuentes, corruptos y demás, que aplican los “derechos humanos” más a los asesinos que a los ciudadanos y víctimas de ellos, cómo andan? ¿Han reducido o eliminado los índices de criminalidad, asesinatos, violaciones, robos, narcotráfico, inseguridad y demás delitos? En Argentina NO. Y está a la vista de todos. No solamente no se redujo, sino que CRECIÓ exponencialmente. Si tomás un remedio y no solo no te cura sino que te enferma más, no va ese remedio, va el contrario.

        Responder
        • 15 febrero, 2018 al 5:24 am
          Permalink

          Y eso qué tiene que ver con el tema de este post, que es la falsificación completa de una historia que jamás existió?

          Responder
        • 24 marzo, 2018 al 12:41 am
          Permalink

          Gustavo, la principal diferencia con Argentina no es la existencia o no de la pena de muerte, sino la carencia de una política de estado que impida, en primer término, la corrupción de los políticos, que es la madre de todas las otras corrupciones. Eso sí, todos los gobiernos dicen en Argentina luchar contra la corrupción, desde que tengo uso de razón, pero no pasa de ser puro blabla.

          Responder
    • 24 marzo, 2018 al 12:35 am
      Permalink

      Sr. Roberto D, Estados Unidos aplica la pena de muerte en muchos de sus estados y tiene índices de criminalidad altos. No es la pena de muerte, sino una política de estado que combata la corrupción en todos los niveles, sobre todo la de los políticos, que dan cobertura a los demás corruptos y al narcotráfico, es lo que baja los índices de criminalidad.

      Responder
  • 17 junio, 2017 al 11:10 am
    Permalink

    A la final en verdad no supe realmente si antes de 1960 Singapur era un pais alto índice delictivo. Y como hizo para ser considerado un país tan seguro en la actualidad

    Responder
  • 27 junio, 2017 al 7:05 am
    Permalink

    Soy estudiante de derecho y me interesa mucho el ámbito de la criminalidad, por lo que he leído varios estudios sobre las prisiones, la fiscalización y el efecto de la magnitud de las penas en la comisión de delitos, pero nunca me había topado con el caso de Singapur y su supuesto milagro relativo a la pena de muerte hasta que, hace un par de días, alguien me compartió el link de un artículo bastante sospechoso. Es tal como dices, no citaba absolutamente ningún estudio, no había ningún dato preciso y se oponía a varias cosas que había leído sobre los efectos de la pena de muerte en otros textos. Me alegra saber que se trataba de una falsedad, pero me preocupa lo mucho que se masifican estos pseudo panfletos virtuales en estos tiempos.
    Muchas gracias por la información!

    Responder
  • 31 julio, 2017 al 12:35 pm
    Permalink

    Aún no deja claro cómo y qué hizo la ciudad estado para seguir el sendero con rectitud y limpieza de manos. Posiblemente ya estoy acostumbrado a las recetas que varían según el país, pero no deja de ser un modelo importante para ser seguido por países como México.

    Responder
  • 8 octubre, 2017 al 4:55 am
    Permalink

    Esto se lo dices a Amnistia Internacional y no cree palabra alguna

    Responder
  • 30 octubre, 2017 al 12:43 pm
    Permalink

    Los social demócratas son el cáncer de todo país atascado por la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico. Justifican la desgracia de la población de a pie con el supuesto “respeto a los derechos humanos” y la “libertad de expresión”, mientras ellos viven parasitando en la política y llenándose el hocico hablando de “progreso” desde su burbuja aburguesada con guardias de seguridad y suficiente dinero de los impuestos de todos.
    No tienen ni idea de lo que vive el común ciudadano de a pie, pues claro, le conviene que la mayoría los vea necesarios. Al final solo están para legitimizar a la izquierda radical en su paso a la política como en el caso de Colombia, pues todos saben que el negocio del narcotráfico sostiene la problemática mundial de la cual viven.

    Responder
    • 6 febrero, 2018 al 8:58 pm
      Permalink

      Otro comentario que muestra cuán importante es que los académicos intervengan fuera de ‘la torre de marfil’. El tipo de pensamiento retrógrado mostrado en el comentario está muy extendido.

      Responder
      • 10 febrero, 2018 al 4:49 am
        Permalink

        Porque mejor no sustenta su argumento, y deja de repetir como lorito de izquierda 😉

        Responder
        • 10 febrero, 2018 al 5:54 am
          Permalink

          Con comentarios como estos, la evidencia de la necesidad de que los académicos intervengamos más en la sociedad se presenta sola. Muchas gracias!

          Responder
    • 12 marzo, 2019 al 10:41 am
      Permalink

      La corrupción es gracias al capitalismo, la delincuencia es gracias al capitalismo, el narcotráfico es gracias al capitalismo. Acá nada tiene que ver con la socialdemocracia. El capitalismo no respeta los derechos humanos, no respeta la libertad de expresión, los neoliberales han parasitado la políticas y se han llenado el hocico con la “progreso” desde hace más de 30 años, cuales son los resultados del modelo neoliberal, solo más pobreza, miseria, hambre, enfermedades, explotación, corrupción. El negocio del narcotráfico es el negocio del imperialismo estadounidense provocado por los capitalistas estadounidenses que son de extrema derecha.

      Responder
  • 5 febrero, 2018 al 12:16 am
    Permalink

    El que escribió este artículo debe ser una de esas personas que defienden a los terroristas y delincuentes violadores sin darse cuenta que hay sujetos que no sirven para la sociedad y no tienen reparo en matar gente inocente..

    Responder
    • 5 febrero, 2018 al 2:33 am
      Permalink

      Otra muestra de por qué es importante que los académicos divulguen a la población en general, porque de lo contrario terminan como Roberto.

      Responder
  • 9 febrero, 2018 al 4:12 pm
    Permalink

    Magnífico artículo Jorge, que primen los datos, que prime la estadística, que prime la matemática y no las emociones y las tendencias políticas que tan mal nos guían.

    Responder
  • 12 febrero, 2018 al 4:32 pm
    Permalink

    Me parece que este articulo si bien aclara algo de la realidad y éxito de Singapur, pero no es lo suficientemente contundente como para echar por tierra de que el éxito de este país fue por la implementación de políticas duras y la pena de muerte, faltaron números e información, me parece que solo hay una visión idealista política detrás.

    Responder
  • 8 marzo, 2018 al 5:47 am
    Permalink

    “La afirmación de que Singapur antes de 1960 tenía una de las más altas tasas de criminalidad del mundo –¡debido a su proximidad a Malasia y China!– apesta a orientalismo”.
    En 1960 Singapur tenia las tasas mas altas de analfabetismo, pobreza, corrupcion y delincuencia.
    ¿si o no?.

    Lin Hongxuan, por favor, tiene la palabra.

    “Según datos, antes del 1960 Singapur era una de los países más violentos del mundo. Ocupaba uno de los lugares con el más alto índices de criminalidad, debido a su cercanía con Malasia y China, siendo uno de los lugares de mayor tráfico de drogas, lo cual era el pan de todos los días. Había impunidad y malos manejos del gobierno. Las mujeres no podían salir de su casa por miedo a ser abusadas sexualmente y después asesinadas. Era una ciudad sin orden y con un gran índice de tráfico de influencias, eso sin contar que era denominada una de las ciudades más sucias de Asia, y con un tremendo desorden vial.”
    Lin Hongxuan refuta:
    ” Esta es una aseveración sin base; a fines de la década de 1950 China estaba en medio de la hambruna provocada por el Gran salto hacia adelante y no estaba en condiciones de ‘exportar’ criminalidad a Singapur (o a cualquier otra parte).”
    Esta parte no merece respuesta. Todo indica que Lin Hongxuan resulta afectado sentimentalmente con esto.
    Una visión histórica de las drogas de abuso desde la perspectiva criminológica (Parte I)
    Cuadernos de Medicina Forense
    http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1135-76062011000100005

    Responder
    • 8 marzo, 2018 al 7:34 am
      Permalink

      Quienes leyeren el artículo citado por Gerardo verán que su razonamiento (el de Gerardo, no el del artículo) adolece del mismo problema que el de Fumero. En el artículo se habla del origen chino del opio, y de cómo fue un factor importante en el siglo XIX. Pero la última mención que se hace de China es de 1906. Gerardo asume que la China de la dinastía Manchú en 1906 y la China de Mao a fines de la década de 1950 son exactamente la misma cosa, y que si algo era válido a inicios del siglo tenía que seguirlo siendo medio siglo después.

      Asimismo, el artículo no hace mención alguna de Singapur, pero Gerardo asume que si China en 1906 exportaba opio, entonces Singapur por estar a “apenas” 2,600 km tenía que estar involucrado cincuenta años después. Otro salto lógico sin base. Imagínense que yo dijera que como en el Reino Unido la importación de opio era legal en 1906 (supongamos que hubiera sido así), entonces queda demostrado que en 1956, Odessa (URSS) estaba hasta el tope con crímenes relacionados al opio. Completamente irracional y ahistórico.

      Comentarios como los de Gerardo muestran cómo sigue habiendo muchas deficiencias en el público general del mundo de habla hispana respecto a lo que la historia de Asia concierne y por qué es tan importante potenciar su enseñanza en nuestras universidades. De lo contrario, seguirá habiendo Gerardos que suenen convincentes, pero cuyas opiniones no se sostengan ante el escrutinio histórico.

      Responder
      • 21 junio, 2018 al 2:06 pm
        Permalink

        Suena convincente pero las incongruencias son notables, porfavor más académicos en la tv, radio, Internet, porque el amarillismo de los medios nos están dañando como sociedad.

        Responder
  • 21 junio, 2018 al 1:55 pm
    Permalink

    Impresionante la ignorancia de la gente, sesgados por ideologías violentas, retrógradas y antiguas. Ideologías que toman fuerza en tiempos de “incertidumbre”
    a todas luces imaginarias.
    El milagro de Singapur se debe exclusivamente a una política seria contra la delincuencia, contra la corrupción, el fomento a la educación e inversión privada, siendo éste un trabajo de décadas.
    De hecho debemos agradecer a jorge por darse el tiempo de, no solo refutar una publicación completamente falsa, sino de contestar con argumentos contundentes y robustos los comentarios infundados e ignorantes de usuarios que creen que la pena de muerte es una solución viable o parcial para la delincuencia.
    No hay estudio serio en el mundo que respalde la tesis que la pena de muerte reduzca efectivamente la tasa de criminalidad, muy por el contrario, la pena de muerte radicaliza al delincuente psicópata, el cual está dispuesto a todo, bajo la premisa de la horca.
    Sin más que agregar, agradezco al futuro doctor y probable académico, por darse el tiempo de quitar el velo de ignorancia con respecto a este tema. Saludos cordiales.

    Responder
  • 4 agosto, 2018 al 11:07 am
    Permalink

    Qué raro, yo también viví en Singapur y sí que hay pena capital. La nota es real

    Responder
    • 7 agosto, 2018 al 6:53 pm
      Permalink

      Pena capital sí hay, para algunas cosas específicas. Pero el tema principal de este post es cómo la narrativa histórica que proponen (que hasta 2004 Singapur era infernal) es completamente falsa.

      Responder
  • 12 octubre, 2018 al 11:10 am
    Permalink

    Gracias por el artículo, es bastante objetivo y tiene mucho criterio, es lamentable que el mundo esté lleno de medias-verdades y, no discrimina estratos sociales, bien dice una frase que se la escuché a Mauricio Schwarz: “Mientras la mentira da la vuelta al mundo, la verdad se está poniendo los zapatos” Saludos desde Perú,

    Responder
  • 26 febrero, 2019 al 9:25 pm
    Permalink

    Al parecer lo que dice este artículo es cierto. Por más que investigué, las únicas estadísticas que vi, si muestran una reducción de la población carcelaria, pero nunca como lo pintaba el falso artículo “Cómo Singapur resolvió el problema de la delincuencia”.. De hecho las únicas estadísticas muestra este número total de reclusos a través de los años:
    1982: 2,522
    1986: 4,140
    1990: 5,476
    1995: 15,334
    2000: 13,791
    2016: 12.219

    Fuente: http://www.prisonstudies.org/country/singapore

    Con estos números no se necesitan mucho debate.

    Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *